2. CARACTERISTICAS GENERALES DE LA CELULA
•Composición Química: El 99% del peso de una célula está dominado por 6 elementos
químicos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. El agua
representa el 70% del peso de una célula, y gran parte de las reacciones intracelulares
tienen lugar en el medio acuoso y en un intervalo de temperaturas pequeño. Está
dominada y coordinada por polímeros de gran tamaño (macromoléculas), moléculas
formadas por encadenamiento de moléculas orgánicas pequeñas que se encuentran
libres en el citoplasma celular. En una célula existen 4 familias de moléculas orgánicas
pequeñas: azúcares (monosacáridos), aminoácidos, ácidos grasos y nucleótidos. Los
tipos principales de macromoléculas son las proteínas, formadas por cadenas lineales
de aminoácidos; los ácidos nucleicos, ADN y ARN, formados por nucleótidos, y los
oligosacáridos y polisacáridos, formados por subunidades de monosacáridos. Los
ácidos grasos, al margen de suponer una importante fuente alimenticia para la
célula, son los principales componentes de la membrana celular.
3. Células Procariotas y Eucariotas: Las procarióticas, que comprenden bacterias y
cianobacterias (bacterias fotosintéticas), son células pequeñas, de entre 1 y 10
µm de diámetro, y de estructura sencilla; carecen de citoesqueleto, retículo
endoplasmático, cloroplastos y mitocondrias. El material genético (ADN) está
concentrado en una región, pero no hay ninguna membrana que separe esta
región del resto de la célula. Las células eucarióticas, que forman todos los
demás organismos vivos, incluidos protozoos, plantas, hongos y animales, son
mucho mayores (entre 10 y 100 µm de longitud) y tienen el material genético
envuelto por una membrana que forma un órgano esférico conspicuo llamado
núcleo.
4. •Superficie Celular: La membrana plasmática es una película continua formada por una doble capa de
moléculas de lípidos y proteínas, de entre 4 y 5 nanómetros (nm) de espesor y actúa como una barrera
selectiva reguladora de la composición química de la célula. La mayor parte de los iones y moléculas solubles en
agua son incapaces de cruzar de forma espontánea esta barrera, y precisan de la concurrencia de proteínas
específicas de transporte o de canales proteicos. De este modo la célula mantiene concentraciones de iones y
moléculas pequeñas distintas de las imperantes en el medio externo. Otro mecanismo, que consiste en la
formación de pequeñas vesículas de membrana que se incorporan a la membrana plasmática o se separan de
ella, permite a las células animales transferir macromoléculas y partículas aún mayores a través de la
membrana. La membrana plasmática (MP) es una estructura semipermeable que separa la célula del medio
externo. Consiste en una capa doble de fosfolípidos que permite el movimiento de agua y ciertos iones a través
de ella, mediante la interacción con proteínas específicas. En los protozoos, la membrana envuelve y absorbe
fluidos y material celular nutritivo, y expulsa residuos. Casi todas las células bacterianas y vegetales están
además encapsuladas en una pared celular gruesa y rígida compuesta mayoritariamente de polisacáridos (el
más abundante en las plantas superiores es la celulosa). La pared celular, que es externa a la membrana
plasmática, mantiene la forma de la célula y la protege de daños mecánicos, pero también limita el movimiento
celular y la entrada y salida de materiales.
Núcleo: El núcleo está rodeado por una membrana doble compuesta por dos bicapas lipídicas, y la
interacción con el resto de la célula (es decir, con el citoplasma) tiene lugar a través de unos orificios
llamados poros nucleares. El nucléolo es una región especial en la que se sintetiza el ARN ribosómico
(ARNr), necesario para formar las dos subunidades inmaduras integrantes del ribosoma, que migran al
citoplasma a través de los poros nucleares, donde se unirán para constituir los ribosomas funcionales.
El núcleo controla la síntesis de proteínas en el citoplasma enviando mensajeros moleculares. En él se
produce la síntesis de cadenas largas de ARN nuclear heterogéneo a partir de las instrucciones
contenidas en el ADN (transcripción). Estas cadenas se modifican (transformación) para convertirse en
fragmentos más cortos de ARN mensajeros (ARNm) que solo en un pequeño porcentaje salen al
citoplasma a través de los poros nucleares. Una vez en el citoplasma, el ARNm se acopla a los
ribosomas y codifica la estructura primaria de una proteína específica (traducción).
5. Citoplasma y Citosol: El citoplasma comprende todo el volumen de la
célula, salvo el núcleo. En él tienen lugar la mayor parte de las reacciones
metabólicas de la célula. Está compuesto por el citosol, una solución acuosa
concentrada que engloba numerosas estructuras especializadas y orgánulos.
El citosol es un gel de base acuosa que contiene gran cantidad de moléculas
grandes y pequeñas, y en la mayor parte de las células es, con diferencia, el
compartimiento más voluminoso (en las bacterias es el único compartimiento
intracelular). En el citosol se producen muchas de las funciones más
importantes del metabolismo celular, como las primeras etapas de
descomposición de moléculas nutritivas y la síntesis de muchas de las grandes
moléculas que constituyen la célula. Aunque muchas moléculas del citosol se
encuentran en estado de solución verdadera y se desplazan con rapidez de un
lugar a otro por difusión libre, otras están ordenadas de forma rigurosa. Estas
estructuras ordenadas confieren al citosol una organización interna que actúa
como marco para la fabricación y descomposición de grandes moléculas y
canaliza muchas de las reacciones químicas celulares a lo largo de vías
restringidas.
6. Citoesqueleto: El citoesqueleto es una red de filamentos proteicos
del citosol que ocupa el interior de todas las células animales y
vegetales. Adquiere una relevancia especial en las animales, que
carecen de pared celular rígida, pues el citoesqueleto mantiene la
estructura y la forma de la célula. Actúa como bastidor para la
organización de la célula y la fijación de orgánulos y enzimas.
También es responsable de muchos de los movimientos celulares.
En muchas células, el citoesqueleto no es una estructura
permanente, sino que se desmantela y se reconstruye sin cesar. Se
forma a partir de tres tipos principales de filamentos proteicos:
microtúbulos, filamentos de actina y filamentos
intermedios, unidos entre sí y a otras estructuras celulares por
diversas proteínas accesorias.
7. Mitocondrias y Cloroplastos: Las mitocondrias son uno de los orgánulos más conspicuos
del citoplasma; contienen su propio ADN y se encuentran en casi todas las células
eucarióticas. Observadas al microscopio, presentan una estructura característica: la
mitocondria tiene forma alargada u oval de varias micras de longitud y está envuelta por
dos membranas: una externa, que delimita el espacio intermembranoso y otra
interna, muy replegada, que engloba la matriz mitocondiral. Las mitocondrias son los
orgánulos productores de energía (ATP). La célula necesita energía para crecer y
multiplicarse, y las mitocondrias aportan casi toda esta energía realizando las últimas
etapas de la descomposición de las moléculas de los alimentos. Estas etapas finales
consisten en el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono, proceso
llamado respiración, por su similitud con la respiración pulmonar. Sin mitocondrias, los
animales y hongos no serían capaces de utilizar oxígeno para extraer toda la energía de
los alimentos y mantener con ella el crecimiento y la capacidad de reproducirse. Los
organismos llamados anaerobios viven en medios sin oxígeno, y todos ellos carecen de
mitocondrias.
Los cloroplastos son orgánulos aún mayores, que también poseen su propio ADN, y que
solo se encuentran en las células de plantas y algas. Su estructura es aún más compleja
que la mitocondrial: además de las dos membranas de la envoltura, que no se repliegan
formando crestas, los cloroplastos tienen numerosos sacos internos en forma de disco
(denominados tilacoides), interconectados entre sí, que están formados por una
membrana que encierra el pigmento verde llamado clorofila. Desde el punto de vista de la
vida terrestre, los cloroplastos desempeñan una función aún más esencial que la de las
mitocondrias: en ellos ocurre la fotosíntesis; esta función consiste en utilizar la energía de
la luz solar para activar la síntesis de moléculas de carbono pequeñas y ricas en energía, y
va acompañada de liberación de oxígeno. Los cloroplastos producen tanto las moléculas
nutritivas como el oxígeno que utilizan las mitocondrias