Los primeros humanos comían principalmente vegetales, frutas y pequeños animales. Después del descubrimiento del fuego, pudieron cazar y cocinar grandes mamíferos. Para cocinar colocaban piedras calientes u horneaban alimentos en agujeros en el suelo, usando utensilios rudimentarios como varillas, cuchillos de piedra y cuencos de madera. Más tarde desarrollaron técnicas como asar pescado en palos o ahumar alimentos para conservarlos.