Durante la conquista española, los indígenas fueron asignados a colonos españoles llamados encomenderos, quienes se beneficiaban de su trabajo. Los encomenderos debían enseñarles la fe católica y proveerles alimento y ropa. Sin embargo, la corona española aboló este sistema de encomiendas con las Leyes Nuevas de 1542 para poner fin al uso de los indígenas como mano de obra.