1. La danza contemporánea: entre la
modernidad y la posmodernidad.
• En la década de los cincuenta el arte abstracto alcanzó una significativa presencia;
centró su trabajo en la negación intencional de la figura humana y rechazó todo lo
que de humano pudiese existir en el arte. El abstraccionismo y el surrealismo
fueron las tendencias que dominaron en la sociedad de las posguerras mundiales.
Fue en esta época cuando apareció lo que hoy se conoce como danza
contemporánea. Si bien puede considerarse una prolongación de la danza
moderna, su propuesta estética ha sufrido significativos replanteamientos.
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• Los diferentes estilos y técnicas de movimiento corporal aparecidos a través del
tiempo y en distintas latitudes, tan separados, independientes y alejados entre
sí, durante décadas, como el ballet clásico, la acrobacia, la danza moderna, el jazz y
hasta el propio karate y kung-fu, parecen darse la mano cordialmente para
convertirse en simples medios técnicos con los cuales lograr un espectáculo mayor
que no será ni ballet clásico, ni danza moderna, ni acrobacia específicamente, sino
un espectáculo totalizador teatral, en el que de forma cohesionada y equilibrada
se mezclen y se relacionen todos ellos, con el objetivo de obtener una forma
artística, que los incluya y a la vez los supere artísticamente.
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