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DE: JAIME DIAZ PAGE –MÉXICO-
AGOSTO 2002.
ESCRITO 5
LA VERDAD DIRECTA
LA VIDA PERDURABLE
Amados Hermanos en la luz de Dios, estas palabras son para aquellos
despiertos en el espíritu, para los que tienen ojo para ver, oído para escuchar y
entendimiento para entender; y también para aquellos que deseen despertar en
espíritu y en verdad.
Millones de años han pasado para que seamos hoy un Hombre o una Mujer.
¿Que significa esto? Que hemos sido creados y conformados por el Creador
Universal de acuerdo a su semejanza espiritual divina. Cada criatura humana, no
solo es un cuerpo físico temporal, sino que aloja dentro de si por la Voluntad
Divina, la Presencia del Padre Universal, el Ajustador del Pensamiento y un
concepto más, el ALMA dentro del Hombre.
Cuando niños, cuando estábamos cerca de cumplir los seis años de edad,
para ser exactos, a los 5 años, 10 meses y 4 días (tiempo promedio), sucedió algo
maravilloso a cada uno(a). Un Fragmento Divino del Padre Universal descendió
hasta cada uno de nosotros y se alojó dentro de nuestro Cuerpo Mental, si, dentro
de nuestra Mente para vivir con nosotros y guiarnos hacia la vida perdurable, hacia
la vida eterna. Nosotros fuimos creados para vivir, no para morir
espiritualmente.
Este Divino Fragmento del Padre Universal se denomina “Ajustador del
Pensamiento” y es Dios mismo dentro de nosotros. Y fue en ese momento en
que el vino a morar en nosotros, cuando nació nuestra alma en nosotros mismos.
El alma es el vehículo que, adecuadamente conducido y conformado, lleva la
conciencia del hombre hasta la supervivencia eterna, hasta la vida perdurable, la
vida continuada, es decir, no muere nunca, vive para siempre.
Como podemos darnos cuenta, somos seres con un gran potencial. Somos
la creación maravillosa del Padre Universal. Podemos convertirnos en las Joyas
de Dios, en sus hijos perpetuos, si en verdad lo deseamos, haciendo la
voluntad divina, viviendo divinamente nuestra vida humana.
Dios, el Señor ya ha llegado a nosotros, reside en nosotros, nos ha
encontrado, ahora toca a nosotros encontrarle, reconociéndole por la fe dentro de
nosotros y en los demás, en todo prójimo. Ahora corresponde hacer nuestra parte
para conquistar la vida eterna que esta destinada a nosotros, pero que debemos
ganarla por merito propio mediante una vida humana en la rectitud de Dios en
amor hacia todos, siempre esforzándonos con sinceridad para mejorar nuestra
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conducta y carácter, cambiando lo malo por lo bueno; produciendo en nuestra
vida los frutos del espíritu que el Señor nos pide, los frutos del amor de Dios. El
amor es el verdadero guía que nos conduce al discernimiento espiritual
auténtico.
Jesús de Nazaret nos dice: “según el uso que el hombre haga de su
mente mientras viva su vida terrenal, así será su destino por eternidad”. Esto
significa que el hombre puede perder o salvar su alma eternamente. Jesús vino
a enseñar al hombre como salvar su alma mediante el amor a Dios y Al prójimo.
Sus enseñanzas son para que el Hombre eleve su mente y su alma con la riqueza
del espíritu que en él mora; pues solo de Dios se puede obtener el nutriente
espiritual para la vida eterna. Este nutriente espiritual, es el alimento primordial
para el alma que desea alcanzar la vida eterna, y no hay otro.
Toca al hombre hacer su parte para la salvación de su alma. Toca al
hombre guardar silencio en si mismo, mediante la oración y adoración a su
Divinidad interior, el Ajustador del Pensamiento, buscando la paz mental, la paz
espiritual y ahí en esa quietud escuchar la guía del “Espíritu de la verdad” que
siempre indicará el camino a seguir. Debemos esforzarnos por mejorar nuestro
estado de alma con sinceridad y convertirnos en una bendición para nuestro
prójimo glorificando a Dios, al Altísimo.
Hermanos amados, en nuestras propias manos está nuestro destino eterno
en el universo. En nuestras manos esta el salvoconducto para la vida eterna. El
alma espiritualizada, sublimada y ennoblecida representa el salvoconducto
para el logro de la Vida Eterna.
Cuando el Hombre sigue los dictados del Espíritu interior, del Ajustador
del Pensamiento en su vida, se dice que nace del espíritu y entra aquí mismo en la
tierra “al reino de los cielos”. Esto significa que cuando la muerte física alcance al
hombre o a la mujer, su alma sobrevivirá al cuerpo físico, es decir no perderá
definitivamente la conciencia de sí mismo, su personalidad prevalecerá sin
segregarse, porque ha vivido de acuerdo al mandato divino de su Padre
Creador.
Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque
muera, vivirá. Todo aquel que se entrega a la enseñanza del espíritu interior
del Padre, finalmente vendrá a mí. Yo Soy la Puerta a la salvación eterna.
Nadie va hacia el Padre sino es a través de mí. 1843:1; 1711:3; 1965:8; 1947:6.
Hermanos amados, nuestra vida en la Tierra es apenas el principio de una
larga y maravillosa carrera de ascensión espiritual interminable que nos
depara en el tiempo y mas allá de él, una serie de vivencias y glorias espirituales
que hoy nuestra mente mortal no es capaz de vislumbrar. El Padre Creador ha
dispuesto para sus esforzados y obedientes hijos lo mejor en su creación universal,