Este documento discute cómo los medios de comunicación en Colombia están controlados por dos consorcios privados que buscan lucro y promueven sus propios intereses políticos. Argumenta que es fácil apoyar la guerra cuando no se experimentan directamente sus efectos, y que los medios no apoyarán realmente la paz mientras sus hijos no tengan que ir a la guerra. Concluye que aunque la "estrategia del no" ganó una batalla reciente, solo la paz podrá ganar la guerra de forma definitiva.