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La Historia de Loma Linda
y lo Que Eso Significó Para Nuestra Iglesia
1905 – Hasta Hoy
Introducción.-
En la Parte Uno de este libro, vimos los comienzos de nuestra obra educacional y cómo Ellen
White trató repetidamente de iniciar escuelas modelo, pero esos esfuerzos fallaron, tanto en Battle Cre-
ek como en el Colegio Misionero Emanuel.
En la Parte Dos, vimos algo nuevo: se le mostró a Ellen White que había llegado el tiempo para
hacer proyectos de escuelas, ministerios y misiones, independientes del control de la iglesia, para que
comenzasen a operar. Vimos como el Colegio Madison fue fundado, aprendimos cómo llevaron ade-
lante su obra modelo, y descubrimos el error fatal: la búsqueda de acreditación (reconocimiento oficial
del Estado), lo cual los llevó a caer.
Ahora, en la Parte Tres, nos concentraremos más plenamente a ver cómo debe ser conducida una
escuela médico-misionera (con clínica). También descubriremos que Loma Linda, fundada más o me-
nos en la misma época que Madison, cometió el mismo error: decidió buscar la acreditación. Pero, de-
bido a la naturaleza de la situación, diferente a la de Madison, este error de Loma Linda causó grandes
problemas para toda nuestra denominación, problemas con los cuales aun vivimos hoy, problemas que
se profundizan más cada día.
Algunos de esos efectos desoladores serán brevemente analizados en la Parte Cuatro.
Comienzos de Nuestro Mensaje de Salud.-
El primer avance real en el mensaje de salud vino con la primera visión dada a Ellen White en
Otsego, Michigan, en 1863, justo después de la Sesión de la Conferencia General de ese año; en aquel
tiempo la denominación estaba organizada y su nombre oficial era el de Iglesia Adventista del Séptimo
Día.
En la Sesión de Mayo de 1866 de la Conferencia General, Ellen White dio un poderoso mensaje,
en el cual ella instaba a comenzar a compartir el mensaje de salud con otros. Como resultado, el Dr.
Horatio S. Lay comenzó un diario sobre salud, el Reformador de la Salud.
Ese mismo año, comenzó el Instituto Reformador de la Salud en Battle Creek con el Dr. Lay a
cargo del mismo.
James informó que Ellen “lloró amargamente” cuando el Instituto de Salud fue localizado a 8
acres de tierra en Battle Creek, en vez de ser localizado en una finca rural, tal cual el Señor lo había re-
comendado (Review and Herald, 6 de Septiembre de 1873). En aquel tiempo, Battle Creek era un pue-
blito de cerca de 5000 personas.
Fue erigido un edificio de dos pisos, equipado con piezas para hacer tratamientos; y la institución
abrió sus puertas para atender pacientes el 5 de Septiembre de 1866. Muy luego el nombre fue cambia-
do para Instituto de Reforma de Salud del Oeste.
“La correcta aplicación de agua, el correcto uso del aire, y una dieta apropiada”, junto con otras
ayudas naturales, trajo salud a muchos, y difundió la fama del instituto. Los alópatas enseñaban que la
sanidad viene de la aplicación de substancias venenosas. Pero Battle Creek le estaba demostrando al
mundo que la sanidad viene de un vivir sano y del uso de substancias sanadoras inofensivas.
“La práctica de los principios de salud y el uso de simples medios hidroterápicos para tratar las
enfermedades fueron mirados como medios cooperadores del poder divino, los cuales son los únicos
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que realmente pueden sanar. La enfermedad viene siendo el resultado de la transgresión de la ley natu-
ral; y el deber y el privilegio de los cristianos de obedecer a estas leyes, y enseñarle a otros a obedecer-
las, hacía parte del evangelio eterno”. M. E. Olsen, Origen y Progreso de los Adventistas del Séptimo
Día:270.
Una Declaración Temprana.-
La siguiente advertencia estaba entre sus primeras declaraciones acerca de nuestra obra médica.
Fue escrita en 1865, dos años después del primer mensaje sobre salud que nos fue dado.
“La reforme pro-salud es una rama de la obra especial de Dios para el beneficio de Su pueblo. Vi
que en una institución establecida entre nosotros, el mayor peligro sería que nuestros administradores
se aparten del espíritu de la verdad presente y de aquella simplicidad que siempre debiera caracterizar a
los discípulos de Cristo.
Me fue dada una advertencia contra bajar las normas de la verdad, de ninguna manera, en una
institución así, para poder ayudar los sentimientos de los incrédulos y así asegurar su patrocinio. El
gran objetivo de recibir incrédulos en la institución es para que ellos puedan abrazar la verdad. Si la
norma es rebajada, ellos tendrán la impresión que la verdad es de poca importancia, y se irán en un es-
tado mental más endurecido que antes”. 1T:560 (Vea 1T:633-634).
Kellog y el Hospital.-
En 1875, el joven Dr. John Harvey Kellog (1852-1942), graduado en la Escuela Médica del Hos-
pital Belleview en Nueva York, se juntó al equipo. Al año siguiente, fue escogido médico superinten-
dente. Dos años más tarde, un segundo edificio fue adicionado, y el nombre fue cambiado para Hospi-
tal Médico y Cirúrgico. Cuando alguien observaba que la palabra “Sanitarium” (en inglés Clínica u
Hospital) no estaba en el diccionario, Kellog respondía que muy luego lo estaría.
Gradualmente, el Hospital de Battle Creek alcanzó una reputación internacional, a medida que se
difundía la noticia de que aquí había un lugar que realmente ayudaba a las personas, sin los indeseables
efectos colaterales.
En 1877, 1884, 1887, 1894 y 1895 fueron construidos más edificios al Hospital. En 1895, el Co-
legio Médico Misionero Americano fue establecido, siendo Kellog su presidente.
Adhiriéndose bien de cerca a los métodos de tratamiento del Espíritu de Profecía, el Hospital de
Battle Creek se hizo conocido mundialmente.
En 1891, el Dr. David Paulson llegó para ver al Dr. John Harvey Kellog, en el Hospital de Battle
Creek. Paulson le hizo una pregunta que la venía meditando hacía algún tiempo. “John, ¿cómo es posi-
ble que usted sea capaz de estar adelantado en cinco años a la profesión médica?”.
Kellog se echó hacia atrás en su silla, y la respuesta que le dio fue una que Paulson nunca olvidó.
Kellog dijo que, “si aparecía algo nuevo, él lo adoptaba inmediatamente, con los conocimientos que él
había obtenido de los escritos de la hermana White, ya que en ese caso era saludable. Cuando otros
médicos finalmente lo aceptaban, después de haber andado lentamente en ese camino, Kellog ya tenía
una ventaja de cinco años sobre ellos. Por otro lado, Kellog rechazó algunas de las nuevas manías, por-
que no se adecuaban a la luz dada a la hermana White. Cuando otros doctores finalmente descubrían su
error, se maravillaban de que Kellog no hubiese caído como ellos lo habían hecho”. Richard A. Shae-
fer, Legado:60.
Infelizmente, algo sucedió dentro del pensamiento de Kellog cuando entró el nuevo siglo. Se vol-
vió extremamente orgulloso y comenzó a separarse de la confianza en Ellen White.
En 1900, todo el complejo poseía más de 900 trabajadores. Como otras instituciones adventistas
se estaban levantando en otros lugares, Kellog se las ingenió para ser la cabeza de ellas. En ese tiempo,
ya no estaba usando el nombre “Adventista del Séptimo Día”.
Pág. 3
Además, un conflicto emergente se estaba intensificando entre John Kellog y los líderes de la
Conferencia General. Justo en el cambio de siglo, a través de diversas manipulaciones legales, co-
menzó a trabajar tranquilamente para obtener el control legal del Hospital de Battle Creek y de la es-
cuela médica.
Muy confiado en sí mismo, Kellog escribió El Templo Viviente, el cual enseñaba el panteísmo.
Felizmente, Ellen White salvó a la denominación de la crisis. Pero en 1908, usando manipulaciones le-
gales, el Dr. J. H. Kellog se las ingenió para quitarle el control del Hospital de Battle Creek y de la Es-
cuela Médica Americana, que estaba adyacente a éste, a la denominación. Su escuela médica colapsó
en la primavera de 1910, y nunca más reabrió sus puertas (la historia es contada en detalles en el libro
de este autor llamado La Apostasía Alfa, donde aparecen Kellog y Ballenger, con 232 páginas y
US$17,50 + US$3,00).
Un grandioso programa de edificación en 1927, el cual incluyó una torre de 15 pisos y un vestí-
bulo y un comedor esmeradamente decorados, trajo una inmensa deuda sobre el Hospital de Battle Cre-
ek. Dos años más tarde vino la banca rota económica de Wall Street; y Kellog desesperadamente trató
de pagar su deuda. Tuvo que declararse en banca rota en 1933. En 1938, se hizo una reorganización del
Hospital bajo las protecciones de quiebra comercial; pero, al fallar también esto, en 1942 fue vendido al
Gobierno de los Estados Unidos. John Harvey Kellog murió el 14 de Diciembre de 1943, en su hogar
en Battle Creek a la edad de 91 años.
Ahora llevaremos nuestra atención al plan de Dios para reemplazar lo que Kellog había hecho
añicos.
Tres años antes de que el Hospital de Battle Creek y el colegio nos fuesen quitados en 1908, el
Señor dijo que había un sitio mucho mejor para nuestro cuartel general del hospital médico misionero y
de la escuela de entrenamiento. Si los consejos de Dios hubiesen sido seguidos, toda la denominación
sería hoy la cabeza y no la cola. Habría comandado una posición de liderazgo en la obra médica misio-
nera para todo el mundo. He aquí lo que sucedió.
Encontrando Loma Linda.-
La Búsqueda de un Lugar Para una Nueva Escuela.-
Aun cuando, al comienzo del nuevo siglo, el Hospital de Battle Creek fuese un centro de trata-
miento líder, la obra especial que Dios tenía para nuestro pueblo en la obra médico-misionera no había
sido hecha. En 1903, Ellen White escribió:
“La obra médico-misionera aun está en su infancia. El verdadero significado de la obra médico-
misionera es conocido apenas un poco”. Testimonios Especiales, Serie B, Nº 8, pág. 2.
En este estudio, aprenderemos el modelo para un centro de entrenamiento médico misionero. Aun
cuando, como resultado del impulso de Ellen White para comprar las propiedades de Paradise Valley y
Glendale para construir ahí hospitales, ninguno de los dos lugares hizo lo que el Señor quería.
Tres años antes de localizar esas propiedades, ella describió cierta propiedad al Sur de California,
la cual le había sido mostrada en una visión de la noche.
“No he podido dormir hasta después de las once y media de la noche. Muchas cosas, en figuras y
símbolos, están pasando delante de mi. Hay hospitales funcionando cerca de Los Ángeles. En un lugar
hay un edificio ocupado, y hay árboles frutales en el terreno del hospital. En esta institución, fuera de la
ciudad, hay mucha actividad”. EGW, Manuscrito 152, 1901.
La visión fue tan real, que ella dijo que parecía estar en el mismo lugar, viendo a los pacientes
afuera. Algunos estaban sentados cerca de la sombra de los árboles mientras otros estaban trabajando
en el jardín. Algunos de los árboles formaban verdaderas bóvedas. Ni el terreno de Paradise ni Glenda-
le cumplían con estas descripciones.
Pág. 4
John Allen Burden (1862-1942) fue uno de nuestros primeros administradores de hospital. Cuan-
do él tenía 9 años de edad, John ya mostraba un gran interés en los escritos del Espíritu de Profecía. En
1882, entró en el Colegio Healdsburg; nueve años después, en 1891, él se convirtió en administrador
del Hospital Santa Helena. Desde 1901 hasta 1904, ayudó a desarrollar la obra hospitalar en Australia.
En 1900, luego después de su retorno de Australia, Ellen White hizo su hogar, al cual llamó
“Elmshaven”, en Pratt Valley, justo abajo del Hospital de Santa Helena (establecido en 1878). Instando
para que las instituciones médicas se estableciesen al Sur de California, ella fue guiada para seleccionar
a John Burden para llevar a cabo la obra de localizar buenos terrenos. En 1904, él comenzó la búsque-
da. Ellen White dijo que Dios le había mostrado que él encontraría buenas propiedades disponibles a
muy bajos precios.
Mientras recorría las áreas costeras y valles, encontró muchos hoteles turísticos y edificios de re-
cuperación de salud a la venta; estos habían quebrado durante un gran auge estatal y un posterior fraca-
so.
Dos de estos terrenos fueron vendidos a compradores privados bajo su consejo: el Hospital Para-
dise Valley (1904) en National City, y el Hospital Glendale (1905).
Más hacia el interior, cerca de San Bernardino, había un complejo victoriano llamado Hotel de
Temporada Loma Linda. Cuando el dueño original entró en quiebra en la década de 1890, la propiedad
y su terreno fue vendida a un grupo de hombres de negocio y de médicos de Los Angeles, los cuales
querían desarrollarlo como un lugar de temporada dedicado a la salud.
Lo llamaron Loma Linda y lo remodelaron y le colocaron lindos muebles, le adicionaron cinco
edificios para la atención de pacientes y un corredor recreativo, y después ornamentaron el cerro que
había detrás de las instalaciones. En aquel tiempo, ellos invirtieron US$ 150.000 en la propiedad. Pero,
en 1904, con pocos patrocinadores y desesperados por venderla, el grupo la puso a la venta.
A comienzos de 1905, Ellen White viajó hacia el Sur; cuando ella llegó a San Bernardino Valley,
fue impresionada a instruir al hermano Burden a que buscase una propiedad en aquella área, la cual
podría ser usada para un Hospital.
Poco después, Burden encontró Loma Linda. El hotel, los edificios auxiliares, y 76 acres de te-
rreno estaban a la venta por US$ 110.000.
Los vendedores querían deshacerse de este elefante blanco, pero deseaban que los compradores
tuviesen éxito como una instalación médica. Entonces le dijeron a Burden que se la dejaban en US$
40.000 (más tarde se la dejaron en US$ 38.900). Ellen White le dijo a John que aceptase. La opción de
compra fue firmada el 26 de Mayo de 1905, con un pago al contado de US$ 1.000. También fue inclui-
do en la venta una participación en acciones en dos compañías de agua. Esto era importante ya que el
agua es escasa en aquella zona.
Ellen White Visita Loma Linda.-
Mientras estaba viviendo en Loma Linda, algunos años atrás, y recordando su historia, a David
Lee le fue confiado un manuscrito por el Dr. L. H. Lonegan y su esposa (titulado “Historia de Loma
Linda”) escrito por John Burden, nuestro pionero organizador y administrador de Loma Linda. El do-
cumento también puede ser encontrado en Archivo de Documento 8A en el Ellen White Estate.
Aquí va el primero de algunas extracciones de ese manuscrito. Describe la primera visita al lugar,
la cual ocurrió el 12 de Junio de 1905.
“Después del retorno de Washington de los miembros ausentes del Comité de la Asociación Sur
de California, se llamó a una reunión y fuimos preguntados acerca de qué se había hecho con la propie-
dad de Loma Linda. Explicamos que la habíamos asegurado pagando US$ 1.000 al contado y que hab-
íamos firmado el contrato de compra de Loma Linda por US$ 40.000.
Naturalmente, algunos del Comité pensaron que en vista de su telegrama contra asegurar Loma
Linda, en vista de la advertencia de la Asociación de la Unión del Pacífico contra adquirir más empre-
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sas debido a las abrumadoras obligaciones financieras, nosotros habíamos actuado imprudentemente.
Fue sugerido que debía ser repudiada oficialmente toda responsabilidad por lo que se había hecho. La
tensión sin embargo fue aliviada, cuando se supo que la asociación no había sido envuelta financiera-
mente en la compra de la propiedad.
Los instamos, sin embargo, antes de tomar una acción final, a comparecer a una reunión de con-
sejo en Loma Linda con la hermana White la cual iba a llegar de Washington la mañana siguiente; y
después de alguna duda, ellos consintieron en ir. Fuera de los miembros del Comité de la Asociación,
cerca de 20 miembros de la Iglesia de Los Ángeles fueron convidados para ir al concilio.
Ellen White llegó y la reunión fue llevada a cabo el 12 de Junio de 1905 (Biografía de EGW, Vo-
lumen 6, pág. 17).
La mañana siguiente cerca de las 10:10 el tren de Los Angeles se detuvo en la estación de Loma
Linda al frente del Hospital. El gran comité estuvo inspeccionando el suelo y el edificio cuando la her-
mana White y su compañía se bajaron de un vagón expreso. El tren de ella que venía del Este, se había
detenido en Redland Junction, ya que el tren que seguía hacia el resto del país, no se detenía en Loma
Linda. Cuando la hermana White se bajó del vagón expreso le dijo a su hijo que estaba con ella: „Willi,
yo he estado aquí antes‟. Él le dijo: „No Mamá, tú nunca has estado aquí‟. „Este es el preciso lugar que
el Señor me ha mostrado, porque me es completamente familiar‟. Dirigiéndose a otro que estaba su la-
do, ella le dijo: „Tenemos que tener este lugar. Tenemos que razonar de causa hacia efecto. El Señor no
nos ha dado esta propiedad para ningún propósito común‟.
Mientras caminaba por el terreno y por los edificios de Loma Linda, ella frecuentemente repetía:
„Este es el preciso lugar que el Señor me ha mostrado‟. Entramos entonces en lo que era llamado el edi-
ficio de la asamblea en la cumbre del cerro. Ahí en un cuarto había una mesa de billar, en otro, una pis-
ta para jugar al palitroque, y en la tercera pieza una mesa para jugar a las cartas con cartas desparrama-
das por el piso. Cuando la hermana White entró en la pieza, ella miró y dijo: „Este edificio será de gran
valor para nosotros, una escuela será establecida aquí. Redland será convertido en un centro, así como
Loma Linda. Battle Creek está decayendo. Dios establecerá Su obra médica en este lugar‟”. John A.
Burden, Historia de Loma Linda.
En aquel tiempo, la denominación aun poseía las instalaciones médicas de Battle Creek; pero, sa-
biendo por anticipado que las perderíamos, se le mostró a Ellen que Loma Linda tomaría su lugar. Pero,
ella dijo, el plan de Dios era que llegasen más allá de lo que habían conseguido el Hospital de Battle
Creek y el centro de entrenamiento. En este libro, aprenderemos cuál era el plan.
Mucho del resto del manuscrito de Burden (Historia de Loma Linda) tiene que ver con las mu-
chas penurias, sacrificios y providencias en el desarrollo de la propiedad de Loma Linda, en los si-
guientes años.
La hermana White instó a los creyentes en el Sur de California a reconocer la importancia de este
proyecto.
“Nuestro pueblo en el Sur de California necesita despertar a la magnitud de la obra a ser hecha
entre sus propios hermanos. Que despierten a la oración y al trabajo... Tengo un mensaje que llevarle a
los miembros de iglesia en el Sur de California. „Levántense, y evalúen por sí mismos las oportunida-
des abiertas ante ustedes‟”. Testimonios Especiales, Serie B, Nº 3, pág. 30-31.
El 20 de Junio (ocho días después de su llegada), la Asociación del Sur de California aceptó la
propiedad como una institución denominacional. Después que el hermano Burden dio una descripción
de la propiedad a los delegados de la asamblea, Ellen White habló, seguida por el presidente de la Aso-
ciación. En un informe oficial de esta reunión, se registró lo siguiente:
“Entonces él declaró que la hermana White había dicho que este hospital debiera ser la principal
escuela de entrenamiento en esa costa (de los Estados Unidos). En este punto, la hermana White lo in-
terrumpió y dijo: „Así será‟”. Minutas de la Asociación del Sur de California, 20 de Junio de 1905.
Pág. 6
Cuando Dios dice que hagamos algo, entonces se puede hacer. Puede ser hecho, eso es, si cree-
mos y obedecemos. Una pequeña Asociación de apenas 1.400 creyentes fue capaz de pagar US$ 20.000
antes del término de aquel año y el resto dentro de los tres años siguientes.
“El consejo del Espíritu de Profecía ha sido confirmado. A medida que avanzamos por la fe, el
Señor abre el camino delante de nosotros, y el dinero viene de fuentes inesperadas. Casi todos estaban
finalmente convencidos de que era realmente Dios el que estaba llevando adelante la empresa”. Bur-
den, Historia de Loma Linda.
Bien al tanto de las posibilidades, si el modelo era seguido, ella escribió en aquel año:
“Es difícil comprender todo lo que esta transacción significa para nosotros”. Carta 291, 1905.
El 15 de Abril de 1906, todo el precio de compra había sido pagado en un servicio de dedicación
en el terreno del Hospital.
“Debemos apreciar Loma Linda como un lugar que el Señor vio de antemano que necesitaríamos,
y que Él nos lo dio”. Ministerio Médico:56.
“Deseo que toda la obra de este lugar sea una correcta representación de lo que nuestras institu-
ciones deben ser”. EGW, 20 de Abril de 1911.
Es bueno detenernos aquí y considerar a John A. Burden. Como usted va a aprender de las si-
guientes páginas, fue él el que se responsabilizó de cumplir con el modelo del Espíritu de Profecía para
Loma Linda, hasta que fue detenido.
“Él era calmo, quieto, naturalmente precavido, pero capaz de hacer audacias por su fe en la Pala-
bra de Dios. Detrás de una frialdad evasiva se escondía un ardiente y caluroso corazón de fervor y de
lealtad y confianza y un propósito decidido para bendecir a sus compañeros. La Sra. White lo conocía
bien, y lo valoraba mucho. Para él fue su consejo principal y de apoyo en esta materia, y a través de él
ella vio las providencias del Señor desarrollándose paso a paso”. A. W. Spalding, La Última Legión de
Cristo:152.
¿Cuál Debía ser el Objetivo?
Al comienzo, John Burden fue el presidente de la mesa directiva, el presidente de la corporación,
el gerente del hospital y también su capellán.
¿Cómo debía comenzar? ¿Qué principios debía adoptar? Felizmente, el hermano Burden había
tenido una experiencia anterior en seguir los principios del Espíritu de Profecía. También tenía una co-
operación cercana de Ellen White. Ella trató de hacer de esto un verdadero centro de entrenamiento
médico misionero modelo, en el pleno sentido de la palabra.
Cuando visitó el terreno de Loma Linda, Ellen White dijo algo que claramente reveló el objetivo:
“Mientras estaba en el entretenido corredor (de la propiedad de Loma Linda), ella destacó: „Dios
va a restablecer Su obra médica en este lugar‟. „Estamos más cerca del cuadro de la obra médica misio-
nera que cuando recién comenzamos. Él nunca quiso que nuestra obra floreciese en el camino profesio-
nal ni comercial, en el cual está ante el mundo hoy (en el Hospital de Battle Creek). Hemos educado
enfermeras que se pasan al lado de la cama, cuando debiéramos haber educado enfermeras misioneras
para que vayan a los hogares de las personas y a las villas, pueblos y ciudades, ministrando a las perso-
nas, canten himnos del evangelio y den estudios bíblicos. Aquellos que hacen esta obra cosecharán una
linda cosecha de almas, tanto de los caminos altos de la vida, como de los humildes”. J. A. Burden,
Historia de Loma Linda.
No “enfermeras que se pasan al lado de las camas”, sino “enfermeras misioneras”. Un tipo radi-
calmente diferente de programas para enfermeras y médicos estaba siendo concebido. ¡El plan no era
entrenar apenas personal médico para que sean empleados de hospitales, sino que fuesen a trabajar en
comunidades de América y a través del mundo, ministrando a los necesitados de los pueblos, dándoles
estudios bíblicos, y llevándoles el último mensaje a sus vidas!
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Comienza la Escuela.-
Durante ese verano, las primeras estudiantes de enfermería, la mayor parte de ellas jóvenes, llega-
ron; y les fue dada alguna instrucción. El hospital abrió sus puertas a los pacientes el 9 de Octubre de
1905; y, ese invierno, 55 pacientes estaban siendo atendidos simultáneamente. En Noviembre, la Dra.
Julia A. White, reclutada por Ellen White, llegó para ser una enfermera de obstetricia y cabeza del pro-
grama de entrenamiento de las enfermeras. La instrucción formal comenzó en Enero de 1906.
Poco tiempo después, la Asociación eligió a Warren E. Howell (1869-1943) para que sea el pri-
mer presidente de esta nueva escuela en Loma Linda (1906-1907). Él había enseñado antes en Healds-
burg y en el Colegio Misionero Emanuel, y entonces fue presidente de Healdsburg (1904-1906). Al
igual que Burden, Howell era un sólido partidario del modelo. A esta nueva escuela en Loma Linda se
le dio el nombre de “Colegio de Evangelistas Loma Linda”. Su tarea era reunir una facultad y ayudar al
hermano Burden a organizar enfermería, el colegiado y el curriculum médico evangelístico.
En el próximo año, 1907, Howell fue enviado a cumplir un compromiso en Grecia. Parece extra-
ño que la Conferencia General decidiera repentinamente enviarlo al Mediterráneo (Howell no sabía na-
da acerca de esa área ni tampoco sabía el idioma), cuando este importante trabajo en Loma Linda esta-
ba apenas comenzando. Pero esta manera de actuar continuaría.
El Dr. George Knapp Abbott tomó su lugar como cabeza de la escuela (1907-1909). Como usted
lo sabrá, este fue el mismo Abbott, otro firme obrero pionero que escribió un extraordinario librito so-
bre hidroterapia, Técnicas de Hidroterapia, y fue coautor del libro Terapia Física en el Cuidado de En-
fermería (el cual fue uno de los seis libros que este autor usó en la preparación del libro Manual de Te-
rapia con Agua; 294 páginas, US$ 10,00 + US$ 2,50). Ambos libros están ahora agotados. El Manual
es un excelente libro de instrucción sobre hidroterapia, disponible por el publicador del libro que usted
tiene ahora en sus manos. Es uno de los más completos libros sobre este asunto disponible hoy en día.
Esto es bueno, ya que no existen muchos libros sobre este asunto hoy en día (el libro completo también
está incluido en la Tercera Edición de la Enciclopedia de Remedios Naturales del presente autor, con
424 páginas).
“Podemos, con beneficio, disminuir mucho del trabajo innecesario que se hace. Dando los trata-
mientos comunes (hidroterapia, etc.) al enfermo, se obtendrá más”. EGW a A. G. Daniells, 1903; Spal-
ding y Magan:317.
Solamente se exigían 9 años de estudios previos para poder matricularse en el programa de en-
fermería. Después de tomar un curso básico de dos años de instrucción en enfermería, los estudiantes
podían escoger entrar en el curso médico evangelístico.
El 9 de Diciembre de 1909, bajo un segundo nuevo nombre, el “Colegio de Evangelistas Médi-
cos” (CEM), la institución recibió del Estado de California una autorización garantizando los grados
académicos y profesional.
Infelizmente, en la segunda década del siglo veinte, el nuevo colegio médico comenzó a desviar-
se, hacia el profesionalismo, prácticas y tratamientos dados por las escuelas médicas no adventistas.
Tempranamente, comenzó a ejercer pesadamente su presión para que Loma Linda se desviara del
modelo. Felizmente, poseemos una carta que provee un vistazo a los puntos de vista divergentes. Esto
nos proveerá una más amplia introducción a toda la situación que existía entonces.
No todos estaban de acuerdo con el modelo. De hecho, habían cuatro puntos de vista en relación
a lo que debería ser hecho con la novata institución.
Para que podamos entender mejor esto, daremos un salto de tres años hacia delante al año 1908, a
una carta escrita a un alto líder de la iglesia.
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Después de eso, veremos una gran cantidad de objetivos y principios de modelos de centros de
entrenamiento médicos misioneros y entonces volveremos a la historia de Loma Linda, para ver cómo
progresó el plan de Ellen White.
Una Carta Importante.-
La Carta de 1908 de Burden a Ruble.-
En la primavera de 1908, John Burden, el pionero administrador de Loma Linda, le escribió una
carta al Dr. W. A. Ruble de la Conferencia General. Burden concebía un colegio médico fundado com-
pletamente en los principios del Espíritu de Profecía. Infelizmente, dentro de pocos años después de
1908, la situación en la escuela médica de Loma Linda comenzó a cambiar. Pero, en esta carta, encon-
tramos un extraordinario vistazo de toda la controversia.
Wells Allen Ruble (1868-1961) había sido un misionero en Africa del Sur, después, uno de los
principales del Colegio de la Unión de Claremont en esa nación. Al volver a América, se graduó en
1906 en el Colegio Misionero Médico Americano de Kellog con el grado de Doctor.
Ruble, en el tiempo en que esta carta le fue escrita, era prominente en el rol de advertencia médi-
ca en la Conferencia General en Takoma Park. Desconocido para ambos, Burden y él mismo, dos años
más tarde, en 1910, Ruble sería elegido a la presidencia del CME (1910-1914) y jefe del Consejo Mi-
sionero Médico (el cual, en 1913, se convirtió en el Departamento Médico de la Conferencia General).
En esta carta, Burden estaba tratando de impresionarlo acerca de la importancia de adherirse a los
principios del Espíritu de Profecía en la escuela médica de Loma Linda.
Burden tenía apenas 46 años de edad cuando escribió esta carta. Después que el cambio había
comenzado en 1910, él continuó como administrativo no médico en el CME por varios años. Sin em-
bargo, desde 1910 en adelante, él fue alejado de la mayoría de los grandes cambios que se estaban lle-
vando a cabo.
En 1916, Burden fue transferido a la administración del Hospital Paradise Valley. Antes de su
muerte en 1942, debe haber llorado a menudo con el curso tomado más tarde por el CME. Se había
convertido en una institución de entrenamiento donde se daban drogas, imitando a las otras escuelas
médicas en el país.
No se olvide que ese mismo año, 1908, la pérdida del Hospital de Battle Creek para la organiza-
ción y del Colegio Médico Americano en Battle Creek ya habían acontecido. John Harvey Kellog y sus
médicos legalmente asociados se lo habían efectivamente robado (Vea La Apostasía Omega de este
mismo autor, mencionado antes y ahora en nuestro Tratado de Historia Doctrinal, para encontrar la his-
toria completa). Nuestros líderes estaban perplejos en cuanto a qué camino debería tomar el Colegio de
Entrenamiento de Loma Linda.
Tal como lo indica la presente carta, en 1908 habían cuatro puntos de vista diferentes en la de-
nominación en relación a lo que se debería hacer con Loma Linda.
Eventualmente quedó claro en la carta que John Burden estaba instando a nuestros líderes de la
iglesia a adoptar el “tercer punto de vista”, descrito a seguir, y abogaba por el éxito a través de toda la
nación.
En la siguiente carta usted encontrará respuestas a la complicada pregunta de cómo, en aquel
tiempo, pudimos haber obtenido un reconocimiento oficial mientras nos adheríamos completamente al
modelo en nuestra obra médica.
Tal como usted reconocerá, la carta de Burden a Ruble era tanto una advertencia como una pro-
fecía (en esta carta, todos los paréntesis y énfasis son nuestros).
-------------------------------------
“Loma Linda, California, 13 de Abril de 1908
Pág. 9
Dr. W. A. Ruble, Takoma Park Sta., Washington, D.C.
Querido hermano:
Lamento no poder estar con usted en este concilio especial del Comité de la Conferencia General,
ya que creo que (Primer Punto de Vista) se le dará alguna atención a la cuestión del avance de la obra
médica en nuestras escuelas.
Loma Linda ha estado avanzando en esta línea, en armonía con la luz que nos ha llegado durante
varios años, y especialmente desde la compra de esta institución y del establecimiento de la obra en
Washington.
Nos ha parecido a nosotros que el Señor está llamando para un entrenamiento evangelístico
médico avanzado en ambos centros. También hemos sentido que hubo más o menos una falta de enten-
dimiento en qué es lo que se debería hacer en estos centros médicos avanzados.
(Segundo Punto de Vista) Algunos han sentido, y así lo han manifestado, que todo lo que tene-
mos que hacer es lo que se ha venido haciendo en nuestras escuelas de entrenamiento de enfermeras en
nuestros hospitales, tal vez con más estudios bíblicos y un poco más de experiencia en el campo.
(Tercer Punto de Vista) Otros han sentido que debiera haber un entrenamiento más avanzado en
la teoría y en la práctica, tanto en la ciencia del arte de sanar tal como está asociado con la obra del
mensaje del tercer ángel, y posiblemente sean reconocidos al igual que aquellos que se gradúan y pue-
den asegurar el reconocimiento Estatal como para tener la libertad de practicar el arte de sanar al igual
que los demás médicos.
(Cuarto Punto de Vista) Otros no han creído que sea necesaria una institución médica completa-
mente calificada para competir con los colegios médicos del mundo.
Les colocaremos números a estas ideas: uno, dos, tres y cuatro.
(Primer Punto de Vista) La Proposición Nº 1 es reconocida por todos nosotros. Es una obra, com-
prensible por lo menos en cierta medida.
(Segundo Punto de Vista) La naturaleza, lugar y obra de la Nº 2está comenzando a ser reconocida
por muchos. Se ve que para misioneros externos a ser calificados con un entrenamiento avanzado en el
arte de sanar, de ser capaces de diagnosticar las enfermedades comunes y de aplicar lo que nosotros
llamamos tratamientos racionales, aumentaría grandemente la utilidad de la obra (“tratamientos racio-
nales” era una frase comúnmente usada entonces para designar los remedios naturales, en contraste con
la administración de venenos (drogas) al enfermo, para sanarlos, lo cual, obviamente, era un tipo irra-
cional de tratamiento. Otro sinónimo, usado posteriormente en esta carta, es “higiene” que también
quiere decir limpiar y restaurar. Por la misma razón, nuestros primeros obreros llamaban a sus centros
de tratamiento de Sanitariums” (Clínicas), ya que solo daban remedios naturales, los cuales eran sanita-
rios y limpiadores. Esos remedios sanitizaban o limpiaban y restauraban la salud del cuerpo. En con-
traste, los “hospitales” del mundo medicinaban a los pacientes con peligrosos productos químicos. Hoy
en día es fácil identificar drogas venenosas. Son aquellas que poseen “contraindicaciones”, un eufe-
mismo para decir “efectos colaterales peligrosos”).
Este es el trabajo que fue recomendado en la Convención Médica llevada a cabo en Loma Linda,
que el Colegio de Evangelistas de Loma Linda debía fortalecer su facultad y llevarlo adelante. Este tra-
bajo también estaba apoyado por la Asociación de la Unión del Pacífico, en una reunión llevada a cabo
en Santa Helena un par de meses antes; y allí fue recomendado que la Asociación de la Unión y la Con-
ferencia General se unieran para llevar a cabo esta obra, particularmente en el camino de proveer esta
escuela con instructores, de acuerdo a las disponibilidades.
(Tercer Punto de Vista, recomendado por Burden) Como la Legislación de California ha abierto
el camino para que los estudiantes como la Escuela de Evangelistas de Loma Linda para ser legalmente
reconocidas para practicar métodos sanitarios de salud, o remedios racionales, algunos han pensado que
sería sabio tener la escuela reconocida por la ley que esos estudiantes, al completar el curso de tres años
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de estudios y cuyas calificaciones los capacitan a pasar los exámenes del Estado, sean libres para traba-
jar al igual que los otros médicos reconocidos; en efecto, ellos mantienen posiciones en nuestras insti-
tuciones y cumplen con todos los requerimientos de la ley. Esto lo designaremos como siendo la Pro-
posición Nº 3, ya que no importa cuan bien calificados puedan estar para hacer su trabajo, tendrán ne-
cesariamente que trabajar como enfermeras bajo la dirección de médicos legalmente calificados (En el
tiempo en que Burden escribió esto, los gobiernos estatales reconocían los remedios naturales de la
misma manera en que reconocían las drogas).
(Continuando con el Tercer Punto de Vista) Nuestro entendimiento de los testimonios es, que
mientras miles tienen que ser rápidamente calificados para la obra médica evangelística, algunos tienen
que ser calificados para trabajar como médicos. Hemos sido instruidos una y otra vez para hacer con
que la escuela sea tan firme como sea posible para la calificación de enfermeras y médicos; y la apertu-
ra de un camino para su reconocimiento; y especialmente en vista del hecho que California hasta ahora
ha sido uno de los Estados más difíciles para el reconocimiento de la práctica médica, nos parece una
providencia divina (que nos permitan continuar enseñando de acuerdo con el modelo), llegando al año
siguiente que comenzamos a funcionar con la escuela (observe que Burden antes limitó esto a “practi-
car métodos sanitarios de sanar, o remedios naturales”. Burden no aprobaba la medicación de drogas.
Porque él sabía que el Espíritu de Profecía se oponía totalmente a eso; vea el capítulo 16 en nuestro
Manual Médico Misionero:229-254; Nota del Traductor: vea también mi archivo “El Uso de Drogas”
en mi CD).
La batalla fue dada por los osteópatas, pero (en vez de aprobar apenas a los osteópatas) la Legis-
lación abrió entonces las puertas de par en par para la entrada del curso médico, diciendo que éste era
igual que la preparación superior en las diez ramas fundamentales que sostienen la educación médica
(Satanás estaba trabajando diligentemente para cerrar la puerta, de tal manera que nuestros médicos no
estuviesen capacitados a operar legalmente, a menos que aceptasen a acceder a usar drogas, radiación,
y todo lo demás. Ciertamente, cuando miramos hacia atrás hoy en día, la situación parecía sin esperan-
za y nuestra obra médica estaba destinada a eventualmente ser oprimida por el control acreditador de la
AMA, lo cual acabó aconteciendo.
Pero el párrafo anterior revela “lo que podría haber sido”. Si, si, hubiésemos peleado el recono-
cimiento legal para los tratamientos con remedios naturales, usando hierbas, hidroterapia, y las ocho
leyes de la salud, ¡Dios nos habría abierto la puerta para conseguirlo! Los osteópatas pelearon la batalla
y obtuvieron lo que querían. Los quiroprácticos también pelaron la batalla y obtuvieron la aprobación
legal para su método de tratamiento. Más recientemente, las enfermeras profesionales han ganado el
derecho a practicar la medicina básica sin un título de médico; a pesar de la oposición de la AMA.
Podría haberse logrado, y Dios nos habría abierto la puerta.
No piense que esto es apenas un sueño aislado. Lea nuestro Manual Médico Misionero. ¡Era el
plan de Dios que levantásemos nuestro “brazo derecho” para extenderlo y abrir las puertas para el men-
saje evangelístico del tercer ángel a través de todo el mundo!
El uso de remedios naturales solamente – el único método médico que se adhiere estrictamente a
la obediencia a las leyes de Dios – podría haber tenido un éxito extraordinario, si hubiésemos permane-
cido firmes con ese método.
Pero, en vez de eso, entre 1912 y 1922, y después, gradualmente acatamos, paso a paso, todos los
requerimientos colocados ante nosotros por el Consejo Médico de Educación de la AMA. Debido a
nuestro acatamiento, la AMA ganó un completo round en la educación médica y de enfermería. El ob-
jetivo oculto de la AMA es tremendamente simple: requiere que solamente sean usados aquellos méto-
dos de tratamiento que traigan dinero para los fabricantes de drogas y de medicamentos. ¿Y cuáles son
esos? Los que pueden ser patentados. Es un hecho bien conocido que esos fabricantes hacen llegar
buenas cantidades de dinero a los cofres de la AMA, a través de caros anuncios colocados en el Diario
de la AMA. La vasta riqueza de los fabricantes de remedios es legendaria).
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“La materia médica y la intervención quirúrgica han sido rechazadas; de tal manera que, a través
de una escuela de higiene o de prácticas racionales no tendría dificultades para ser reconocida en este
Estado (materia médica era una palabra latina, "materias médicas”, significando cualquier cosa que pu-
diese ser tragada, inyectada, o aplicada corrientemente en la piel. En el siglo XIX, esto incluía hierbas
y/o drogas venenosas; pero, desde el comienzo del siglo XX, la frase incluye solamente las drogas.
“Han sido rechazadas”; esto es, las leyes del Estado de California estaban totalmente relajadas, de
tal manera que a las escuelas médicas no se les requería en aquel tiempo instruir en el uso de cualquier
tipo particular de materia médica o de cirugías).
“Si nuestra escuela fuese reconocida aquí, sus estudiantes tendrían una ventaja a través de la cual
podrían asegurar el reconocimiento en otros Estados, de la misma manera en que los osteópatas están
siendo reconocidos. Su arte de sanar está siendo rápidamente reconocido en todos los Estados, pero han
tenido que pelear arduamente su camino. Ellos abrieron el camino y eso evidentemente hizo todo más
fácil, por lo menos durante algún tiempo, porque otros métodos con reputación para sanar han sido re-
conocidos.
(Esta carta le fue enviada al Dr. Ruble, para que le fuese leída a los líderes de la Conferencia Ge-
neral. El hermano Burden reconoció en esto una oportunidad, y aquí estaba pleiteando con la Confe-
rencia General para que se uniesen con este plan. Pero, él explicó, tendrían que pelear cada milímetro
del camino, porque Satanás se les opondría. El hermano Burden conocía muy bien los consejos del
Espíritu de Profecía, que la obra de sanar con remedios naturales era la “cuña de entrada” de Apoc.
12:17 y 14:6-12 del mensaje que tenemos que llevarle al mundo, el cual es la obediencia a la ley de
Dios, a través de la habilitadora fe de Jesucristo. El tratamiento con remedios naturales y la aceptación
de nuestras verdades especiales acerca de la ley y del Sábado van de manos dadas. ¡Ambas enseñan la
obediencia a las leyes de Dios! Pero, infelizmente, en los años cruciales de 1910 hasta 1922, nuestros
líderes no estaban atentos y perdieron la oportunidad.
Al mismo tiempo, en otro frente, Satanás estaba trabajando para separar la obra médica del
evangelismo. Él comenzó con Kellog en Battle Creek, e intensificó su trabajo en los últimos años en la
medida que nuestra obra de entrenamiento médico y de doctores se volvió “profesionalizada”. Contra-
riamente a lo que mostraba el modelo (y el “tercer punto de vista” sostenido por Burden), las cosas es-
taban arregladas de tal manera que solo nuestros doctores podían diagnosticar, prescribir y tratar; y eran
entrenados solo en drogas y cirugías, y poco conocían de los tratamientos naturales. El plan de Dios, tal
como fue revelado en el Espíritu de Profecía, era que solo unos pocos de nuestro pueblo fuesen “com-
pletamente calificados” como para lidiar con los niveles más avanzados de enfermedades y con los re-
medios naturales. Muchos otros tendrían que cuidar problemas físicos comunes con remedios naturales.
este era el “tercer punto de vista” de Burden).
Fue un gran infortunio que el Colegio Misionero Americano (en Battle Creek) fuese lanzado a
copiar las escuelas del mundo, en vez de colocarse bajo la bandera del arte de sanar que muestra el
mensaje del tercer ángel. Y alguno de nosotros nos parece que podemos cometer el mismo error que
ellos cometieron si seguimos su ejemplo en establecer una escuela médica cuya norma, si es que al fi-
nal es mantenida, signifique comercio desde el principio hasta el final, o entonces los estudiantes que se
gradúen de la escuela perderán su posición reconocida y estarán con aquellos que siguen las prácticas
médicas de hoy.
(El Colegio Médico Americano (1895-1910) comenzó con J. H. Kellog, el cual fue su único pre-
sidente. Él buscó y recibió la acreditación teniendo un campus dividido, con los dos primeros años de
entrenamiento en la Clínica de Battle Creek y los dos últimos años en dos Hospitales no adventistas de
Chicago. Alcanzó a formar 194 médicos antes de cerrar, debido a falta de ayuda económica y a las
siempre mayores exigencias de la acreditación. También abrió un hospital completamente equipado y
con personal en Chicago).
“No es así con una nueva escuela que crea su propia norma y gana su camino a través de sus
méritos: y esa norma, si entendemos los mensajes que nos llegan, es misionera, urdimbre y tejido (o
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trama, en otras palabras, de punta a punta), con el espíritu mercenario completamente eliminado. Por
eso se escogió ese nombre: Médicos Evangelistas.
Nos gustaría estar presente en vuestros consejos y escuchar vuestros análisis con respecto a esto.
Es extremamente interesante para nosotros, del hecho que hemos tenido que enfrentar el asunto y re-
solverlo por nosotros mismos, o entonces desistir de entregar nuestro tan claro mensaje recibido de la
mensajera del Señor.
Entendemos que la cuestión es más o menos confusa para todos, y posiblemente algunos no ven
ninguna luz en darle ninguna consideración ahora; pero somos de la opinión que Dios está llamando a
esta denominación a una reorganización de su obra médica tan ciertamente como Él llamó hace algunos
años a una reorganización de la obra educacional. Así, estamos avanzando con la mejor luz que pode-
mos obtener.
Estamos ansiosos de vuestro consejo y cooperación. No queremos colocarnos en una posición de
adelantarnos de los demás en esta materia, y estaremos agradecidos de vuestros consejos y adverten-
cias. Escribimos así porque nuestros planes y posiciones y nuestra obra puedan ser claramente entendi-
das. Estamos queriendo estar completamente satisfechos con nosotros mismos con lo que hemos con-
seguido hasta aquí, desarrollando el plan y desenvolviendo personas de habilidad para llevar a cabo la
obra como médicos evangelistas.
Si es sabio dejar a un lado el pensamiento de reconocimiento legal de los estudiantes cuando
hayan completado su curso, estamos dispuestos a esperar; pero sentimos más profundamente que, a la
luz de las oportunidades en California, la cuestión de establecer una escuela cuya total influencia y en-
señanza sea la de calificar médicos para practicar el distintivo arte de sanar del tercer mensaje angélico
se le debe dar cuidadosa atención por aquellos que están interesados en este asunto y capacitados para
juzgar los méritos de la cuestión.
(Usted percibirá que los dos párrafos anteriores podrían ser interpretados por la Conferencia Ge-
neral como cancelando la urgente advertencia anterior. Burden había dicho, tenemos que hacer cambios
importantes. Pero entonces él dice, pero si ustedes piensan que no hay necesidad de urgencia, entonces
nosotros haremos eso.
El problema aquí, es que la iglesia controlaba Loma Linda, y Burden no podía decirlo de otra
manera, sin ser quemado. Más adelante en este libro, aprenderemos de las memorias del Dr. Owen S.
Parret, que Ellen White no quería que Burden traspasase el control de Loma Linda a la iglesia, cuando
así lo hizo. Burden reconoció más tarde que este fue su más craso error).
“(Cuarto Punto de Vista) Estoy seguro que tan luego como aparezca la cuestión, el primer pen-
samiento será el de que (el modelo es apenas) una educación médica superficial y que será una desgra-
cia para llevar a cabo la obra del mensaje, a menos que podamos establecer la cuarta proposición; en
efecto, una escuela médica totalmente equipada de acuerdo con la idea del mundo, que pueda venir a
ser un miembro de la asociación de los Colegios Médicos Americanos (esto es, totalmente acreditado).
No creo que por ningún motivo debamos aprobar nada que sea así. Si (tal como lo declara el Espíritu de
Profecía) mucho de lo que ahora está incorporado en las escuelas médicas del mundo es tan inútil como
las máximas de los escribas y fariseos; y si hay estudios intrincados que ciertamente son dañinos para
la mente del estudiante, descalificándolo para la obra que debería hacer; y nuevamente, si mucho de su
curso es mera basura, eliminaría una escuela médica estas cosas inútiles de su obra y adicionaría aque-
llas más útiles, como lo son las agencias sanadoras, la influencia del evangelio de Cristo tal como es
revelado en el estudio de las Escrituras, combinado con remedios racionales y las diez ramas funda-
mentales enseñadas en armonía con todo eso, ¿una escuela así sería „superficial‟ simplemente porque
permaneció firme sola y no fue reconocida por las escuelas modernas del mundo?
(En este último párrafo, el hermano Burden está pleiteando con nuestros líderes para que no bus-
quen la acreditación de las agencias seculares).
“Sin embargo, como lo dije antes, yo creo que lo esencial es la calificación del obrero que va a
hacer la obra, y eso es lo que estamos tratando de llevar adelante. Si es la voluntad de Dios que algunos
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de estos obreros, cuando estén calificados, deban permanecer firmes en la libertad de la ley del Estado
para practicar el arte de sanar del tercer mensaje angélico, Dios ciertamente abrirá el camino.
(Él está diciendo nuevamente que, si perseveramos, podemos, tal como lo han conseguido los os-
teópatas, obtener el reconocimiento legal, para nuestros estudiantes avanzados para que sean médicos,
totalmente reconocidos por la ley del Estado, sin tener que someter nuestra escuela a los requisitos de
acreditación del AMA. Si hacemos nuestra parte, Dios nos ayudará a hacerlo en nuestros términos, y en
completa conformidad con nuestras normas y métodos de la obra médica).
“Para el año que viene, nos parece que la única cosa consistente que podemos hacer es movernos
en armonía con las recomendaciones pasadas en la Convención Médica de la Asociación de la Unión,
la cual anima la calificación de personas con una eficiencia médica avanzada a trabajar como evange-
listas. Por lo tanto debemos continuar con los tres años regulares del curso de Médico-Evangelista, tal
como ha sido hecho hasta aquí en nuestros programas.
En el párrafo anterior, los obreros serían “calificados” haciendo su entrenamiento en nuestro co-
legio CME no calificado. Pero, Burden continúa, también debería ser dado un curso rápido de un año).
“También es bueno suplementar esto con una instrucción de un año para estudiantes maduros, ta-
les como profesores de escuela, obreros bíblicos, enfermeras graduadas y ministros, los cuales quieren
aprender en el menor tiempo posible todo lo que puedan ser capaces de aprender de este arte racional
de sanar, y combinarlo con su obra evangelística. Por lo tanto estamos providenciando la venida del
mejor instructor de Biblia disponible para llevar a cabo ese programa, juntamente con los asuntos
médicos.
(¡El siguiente es un excelente párrafo, porque delinea los asuntos básicos enseñados en el CME
en su curso de un año! Los mismos cursos básicos eran, desde luego, enseñados en forma expandida en
el programa de tres años).
“El curso contemplará asuntos tales como hidroterapia (práctica y teórica), masaje (práctico y
teórico), higiene, psicología, anatomía, dietética, cocina saludable, vestimenta saludable, el estudio de
las enfermedades y el diagnóstico, y métodos médico-evangelísticos para trabajar en los campos. Colo-
cando tantas cosas en un año, hará necesariamente que la instrucción en cada asunto sea breve, y sin
embargo el curso será una maravillosa ayuda para aquellos que lo tomen, y también en el desarrollo de
la obra.
Le hemos preguntado a la Asociación para que nos liberen al hermano Owen como instructor
bíblico, y él ha consentido en venir. Esperamos que la Conferencia General y la Unión estén llanas a
cooperar con nosotros en darnos cada una un instructor, para todo el curso o para una parte del mismo.
Actualmente hay una buena cantidad de alumnos queriendo tomar el curso, siendo que algunos están
posponiendo su partida a algunos campos, para así poder asegurarse esta preparación, aun cuando algu-
nos han estado aquí en la escuela preparándose en el estudio de la Biblia para trabajar en los campos
misioneros.
Nuestra capacidad es limitada. Estoy seguro, si es que la materia es llevada a cabo tal cual nos lo
enseñan los testimonios, y es colocada adecuadamente delante de las personas, será una gran reunión,
no solo de obreros, que ahora están empeñados en una parte de la obra, sino que también de enfermeras
graduadas, las cuales ingresaron para volverse evangelistas, pero han perdido su camino, debido a que
éste no ha sido suficientemente iluminado, de manera que ellas lo pudiesen encontrar.
Voy a anexar más material de la ley en California, mostrando lo que está abierto para ser recono-
cido por el Estado para nosotros aquí, para que ustedes puedan estudiar el asunto y estar capacitados
para aconsejarnos más tarde en relación a las posibilidades de nuestro plan de sacar ventajas de la ley,
para que la escuela pueda ser reconocida.
Oramos para que el Señor lo bendiga en este consejo que ahora va a comenzar, y quedamos aten-
tamente en la obra del Maestro”. Carta de Burden a W. A. Ruble, 13 de Abril de 1908.
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En vez de enfermeras y médicos “al lado de la cama”, Ellen White quería enfermeras y médicos
“evangelísticos”. El modelo incluía el entrenamiento de un gran número de nuestros laicos y laicas, en
cursos cortos, para el servicio como “médicos misioneros”. El alcance del proyecto era impresionante.
En un capítulo anterior en nuestro Manual Médico Misionero revela que el modelo quería que todo
nuestro pueblo, desde un extremo al otro, fuesen “médicos misioneros”.
Tres días después de haberle enviado esta carta al Dr. Ruble, el hermano Burden le envió una co-
pia a Ellen White, acompañada por esta carta:
“Gradualmente los hermanos locales, incluyendo al hermano Reaser, están comenzando a tener
puntos de vista más claros en relación a lo que el Señor quiere que sea esta escuela. Usted podrá ver, a
través de la carta al Dr. Ruble, de la cual le incluyo una copia, algo de lo que se está formando en mi
mente.
Veo en su última comunicación que usted se opuso fuertemente contra la organización de una es-
cuela que compita con las escuelas médicas del mundo, diciendo que nosotros no estábamos calificados
como para preparar estudiantes para que pasaran el examen del Estado ahora. Yo creo que usted verá
en mi carta al Dr. Ruble, que nuestra idea de una escuela reconocida en Loma Linda, en la cual podr-
íamos calificar personas como doctores en higiene y en tratamientos racionales, sería un problema mu-
cho menos difícil que aquel enfrentado por el colegio de Battle Creek. Sin embargo, puede no ser sabio
pensar en una escuela así ahora, y sería mejor esperar hasta que hayamos desarrollado el plan de califi-
car evangelistas completamente para su obra, y que ellos demuestren su utilidad, antes que nosotros
busquemos el reconocimiento del Estado para que nuestros graduados puedan practicar”. John Burden
a Ellen White, 16 de Abril de 1908.
Burden imaginó erróneamente que le sería dado tiempo para desarrollar el programa en Loma
Linda, preparar un número calificado de graduados, y entonces trabajar para obtener el pleno recono-
cimiento del Estado, equivalente a un grado de doctor (él apenas tenía 48 años en 1908).
Pero era A. G. Daniells el que estaba a cargo, no John Burden ni W. A. Ruble. Y Daniells, que
había estado tratando de eliminar Madison desde 1904, en 1909 rechazaría el llamado de Ellen White
para dejar de comer carne. Él le contó a P. T. Magan en 1911 que era ridículo salir de las ciudades, y
que no estaba dispuesto a ser diferente al mundo, cuando entró en nuestra obra médica denominacional.
A los que le preguntaban por qué él, siendo el presidente de la Conferencia General, había comi-
do carne durante toda su vida, él les respondía que le hacía bien.
Dentro de dos años de haberle escrito esta larga carta a Ruble en la Conferencia General, Burden
fue efectivamente puesto a un lado, aun cuando no fue hasta 1916 que lo trasladaron de Loma Linda a
Paradise Valley.
Estableciendo los Objetivos Básicos.-
Deseando lo Mejor.-
Para que el plan pudiese comenzar bien, Ellen White llamó al hermano S. N. Haskell y a su espo-
sa, sus amigos íntimos desde hacía varios años, y les preguntó se podían venir y llevar a cabo el pro-
grama evangelístico en la nueva escuela.
“Muy luego debemos comenzar con una escuela de entrenamiento de enfermeras en Loma Linda.
Este lugar se convertirá en un importante centro educacional, y necesitamos los esfuerzos de usted y de
su esposa para darle el molde correcto a la obra en este nuevo centro educacional”. EGW, Carta 277,
1905.
“Del lado evangelístico ellos tenían, a comienzos de la primavera de 1906, la ayuda de aquel an-
tiguo profesor de Biblia y misionero, el hermano S. N. Haskell, y su esposa, quien, a pedido de la Sra.
White, se había juntado al equipo. Era realmente una escuela evangelística; porque las enfermeras y to-
dos los obreros entraron de lleno en el programa evangelístico práctico del hermano Haskell, en las
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ciudades alrededor, y también colportaban el nuevo libro de la hermana White, El Ministerio de Salud”.
A. W. Spalding, La Última Legión de Cristo:157.
Mientras la escuela estaba en su infancia, solamente las enfermeras serían entrenadas. Pero, ya en
1905, ella indicó que debía ser incluido después el entrenamiento de médicos.
“En relación con la escuela, yo diría, hagan todo lo que sea posible en la educación de las enfer-
meras y médicos”. EGW, Carta 325, 1905.
Si usted, querido lector, está planeando comenzar una escuela médica misionera o estudiar por sí
mismo para ser un médico misionero, usted encontrará que la siguiente información es extremamente
útil. Puede servir como una guía, si, ¡un claro llamado a la acción!
Ellen White fue a una reunión de consejo, efectuada en los terrenos de Loma Linda en 1906. En
aquella reunión ella declaró la doble obra que debía ser hecha.
“Traté de dejar en claro que los médicos del hospital y los ayudantes tenían que cooperar con
Dios en combatir las enfermedades no solo con el uso de remedios naturales que Él ha colocado dentro
de nuestro alcance, sino que animando a sus pacientes a confiar en la fortaleza divina a través de la
obediencia a los mandamientos de Dios”. EGW, Review and Herald, 21 de Junio de 1906.
No a través de drogas venenosas, sino que por la obediencia a las leyes naturales y moral tenían
los pacientes que recuperar su salud. No presuntivamente “solamente por la fe”, sino que por la obe-
diencia a los Diez Mandamientos tenían que ser traídos los pacientes a un salvador conocimiento de
Cristo su Señor y Salvador.
En estos últimos días, la “nueva teología” enseña la salvación a través de la presunción, sin la
obediencia a la ley moral de Dios; y la “nueva teología” médica enseña la sanidad a través de venenos,
sin la obediencia a las leyes de la naturaleza.
En aquella importante reunión, ella también dijo lo siguiente: “Loma Linda no solo será un hospi-
tal, sino que un centro educacional. Con la posesión de este lugar viene la pesada responsabilidad de
hacer la obra de la institución educacional en carácter. Una escuela debe ser establecida aquí para en-
trenar evangelistas misioneros médicos. Mucho está envuelto en esta obra, y es esencial que tengamos
un buen comienzo”. EGW, Review and Herald, 21 de Junio de 1906.
En aquella primavera, con la ayuda de las enfermeras y del equipo de Loma Linda, los Haskells
condujeron un esfuerzo médico-evangelístico en una tienda en San Bernardino. Esto hacía parte del
programa de entrenamiento.
Ansioso de aprender más acerca del modelo para la escuela, el Profesor Howell visitó a Ellen
White en su hogar en Elmshaven. Lo que él aprendió, lo devolvió a la escuela y lo compartió con los
demás (infelizmente, un año y medio después, fue enviado a Grecia). Comentando esa visita, ella ex-
plicó más tarde que la oración sincera, el estudio de los escritos inspirados de Dios, la voluntad de obe-
decer, y el trabajo duro traerán éxito en las líneas correctas.
“Yo le dije que el Señor guiará a todo aquel que se deje guiar. La Biblia es nuestro guía seguro.
Cristo dijo, „El que quiera venir en pos de Mí, tome su cruz y sígame‟.
No podemos demarcar una línea precisa a ser seguida incondicionalmente. Las circunstancias y
las emergencias surgirán, por lo cual el Señor tiene que darnos instrucciones especiales. Pero si comen-
zamos la obra, dependiendo totalmente del Señor, mirando, orando, y caminando en armonía con la luz
que Él nos ha enviado, no seremos dejados para andar en la oscuridad”. EGW, Carta 192, 1906.
¡Esta es una dulce promesa! Si el pueblo de Dios le es fiel y quiere hacer Su voluntad, Él los
guiará durante todo el camino hasta el fin. Y eso es lo que usted y yo queremos, ¿no es verdad? Que-
remos hacer parte de Su plan.
Escuela y Hospital Juntos.-
De acuerdo con el modelo, el hospital y la escuela tienen que ser localizados uno cerca de la otra,
y deben unirse en su instrucción y obra.
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“La unión de nuestras escuelas y hospitales probará ser una ventaja de muchas maneras”. EGW,
20 de Febrero de 1908.
En el otoño de 1906, Ellen White escribió esto al gerente y al presidente del CME:
“Hermanos Burden y Howell, la obra de la escuela y del hospital será una bendición, la una sobre
el otro; Si hay cooperación entre la obra educacional y la obra del hospital, ciertamente podemos reco-
mendar que la educación superior será llevada a cabo en los terrenos del hospital, porque éste es el plan
del Señor. Si los hombres que están a la cabeza de este emprendimiento, para la utilidad de estas insti-
tuciones, cada uno ayudando al otro, no hay nada que obstaculizar en relación a las operaciones de la
escuela”. EGW, 28 de Septiembre de 1906.
En respuesta, Burden escribió:
“Estamos teniendo la obra más ideal aquí en el Hospital de Loma Linda, de todo lo que he visto
en toda mi experiencia, y yo contribuyo en la influencia de la escuela con el Hospital. Esto suscita una
atmósfera saludable y espiritual en los corazones de los obreros. Algunos pacientes asisten a las clases
de Biblia con los estudiantes. Tan luego como tengamos nuestra capilla lista, nuestras clases de Biblia
serán hechas en las salas de la escuela sabática, las cuales estarán cerca del hospital, y yo estoy seguro
que muchos más pacientes serán entonces atendidos”. John Burden, 16 de Diciembre de 1909.
En una comunicación posterior, ella advirtió a los obreros de Loma Linda, que la escuela debía
estar conectada con el hospital, y que los estudiantes nunca deberían ser enseñados a usar drogas como
remedios.
“Deben ser muy cuidadosos para que no hagáis algo que pueda restringir la obra en Loma Linda.
Es la voluntad de Dios que esta propiedad sea asegurada, y Él ha dado instrucciones que la escuela de-
be estar conectada con el hospital. Una obra especial debe ser llevada a cabo ahí, para calificar jóvenes
y señoritas para que sean obreros médicos misioneros eficientes. Ellos deben ser enseñados a tratar los
enfermos sin el uso de drogas. Una educación tal requiere una experiencia en el trabajo práctico”.
EGW, Carta 274, 1906.
“Drogas como remedios” se refiere a lo que hoy en día llamamos una combinación no natural de
productos químicos, los cuales son extraños al cuerpo humano.
“Las drogas siempre tienen la tendencia a disminuir y destruir las fuerzas vitales, y la naturaleza
se vuelve tan tullida en sus esfuerzos, que el inválido muere, no porque necesitase morir, sino porque la
naturaleza fue atropellada (ultrajada)”. Ministerio Médico:223.
En vez de darle a un enfermo algunas píldoras con productos químicos poderosos, los tratamien-
tos naturales requieren apenas un “trabajo práctico”, hidroterapia, el uso de hierbas, una dieta cuidado-
sa, y algunos cambios que lo llevarán a la completa obediencia a los ocho remedios naturales de la sa-
lud. No solamente se le deben aplicar los tratamientos de sanación a los pacientes, sino que tienen que
ser enseñados a vivir correctamente, física y espiritualmente.
La carta anterior concluye con las siguientes palabras:
“Los estudiantes deben unirse fielmente en la obra médica, manteniendo sus poderes físicos en
las mejores condiciones posibles, y trabajando bajo la instrucción del gran Médico Misionero. El sana-
miento del enfermo y el ministerio de la Palabra deben ir de manos dadas”. EGW, Carta 274, 1906.
Declaraciones en las Primeras Publicaciones.-
Las primeras publicaciones del joven centro educacional nos proveen de una preciosa informa-
ción.
El Boletín de la Escuela, editado en el verano de 1906, muestra tres cursos que eran ofrecidos:
Médicos Evangelistas, Enfermeras Colegiadas y Obreros Evangélicos.
El curso de tres años de Médicos Evangelistas era descrito de la siguiente manera:
“Este curso está previsto especialmente para enfermeras graduadas y para otras que han comple-
tado los asuntos preparatorios... y que quieren tomar estudios médicos avanzados, como una mejor pre-
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paración para la obra evangelística, pero que desean tomar estos estudios bajo condiciones favorables
al crecimiento espiritual, para confiar en las verdades fundamentales del triple mensaje angélico, y para
el desarrollo del genuino espíritu misionero en el servicio actual”.
Las materias que se enseñaban eran química, terapéuticas fisiológicas, enfermedades de niños, fi-
siología, obstetricia, ginecología, anatomía y enfermedades en general. El prefacio del Boletín decía:
El propósito en establecer un Colegio Evangelista en Loma Linda es el de desarrollar y entrenar
evangelistas. El mundo necesita ser evangelizado, y la obra tiene que ser llevada a cabo rápidamente”.
Al pie de cada página, en itálicos, estaban escritas estas palabras: “Para predicar el reino de Dios
y para sanar a los enfermos”.
En Junio de 1908, salió la primera impresión del Médico Evangelista, publicado por el Colegio
de Evangelistas de Loma Linda. En la introducción, decía significativamente, lo siguiente: “Evangelista
con ninguna otra credencial que la verdad que posee”. No había ninguna mención de afiliaciones con
ningún colegio secular, hospitales, y otras instituciones de la AMA. El diario estaba únicamente “Afi-
liado con el Hospital de Loma Linda”.
El diario anunciaba un “Curso Especial de un Año”, y mencionaba lo que los estudiantes habían
estado haciendo en el año escolar anterior:
“Durante el año pasado, el hermano Luther Warren estuvo asociado con la escuela como Evange-
lista de Campo, y el Señor ha bendecido grandemente su trabajo de inspirar a los jóvenes con un fuerte
espíritu misionero. Todos han tomado parte en la obra evangelística en los pueblos vecinos”.
Cómo Obtuvo su Nombre.-
Un año más tarde, cuando la escuela fue reconocida por el Estado, el nombre fue cambiado para
Colegio de Médicos Evangelistas (CME).
John Burden nos cuenta más tarde cómo la escuela obtuvo su nombre:
“Me recuerdo muy bien de la mañana en que la hermana White escribió la frase „Evangelistas
Médicos Misioneros‟, y sus ojos brillaban mientras escribía. „Así‟, dijo, „yo creo que pueden entender
eso‟. Ella dijo esto en relación al tipo de escuela que sería Loma Linda. Ya que este era el producto,
¿no era lo más natural que la escuela llevase el nombre de este producto? Y ella parecía estar muy
complacida cuando la escuela fue bautizada: „El Colegio de Médicos Evangelistas‟”. John Burden, car-
ta al Dr. E. H. Risley, 3 de Junio de 1929.
Varios años después, la palabra “evangelistas” fue retirada del nombre. El nombre del diario de la
escuela fue cambiado de El Médico Evangelista para Universidad de Loma Linda.
El 1 de Julio de 1961, el nombre de la escuela fue cambiado para Universidad de Loma Linda.
Cuando eso sucedió, una ley especial de California, establecida durante la era del „arenque rojo‟ a fines
de la década del 40 y comienzos de la década del 50, sorpresivamente se aplicó a la escuela. Esto lo
analizaremos posteriormente.
“El propósito de nuestras instituciones de salud no es la de ser primariamente el de los hospitales.
Las instituciones de salud conectadas con la terminación de la obra del evangelio en esta tierra, perma-
nece a través de los grandes principios del evangelio en toda su plenitud. Cristo es aquel que tiene que
ser revelado en todas las instituciones conectadas con la obra de terminar la predicación del evangelio,
pero nadie puede hacerla tan completamente como la institución de salud, donde el enfermo y el su-
friente viene en busca de ayuda y de liberación tanto de la dolencia física como espiritual. Muchos de
ellos, necesitan, tal como el paralítico de antaño, el perdón del pecado como lo primero, y necesitan
aprender cómo hacerlo para „ir y no pecar más‟”. Ministerio Médico:27-28.
Operación y Curriculum.-
Pág. 18
Para aquellos que querían trabajar en Loma Linda en aquellos días, esto es lo que el hermano
Burden escribió:
“Aquí estamos bajo la dirección de Dios para iniciar una gran institución. No tenemos fondos. No
podemos pagarles ni siquiera los pasajes para que vengan, y tampoco sabemos cuando podremos pagar-
les los salarios. Lo máximo que podemos decirles es que necesitamos ayuda. Si vuestro corazón está en
la obra, vengan y compartan nuestra pobreza con nosotros”. John Burden, Historia de Loma Linda.
Es importante que entendamos la operación y el curriculum de Loma Linda en aquellos primeros
años:
“Le alegrará saber que Loma Linda está ahora abierto para recibir pacientes. El Dr. Abbott está
con nosotros, y varios obreros más. Tenemos el primero y el segundo piso llenos, y estamos ocupados
trabajando en el arreglo de las piezas para tratamientos... Esto nos ayudará mucho, por lo menos hasta
aquí...
Ya hemos comenzado nuestra obra educacional formando una clase para los pequeños. La Srta.
Vina Baxter, hermana de la Sra. Burden, les está enseñando durante unas tres horas al día el estudio de
los libros, y tres horas están jardineando, y trabajando con la tierra y con las flores. Los niños están en-
cantados, especialmente con sus estudios en la tierra. Ellos toman en serio su trabajo y con tanto interés
como si fuesen a jugar”. John Burden, carta fechada el 9 de Octubre de 1905, a Ellen White.
Debiera notarse que las modernas escuelas caseras a menudo proveen una educación similar.
¡Gracias al Señor por las escuelas caseras! En un mundo malvado, son un solaz de refugio para nues-
tros niños.
El resto de esta carta mencionaba el estudio de Patriarcas y Profetas y la Biblia con los estudian-
tes en el culto matinal y vespertino.
“Es nuestro plan tener cursos regulares del estudio de la Biblia, de los Testimonios, y otras cosas
necesarias, para cada obrero conectado con la institución”. Ídem.
Un peligro estaba rondando a las enfermeras y a otros miembros del equipo, de tal manera que
ellos corrían, teniendo una incesante actividad, en vez de tomar tiempo para ministrar las necesidades
espirituales de los pacientes.
“J. A. Burden: (Hemos cambiado) nuestra rutina del antiguo plan de 10 a 14 horas diarias de tra-
bajo, para armonizar con lo que los testimonios han venido diciendo durante todo estos años. En Loma
Linda hemos cambiado para seis horas de trabajo, cuatro turnos en 24 horas, y es una mejora. Pero si
existe algo mejor, queremos hacerlo.
“Dr. Rand: Hay dos caminos para solucionar esta dificultad. 1.- Tener más enfermeras; 2.- Tener
menos pacientes.
El Señor ciertamente quiere que nuestro trabajo se haga de tal manera que podamos llevar a cabo
Sus instrucciones. La enfermera evangélica es la que los enfermos quieren, en vez de aquella que es
apenas una profesional, aun cuando posea más habilidad. Es el espíritu cristiano el que es apreciado”.
Procedimientos de la Convención Médico-Misionera, 26-29 de Octubre de 1908, página 55.
Proyectos Misioneros Fuera del Campus.-
Los proyectos misioneros fuera del Campus, con la facultad trabajando con los estudiantes, hacía
parte del curriculum. Esta es una parte muy importante del modelo. Lo siguiente describe una exposi-
ción de contactos entre Octubre de 1906 y Junio de 1907:
“El 4 de Octubre de 1906, el colegio fue oficialmente abierto, y durante el año han llegado
aproximadamente 40 estudiantes haciendo diversos cursos, siete de los cuales se graduaron del curso de
enfermería, el 10 de Julio de 1907. El colegio ofrece tres cursos diferentes de estudio, además de algún
trabajo preparatorio en Inglés y ciencia y algunas clases de trabajo colegiado, tres años de Curso Médi-
co, y el tercer curso electivo que duraba un año, diseñado para obreros evangélicos que quieran una
preparación para trabajo médico-misionero en general”.
Pág. 19
Los “tres cursos” en el párrafo anterior son los cursos de dos años de enfermería, el curso médico
de tres años, y un breve curso de un año a elección.
“Algún trabajo misionero de campo fue llevado a cabo durante el año escolar por los estudiantes
a medida que estaban preparados para unirse en ese trabajo... Habían escuelas de salud en San Bernar-
dino, Highlands, Redlands, Riverside, Corona, Highgrove, Los Angeles, y Gardena, en las cuales un
gran número de señoras eran alcanzadas con los principios de salud en charlas y demostraciones, y el
camino se abrió para que el trabajo se extendiese a diversos lugares en el Sur de California.
Charlas sobre higiene y salud y temperancia eran dadas en las escuelas públicas en San Bernardi-
no, Highlands, Riverside, Corona, y Highgrove, para instruir más de 2.000 niños estudiantes. La in-
fluencia de este trabajo fue tal que la superintendencia de instrucción pública, le dio a nuestros obreros
una invitación permanente para que fueran a la escuela a cualquier instante y les enseñaran a los pupi-
los sobre cualquier tema de salud y temperancia. En las escuelas de San Bernardino el superintendente
hizo un curso especial con charlas y demostraciones prácticas de cocina para los profesores de las es-
cuelas, después de las horas de clases.
Los siguientes dos párrafos muestran cómo la obra comenzó bien pequeña, fue bien hecha, y fue
creciendo.
“La manera en que este trabajo comenzó y creció, muestra como el Señor preparó el camino de-
lante de los obreros. El trabajo fue iniciado con la Iglesia de San Bernardino, pero luego se extendió a
la iglesia de la escuela, y de los miembros de la iglesia hacia los vecinos.
Aquellas señoras muy luego abrieron el camino para que el trabajo fuese introducido en las reu-
niones de las madres. Ahí nuestros obreros tuvieron sus experiencias más interesantes. Esas madres
apreciaron de tal manera la verdad, que abrieron el camino para que estas charlas sean dadas en las es-
cuelas públicas. Las charlas de higiene, cigarrillo, condimentos, y licores conmovió tanto el pensamien-
to del público, que el camino fue abierto rápidamente para que se extendiese a las escuelas en otros lu-
gares. Estas experiencias abrieron el camino para que la obra fuese presentada en la Convención de la
WCTU en Redlands, y de esta reunión surgieron llamados para que el trabajo se extendiese por muchos
lugares por el Sur de California...
Fue abierta una misión en San Bernardino, y dos de las enfermeras graduadas fueron enviadas
hacia allá, para que un trabajo más profundo en educar a las personas en los principios de la vida y de
la salud pudiese ser hecho. El plan es tener una pequeña casa para los obreros, donde ellos puedan dar
tratamientos simples y trabajar de casa en casa ministrando a las personas física y espiritualmente. Los
obreros están haciendo buenos amigos, y algunos ya están interesados en la verdad”. John Burden, In-
forme, 30 de Junio de 1907.
En 1905, un artículo apareció acerca del tipo de trabajo que los Haskells estaban realizando en
Nashville, Tennessee, antes de irse a Loma Linda para conducir un trabajo similar en conexión con los
estudiantes y la facultad del CME:
“El hermano y la hermana Haskell han arrendado una casa en uno de las mejores lugares de la
ciudad, y han reunido una familia de ayudantes a su alrededor, los cuales todos los días salen a dar es-
tudios bíblicos, vendiendo nuestras revistas y haciendo el trabajo médico-misionero. Durante la hora
del culto, los obreros relatan sus experiencias. Los estudios bíblicos son regularmente conducidos en el
hogar, y el joven y la jovencita relacionados con la misión, reciben un entrenamiento práctico para dar
estudios bíblicos y para vender nuestras publicaciones. El Señor ha bendecido su trabajo, muchos han
abrazado la verdad, y muchos otros están muy interesados”. EGW, “El Mensajero de Nashville”, des-
cribiendo la “Misión de Nashville y la Escuela de Entrenamiento Bíblico”, 7 de Septiembre de 1905.
Más tarde, el hermano Haskell describió un trabajo similar que él hizo con los estudiantes de
Loma Linda, cerca de San Bernardino. En la siguiente carta, observe este comentario: “Nadie de esa
primera clase (de estudiantes) se perdió para la obra”. Como resultado de haberlos entrenado en evan-
gelismo práctico, todos los graduados entraron en la obra misionera como enfermeras y médicos. Eso
dice mucho del tipo de entrenamiento en aquellos primeros años del CME. No se trataba de entrenar
Pág. 20
médicos y enfermeras “de al lado de la cama”, los cuales pasasen su tiempo recetando y dando reme-
dios a base de drogas.
“El hermano y la Sra. Haskell aceptaron la invitación de la Sra. White para trabajar en el Sur de
California. Llegaron a Loma Linda en Diciembre de 1905, quedaron encantados con el lugar y, después
de haber permanecido ahí por algunos días, se fueron a Santa Helena para consultarle a la hermana
White en relación al tipo de trabajo que ellos irían a efectuar ahí. Cuando volvieron a principios de
1906, su convicción era que debían iniciar una obra misionera en la ciudad y en varias ciudades de los
alrededores. San Bernardino fue escogida para llevar a cabo ese esfuerzo, fue arrendada una casa en la
ciudad y un grupo de obreros fue seleccionado de Loma Linda para ayudarlos. Ellos condujeron reu-
niones en una tienda, y los obreros distribuyeron literatura y dieron estudios bíblicos en los hogares a
las personas.
A algunos les pareció que este esfuerzo no estaba relacionado con el trabajo del hospital, y se
temía que los hermanos de Loma Linda se estaban desviando por caminos infructuosos y que no le es-
taban dando la debida atención a los intereses de la institución. Los mensajes que llegaron de la Sra.
White, sin embargo, expresaban su aprobación del trabajo en los campos que se estaba haciendo. Repe-
tidamente en sus consejos ella se había regocijado con los aseguradores de Loma Linda debido a que
estaban dándole la oportunidad de hacer un trabajo de evangelismo en las ciudades circunvecinas.
Ahora es evidente que este primer esfuerzo para desarrollar el trabajo de campo moldeó a los es-
tudiantes para los campos misioneros tal vez más que cualquier otra cosa en sus clases. Ninguna de
aquellas primeras clases se perdieron para el trabajo. Cuando ellos se graduaron, estaban listos para los
campos lejanos. Algunos se fueron a la India, otros a Sudamérica. Otros dedicaron sus vidas al trabajo
en su país natal, y otros llevaron adelante sus estudios médicos y se volvieron médicos. Esto demuestra
que seguir los principios en armonía con el propósito y el plan de Dios, dará como resultado producir
obreros según la orden de Dios.
„Estoy contento que estén llevando a cabo la obra que han tomado en San Bernardino‟, le escribió
la hermana White al hermano y a la hermana Haskell. „Yo creo que ustedes están trabajando en armon-
ía con la luz que se me ha dado. En vuestro trabajo entran en contacto con gente que necesita tener
hambre y sed de la justicia. La bendición del Señor estará con todo aquel que trabaje en armonía con
Sus planes‟”. John Burden, carta fechada el 8 de Junio de 1906.
En un estudio separado, el hermano Burden mencionó otro aspecto de la obra misionera:
“Para poder acostumbrar las personas del distrito adyacente con el hospital, cada domingo se rea-
lizaba una comida en la cual las enfermeras, durante su campaña en el campo, convidaban a algunos
hombres de negocios representativos y a sus familias. A través de estos medios fueron hechos muchos
amigos, y ellos ayudaron a aumentar el patrocinio de la institución”. John Burden, Historia de Loma
Linda.
Cuando se fueron los Haskells, el Señor trajo otro obrero para ayudar a los estudiantes a llevar a
cabo el evangelismo en los campos:
“Desde el comienzo, la obra práctica en los campos estuvo ligada con el programa de estudio en
Loma Linda. El trabajo del hermano y de la hermana Haskell en San Bernardino ya se ha mencionado.
Después de su partida, se hizo un poco difícil encontrar a alguien que llevase y enseñase a los estudian-
tes en este camino. Pero luego apareció el Dr. Lillis Wood Starr, un obrero con experiencia en el traba-
jo médico-misionero de casa en casa y un hábil enseñador, se vino con su familia al hospital. La facul-
tad de Loma Linda hizo con que él y algunos de los obreros del hospital comenzaran una clase estu-
diando el libro Ministerio de Curación, entre la compañía recientemente juntada por los evangelistas
del hermano Haskell y sus ayudantes en San Bernardino.
Algunos de los vecinos no adventistas que asistieron a estos grupos de estudios a través de las in-
vitaciones, pidieron que se hiciesen estudios similares en sus hogares. Muy luego, muchos „círculos
familiares‟, con una asistencia promedio de 12 personas, se estaban reuniendo regularmente para estu-
diar sobre el vivir sano, tratamientos racionales, dieta, y vestuario saludable. Esto abrió el camino más
Pág. 21
tarde para charlas públicas ante grupos de madres, y en las escuelas públicas, y en la introducción de li-
teratura bien preparada para los niños. El trabajo se difundió a muchas ciudades y pueblos vecinos, y
llegó aun hasta Pasadena y Los Angeles, con el Dr. Starr y un grupo no inferior a mil madres”. Burden,
Historia de Nuestro Mensaje de Salud.
Ellen White había escrito esto antes:
“Yo se que deberían haber obreros que hagan un trabajo médico-evangelístico por los pueblos y
villas. Aquellos que hagan este trabajo obtendrán una rica cosecha de almas, tanto de las clases altas
como de las bajas. El camino para hacer mejor este trabajo está más preparado por el colportor fiel.
Muchos serán llamados al campo de trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos y orando con
aquellos que están interesados”. EGW, Carta 202, 1903.
“El trato de Dios con Su pueblo debe ser nuestro guía en todo el avance educacional. Su gloria
debe ser el objeto de todo estudio. Aquellos que están siendo entrenados como médicos-misioneros de-
ben entender que su trabajo es el de restaurar la imagen de Dios en el hombre sanando las heridas que
ha ocasionado el pecado”. EGW, Boletín de la Conferencia General, 1901, pág. 455.
“Los principios del cielo deben ser llevados a cabo en cada familia, en la disciplina de cada igle-
sia, en cada establecimiento, en cada institución, en cada escuela, y en todo lo que se haga. Vosotros no
tenéis el derecho a dirigir a menos que lo hagáis de acuerdo con la orden de Dios. ¿Estáis bajo el con-
trol de Dios? ¿Veis vuestra responsabilidad para con Él?”. EGW, Boletín de la Conferencia General,
1901, pág. 25.
En 1909, John Burden le escribió a Ellen White acerca de una historia de cosecha. Esto ilustra el
trabajo de un verdadero “médico-misionero”, uno que ha sido entrenado para cuidar tanto de las nece-
sidades físicas como de las espirituales.
“Una joven, que se había unido a esta obra de cosechar, estaba trabajando por primera vez, y vio
a un hombre que estaba pintando una casa. Él la trató muy fríamente y la rechazó, de tal manera que
ella continuó hasta la próxima casa. Él la llamó; y le dijo que no sacaba nada con entrar en esa casa,
porque esa era su casa, y adentro estaba su esposa, la cual no tendría interés en hablar con ella.
La joven comenzó a irse, pero algo la impelió a volver, y tocó la puerta, y cuando ella entró, una
guagua pequeña en los brazos de su madre, entró en un espasmo. La madre estaba temerosa, sin saber
que hacer, ya que la guagua parecía estar muriendo. La enfermera observó que ella tenía una tetera so-
bre la estufa, justo a la temperatura necesaria como para dar un baño. Ella le dijo a la mujer que trajese
una tina, y rápidamente ella colocó a la guagua en el agua caliente, lo cual la trajo nuevamente a la
conciencia. Mientras tanto la mujer había llamado a su marido, y mientras ellos observaban cómo la en-
fermera traía nuevamente a la guagua a la vida y se las entregaba, ciertamente estaban muy agradeci-
dos, pero también estaban listos para escucharla en lo que ella tenía que decirles”. John Burden, Carta
fechada el 16 de Diciembre de 1909.
Podemos tener otra lección de cómo un obrero puede llevar adelante su evangelismo médico: En
1909, Ellen White se contactó con el Dr. Kress, el cual en aquel tiempo estaba trabajando en el Hospi-
tal de Washington, y le dio una tarea. Usted puede leer parte de esto en sus Consejos de Salud:543-548.
Ella lo instruyó para que mantenga su conexión con el Hospital, pero para que de tiempo en tiempo sa-
liese a hacer evangelismo médico en los campos, y fuese a las reuniones evangelísticas médicas (Para
más detalles, vea Consejos sobre salud:503-504, 540-542).
Uno puede preguntarse cómo un médico puede desarrollar tantas actividades. La siguiente cita
nos ayuda a entender esto:
“Aquellos que están a cargo de nuestros hospitales no muestran sabiduría cuando toman sobre sí
mismos tantas responsabilidades... que negligencian educar y entrenar a los ayudantes en el área reli-
giosa. Hay peligro en que los obreros lleven consigo mismos una atmósfera espiritual impura. En el
campo, la educación de pacientes y enfermeras puede ser llevada a cabo con mucho menos trabajo que
en la ciudad”. EGW, Manuscrito 41, 1902.
Aquí hay una descripción de cómo el Dr. Kress condujo su trabajo evangelístico:
Pág. 22
“Después de un periodo de servicio en el Hospital de Battle Creek, los Kress se fueron a Inglate-
rra en 1898, para establecer la obra médica adventista en ese país. El primer año ellos dieron charlas,
comenzaron escuelas de salud, e iniciaron una revista llamada Vida y Salud, la cual fue publicada
aproximadamente durante un año. Trasladados a Australia en 1900, dejaron la fundación para una gran
obra médica allá”. Enciclopedia Adventista del Séptimo Día:653.
Aquí hay otro pasaje iluminador:
“Cuando el hermano Burden se fue hacia el Sur de California al término de esta Asociación, él
me dijo, „¿Qué podemos planificar para hacer en Loma Linda?‟. Yo le dije, „Siga derecho hacia adelan-
te‟. „Haga con que la verdad brille hacia todos lados. Continúe trabajando con todo su celo en el territo-
rio adyacente a vuestro hospital. Ayude a sus estudiantes a aprender a trabajar, y continúe enviándolos
afuera, a Redlands y Riverside y San Bernardino y a otros pueblos y villas menores que hay por ahí. In-
troduzca nuestra publicaciones y haga todo lo que pueda hacer. Que su luz brille como una lámpara ar-
diente. Anime a los estudiantes a trabajar más en el trabajo misionero, mientras están haciendo su curso
de estudios”. EGW, Manuscrito 53, 11 de Junio de 1909.
Dos días antes, ella escribió:
“Todo el libro de Hechos debe ser estudiado atentamente. Está lleno de preciosas instrucciones;
registra experimentos en la obra evangélica, cuya enseñanza necesitamos en nuestra obra hoy. Esta es
una historia maravillosa; tiene que ver con la educación superior, la cual los estudiantes en nuestra es-
cuela deben recibir”. EGW, 9 de Junio de 1909.
Ellos Tienen que Graduarse Para Servir.-
El programa de entrenamiento en Loma Linda era tan balanceado en aquellos primeros años, que
muchos graduados se fueron a campos lejanos como misioneros.
“Dios ciertamente hará avanzar al humilde, fiel, orador, cuya alma esté firme, médico-misionero,
así como Él ayudó a Daniel y a sus amigos”. Signs of the Times, 2 de Octubre de 1893; Vida Sana:255.
“Diez obreros se han ido ahora de Loma Linda a campos lejanos. Cuatro a Sudamérica y cuatro a
China. Uno a India y uno a Japón. Otro se va a la India el próximo mes. La mesa directiva de la misión
los está llamando tan rápidamente como nosotros los podamos tener listos”. John Burden, 16 de Di-
ciembre de 1909.
La obra misionera para poder preparar un pueblo para enfrentar el juicio es la razón de todo lo
que hagamos.
“El propósito de Dios al dar el triple mensaje angélico al mundo es el de preparar un pueblo que
permanezca leal a Él durante el juicio investigador. Este es el propósito por el cual establecemos y
mantenemos nuestras casas publicadoras, nuestras escuelas, nuestros hospitales, nuestros restaurantes,
nuestras clínicas, y nuestras fábricas de alimentos. Este es nuestro propósito en llevar adelante toda
línea de trabajo en la causa”. Manuscrito 154, 1902; 1 ML:228, 1902.
“Cuando el Señor nos pida para que no hagamos ningún esfuerzo más para construir casas de
reuniones ni para establecer escuelas, hospitales, y casas publicadoras, será tiempo de que crucemos
nuestras manos y dejar que el Señor termine la obra; pero ahora es nuestra oportunidad de mostrar
nuestro celo por Dios y nuestro amor por la humanidad”. 6T:440.
Debemos llevar adelante la obra médico-misionera en muchos lugares, y continuamente apare-
cerán nuevos.
“Enviar misioneros a campos lejanos para hacer obra misionera, desprovistos de instalaciones y
medios, es como pedir ladrillos sin que haya paja...
“Aquellos que van a nuevos campos para usar el arado para preparar el suelo para la siembra de
la semilla de la verdad, deben ser animados, debe orarse por ellos, deben ser sostenidos. Es el deseo del
Señor que cada obrero enviado a nuevos campos deba estar equipado con medios e instalaciones para el
cumplimiento exitoso de Su obra. Deben recibir ayuda y ánimo de aquellos que están en el campo, de
Pág. 23
manera que puedan tener ánimo para vencer las dificultades que ellos enfrentan en su trabajo”. Carta
92, 1902; Ministerio Médico:330.
A esta altura, queremos darle una mirada a varios aspectos del modelo para centros de entrena-
miento médicos-misioneros:
Examinando el Modelo.-
Puntos Clave en el Modelo.-
Aquí, en una carta de Ellen White, fechada el 24 de Marzo de 1908, hay una corta declaración de
algunos aspectos claves del modelo:
“El hermano J. A. Burden y otros al Hospital de Loma Linda, California.
Siento un gran interés que un estudio cuidadoso sea dado a las necesidades de nuestras institucio-
nes en Loma Linda, y que se den los pasos adecuados. Al llevar adelante la obra en este lugar, son ne-
cesarios hombres de talento y de firme espiritualidad.
Podemos, en la obra de educar nuestras enfermeras, alcanzar un alto nivel en el conocimiento de
la verdadera ciencia de sanar. Lo que es de la mayor importancia es que los estudiantes sean enseñados
a representar verdaderamente los principios de la reforma pro-salud. Enseñad a los estudiantes a seguir
fielmente esta línea de estudio, combinada con las otras líneas esenciales de la educación. La gracia de
Jesucristo le dará sabiduría a todo aquel que siga los planes del Señor de la verdadera educación.
Dejad a los estudiantes seguir de cerca el ejemplo de Aquel que compró la raza humana con el
costoso precio de Su propia vida. Dejad que ellos apelen al Salvador y dependan de Él como Aquel que
sana todo tipo de enfermedades. Al Señor le gustaría que los obreros hiciesen especiales esfuerzos para
indicarle a los enfermos y sufrientes al gran Médico que hizo el cuerpo humano. A Él le gustaría que
todos fuesen obedientes hijos de la fe, para que puedan allegarse confiadamente y pedir por la restaura-
ción del cuerpo. Muchos de los que llegan a nuestros hospitales serán bendecidos a medida que apren-
den la verdad acerca de la Palabra de Dios, muchos que nunca la aprenderían por ningún otro medio.
Es bueno que nuestras escuelas de entrenamiento para obreros cristianos se establezcan cerca de
nuestras instituciones de salud, que los estudiantes puedan ser educados en los principios del sano vivir.
Las instituciones que envían obreros que son capaces de dar una razón de su fe, y que poseen aquella fe
que opera por amor y purifica el alma, son de gran valor.
Poseo claras instrucciones de que donde quiera que sea posible, las escuelas deben ser establecidas cer-
ca de nuestros hospitales (o clínicas), que cada institución puede servir de ayuda para la otra. Pero no
aconsejo que se den pasos en este tiempo para crecer tanto en la obra educacional en Loma Linda, de
manera que una gran cantidad de medios sean requeridos para levantar nuevos edificios. Nuestros obre-
ros fieles en Loma Linda no deben ser sobrecargados con tan gran grandes responsabilidades de mane-
ra que estén en peligro de quedar agotados y desanimados.
Estoy encargada de advertirles contra edificar extensivamente para la acomodación de los estu-
diantes. No es sabio invertir en este tiempo un capital tan grande como el que se requeriría para equipar
un colegio médico que probablemente calificaría médicos para que pasasen la prueba de los examina-
dores médicos de diferentes Estados.
No debemos inaugurar una acción ahora que nos obligue a invertir grandemente en la propiedad
de Loma Linda. Ya tenemos una gran deuda en contra de la institución, y tendríamos desánimo y per-
plejidad si estas deudas fuesen grandemente incrementadas. A medida que la obra progrese, nuevas me-
joría pueden ser adicionadas de tiempo en tiempo, a medida que se hagan necesarias. Un ascensor debe
ser luego instalado en el edificio principal. Pero existe la necesidad de una estricta economía. Que
nuestros hermanos se muevan cautelosa y sabiamente, y no planifiquen más allá de lo que pueden ma-
nejar sin verse sobrecargados.
Pág. 24
En la obra de la escuela hay que mantener la simplicidad. Ningún argumento es tan poderoso que
el éxito encontrado en la simplicidad. Y usted puede obtener éxito en la educación de los estudiantes
como médicos-misioneros sin tener una escuela médica que pueda calificar médicos para competir con
los médicos del mundo.
Que se les de a los estudiantes una educación práctica. Y mientras menos dependientes sean en
relación con los métodos de educación del mundo, mejor será para los estudiantes. Se deben dar ins-
trucciones especiales en el arte de tratar al enfermo sin el uso de drogas venenosas, y en armonía con la
luz que Dios ha dado. Los estudiantes deberían salir de la escuela sin haber sacrificado los principios de
la reforma de salud.
La educación que se adecua a las normas del mundo será cada vez menos valorada por aquellos
que están buscando la eficiencia en llevar la obra médico-misionera en relación con la obra del triple
mensaje angélico. Ellos deben ser educados desde el punto de vista de la conciencia; y a medida que
ellos consciente y fielmente sigan los métodos correctos en su tratamiento del enfermo, estos métodos
pasarán a ser reconocidos como preferibles a los métodos de tratamiento a los cuales muchos se han
acostumbrado, los cuales demandan el uso de drogas venenosas.
En este tiempo no debemos tratar de competir con las escuelas médicas del mundo. Si hacemos
esto, nuestras chances de éxito serán pequeñas. No estamos ahora preparados para llevar a cabo con
éxito la obra de establecer grandes instituciones médicas de enseñanza. Más aun, si seguimos los méto-
dos del mundo de la práctica médica, exigiendo grandes honorarios que los médicos del mundo exigen
para su sobrevivencia, nos separaremos del plan de Cristo para nuestro ministerio con el enfermo.
Deben haber en nuestros hospitales (y clínicas) hombres y mujeres inteligentes que puedan ins-
truir en los métodos del ministerio de Cristo. Bajo la instrucción de profesores competentes y consa-
grados, la juventud puede volverse participantes de la naturaleza divina y aprender cómo escapar de la
corrupción que hay en el mundo a través de la concupiscencia. Se me ha mostrado que debemos tener
mucho más mujeres, muchas más señoritas enfermeras, las cuales tratarán al enfermo de una manera
simple y sin el uso de drogas.
Existen muchas hierbas simples que, si nuestras enfermeras aprenden su valor, podrán usarlas en
lugar de las drogas y pueden ser muy efectivas. Muchas veces se me ha solicitado consejo en relación a
lo que se debe hacer en casos de enfermedad o de accidentes, y yo he mencionado algunos de estos re-
medios simples, y ellos han probado ser útiles...
Yo escribo estas cosas para que usted sepa que el Señor no nos ha dejado sin el uso de simples
remedios, los cuales, cuando son usados, no dejará al sistema en una condición de debilidad en el cual
el uso de drogas tan a menudo lo deja. Necesitamos enfermeras bien entrenadas, que puedan entender
cómo usar los remedios simples que la naturaleza ha provisto para la restauración de la salud y que
puedan enseñarle a aquellos que son ignorantes de las leyes de la salud, a usar estos simples remedios,
pero que curan efectivamente. Aquel que creó a los hombres y a las mujeres tiene un interés en aque-
llos que sufren. Él ha dirigido en el establecimiento de nuestros hospitales (y clínicas) y en la construc-
ción de nuestras escuelas cerca de nuestros hospitales, para que sean medios eficientes en el entrena-
miento de hombres y mujeres para la obra de ministrar a la sufriente humanidad. En el tratamiento del
enfermo, no se deben usar drogas venenosas. No se debe recomendar el uso de alcohol ni de tabaco en
ninguna de sus formas, a menos que algún alma se haya embebido (se haya vuelto dependiente) con el
gusto por estas cosas. No habrá excusa para los vendedores de licores, en aquel día donde todo hombre
recibirá de acuerdo con sus obras. Aquellos que han destruido vidas, tendrán que pagar con su propia
vida la penalidad. La ley de Dios es santa y justa y buena.
La historia de loma linda, vance ferrell
La historia de loma linda, vance ferrell
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  • 1. Pág. 1 La Historia de Loma Linda y lo Que Eso Significó Para Nuestra Iglesia 1905 – Hasta Hoy Introducción.- En la Parte Uno de este libro, vimos los comienzos de nuestra obra educacional y cómo Ellen White trató repetidamente de iniciar escuelas modelo, pero esos esfuerzos fallaron, tanto en Battle Cre- ek como en el Colegio Misionero Emanuel. En la Parte Dos, vimos algo nuevo: se le mostró a Ellen White que había llegado el tiempo para hacer proyectos de escuelas, ministerios y misiones, independientes del control de la iglesia, para que comenzasen a operar. Vimos como el Colegio Madison fue fundado, aprendimos cómo llevaron ade- lante su obra modelo, y descubrimos el error fatal: la búsqueda de acreditación (reconocimiento oficial del Estado), lo cual los llevó a caer. Ahora, en la Parte Tres, nos concentraremos más plenamente a ver cómo debe ser conducida una escuela médico-misionera (con clínica). También descubriremos que Loma Linda, fundada más o me- nos en la misma época que Madison, cometió el mismo error: decidió buscar la acreditación. Pero, de- bido a la naturaleza de la situación, diferente a la de Madison, este error de Loma Linda causó grandes problemas para toda nuestra denominación, problemas con los cuales aun vivimos hoy, problemas que se profundizan más cada día. Algunos de esos efectos desoladores serán brevemente analizados en la Parte Cuatro. Comienzos de Nuestro Mensaje de Salud.- El primer avance real en el mensaje de salud vino con la primera visión dada a Ellen White en Otsego, Michigan, en 1863, justo después de la Sesión de la Conferencia General de ese año; en aquel tiempo la denominación estaba organizada y su nombre oficial era el de Iglesia Adventista del Séptimo Día. En la Sesión de Mayo de 1866 de la Conferencia General, Ellen White dio un poderoso mensaje, en el cual ella instaba a comenzar a compartir el mensaje de salud con otros. Como resultado, el Dr. Horatio S. Lay comenzó un diario sobre salud, el Reformador de la Salud. Ese mismo año, comenzó el Instituto Reformador de la Salud en Battle Creek con el Dr. Lay a cargo del mismo. James informó que Ellen “lloró amargamente” cuando el Instituto de Salud fue localizado a 8 acres de tierra en Battle Creek, en vez de ser localizado en una finca rural, tal cual el Señor lo había re- comendado (Review and Herald, 6 de Septiembre de 1873). En aquel tiempo, Battle Creek era un pue- blito de cerca de 5000 personas. Fue erigido un edificio de dos pisos, equipado con piezas para hacer tratamientos; y la institución abrió sus puertas para atender pacientes el 5 de Septiembre de 1866. Muy luego el nombre fue cambia- do para Instituto de Reforma de Salud del Oeste. “La correcta aplicación de agua, el correcto uso del aire, y una dieta apropiada”, junto con otras ayudas naturales, trajo salud a muchos, y difundió la fama del instituto. Los alópatas enseñaban que la sanidad viene de la aplicación de substancias venenosas. Pero Battle Creek le estaba demostrando al mundo que la sanidad viene de un vivir sano y del uso de substancias sanadoras inofensivas. “La práctica de los principios de salud y el uso de simples medios hidroterápicos para tratar las enfermedades fueron mirados como medios cooperadores del poder divino, los cuales son los únicos
  • 2. Pág. 2 que realmente pueden sanar. La enfermedad viene siendo el resultado de la transgresión de la ley natu- ral; y el deber y el privilegio de los cristianos de obedecer a estas leyes, y enseñarle a otros a obedecer- las, hacía parte del evangelio eterno”. M. E. Olsen, Origen y Progreso de los Adventistas del Séptimo Día:270. Una Declaración Temprana.- La siguiente advertencia estaba entre sus primeras declaraciones acerca de nuestra obra médica. Fue escrita en 1865, dos años después del primer mensaje sobre salud que nos fue dado. “La reforme pro-salud es una rama de la obra especial de Dios para el beneficio de Su pueblo. Vi que en una institución establecida entre nosotros, el mayor peligro sería que nuestros administradores se aparten del espíritu de la verdad presente y de aquella simplicidad que siempre debiera caracterizar a los discípulos de Cristo. Me fue dada una advertencia contra bajar las normas de la verdad, de ninguna manera, en una institución así, para poder ayudar los sentimientos de los incrédulos y así asegurar su patrocinio. El gran objetivo de recibir incrédulos en la institución es para que ellos puedan abrazar la verdad. Si la norma es rebajada, ellos tendrán la impresión que la verdad es de poca importancia, y se irán en un es- tado mental más endurecido que antes”. 1T:560 (Vea 1T:633-634). Kellog y el Hospital.- En 1875, el joven Dr. John Harvey Kellog (1852-1942), graduado en la Escuela Médica del Hos- pital Belleview en Nueva York, se juntó al equipo. Al año siguiente, fue escogido médico superinten- dente. Dos años más tarde, un segundo edificio fue adicionado, y el nombre fue cambiado para Hospi- tal Médico y Cirúrgico. Cuando alguien observaba que la palabra “Sanitarium” (en inglés Clínica u Hospital) no estaba en el diccionario, Kellog respondía que muy luego lo estaría. Gradualmente, el Hospital de Battle Creek alcanzó una reputación internacional, a medida que se difundía la noticia de que aquí había un lugar que realmente ayudaba a las personas, sin los indeseables efectos colaterales. En 1877, 1884, 1887, 1894 y 1895 fueron construidos más edificios al Hospital. En 1895, el Co- legio Médico Misionero Americano fue establecido, siendo Kellog su presidente. Adhiriéndose bien de cerca a los métodos de tratamiento del Espíritu de Profecía, el Hospital de Battle Creek se hizo conocido mundialmente. En 1891, el Dr. David Paulson llegó para ver al Dr. John Harvey Kellog, en el Hospital de Battle Creek. Paulson le hizo una pregunta que la venía meditando hacía algún tiempo. “John, ¿cómo es posi- ble que usted sea capaz de estar adelantado en cinco años a la profesión médica?”. Kellog se echó hacia atrás en su silla, y la respuesta que le dio fue una que Paulson nunca olvidó. Kellog dijo que, “si aparecía algo nuevo, él lo adoptaba inmediatamente, con los conocimientos que él había obtenido de los escritos de la hermana White, ya que en ese caso era saludable. Cuando otros médicos finalmente lo aceptaban, después de haber andado lentamente en ese camino, Kellog ya tenía una ventaja de cinco años sobre ellos. Por otro lado, Kellog rechazó algunas de las nuevas manías, por- que no se adecuaban a la luz dada a la hermana White. Cuando otros doctores finalmente descubrían su error, se maravillaban de que Kellog no hubiese caído como ellos lo habían hecho”. Richard A. Shae- fer, Legado:60. Infelizmente, algo sucedió dentro del pensamiento de Kellog cuando entró el nuevo siglo. Se vol- vió extremamente orgulloso y comenzó a separarse de la confianza en Ellen White. En 1900, todo el complejo poseía más de 900 trabajadores. Como otras instituciones adventistas se estaban levantando en otros lugares, Kellog se las ingenió para ser la cabeza de ellas. En ese tiempo, ya no estaba usando el nombre “Adventista del Séptimo Día”.
  • 3. Pág. 3 Además, un conflicto emergente se estaba intensificando entre John Kellog y los líderes de la Conferencia General. Justo en el cambio de siglo, a través de diversas manipulaciones legales, co- menzó a trabajar tranquilamente para obtener el control legal del Hospital de Battle Creek y de la es- cuela médica. Muy confiado en sí mismo, Kellog escribió El Templo Viviente, el cual enseñaba el panteísmo. Felizmente, Ellen White salvó a la denominación de la crisis. Pero en 1908, usando manipulaciones le- gales, el Dr. J. H. Kellog se las ingenió para quitarle el control del Hospital de Battle Creek y de la Es- cuela Médica Americana, que estaba adyacente a éste, a la denominación. Su escuela médica colapsó en la primavera de 1910, y nunca más reabrió sus puertas (la historia es contada en detalles en el libro de este autor llamado La Apostasía Alfa, donde aparecen Kellog y Ballenger, con 232 páginas y US$17,50 + US$3,00). Un grandioso programa de edificación en 1927, el cual incluyó una torre de 15 pisos y un vestí- bulo y un comedor esmeradamente decorados, trajo una inmensa deuda sobre el Hospital de Battle Cre- ek. Dos años más tarde vino la banca rota económica de Wall Street; y Kellog desesperadamente trató de pagar su deuda. Tuvo que declararse en banca rota en 1933. En 1938, se hizo una reorganización del Hospital bajo las protecciones de quiebra comercial; pero, al fallar también esto, en 1942 fue vendido al Gobierno de los Estados Unidos. John Harvey Kellog murió el 14 de Diciembre de 1943, en su hogar en Battle Creek a la edad de 91 años. Ahora llevaremos nuestra atención al plan de Dios para reemplazar lo que Kellog había hecho añicos. Tres años antes de que el Hospital de Battle Creek y el colegio nos fuesen quitados en 1908, el Señor dijo que había un sitio mucho mejor para nuestro cuartel general del hospital médico misionero y de la escuela de entrenamiento. Si los consejos de Dios hubiesen sido seguidos, toda la denominación sería hoy la cabeza y no la cola. Habría comandado una posición de liderazgo en la obra médica misio- nera para todo el mundo. He aquí lo que sucedió. Encontrando Loma Linda.- La Búsqueda de un Lugar Para una Nueva Escuela.- Aun cuando, al comienzo del nuevo siglo, el Hospital de Battle Creek fuese un centro de trata- miento líder, la obra especial que Dios tenía para nuestro pueblo en la obra médico-misionera no había sido hecha. En 1903, Ellen White escribió: “La obra médico-misionera aun está en su infancia. El verdadero significado de la obra médico- misionera es conocido apenas un poco”. Testimonios Especiales, Serie B, Nº 8, pág. 2. En este estudio, aprenderemos el modelo para un centro de entrenamiento médico misionero. Aun cuando, como resultado del impulso de Ellen White para comprar las propiedades de Paradise Valley y Glendale para construir ahí hospitales, ninguno de los dos lugares hizo lo que el Señor quería. Tres años antes de localizar esas propiedades, ella describió cierta propiedad al Sur de California, la cual le había sido mostrada en una visión de la noche. “No he podido dormir hasta después de las once y media de la noche. Muchas cosas, en figuras y símbolos, están pasando delante de mi. Hay hospitales funcionando cerca de Los Ángeles. En un lugar hay un edificio ocupado, y hay árboles frutales en el terreno del hospital. En esta institución, fuera de la ciudad, hay mucha actividad”. EGW, Manuscrito 152, 1901. La visión fue tan real, que ella dijo que parecía estar en el mismo lugar, viendo a los pacientes afuera. Algunos estaban sentados cerca de la sombra de los árboles mientras otros estaban trabajando en el jardín. Algunos de los árboles formaban verdaderas bóvedas. Ni el terreno de Paradise ni Glenda- le cumplían con estas descripciones.
  • 4. Pág. 4 John Allen Burden (1862-1942) fue uno de nuestros primeros administradores de hospital. Cuan- do él tenía 9 años de edad, John ya mostraba un gran interés en los escritos del Espíritu de Profecía. En 1882, entró en el Colegio Healdsburg; nueve años después, en 1891, él se convirtió en administrador del Hospital Santa Helena. Desde 1901 hasta 1904, ayudó a desarrollar la obra hospitalar en Australia. En 1900, luego después de su retorno de Australia, Ellen White hizo su hogar, al cual llamó “Elmshaven”, en Pratt Valley, justo abajo del Hospital de Santa Helena (establecido en 1878). Instando para que las instituciones médicas se estableciesen al Sur de California, ella fue guiada para seleccionar a John Burden para llevar a cabo la obra de localizar buenos terrenos. En 1904, él comenzó la búsque- da. Ellen White dijo que Dios le había mostrado que él encontraría buenas propiedades disponibles a muy bajos precios. Mientras recorría las áreas costeras y valles, encontró muchos hoteles turísticos y edificios de re- cuperación de salud a la venta; estos habían quebrado durante un gran auge estatal y un posterior fraca- so. Dos de estos terrenos fueron vendidos a compradores privados bajo su consejo: el Hospital Para- dise Valley (1904) en National City, y el Hospital Glendale (1905). Más hacia el interior, cerca de San Bernardino, había un complejo victoriano llamado Hotel de Temporada Loma Linda. Cuando el dueño original entró en quiebra en la década de 1890, la propiedad y su terreno fue vendida a un grupo de hombres de negocio y de médicos de Los Angeles, los cuales querían desarrollarlo como un lugar de temporada dedicado a la salud. Lo llamaron Loma Linda y lo remodelaron y le colocaron lindos muebles, le adicionaron cinco edificios para la atención de pacientes y un corredor recreativo, y después ornamentaron el cerro que había detrás de las instalaciones. En aquel tiempo, ellos invirtieron US$ 150.000 en la propiedad. Pero, en 1904, con pocos patrocinadores y desesperados por venderla, el grupo la puso a la venta. A comienzos de 1905, Ellen White viajó hacia el Sur; cuando ella llegó a San Bernardino Valley, fue impresionada a instruir al hermano Burden a que buscase una propiedad en aquella área, la cual podría ser usada para un Hospital. Poco después, Burden encontró Loma Linda. El hotel, los edificios auxiliares, y 76 acres de te- rreno estaban a la venta por US$ 110.000. Los vendedores querían deshacerse de este elefante blanco, pero deseaban que los compradores tuviesen éxito como una instalación médica. Entonces le dijeron a Burden que se la dejaban en US$ 40.000 (más tarde se la dejaron en US$ 38.900). Ellen White le dijo a John que aceptase. La opción de compra fue firmada el 26 de Mayo de 1905, con un pago al contado de US$ 1.000. También fue inclui- do en la venta una participación en acciones en dos compañías de agua. Esto era importante ya que el agua es escasa en aquella zona. Ellen White Visita Loma Linda.- Mientras estaba viviendo en Loma Linda, algunos años atrás, y recordando su historia, a David Lee le fue confiado un manuscrito por el Dr. L. H. Lonegan y su esposa (titulado “Historia de Loma Linda”) escrito por John Burden, nuestro pionero organizador y administrador de Loma Linda. El do- cumento también puede ser encontrado en Archivo de Documento 8A en el Ellen White Estate. Aquí va el primero de algunas extracciones de ese manuscrito. Describe la primera visita al lugar, la cual ocurrió el 12 de Junio de 1905. “Después del retorno de Washington de los miembros ausentes del Comité de la Asociación Sur de California, se llamó a una reunión y fuimos preguntados acerca de qué se había hecho con la propie- dad de Loma Linda. Explicamos que la habíamos asegurado pagando US$ 1.000 al contado y que hab- íamos firmado el contrato de compra de Loma Linda por US$ 40.000. Naturalmente, algunos del Comité pensaron que en vista de su telegrama contra asegurar Loma Linda, en vista de la advertencia de la Asociación de la Unión del Pacífico contra adquirir más empre-
  • 5. Pág. 5 sas debido a las abrumadoras obligaciones financieras, nosotros habíamos actuado imprudentemente. Fue sugerido que debía ser repudiada oficialmente toda responsabilidad por lo que se había hecho. La tensión sin embargo fue aliviada, cuando se supo que la asociación no había sido envuelta financiera- mente en la compra de la propiedad. Los instamos, sin embargo, antes de tomar una acción final, a comparecer a una reunión de con- sejo en Loma Linda con la hermana White la cual iba a llegar de Washington la mañana siguiente; y después de alguna duda, ellos consintieron en ir. Fuera de los miembros del Comité de la Asociación, cerca de 20 miembros de la Iglesia de Los Ángeles fueron convidados para ir al concilio. Ellen White llegó y la reunión fue llevada a cabo el 12 de Junio de 1905 (Biografía de EGW, Vo- lumen 6, pág. 17). La mañana siguiente cerca de las 10:10 el tren de Los Angeles se detuvo en la estación de Loma Linda al frente del Hospital. El gran comité estuvo inspeccionando el suelo y el edificio cuando la her- mana White y su compañía se bajaron de un vagón expreso. El tren de ella que venía del Este, se había detenido en Redland Junction, ya que el tren que seguía hacia el resto del país, no se detenía en Loma Linda. Cuando la hermana White se bajó del vagón expreso le dijo a su hijo que estaba con ella: „Willi, yo he estado aquí antes‟. Él le dijo: „No Mamá, tú nunca has estado aquí‟. „Este es el preciso lugar que el Señor me ha mostrado, porque me es completamente familiar‟. Dirigiéndose a otro que estaba su la- do, ella le dijo: „Tenemos que tener este lugar. Tenemos que razonar de causa hacia efecto. El Señor no nos ha dado esta propiedad para ningún propósito común‟. Mientras caminaba por el terreno y por los edificios de Loma Linda, ella frecuentemente repetía: „Este es el preciso lugar que el Señor me ha mostrado‟. Entramos entonces en lo que era llamado el edi- ficio de la asamblea en la cumbre del cerro. Ahí en un cuarto había una mesa de billar, en otro, una pis- ta para jugar al palitroque, y en la tercera pieza una mesa para jugar a las cartas con cartas desparrama- das por el piso. Cuando la hermana White entró en la pieza, ella miró y dijo: „Este edificio será de gran valor para nosotros, una escuela será establecida aquí. Redland será convertido en un centro, así como Loma Linda. Battle Creek está decayendo. Dios establecerá Su obra médica en este lugar‟”. John A. Burden, Historia de Loma Linda. En aquel tiempo, la denominación aun poseía las instalaciones médicas de Battle Creek; pero, sa- biendo por anticipado que las perderíamos, se le mostró a Ellen que Loma Linda tomaría su lugar. Pero, ella dijo, el plan de Dios era que llegasen más allá de lo que habían conseguido el Hospital de Battle Creek y el centro de entrenamiento. En este libro, aprenderemos cuál era el plan. Mucho del resto del manuscrito de Burden (Historia de Loma Linda) tiene que ver con las mu- chas penurias, sacrificios y providencias en el desarrollo de la propiedad de Loma Linda, en los si- guientes años. La hermana White instó a los creyentes en el Sur de California a reconocer la importancia de este proyecto. “Nuestro pueblo en el Sur de California necesita despertar a la magnitud de la obra a ser hecha entre sus propios hermanos. Que despierten a la oración y al trabajo... Tengo un mensaje que llevarle a los miembros de iglesia en el Sur de California. „Levántense, y evalúen por sí mismos las oportunida- des abiertas ante ustedes‟”. Testimonios Especiales, Serie B, Nº 3, pág. 30-31. El 20 de Junio (ocho días después de su llegada), la Asociación del Sur de California aceptó la propiedad como una institución denominacional. Después que el hermano Burden dio una descripción de la propiedad a los delegados de la asamblea, Ellen White habló, seguida por el presidente de la Aso- ciación. En un informe oficial de esta reunión, se registró lo siguiente: “Entonces él declaró que la hermana White había dicho que este hospital debiera ser la principal escuela de entrenamiento en esa costa (de los Estados Unidos). En este punto, la hermana White lo in- terrumpió y dijo: „Así será‟”. Minutas de la Asociación del Sur de California, 20 de Junio de 1905.
  • 6. Pág. 6 Cuando Dios dice que hagamos algo, entonces se puede hacer. Puede ser hecho, eso es, si cree- mos y obedecemos. Una pequeña Asociación de apenas 1.400 creyentes fue capaz de pagar US$ 20.000 antes del término de aquel año y el resto dentro de los tres años siguientes. “El consejo del Espíritu de Profecía ha sido confirmado. A medida que avanzamos por la fe, el Señor abre el camino delante de nosotros, y el dinero viene de fuentes inesperadas. Casi todos estaban finalmente convencidos de que era realmente Dios el que estaba llevando adelante la empresa”. Bur- den, Historia de Loma Linda. Bien al tanto de las posibilidades, si el modelo era seguido, ella escribió en aquel año: “Es difícil comprender todo lo que esta transacción significa para nosotros”. Carta 291, 1905. El 15 de Abril de 1906, todo el precio de compra había sido pagado en un servicio de dedicación en el terreno del Hospital. “Debemos apreciar Loma Linda como un lugar que el Señor vio de antemano que necesitaríamos, y que Él nos lo dio”. Ministerio Médico:56. “Deseo que toda la obra de este lugar sea una correcta representación de lo que nuestras institu- ciones deben ser”. EGW, 20 de Abril de 1911. Es bueno detenernos aquí y considerar a John A. Burden. Como usted va a aprender de las si- guientes páginas, fue él el que se responsabilizó de cumplir con el modelo del Espíritu de Profecía para Loma Linda, hasta que fue detenido. “Él era calmo, quieto, naturalmente precavido, pero capaz de hacer audacias por su fe en la Pala- bra de Dios. Detrás de una frialdad evasiva se escondía un ardiente y caluroso corazón de fervor y de lealtad y confianza y un propósito decidido para bendecir a sus compañeros. La Sra. White lo conocía bien, y lo valoraba mucho. Para él fue su consejo principal y de apoyo en esta materia, y a través de él ella vio las providencias del Señor desarrollándose paso a paso”. A. W. Spalding, La Última Legión de Cristo:152. ¿Cuál Debía ser el Objetivo? Al comienzo, John Burden fue el presidente de la mesa directiva, el presidente de la corporación, el gerente del hospital y también su capellán. ¿Cómo debía comenzar? ¿Qué principios debía adoptar? Felizmente, el hermano Burden había tenido una experiencia anterior en seguir los principios del Espíritu de Profecía. También tenía una co- operación cercana de Ellen White. Ella trató de hacer de esto un verdadero centro de entrenamiento médico misionero modelo, en el pleno sentido de la palabra. Cuando visitó el terreno de Loma Linda, Ellen White dijo algo que claramente reveló el objetivo: “Mientras estaba en el entretenido corredor (de la propiedad de Loma Linda), ella destacó: „Dios va a restablecer Su obra médica en este lugar‟. „Estamos más cerca del cuadro de la obra médica misio- nera que cuando recién comenzamos. Él nunca quiso que nuestra obra floreciese en el camino profesio- nal ni comercial, en el cual está ante el mundo hoy (en el Hospital de Battle Creek). Hemos educado enfermeras que se pasan al lado de la cama, cuando debiéramos haber educado enfermeras misioneras para que vayan a los hogares de las personas y a las villas, pueblos y ciudades, ministrando a las perso- nas, canten himnos del evangelio y den estudios bíblicos. Aquellos que hacen esta obra cosecharán una linda cosecha de almas, tanto de los caminos altos de la vida, como de los humildes”. J. A. Burden, Historia de Loma Linda. No “enfermeras que se pasan al lado de las camas”, sino “enfermeras misioneras”. Un tipo radi- calmente diferente de programas para enfermeras y médicos estaba siendo concebido. ¡El plan no era entrenar apenas personal médico para que sean empleados de hospitales, sino que fuesen a trabajar en comunidades de América y a través del mundo, ministrando a los necesitados de los pueblos, dándoles estudios bíblicos, y llevándoles el último mensaje a sus vidas!
  • 7. Pág. 7 Comienza la Escuela.- Durante ese verano, las primeras estudiantes de enfermería, la mayor parte de ellas jóvenes, llega- ron; y les fue dada alguna instrucción. El hospital abrió sus puertas a los pacientes el 9 de Octubre de 1905; y, ese invierno, 55 pacientes estaban siendo atendidos simultáneamente. En Noviembre, la Dra. Julia A. White, reclutada por Ellen White, llegó para ser una enfermera de obstetricia y cabeza del pro- grama de entrenamiento de las enfermeras. La instrucción formal comenzó en Enero de 1906. Poco tiempo después, la Asociación eligió a Warren E. Howell (1869-1943) para que sea el pri- mer presidente de esta nueva escuela en Loma Linda (1906-1907). Él había enseñado antes en Healds- burg y en el Colegio Misionero Emanuel, y entonces fue presidente de Healdsburg (1904-1906). Al igual que Burden, Howell era un sólido partidario del modelo. A esta nueva escuela en Loma Linda se le dio el nombre de “Colegio de Evangelistas Loma Linda”. Su tarea era reunir una facultad y ayudar al hermano Burden a organizar enfermería, el colegiado y el curriculum médico evangelístico. En el próximo año, 1907, Howell fue enviado a cumplir un compromiso en Grecia. Parece extra- ño que la Conferencia General decidiera repentinamente enviarlo al Mediterráneo (Howell no sabía na- da acerca de esa área ni tampoco sabía el idioma), cuando este importante trabajo en Loma Linda esta- ba apenas comenzando. Pero esta manera de actuar continuaría. El Dr. George Knapp Abbott tomó su lugar como cabeza de la escuela (1907-1909). Como usted lo sabrá, este fue el mismo Abbott, otro firme obrero pionero que escribió un extraordinario librito so- bre hidroterapia, Técnicas de Hidroterapia, y fue coautor del libro Terapia Física en el Cuidado de En- fermería (el cual fue uno de los seis libros que este autor usó en la preparación del libro Manual de Te- rapia con Agua; 294 páginas, US$ 10,00 + US$ 2,50). Ambos libros están ahora agotados. El Manual es un excelente libro de instrucción sobre hidroterapia, disponible por el publicador del libro que usted tiene ahora en sus manos. Es uno de los más completos libros sobre este asunto disponible hoy en día. Esto es bueno, ya que no existen muchos libros sobre este asunto hoy en día (el libro completo también está incluido en la Tercera Edición de la Enciclopedia de Remedios Naturales del presente autor, con 424 páginas). “Podemos, con beneficio, disminuir mucho del trabajo innecesario que se hace. Dando los trata- mientos comunes (hidroterapia, etc.) al enfermo, se obtendrá más”. EGW a A. G. Daniells, 1903; Spal- ding y Magan:317. Solamente se exigían 9 años de estudios previos para poder matricularse en el programa de en- fermería. Después de tomar un curso básico de dos años de instrucción en enfermería, los estudiantes podían escoger entrar en el curso médico evangelístico. El 9 de Diciembre de 1909, bajo un segundo nuevo nombre, el “Colegio de Evangelistas Médi- cos” (CEM), la institución recibió del Estado de California una autorización garantizando los grados académicos y profesional. Infelizmente, en la segunda década del siglo veinte, el nuevo colegio médico comenzó a desviar- se, hacia el profesionalismo, prácticas y tratamientos dados por las escuelas médicas no adventistas. Tempranamente, comenzó a ejercer pesadamente su presión para que Loma Linda se desviara del modelo. Felizmente, poseemos una carta que provee un vistazo a los puntos de vista divergentes. Esto nos proveerá una más amplia introducción a toda la situación que existía entonces. No todos estaban de acuerdo con el modelo. De hecho, habían cuatro puntos de vista en relación a lo que debería ser hecho con la novata institución. Para que podamos entender mejor esto, daremos un salto de tres años hacia delante al año 1908, a una carta escrita a un alto líder de la iglesia.
  • 8. Pág. 8 Después de eso, veremos una gran cantidad de objetivos y principios de modelos de centros de entrenamiento médicos misioneros y entonces volveremos a la historia de Loma Linda, para ver cómo progresó el plan de Ellen White. Una Carta Importante.- La Carta de 1908 de Burden a Ruble.- En la primavera de 1908, John Burden, el pionero administrador de Loma Linda, le escribió una carta al Dr. W. A. Ruble de la Conferencia General. Burden concebía un colegio médico fundado com- pletamente en los principios del Espíritu de Profecía. Infelizmente, dentro de pocos años después de 1908, la situación en la escuela médica de Loma Linda comenzó a cambiar. Pero, en esta carta, encon- tramos un extraordinario vistazo de toda la controversia. Wells Allen Ruble (1868-1961) había sido un misionero en Africa del Sur, después, uno de los principales del Colegio de la Unión de Claremont en esa nación. Al volver a América, se graduó en 1906 en el Colegio Misionero Médico Americano de Kellog con el grado de Doctor. Ruble, en el tiempo en que esta carta le fue escrita, era prominente en el rol de advertencia médi- ca en la Conferencia General en Takoma Park. Desconocido para ambos, Burden y él mismo, dos años más tarde, en 1910, Ruble sería elegido a la presidencia del CME (1910-1914) y jefe del Consejo Mi- sionero Médico (el cual, en 1913, se convirtió en el Departamento Médico de la Conferencia General). En esta carta, Burden estaba tratando de impresionarlo acerca de la importancia de adherirse a los principios del Espíritu de Profecía en la escuela médica de Loma Linda. Burden tenía apenas 46 años de edad cuando escribió esta carta. Después que el cambio había comenzado en 1910, él continuó como administrativo no médico en el CME por varios años. Sin em- bargo, desde 1910 en adelante, él fue alejado de la mayoría de los grandes cambios que se estaban lle- vando a cabo. En 1916, Burden fue transferido a la administración del Hospital Paradise Valley. Antes de su muerte en 1942, debe haber llorado a menudo con el curso tomado más tarde por el CME. Se había convertido en una institución de entrenamiento donde se daban drogas, imitando a las otras escuelas médicas en el país. No se olvide que ese mismo año, 1908, la pérdida del Hospital de Battle Creek para la organiza- ción y del Colegio Médico Americano en Battle Creek ya habían acontecido. John Harvey Kellog y sus médicos legalmente asociados se lo habían efectivamente robado (Vea La Apostasía Omega de este mismo autor, mencionado antes y ahora en nuestro Tratado de Historia Doctrinal, para encontrar la his- toria completa). Nuestros líderes estaban perplejos en cuanto a qué camino debería tomar el Colegio de Entrenamiento de Loma Linda. Tal como lo indica la presente carta, en 1908 habían cuatro puntos de vista diferentes en la de- nominación en relación a lo que se debería hacer con Loma Linda. Eventualmente quedó claro en la carta que John Burden estaba instando a nuestros líderes de la iglesia a adoptar el “tercer punto de vista”, descrito a seguir, y abogaba por el éxito a través de toda la nación. En la siguiente carta usted encontrará respuestas a la complicada pregunta de cómo, en aquel tiempo, pudimos haber obtenido un reconocimiento oficial mientras nos adheríamos completamente al modelo en nuestra obra médica. Tal como usted reconocerá, la carta de Burden a Ruble era tanto una advertencia como una pro- fecía (en esta carta, todos los paréntesis y énfasis son nuestros). ------------------------------------- “Loma Linda, California, 13 de Abril de 1908
  • 9. Pág. 9 Dr. W. A. Ruble, Takoma Park Sta., Washington, D.C. Querido hermano: Lamento no poder estar con usted en este concilio especial del Comité de la Conferencia General, ya que creo que (Primer Punto de Vista) se le dará alguna atención a la cuestión del avance de la obra médica en nuestras escuelas. Loma Linda ha estado avanzando en esta línea, en armonía con la luz que nos ha llegado durante varios años, y especialmente desde la compra de esta institución y del establecimiento de la obra en Washington. Nos ha parecido a nosotros que el Señor está llamando para un entrenamiento evangelístico médico avanzado en ambos centros. También hemos sentido que hubo más o menos una falta de enten- dimiento en qué es lo que se debería hacer en estos centros médicos avanzados. (Segundo Punto de Vista) Algunos han sentido, y así lo han manifestado, que todo lo que tene- mos que hacer es lo que se ha venido haciendo en nuestras escuelas de entrenamiento de enfermeras en nuestros hospitales, tal vez con más estudios bíblicos y un poco más de experiencia en el campo. (Tercer Punto de Vista) Otros han sentido que debiera haber un entrenamiento más avanzado en la teoría y en la práctica, tanto en la ciencia del arte de sanar tal como está asociado con la obra del mensaje del tercer ángel, y posiblemente sean reconocidos al igual que aquellos que se gradúan y pue- den asegurar el reconocimiento Estatal como para tener la libertad de practicar el arte de sanar al igual que los demás médicos. (Cuarto Punto de Vista) Otros no han creído que sea necesaria una institución médica completa- mente calificada para competir con los colegios médicos del mundo. Les colocaremos números a estas ideas: uno, dos, tres y cuatro. (Primer Punto de Vista) La Proposición Nº 1 es reconocida por todos nosotros. Es una obra, com- prensible por lo menos en cierta medida. (Segundo Punto de Vista) La naturaleza, lugar y obra de la Nº 2está comenzando a ser reconocida por muchos. Se ve que para misioneros externos a ser calificados con un entrenamiento avanzado en el arte de sanar, de ser capaces de diagnosticar las enfermedades comunes y de aplicar lo que nosotros llamamos tratamientos racionales, aumentaría grandemente la utilidad de la obra (“tratamientos racio- nales” era una frase comúnmente usada entonces para designar los remedios naturales, en contraste con la administración de venenos (drogas) al enfermo, para sanarlos, lo cual, obviamente, era un tipo irra- cional de tratamiento. Otro sinónimo, usado posteriormente en esta carta, es “higiene” que también quiere decir limpiar y restaurar. Por la misma razón, nuestros primeros obreros llamaban a sus centros de tratamiento de Sanitariums” (Clínicas), ya que solo daban remedios naturales, los cuales eran sanita- rios y limpiadores. Esos remedios sanitizaban o limpiaban y restauraban la salud del cuerpo. En con- traste, los “hospitales” del mundo medicinaban a los pacientes con peligrosos productos químicos. Hoy en día es fácil identificar drogas venenosas. Son aquellas que poseen “contraindicaciones”, un eufe- mismo para decir “efectos colaterales peligrosos”). Este es el trabajo que fue recomendado en la Convención Médica llevada a cabo en Loma Linda, que el Colegio de Evangelistas de Loma Linda debía fortalecer su facultad y llevarlo adelante. Este tra- bajo también estaba apoyado por la Asociación de la Unión del Pacífico, en una reunión llevada a cabo en Santa Helena un par de meses antes; y allí fue recomendado que la Asociación de la Unión y la Con- ferencia General se unieran para llevar a cabo esta obra, particularmente en el camino de proveer esta escuela con instructores, de acuerdo a las disponibilidades. (Tercer Punto de Vista, recomendado por Burden) Como la Legislación de California ha abierto el camino para que los estudiantes como la Escuela de Evangelistas de Loma Linda para ser legalmente reconocidas para practicar métodos sanitarios de salud, o remedios racionales, algunos han pensado que sería sabio tener la escuela reconocida por la ley que esos estudiantes, al completar el curso de tres años
  • 10. Pág. 10 de estudios y cuyas calificaciones los capacitan a pasar los exámenes del Estado, sean libres para traba- jar al igual que los otros médicos reconocidos; en efecto, ellos mantienen posiciones en nuestras insti- tuciones y cumplen con todos los requerimientos de la ley. Esto lo designaremos como siendo la Pro- posición Nº 3, ya que no importa cuan bien calificados puedan estar para hacer su trabajo, tendrán ne- cesariamente que trabajar como enfermeras bajo la dirección de médicos legalmente calificados (En el tiempo en que Burden escribió esto, los gobiernos estatales reconocían los remedios naturales de la misma manera en que reconocían las drogas). (Continuando con el Tercer Punto de Vista) Nuestro entendimiento de los testimonios es, que mientras miles tienen que ser rápidamente calificados para la obra médica evangelística, algunos tienen que ser calificados para trabajar como médicos. Hemos sido instruidos una y otra vez para hacer con que la escuela sea tan firme como sea posible para la calificación de enfermeras y médicos; y la apertu- ra de un camino para su reconocimiento; y especialmente en vista del hecho que California hasta ahora ha sido uno de los Estados más difíciles para el reconocimiento de la práctica médica, nos parece una providencia divina (que nos permitan continuar enseñando de acuerdo con el modelo), llegando al año siguiente que comenzamos a funcionar con la escuela (observe que Burden antes limitó esto a “practi- car métodos sanitarios de sanar, o remedios naturales”. Burden no aprobaba la medicación de drogas. Porque él sabía que el Espíritu de Profecía se oponía totalmente a eso; vea el capítulo 16 en nuestro Manual Médico Misionero:229-254; Nota del Traductor: vea también mi archivo “El Uso de Drogas” en mi CD). La batalla fue dada por los osteópatas, pero (en vez de aprobar apenas a los osteópatas) la Legis- lación abrió entonces las puertas de par en par para la entrada del curso médico, diciendo que éste era igual que la preparación superior en las diez ramas fundamentales que sostienen la educación médica (Satanás estaba trabajando diligentemente para cerrar la puerta, de tal manera que nuestros médicos no estuviesen capacitados a operar legalmente, a menos que aceptasen a acceder a usar drogas, radiación, y todo lo demás. Ciertamente, cuando miramos hacia atrás hoy en día, la situación parecía sin esperan- za y nuestra obra médica estaba destinada a eventualmente ser oprimida por el control acreditador de la AMA, lo cual acabó aconteciendo. Pero el párrafo anterior revela “lo que podría haber sido”. Si, si, hubiésemos peleado el recono- cimiento legal para los tratamientos con remedios naturales, usando hierbas, hidroterapia, y las ocho leyes de la salud, ¡Dios nos habría abierto la puerta para conseguirlo! Los osteópatas pelearon la batalla y obtuvieron lo que querían. Los quiroprácticos también pelaron la batalla y obtuvieron la aprobación legal para su método de tratamiento. Más recientemente, las enfermeras profesionales han ganado el derecho a practicar la medicina básica sin un título de médico; a pesar de la oposición de la AMA. Podría haberse logrado, y Dios nos habría abierto la puerta. No piense que esto es apenas un sueño aislado. Lea nuestro Manual Médico Misionero. ¡Era el plan de Dios que levantásemos nuestro “brazo derecho” para extenderlo y abrir las puertas para el men- saje evangelístico del tercer ángel a través de todo el mundo! El uso de remedios naturales solamente – el único método médico que se adhiere estrictamente a la obediencia a las leyes de Dios – podría haber tenido un éxito extraordinario, si hubiésemos permane- cido firmes con ese método. Pero, en vez de eso, entre 1912 y 1922, y después, gradualmente acatamos, paso a paso, todos los requerimientos colocados ante nosotros por el Consejo Médico de Educación de la AMA. Debido a nuestro acatamiento, la AMA ganó un completo round en la educación médica y de enfermería. El ob- jetivo oculto de la AMA es tremendamente simple: requiere que solamente sean usados aquellos méto- dos de tratamiento que traigan dinero para los fabricantes de drogas y de medicamentos. ¿Y cuáles son esos? Los que pueden ser patentados. Es un hecho bien conocido que esos fabricantes hacen llegar buenas cantidades de dinero a los cofres de la AMA, a través de caros anuncios colocados en el Diario de la AMA. La vasta riqueza de los fabricantes de remedios es legendaria).
  • 11. Pág. 11 “La materia médica y la intervención quirúrgica han sido rechazadas; de tal manera que, a través de una escuela de higiene o de prácticas racionales no tendría dificultades para ser reconocida en este Estado (materia médica era una palabra latina, "materias médicas”, significando cualquier cosa que pu- diese ser tragada, inyectada, o aplicada corrientemente en la piel. En el siglo XIX, esto incluía hierbas y/o drogas venenosas; pero, desde el comienzo del siglo XX, la frase incluye solamente las drogas. “Han sido rechazadas”; esto es, las leyes del Estado de California estaban totalmente relajadas, de tal manera que a las escuelas médicas no se les requería en aquel tiempo instruir en el uso de cualquier tipo particular de materia médica o de cirugías). “Si nuestra escuela fuese reconocida aquí, sus estudiantes tendrían una ventaja a través de la cual podrían asegurar el reconocimiento en otros Estados, de la misma manera en que los osteópatas están siendo reconocidos. Su arte de sanar está siendo rápidamente reconocido en todos los Estados, pero han tenido que pelear arduamente su camino. Ellos abrieron el camino y eso evidentemente hizo todo más fácil, por lo menos durante algún tiempo, porque otros métodos con reputación para sanar han sido re- conocidos. (Esta carta le fue enviada al Dr. Ruble, para que le fuese leída a los líderes de la Conferencia Ge- neral. El hermano Burden reconoció en esto una oportunidad, y aquí estaba pleiteando con la Confe- rencia General para que se uniesen con este plan. Pero, él explicó, tendrían que pelear cada milímetro del camino, porque Satanás se les opondría. El hermano Burden conocía muy bien los consejos del Espíritu de Profecía, que la obra de sanar con remedios naturales era la “cuña de entrada” de Apoc. 12:17 y 14:6-12 del mensaje que tenemos que llevarle al mundo, el cual es la obediencia a la ley de Dios, a través de la habilitadora fe de Jesucristo. El tratamiento con remedios naturales y la aceptación de nuestras verdades especiales acerca de la ley y del Sábado van de manos dadas. ¡Ambas enseñan la obediencia a las leyes de Dios! Pero, infelizmente, en los años cruciales de 1910 hasta 1922, nuestros líderes no estaban atentos y perdieron la oportunidad. Al mismo tiempo, en otro frente, Satanás estaba trabajando para separar la obra médica del evangelismo. Él comenzó con Kellog en Battle Creek, e intensificó su trabajo en los últimos años en la medida que nuestra obra de entrenamiento médico y de doctores se volvió “profesionalizada”. Contra- riamente a lo que mostraba el modelo (y el “tercer punto de vista” sostenido por Burden), las cosas es- taban arregladas de tal manera que solo nuestros doctores podían diagnosticar, prescribir y tratar; y eran entrenados solo en drogas y cirugías, y poco conocían de los tratamientos naturales. El plan de Dios, tal como fue revelado en el Espíritu de Profecía, era que solo unos pocos de nuestro pueblo fuesen “com- pletamente calificados” como para lidiar con los niveles más avanzados de enfermedades y con los re- medios naturales. Muchos otros tendrían que cuidar problemas físicos comunes con remedios naturales. este era el “tercer punto de vista” de Burden). Fue un gran infortunio que el Colegio Misionero Americano (en Battle Creek) fuese lanzado a copiar las escuelas del mundo, en vez de colocarse bajo la bandera del arte de sanar que muestra el mensaje del tercer ángel. Y alguno de nosotros nos parece que podemos cometer el mismo error que ellos cometieron si seguimos su ejemplo en establecer una escuela médica cuya norma, si es que al fi- nal es mantenida, signifique comercio desde el principio hasta el final, o entonces los estudiantes que se gradúen de la escuela perderán su posición reconocida y estarán con aquellos que siguen las prácticas médicas de hoy. (El Colegio Médico Americano (1895-1910) comenzó con J. H. Kellog, el cual fue su único pre- sidente. Él buscó y recibió la acreditación teniendo un campus dividido, con los dos primeros años de entrenamiento en la Clínica de Battle Creek y los dos últimos años en dos Hospitales no adventistas de Chicago. Alcanzó a formar 194 médicos antes de cerrar, debido a falta de ayuda económica y a las siempre mayores exigencias de la acreditación. También abrió un hospital completamente equipado y con personal en Chicago). “No es así con una nueva escuela que crea su propia norma y gana su camino a través de sus méritos: y esa norma, si entendemos los mensajes que nos llegan, es misionera, urdimbre y tejido (o
  • 12. Pág. 12 trama, en otras palabras, de punta a punta), con el espíritu mercenario completamente eliminado. Por eso se escogió ese nombre: Médicos Evangelistas. Nos gustaría estar presente en vuestros consejos y escuchar vuestros análisis con respecto a esto. Es extremamente interesante para nosotros, del hecho que hemos tenido que enfrentar el asunto y re- solverlo por nosotros mismos, o entonces desistir de entregar nuestro tan claro mensaje recibido de la mensajera del Señor. Entendemos que la cuestión es más o menos confusa para todos, y posiblemente algunos no ven ninguna luz en darle ninguna consideración ahora; pero somos de la opinión que Dios está llamando a esta denominación a una reorganización de su obra médica tan ciertamente como Él llamó hace algunos años a una reorganización de la obra educacional. Así, estamos avanzando con la mejor luz que pode- mos obtener. Estamos ansiosos de vuestro consejo y cooperación. No queremos colocarnos en una posición de adelantarnos de los demás en esta materia, y estaremos agradecidos de vuestros consejos y adverten- cias. Escribimos así porque nuestros planes y posiciones y nuestra obra puedan ser claramente entendi- das. Estamos queriendo estar completamente satisfechos con nosotros mismos con lo que hemos con- seguido hasta aquí, desarrollando el plan y desenvolviendo personas de habilidad para llevar a cabo la obra como médicos evangelistas. Si es sabio dejar a un lado el pensamiento de reconocimiento legal de los estudiantes cuando hayan completado su curso, estamos dispuestos a esperar; pero sentimos más profundamente que, a la luz de las oportunidades en California, la cuestión de establecer una escuela cuya total influencia y en- señanza sea la de calificar médicos para practicar el distintivo arte de sanar del tercer mensaje angélico se le debe dar cuidadosa atención por aquellos que están interesados en este asunto y capacitados para juzgar los méritos de la cuestión. (Usted percibirá que los dos párrafos anteriores podrían ser interpretados por la Conferencia Ge- neral como cancelando la urgente advertencia anterior. Burden había dicho, tenemos que hacer cambios importantes. Pero entonces él dice, pero si ustedes piensan que no hay necesidad de urgencia, entonces nosotros haremos eso. El problema aquí, es que la iglesia controlaba Loma Linda, y Burden no podía decirlo de otra manera, sin ser quemado. Más adelante en este libro, aprenderemos de las memorias del Dr. Owen S. Parret, que Ellen White no quería que Burden traspasase el control de Loma Linda a la iglesia, cuando así lo hizo. Burden reconoció más tarde que este fue su más craso error). “(Cuarto Punto de Vista) Estoy seguro que tan luego como aparezca la cuestión, el primer pen- samiento será el de que (el modelo es apenas) una educación médica superficial y que será una desgra- cia para llevar a cabo la obra del mensaje, a menos que podamos establecer la cuarta proposición; en efecto, una escuela médica totalmente equipada de acuerdo con la idea del mundo, que pueda venir a ser un miembro de la asociación de los Colegios Médicos Americanos (esto es, totalmente acreditado). No creo que por ningún motivo debamos aprobar nada que sea así. Si (tal como lo declara el Espíritu de Profecía) mucho de lo que ahora está incorporado en las escuelas médicas del mundo es tan inútil como las máximas de los escribas y fariseos; y si hay estudios intrincados que ciertamente son dañinos para la mente del estudiante, descalificándolo para la obra que debería hacer; y nuevamente, si mucho de su curso es mera basura, eliminaría una escuela médica estas cosas inútiles de su obra y adicionaría aque- llas más útiles, como lo son las agencias sanadoras, la influencia del evangelio de Cristo tal como es revelado en el estudio de las Escrituras, combinado con remedios racionales y las diez ramas funda- mentales enseñadas en armonía con todo eso, ¿una escuela así sería „superficial‟ simplemente porque permaneció firme sola y no fue reconocida por las escuelas modernas del mundo? (En este último párrafo, el hermano Burden está pleiteando con nuestros líderes para que no bus- quen la acreditación de las agencias seculares). “Sin embargo, como lo dije antes, yo creo que lo esencial es la calificación del obrero que va a hacer la obra, y eso es lo que estamos tratando de llevar adelante. Si es la voluntad de Dios que algunos
  • 13. Pág. 13 de estos obreros, cuando estén calificados, deban permanecer firmes en la libertad de la ley del Estado para practicar el arte de sanar del tercer mensaje angélico, Dios ciertamente abrirá el camino. (Él está diciendo nuevamente que, si perseveramos, podemos, tal como lo han conseguido los os- teópatas, obtener el reconocimiento legal, para nuestros estudiantes avanzados para que sean médicos, totalmente reconocidos por la ley del Estado, sin tener que someter nuestra escuela a los requisitos de acreditación del AMA. Si hacemos nuestra parte, Dios nos ayudará a hacerlo en nuestros términos, y en completa conformidad con nuestras normas y métodos de la obra médica). “Para el año que viene, nos parece que la única cosa consistente que podemos hacer es movernos en armonía con las recomendaciones pasadas en la Convención Médica de la Asociación de la Unión, la cual anima la calificación de personas con una eficiencia médica avanzada a trabajar como evange- listas. Por lo tanto debemos continuar con los tres años regulares del curso de Médico-Evangelista, tal como ha sido hecho hasta aquí en nuestros programas. En el párrafo anterior, los obreros serían “calificados” haciendo su entrenamiento en nuestro co- legio CME no calificado. Pero, Burden continúa, también debería ser dado un curso rápido de un año). “También es bueno suplementar esto con una instrucción de un año para estudiantes maduros, ta- les como profesores de escuela, obreros bíblicos, enfermeras graduadas y ministros, los cuales quieren aprender en el menor tiempo posible todo lo que puedan ser capaces de aprender de este arte racional de sanar, y combinarlo con su obra evangelística. Por lo tanto estamos providenciando la venida del mejor instructor de Biblia disponible para llevar a cabo ese programa, juntamente con los asuntos médicos. (¡El siguiente es un excelente párrafo, porque delinea los asuntos básicos enseñados en el CME en su curso de un año! Los mismos cursos básicos eran, desde luego, enseñados en forma expandida en el programa de tres años). “El curso contemplará asuntos tales como hidroterapia (práctica y teórica), masaje (práctico y teórico), higiene, psicología, anatomía, dietética, cocina saludable, vestimenta saludable, el estudio de las enfermedades y el diagnóstico, y métodos médico-evangelísticos para trabajar en los campos. Colo- cando tantas cosas en un año, hará necesariamente que la instrucción en cada asunto sea breve, y sin embargo el curso será una maravillosa ayuda para aquellos que lo tomen, y también en el desarrollo de la obra. Le hemos preguntado a la Asociación para que nos liberen al hermano Owen como instructor bíblico, y él ha consentido en venir. Esperamos que la Conferencia General y la Unión estén llanas a cooperar con nosotros en darnos cada una un instructor, para todo el curso o para una parte del mismo. Actualmente hay una buena cantidad de alumnos queriendo tomar el curso, siendo que algunos están posponiendo su partida a algunos campos, para así poder asegurarse esta preparación, aun cuando algu- nos han estado aquí en la escuela preparándose en el estudio de la Biblia para trabajar en los campos misioneros. Nuestra capacidad es limitada. Estoy seguro, si es que la materia es llevada a cabo tal cual nos lo enseñan los testimonios, y es colocada adecuadamente delante de las personas, será una gran reunión, no solo de obreros, que ahora están empeñados en una parte de la obra, sino que también de enfermeras graduadas, las cuales ingresaron para volverse evangelistas, pero han perdido su camino, debido a que éste no ha sido suficientemente iluminado, de manera que ellas lo pudiesen encontrar. Voy a anexar más material de la ley en California, mostrando lo que está abierto para ser recono- cido por el Estado para nosotros aquí, para que ustedes puedan estudiar el asunto y estar capacitados para aconsejarnos más tarde en relación a las posibilidades de nuestro plan de sacar ventajas de la ley, para que la escuela pueda ser reconocida. Oramos para que el Señor lo bendiga en este consejo que ahora va a comenzar, y quedamos aten- tamente en la obra del Maestro”. Carta de Burden a W. A. Ruble, 13 de Abril de 1908. -------------------------------------
  • 14. Pág. 14 En vez de enfermeras y médicos “al lado de la cama”, Ellen White quería enfermeras y médicos “evangelísticos”. El modelo incluía el entrenamiento de un gran número de nuestros laicos y laicas, en cursos cortos, para el servicio como “médicos misioneros”. El alcance del proyecto era impresionante. En un capítulo anterior en nuestro Manual Médico Misionero revela que el modelo quería que todo nuestro pueblo, desde un extremo al otro, fuesen “médicos misioneros”. Tres días después de haberle enviado esta carta al Dr. Ruble, el hermano Burden le envió una co- pia a Ellen White, acompañada por esta carta: “Gradualmente los hermanos locales, incluyendo al hermano Reaser, están comenzando a tener puntos de vista más claros en relación a lo que el Señor quiere que sea esta escuela. Usted podrá ver, a través de la carta al Dr. Ruble, de la cual le incluyo una copia, algo de lo que se está formando en mi mente. Veo en su última comunicación que usted se opuso fuertemente contra la organización de una es- cuela que compita con las escuelas médicas del mundo, diciendo que nosotros no estábamos calificados como para preparar estudiantes para que pasaran el examen del Estado ahora. Yo creo que usted verá en mi carta al Dr. Ruble, que nuestra idea de una escuela reconocida en Loma Linda, en la cual podr- íamos calificar personas como doctores en higiene y en tratamientos racionales, sería un problema mu- cho menos difícil que aquel enfrentado por el colegio de Battle Creek. Sin embargo, puede no ser sabio pensar en una escuela así ahora, y sería mejor esperar hasta que hayamos desarrollado el plan de califi- car evangelistas completamente para su obra, y que ellos demuestren su utilidad, antes que nosotros busquemos el reconocimiento del Estado para que nuestros graduados puedan practicar”. John Burden a Ellen White, 16 de Abril de 1908. Burden imaginó erróneamente que le sería dado tiempo para desarrollar el programa en Loma Linda, preparar un número calificado de graduados, y entonces trabajar para obtener el pleno recono- cimiento del Estado, equivalente a un grado de doctor (él apenas tenía 48 años en 1908). Pero era A. G. Daniells el que estaba a cargo, no John Burden ni W. A. Ruble. Y Daniells, que había estado tratando de eliminar Madison desde 1904, en 1909 rechazaría el llamado de Ellen White para dejar de comer carne. Él le contó a P. T. Magan en 1911 que era ridículo salir de las ciudades, y que no estaba dispuesto a ser diferente al mundo, cuando entró en nuestra obra médica denominacional. A los que le preguntaban por qué él, siendo el presidente de la Conferencia General, había comi- do carne durante toda su vida, él les respondía que le hacía bien. Dentro de dos años de haberle escrito esta larga carta a Ruble en la Conferencia General, Burden fue efectivamente puesto a un lado, aun cuando no fue hasta 1916 que lo trasladaron de Loma Linda a Paradise Valley. Estableciendo los Objetivos Básicos.- Deseando lo Mejor.- Para que el plan pudiese comenzar bien, Ellen White llamó al hermano S. N. Haskell y a su espo- sa, sus amigos íntimos desde hacía varios años, y les preguntó se podían venir y llevar a cabo el pro- grama evangelístico en la nueva escuela. “Muy luego debemos comenzar con una escuela de entrenamiento de enfermeras en Loma Linda. Este lugar se convertirá en un importante centro educacional, y necesitamos los esfuerzos de usted y de su esposa para darle el molde correcto a la obra en este nuevo centro educacional”. EGW, Carta 277, 1905. “Del lado evangelístico ellos tenían, a comienzos de la primavera de 1906, la ayuda de aquel an- tiguo profesor de Biblia y misionero, el hermano S. N. Haskell, y su esposa, quien, a pedido de la Sra. White, se había juntado al equipo. Era realmente una escuela evangelística; porque las enfermeras y to- dos los obreros entraron de lleno en el programa evangelístico práctico del hermano Haskell, en las
  • 15. Pág. 15 ciudades alrededor, y también colportaban el nuevo libro de la hermana White, El Ministerio de Salud”. A. W. Spalding, La Última Legión de Cristo:157. Mientras la escuela estaba en su infancia, solamente las enfermeras serían entrenadas. Pero, ya en 1905, ella indicó que debía ser incluido después el entrenamiento de médicos. “En relación con la escuela, yo diría, hagan todo lo que sea posible en la educación de las enfer- meras y médicos”. EGW, Carta 325, 1905. Si usted, querido lector, está planeando comenzar una escuela médica misionera o estudiar por sí mismo para ser un médico misionero, usted encontrará que la siguiente información es extremamente útil. Puede servir como una guía, si, ¡un claro llamado a la acción! Ellen White fue a una reunión de consejo, efectuada en los terrenos de Loma Linda en 1906. En aquella reunión ella declaró la doble obra que debía ser hecha. “Traté de dejar en claro que los médicos del hospital y los ayudantes tenían que cooperar con Dios en combatir las enfermedades no solo con el uso de remedios naturales que Él ha colocado dentro de nuestro alcance, sino que animando a sus pacientes a confiar en la fortaleza divina a través de la obediencia a los mandamientos de Dios”. EGW, Review and Herald, 21 de Junio de 1906. No a través de drogas venenosas, sino que por la obediencia a las leyes naturales y moral tenían los pacientes que recuperar su salud. No presuntivamente “solamente por la fe”, sino que por la obe- diencia a los Diez Mandamientos tenían que ser traídos los pacientes a un salvador conocimiento de Cristo su Señor y Salvador. En estos últimos días, la “nueva teología” enseña la salvación a través de la presunción, sin la obediencia a la ley moral de Dios; y la “nueva teología” médica enseña la sanidad a través de venenos, sin la obediencia a las leyes de la naturaleza. En aquella importante reunión, ella también dijo lo siguiente: “Loma Linda no solo será un hospi- tal, sino que un centro educacional. Con la posesión de este lugar viene la pesada responsabilidad de hacer la obra de la institución educacional en carácter. Una escuela debe ser establecida aquí para en- trenar evangelistas misioneros médicos. Mucho está envuelto en esta obra, y es esencial que tengamos un buen comienzo”. EGW, Review and Herald, 21 de Junio de 1906. En aquella primavera, con la ayuda de las enfermeras y del equipo de Loma Linda, los Haskells condujeron un esfuerzo médico-evangelístico en una tienda en San Bernardino. Esto hacía parte del programa de entrenamiento. Ansioso de aprender más acerca del modelo para la escuela, el Profesor Howell visitó a Ellen White en su hogar en Elmshaven. Lo que él aprendió, lo devolvió a la escuela y lo compartió con los demás (infelizmente, un año y medio después, fue enviado a Grecia). Comentando esa visita, ella ex- plicó más tarde que la oración sincera, el estudio de los escritos inspirados de Dios, la voluntad de obe- decer, y el trabajo duro traerán éxito en las líneas correctas. “Yo le dije que el Señor guiará a todo aquel que se deje guiar. La Biblia es nuestro guía seguro. Cristo dijo, „El que quiera venir en pos de Mí, tome su cruz y sígame‟. No podemos demarcar una línea precisa a ser seguida incondicionalmente. Las circunstancias y las emergencias surgirán, por lo cual el Señor tiene que darnos instrucciones especiales. Pero si comen- zamos la obra, dependiendo totalmente del Señor, mirando, orando, y caminando en armonía con la luz que Él nos ha enviado, no seremos dejados para andar en la oscuridad”. EGW, Carta 192, 1906. ¡Esta es una dulce promesa! Si el pueblo de Dios le es fiel y quiere hacer Su voluntad, Él los guiará durante todo el camino hasta el fin. Y eso es lo que usted y yo queremos, ¿no es verdad? Que- remos hacer parte de Su plan. Escuela y Hospital Juntos.- De acuerdo con el modelo, el hospital y la escuela tienen que ser localizados uno cerca de la otra, y deben unirse en su instrucción y obra.
  • 16. Pág. 16 “La unión de nuestras escuelas y hospitales probará ser una ventaja de muchas maneras”. EGW, 20 de Febrero de 1908. En el otoño de 1906, Ellen White escribió esto al gerente y al presidente del CME: “Hermanos Burden y Howell, la obra de la escuela y del hospital será una bendición, la una sobre el otro; Si hay cooperación entre la obra educacional y la obra del hospital, ciertamente podemos reco- mendar que la educación superior será llevada a cabo en los terrenos del hospital, porque éste es el plan del Señor. Si los hombres que están a la cabeza de este emprendimiento, para la utilidad de estas insti- tuciones, cada uno ayudando al otro, no hay nada que obstaculizar en relación a las operaciones de la escuela”. EGW, 28 de Septiembre de 1906. En respuesta, Burden escribió: “Estamos teniendo la obra más ideal aquí en el Hospital de Loma Linda, de todo lo que he visto en toda mi experiencia, y yo contribuyo en la influencia de la escuela con el Hospital. Esto suscita una atmósfera saludable y espiritual en los corazones de los obreros. Algunos pacientes asisten a las clases de Biblia con los estudiantes. Tan luego como tengamos nuestra capilla lista, nuestras clases de Biblia serán hechas en las salas de la escuela sabática, las cuales estarán cerca del hospital, y yo estoy seguro que muchos más pacientes serán entonces atendidos”. John Burden, 16 de Diciembre de 1909. En una comunicación posterior, ella advirtió a los obreros de Loma Linda, que la escuela debía estar conectada con el hospital, y que los estudiantes nunca deberían ser enseñados a usar drogas como remedios. “Deben ser muy cuidadosos para que no hagáis algo que pueda restringir la obra en Loma Linda. Es la voluntad de Dios que esta propiedad sea asegurada, y Él ha dado instrucciones que la escuela de- be estar conectada con el hospital. Una obra especial debe ser llevada a cabo ahí, para calificar jóvenes y señoritas para que sean obreros médicos misioneros eficientes. Ellos deben ser enseñados a tratar los enfermos sin el uso de drogas. Una educación tal requiere una experiencia en el trabajo práctico”. EGW, Carta 274, 1906. “Drogas como remedios” se refiere a lo que hoy en día llamamos una combinación no natural de productos químicos, los cuales son extraños al cuerpo humano. “Las drogas siempre tienen la tendencia a disminuir y destruir las fuerzas vitales, y la naturaleza se vuelve tan tullida en sus esfuerzos, que el inválido muere, no porque necesitase morir, sino porque la naturaleza fue atropellada (ultrajada)”. Ministerio Médico:223. En vez de darle a un enfermo algunas píldoras con productos químicos poderosos, los tratamien- tos naturales requieren apenas un “trabajo práctico”, hidroterapia, el uso de hierbas, una dieta cuidado- sa, y algunos cambios que lo llevarán a la completa obediencia a los ocho remedios naturales de la sa- lud. No solamente se le deben aplicar los tratamientos de sanación a los pacientes, sino que tienen que ser enseñados a vivir correctamente, física y espiritualmente. La carta anterior concluye con las siguientes palabras: “Los estudiantes deben unirse fielmente en la obra médica, manteniendo sus poderes físicos en las mejores condiciones posibles, y trabajando bajo la instrucción del gran Médico Misionero. El sana- miento del enfermo y el ministerio de la Palabra deben ir de manos dadas”. EGW, Carta 274, 1906. Declaraciones en las Primeras Publicaciones.- Las primeras publicaciones del joven centro educacional nos proveen de una preciosa informa- ción. El Boletín de la Escuela, editado en el verano de 1906, muestra tres cursos que eran ofrecidos: Médicos Evangelistas, Enfermeras Colegiadas y Obreros Evangélicos. El curso de tres años de Médicos Evangelistas era descrito de la siguiente manera: “Este curso está previsto especialmente para enfermeras graduadas y para otras que han comple- tado los asuntos preparatorios... y que quieren tomar estudios médicos avanzados, como una mejor pre-
  • 17. Pág. 17 paración para la obra evangelística, pero que desean tomar estos estudios bajo condiciones favorables al crecimiento espiritual, para confiar en las verdades fundamentales del triple mensaje angélico, y para el desarrollo del genuino espíritu misionero en el servicio actual”. Las materias que se enseñaban eran química, terapéuticas fisiológicas, enfermedades de niños, fi- siología, obstetricia, ginecología, anatomía y enfermedades en general. El prefacio del Boletín decía: El propósito en establecer un Colegio Evangelista en Loma Linda es el de desarrollar y entrenar evangelistas. El mundo necesita ser evangelizado, y la obra tiene que ser llevada a cabo rápidamente”. Al pie de cada página, en itálicos, estaban escritas estas palabras: “Para predicar el reino de Dios y para sanar a los enfermos”. En Junio de 1908, salió la primera impresión del Médico Evangelista, publicado por el Colegio de Evangelistas de Loma Linda. En la introducción, decía significativamente, lo siguiente: “Evangelista con ninguna otra credencial que la verdad que posee”. No había ninguna mención de afiliaciones con ningún colegio secular, hospitales, y otras instituciones de la AMA. El diario estaba únicamente “Afi- liado con el Hospital de Loma Linda”. El diario anunciaba un “Curso Especial de un Año”, y mencionaba lo que los estudiantes habían estado haciendo en el año escolar anterior: “Durante el año pasado, el hermano Luther Warren estuvo asociado con la escuela como Evange- lista de Campo, y el Señor ha bendecido grandemente su trabajo de inspirar a los jóvenes con un fuerte espíritu misionero. Todos han tomado parte en la obra evangelística en los pueblos vecinos”. Cómo Obtuvo su Nombre.- Un año más tarde, cuando la escuela fue reconocida por el Estado, el nombre fue cambiado para Colegio de Médicos Evangelistas (CME). John Burden nos cuenta más tarde cómo la escuela obtuvo su nombre: “Me recuerdo muy bien de la mañana en que la hermana White escribió la frase „Evangelistas Médicos Misioneros‟, y sus ojos brillaban mientras escribía. „Así‟, dijo, „yo creo que pueden entender eso‟. Ella dijo esto en relación al tipo de escuela que sería Loma Linda. Ya que este era el producto, ¿no era lo más natural que la escuela llevase el nombre de este producto? Y ella parecía estar muy complacida cuando la escuela fue bautizada: „El Colegio de Médicos Evangelistas‟”. John Burden, car- ta al Dr. E. H. Risley, 3 de Junio de 1929. Varios años después, la palabra “evangelistas” fue retirada del nombre. El nombre del diario de la escuela fue cambiado de El Médico Evangelista para Universidad de Loma Linda. El 1 de Julio de 1961, el nombre de la escuela fue cambiado para Universidad de Loma Linda. Cuando eso sucedió, una ley especial de California, establecida durante la era del „arenque rojo‟ a fines de la década del 40 y comienzos de la década del 50, sorpresivamente se aplicó a la escuela. Esto lo analizaremos posteriormente. “El propósito de nuestras instituciones de salud no es la de ser primariamente el de los hospitales. Las instituciones de salud conectadas con la terminación de la obra del evangelio en esta tierra, perma- nece a través de los grandes principios del evangelio en toda su plenitud. Cristo es aquel que tiene que ser revelado en todas las instituciones conectadas con la obra de terminar la predicación del evangelio, pero nadie puede hacerla tan completamente como la institución de salud, donde el enfermo y el su- friente viene en busca de ayuda y de liberación tanto de la dolencia física como espiritual. Muchos de ellos, necesitan, tal como el paralítico de antaño, el perdón del pecado como lo primero, y necesitan aprender cómo hacerlo para „ir y no pecar más‟”. Ministerio Médico:27-28. Operación y Curriculum.-
  • 18. Pág. 18 Para aquellos que querían trabajar en Loma Linda en aquellos días, esto es lo que el hermano Burden escribió: “Aquí estamos bajo la dirección de Dios para iniciar una gran institución. No tenemos fondos. No podemos pagarles ni siquiera los pasajes para que vengan, y tampoco sabemos cuando podremos pagar- les los salarios. Lo máximo que podemos decirles es que necesitamos ayuda. Si vuestro corazón está en la obra, vengan y compartan nuestra pobreza con nosotros”. John Burden, Historia de Loma Linda. Es importante que entendamos la operación y el curriculum de Loma Linda en aquellos primeros años: “Le alegrará saber que Loma Linda está ahora abierto para recibir pacientes. El Dr. Abbott está con nosotros, y varios obreros más. Tenemos el primero y el segundo piso llenos, y estamos ocupados trabajando en el arreglo de las piezas para tratamientos... Esto nos ayudará mucho, por lo menos hasta aquí... Ya hemos comenzado nuestra obra educacional formando una clase para los pequeños. La Srta. Vina Baxter, hermana de la Sra. Burden, les está enseñando durante unas tres horas al día el estudio de los libros, y tres horas están jardineando, y trabajando con la tierra y con las flores. Los niños están en- cantados, especialmente con sus estudios en la tierra. Ellos toman en serio su trabajo y con tanto interés como si fuesen a jugar”. John Burden, carta fechada el 9 de Octubre de 1905, a Ellen White. Debiera notarse que las modernas escuelas caseras a menudo proveen una educación similar. ¡Gracias al Señor por las escuelas caseras! En un mundo malvado, son un solaz de refugio para nues- tros niños. El resto de esta carta mencionaba el estudio de Patriarcas y Profetas y la Biblia con los estudian- tes en el culto matinal y vespertino. “Es nuestro plan tener cursos regulares del estudio de la Biblia, de los Testimonios, y otras cosas necesarias, para cada obrero conectado con la institución”. Ídem. Un peligro estaba rondando a las enfermeras y a otros miembros del equipo, de tal manera que ellos corrían, teniendo una incesante actividad, en vez de tomar tiempo para ministrar las necesidades espirituales de los pacientes. “J. A. Burden: (Hemos cambiado) nuestra rutina del antiguo plan de 10 a 14 horas diarias de tra- bajo, para armonizar con lo que los testimonios han venido diciendo durante todo estos años. En Loma Linda hemos cambiado para seis horas de trabajo, cuatro turnos en 24 horas, y es una mejora. Pero si existe algo mejor, queremos hacerlo. “Dr. Rand: Hay dos caminos para solucionar esta dificultad. 1.- Tener más enfermeras; 2.- Tener menos pacientes. El Señor ciertamente quiere que nuestro trabajo se haga de tal manera que podamos llevar a cabo Sus instrucciones. La enfermera evangélica es la que los enfermos quieren, en vez de aquella que es apenas una profesional, aun cuando posea más habilidad. Es el espíritu cristiano el que es apreciado”. Procedimientos de la Convención Médico-Misionera, 26-29 de Octubre de 1908, página 55. Proyectos Misioneros Fuera del Campus.- Los proyectos misioneros fuera del Campus, con la facultad trabajando con los estudiantes, hacía parte del curriculum. Esta es una parte muy importante del modelo. Lo siguiente describe una exposi- ción de contactos entre Octubre de 1906 y Junio de 1907: “El 4 de Octubre de 1906, el colegio fue oficialmente abierto, y durante el año han llegado aproximadamente 40 estudiantes haciendo diversos cursos, siete de los cuales se graduaron del curso de enfermería, el 10 de Julio de 1907. El colegio ofrece tres cursos diferentes de estudio, además de algún trabajo preparatorio en Inglés y ciencia y algunas clases de trabajo colegiado, tres años de Curso Médi- co, y el tercer curso electivo que duraba un año, diseñado para obreros evangélicos que quieran una preparación para trabajo médico-misionero en general”.
  • 19. Pág. 19 Los “tres cursos” en el párrafo anterior son los cursos de dos años de enfermería, el curso médico de tres años, y un breve curso de un año a elección. “Algún trabajo misionero de campo fue llevado a cabo durante el año escolar por los estudiantes a medida que estaban preparados para unirse en ese trabajo... Habían escuelas de salud en San Bernar- dino, Highlands, Redlands, Riverside, Corona, Highgrove, Los Angeles, y Gardena, en las cuales un gran número de señoras eran alcanzadas con los principios de salud en charlas y demostraciones, y el camino se abrió para que el trabajo se extendiese a diversos lugares en el Sur de California. Charlas sobre higiene y salud y temperancia eran dadas en las escuelas públicas en San Bernardi- no, Highlands, Riverside, Corona, y Highgrove, para instruir más de 2.000 niños estudiantes. La in- fluencia de este trabajo fue tal que la superintendencia de instrucción pública, le dio a nuestros obreros una invitación permanente para que fueran a la escuela a cualquier instante y les enseñaran a los pupi- los sobre cualquier tema de salud y temperancia. En las escuelas de San Bernardino el superintendente hizo un curso especial con charlas y demostraciones prácticas de cocina para los profesores de las es- cuelas, después de las horas de clases. Los siguientes dos párrafos muestran cómo la obra comenzó bien pequeña, fue bien hecha, y fue creciendo. “La manera en que este trabajo comenzó y creció, muestra como el Señor preparó el camino de- lante de los obreros. El trabajo fue iniciado con la Iglesia de San Bernardino, pero luego se extendió a la iglesia de la escuela, y de los miembros de la iglesia hacia los vecinos. Aquellas señoras muy luego abrieron el camino para que el trabajo fuese introducido en las reu- niones de las madres. Ahí nuestros obreros tuvieron sus experiencias más interesantes. Esas madres apreciaron de tal manera la verdad, que abrieron el camino para que estas charlas sean dadas en las es- cuelas públicas. Las charlas de higiene, cigarrillo, condimentos, y licores conmovió tanto el pensamien- to del público, que el camino fue abierto rápidamente para que se extendiese a las escuelas en otros lu- gares. Estas experiencias abrieron el camino para que la obra fuese presentada en la Convención de la WCTU en Redlands, y de esta reunión surgieron llamados para que el trabajo se extendiese por muchos lugares por el Sur de California... Fue abierta una misión en San Bernardino, y dos de las enfermeras graduadas fueron enviadas hacia allá, para que un trabajo más profundo en educar a las personas en los principios de la vida y de la salud pudiese ser hecho. El plan es tener una pequeña casa para los obreros, donde ellos puedan dar tratamientos simples y trabajar de casa en casa ministrando a las personas física y espiritualmente. Los obreros están haciendo buenos amigos, y algunos ya están interesados en la verdad”. John Burden, In- forme, 30 de Junio de 1907. En 1905, un artículo apareció acerca del tipo de trabajo que los Haskells estaban realizando en Nashville, Tennessee, antes de irse a Loma Linda para conducir un trabajo similar en conexión con los estudiantes y la facultad del CME: “El hermano y la hermana Haskell han arrendado una casa en uno de las mejores lugares de la ciudad, y han reunido una familia de ayudantes a su alrededor, los cuales todos los días salen a dar es- tudios bíblicos, vendiendo nuestras revistas y haciendo el trabajo médico-misionero. Durante la hora del culto, los obreros relatan sus experiencias. Los estudios bíblicos son regularmente conducidos en el hogar, y el joven y la jovencita relacionados con la misión, reciben un entrenamiento práctico para dar estudios bíblicos y para vender nuestras publicaciones. El Señor ha bendecido su trabajo, muchos han abrazado la verdad, y muchos otros están muy interesados”. EGW, “El Mensajero de Nashville”, des- cribiendo la “Misión de Nashville y la Escuela de Entrenamiento Bíblico”, 7 de Septiembre de 1905. Más tarde, el hermano Haskell describió un trabajo similar que él hizo con los estudiantes de Loma Linda, cerca de San Bernardino. En la siguiente carta, observe este comentario: “Nadie de esa primera clase (de estudiantes) se perdió para la obra”. Como resultado de haberlos entrenado en evan- gelismo práctico, todos los graduados entraron en la obra misionera como enfermeras y médicos. Eso dice mucho del tipo de entrenamiento en aquellos primeros años del CME. No se trataba de entrenar
  • 20. Pág. 20 médicos y enfermeras “de al lado de la cama”, los cuales pasasen su tiempo recetando y dando reme- dios a base de drogas. “El hermano y la Sra. Haskell aceptaron la invitación de la Sra. White para trabajar en el Sur de California. Llegaron a Loma Linda en Diciembre de 1905, quedaron encantados con el lugar y, después de haber permanecido ahí por algunos días, se fueron a Santa Helena para consultarle a la hermana White en relación al tipo de trabajo que ellos irían a efectuar ahí. Cuando volvieron a principios de 1906, su convicción era que debían iniciar una obra misionera en la ciudad y en varias ciudades de los alrededores. San Bernardino fue escogida para llevar a cabo ese esfuerzo, fue arrendada una casa en la ciudad y un grupo de obreros fue seleccionado de Loma Linda para ayudarlos. Ellos condujeron reu- niones en una tienda, y los obreros distribuyeron literatura y dieron estudios bíblicos en los hogares a las personas. A algunos les pareció que este esfuerzo no estaba relacionado con el trabajo del hospital, y se temía que los hermanos de Loma Linda se estaban desviando por caminos infructuosos y que no le es- taban dando la debida atención a los intereses de la institución. Los mensajes que llegaron de la Sra. White, sin embargo, expresaban su aprobación del trabajo en los campos que se estaba haciendo. Repe- tidamente en sus consejos ella se había regocijado con los aseguradores de Loma Linda debido a que estaban dándole la oportunidad de hacer un trabajo de evangelismo en las ciudades circunvecinas. Ahora es evidente que este primer esfuerzo para desarrollar el trabajo de campo moldeó a los es- tudiantes para los campos misioneros tal vez más que cualquier otra cosa en sus clases. Ninguna de aquellas primeras clases se perdieron para el trabajo. Cuando ellos se graduaron, estaban listos para los campos lejanos. Algunos se fueron a la India, otros a Sudamérica. Otros dedicaron sus vidas al trabajo en su país natal, y otros llevaron adelante sus estudios médicos y se volvieron médicos. Esto demuestra que seguir los principios en armonía con el propósito y el plan de Dios, dará como resultado producir obreros según la orden de Dios. „Estoy contento que estén llevando a cabo la obra que han tomado en San Bernardino‟, le escribió la hermana White al hermano y a la hermana Haskell. „Yo creo que ustedes están trabajando en armon- ía con la luz que se me ha dado. En vuestro trabajo entran en contacto con gente que necesita tener hambre y sed de la justicia. La bendición del Señor estará con todo aquel que trabaje en armonía con Sus planes‟”. John Burden, carta fechada el 8 de Junio de 1906. En un estudio separado, el hermano Burden mencionó otro aspecto de la obra misionera: “Para poder acostumbrar las personas del distrito adyacente con el hospital, cada domingo se rea- lizaba una comida en la cual las enfermeras, durante su campaña en el campo, convidaban a algunos hombres de negocios representativos y a sus familias. A través de estos medios fueron hechos muchos amigos, y ellos ayudaron a aumentar el patrocinio de la institución”. John Burden, Historia de Loma Linda. Cuando se fueron los Haskells, el Señor trajo otro obrero para ayudar a los estudiantes a llevar a cabo el evangelismo en los campos: “Desde el comienzo, la obra práctica en los campos estuvo ligada con el programa de estudio en Loma Linda. El trabajo del hermano y de la hermana Haskell en San Bernardino ya se ha mencionado. Después de su partida, se hizo un poco difícil encontrar a alguien que llevase y enseñase a los estudian- tes en este camino. Pero luego apareció el Dr. Lillis Wood Starr, un obrero con experiencia en el traba- jo médico-misionero de casa en casa y un hábil enseñador, se vino con su familia al hospital. La facul- tad de Loma Linda hizo con que él y algunos de los obreros del hospital comenzaran una clase estu- diando el libro Ministerio de Curación, entre la compañía recientemente juntada por los evangelistas del hermano Haskell y sus ayudantes en San Bernardino. Algunos de los vecinos no adventistas que asistieron a estos grupos de estudios a través de las in- vitaciones, pidieron que se hiciesen estudios similares en sus hogares. Muy luego, muchos „círculos familiares‟, con una asistencia promedio de 12 personas, se estaban reuniendo regularmente para estu- diar sobre el vivir sano, tratamientos racionales, dieta, y vestuario saludable. Esto abrió el camino más
  • 21. Pág. 21 tarde para charlas públicas ante grupos de madres, y en las escuelas públicas, y en la introducción de li- teratura bien preparada para los niños. El trabajo se difundió a muchas ciudades y pueblos vecinos, y llegó aun hasta Pasadena y Los Angeles, con el Dr. Starr y un grupo no inferior a mil madres”. Burden, Historia de Nuestro Mensaje de Salud. Ellen White había escrito esto antes: “Yo se que deberían haber obreros que hagan un trabajo médico-evangelístico por los pueblos y villas. Aquellos que hagan este trabajo obtendrán una rica cosecha de almas, tanto de las clases altas como de las bajas. El camino para hacer mejor este trabajo está más preparado por el colportor fiel. Muchos serán llamados al campo de trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos y orando con aquellos que están interesados”. EGW, Carta 202, 1903. “El trato de Dios con Su pueblo debe ser nuestro guía en todo el avance educacional. Su gloria debe ser el objeto de todo estudio. Aquellos que están siendo entrenados como médicos-misioneros de- ben entender que su trabajo es el de restaurar la imagen de Dios en el hombre sanando las heridas que ha ocasionado el pecado”. EGW, Boletín de la Conferencia General, 1901, pág. 455. “Los principios del cielo deben ser llevados a cabo en cada familia, en la disciplina de cada igle- sia, en cada establecimiento, en cada institución, en cada escuela, y en todo lo que se haga. Vosotros no tenéis el derecho a dirigir a menos que lo hagáis de acuerdo con la orden de Dios. ¿Estáis bajo el con- trol de Dios? ¿Veis vuestra responsabilidad para con Él?”. EGW, Boletín de la Conferencia General, 1901, pág. 25. En 1909, John Burden le escribió a Ellen White acerca de una historia de cosecha. Esto ilustra el trabajo de un verdadero “médico-misionero”, uno que ha sido entrenado para cuidar tanto de las nece- sidades físicas como de las espirituales. “Una joven, que se había unido a esta obra de cosechar, estaba trabajando por primera vez, y vio a un hombre que estaba pintando una casa. Él la trató muy fríamente y la rechazó, de tal manera que ella continuó hasta la próxima casa. Él la llamó; y le dijo que no sacaba nada con entrar en esa casa, porque esa era su casa, y adentro estaba su esposa, la cual no tendría interés en hablar con ella. La joven comenzó a irse, pero algo la impelió a volver, y tocó la puerta, y cuando ella entró, una guagua pequeña en los brazos de su madre, entró en un espasmo. La madre estaba temerosa, sin saber que hacer, ya que la guagua parecía estar muriendo. La enfermera observó que ella tenía una tetera so- bre la estufa, justo a la temperatura necesaria como para dar un baño. Ella le dijo a la mujer que trajese una tina, y rápidamente ella colocó a la guagua en el agua caliente, lo cual la trajo nuevamente a la conciencia. Mientras tanto la mujer había llamado a su marido, y mientras ellos observaban cómo la en- fermera traía nuevamente a la guagua a la vida y se las entregaba, ciertamente estaban muy agradeci- dos, pero también estaban listos para escucharla en lo que ella tenía que decirles”. John Burden, Carta fechada el 16 de Diciembre de 1909. Podemos tener otra lección de cómo un obrero puede llevar adelante su evangelismo médico: En 1909, Ellen White se contactó con el Dr. Kress, el cual en aquel tiempo estaba trabajando en el Hospi- tal de Washington, y le dio una tarea. Usted puede leer parte de esto en sus Consejos de Salud:543-548. Ella lo instruyó para que mantenga su conexión con el Hospital, pero para que de tiempo en tiempo sa- liese a hacer evangelismo médico en los campos, y fuese a las reuniones evangelísticas médicas (Para más detalles, vea Consejos sobre salud:503-504, 540-542). Uno puede preguntarse cómo un médico puede desarrollar tantas actividades. La siguiente cita nos ayuda a entender esto: “Aquellos que están a cargo de nuestros hospitales no muestran sabiduría cuando toman sobre sí mismos tantas responsabilidades... que negligencian educar y entrenar a los ayudantes en el área reli- giosa. Hay peligro en que los obreros lleven consigo mismos una atmósfera espiritual impura. En el campo, la educación de pacientes y enfermeras puede ser llevada a cabo con mucho menos trabajo que en la ciudad”. EGW, Manuscrito 41, 1902. Aquí hay una descripción de cómo el Dr. Kress condujo su trabajo evangelístico:
  • 22. Pág. 22 “Después de un periodo de servicio en el Hospital de Battle Creek, los Kress se fueron a Inglate- rra en 1898, para establecer la obra médica adventista en ese país. El primer año ellos dieron charlas, comenzaron escuelas de salud, e iniciaron una revista llamada Vida y Salud, la cual fue publicada aproximadamente durante un año. Trasladados a Australia en 1900, dejaron la fundación para una gran obra médica allá”. Enciclopedia Adventista del Séptimo Día:653. Aquí hay otro pasaje iluminador: “Cuando el hermano Burden se fue hacia el Sur de California al término de esta Asociación, él me dijo, „¿Qué podemos planificar para hacer en Loma Linda?‟. Yo le dije, „Siga derecho hacia adelan- te‟. „Haga con que la verdad brille hacia todos lados. Continúe trabajando con todo su celo en el territo- rio adyacente a vuestro hospital. Ayude a sus estudiantes a aprender a trabajar, y continúe enviándolos afuera, a Redlands y Riverside y San Bernardino y a otros pueblos y villas menores que hay por ahí. In- troduzca nuestra publicaciones y haga todo lo que pueda hacer. Que su luz brille como una lámpara ar- diente. Anime a los estudiantes a trabajar más en el trabajo misionero, mientras están haciendo su curso de estudios”. EGW, Manuscrito 53, 11 de Junio de 1909. Dos días antes, ella escribió: “Todo el libro de Hechos debe ser estudiado atentamente. Está lleno de preciosas instrucciones; registra experimentos en la obra evangélica, cuya enseñanza necesitamos en nuestra obra hoy. Esta es una historia maravillosa; tiene que ver con la educación superior, la cual los estudiantes en nuestra es- cuela deben recibir”. EGW, 9 de Junio de 1909. Ellos Tienen que Graduarse Para Servir.- El programa de entrenamiento en Loma Linda era tan balanceado en aquellos primeros años, que muchos graduados se fueron a campos lejanos como misioneros. “Dios ciertamente hará avanzar al humilde, fiel, orador, cuya alma esté firme, médico-misionero, así como Él ayudó a Daniel y a sus amigos”. Signs of the Times, 2 de Octubre de 1893; Vida Sana:255. “Diez obreros se han ido ahora de Loma Linda a campos lejanos. Cuatro a Sudamérica y cuatro a China. Uno a India y uno a Japón. Otro se va a la India el próximo mes. La mesa directiva de la misión los está llamando tan rápidamente como nosotros los podamos tener listos”. John Burden, 16 de Di- ciembre de 1909. La obra misionera para poder preparar un pueblo para enfrentar el juicio es la razón de todo lo que hagamos. “El propósito de Dios al dar el triple mensaje angélico al mundo es el de preparar un pueblo que permanezca leal a Él durante el juicio investigador. Este es el propósito por el cual establecemos y mantenemos nuestras casas publicadoras, nuestras escuelas, nuestros hospitales, nuestros restaurantes, nuestras clínicas, y nuestras fábricas de alimentos. Este es nuestro propósito en llevar adelante toda línea de trabajo en la causa”. Manuscrito 154, 1902; 1 ML:228, 1902. “Cuando el Señor nos pida para que no hagamos ningún esfuerzo más para construir casas de reuniones ni para establecer escuelas, hospitales, y casas publicadoras, será tiempo de que crucemos nuestras manos y dejar que el Señor termine la obra; pero ahora es nuestra oportunidad de mostrar nuestro celo por Dios y nuestro amor por la humanidad”. 6T:440. Debemos llevar adelante la obra médico-misionera en muchos lugares, y continuamente apare- cerán nuevos. “Enviar misioneros a campos lejanos para hacer obra misionera, desprovistos de instalaciones y medios, es como pedir ladrillos sin que haya paja... “Aquellos que van a nuevos campos para usar el arado para preparar el suelo para la siembra de la semilla de la verdad, deben ser animados, debe orarse por ellos, deben ser sostenidos. Es el deseo del Señor que cada obrero enviado a nuevos campos deba estar equipado con medios e instalaciones para el cumplimiento exitoso de Su obra. Deben recibir ayuda y ánimo de aquellos que están en el campo, de
  • 23. Pág. 23 manera que puedan tener ánimo para vencer las dificultades que ellos enfrentan en su trabajo”. Carta 92, 1902; Ministerio Médico:330. A esta altura, queremos darle una mirada a varios aspectos del modelo para centros de entrena- miento médicos-misioneros: Examinando el Modelo.- Puntos Clave en el Modelo.- Aquí, en una carta de Ellen White, fechada el 24 de Marzo de 1908, hay una corta declaración de algunos aspectos claves del modelo: “El hermano J. A. Burden y otros al Hospital de Loma Linda, California. Siento un gran interés que un estudio cuidadoso sea dado a las necesidades de nuestras institucio- nes en Loma Linda, y que se den los pasos adecuados. Al llevar adelante la obra en este lugar, son ne- cesarios hombres de talento y de firme espiritualidad. Podemos, en la obra de educar nuestras enfermeras, alcanzar un alto nivel en el conocimiento de la verdadera ciencia de sanar. Lo que es de la mayor importancia es que los estudiantes sean enseñados a representar verdaderamente los principios de la reforma pro-salud. Enseñad a los estudiantes a seguir fielmente esta línea de estudio, combinada con las otras líneas esenciales de la educación. La gracia de Jesucristo le dará sabiduría a todo aquel que siga los planes del Señor de la verdadera educación. Dejad a los estudiantes seguir de cerca el ejemplo de Aquel que compró la raza humana con el costoso precio de Su propia vida. Dejad que ellos apelen al Salvador y dependan de Él como Aquel que sana todo tipo de enfermedades. Al Señor le gustaría que los obreros hiciesen especiales esfuerzos para indicarle a los enfermos y sufrientes al gran Médico que hizo el cuerpo humano. A Él le gustaría que todos fuesen obedientes hijos de la fe, para que puedan allegarse confiadamente y pedir por la restaura- ción del cuerpo. Muchos de los que llegan a nuestros hospitales serán bendecidos a medida que apren- den la verdad acerca de la Palabra de Dios, muchos que nunca la aprenderían por ningún otro medio. Es bueno que nuestras escuelas de entrenamiento para obreros cristianos se establezcan cerca de nuestras instituciones de salud, que los estudiantes puedan ser educados en los principios del sano vivir. Las instituciones que envían obreros que son capaces de dar una razón de su fe, y que poseen aquella fe que opera por amor y purifica el alma, son de gran valor. Poseo claras instrucciones de que donde quiera que sea posible, las escuelas deben ser establecidas cer- ca de nuestros hospitales (o clínicas), que cada institución puede servir de ayuda para la otra. Pero no aconsejo que se den pasos en este tiempo para crecer tanto en la obra educacional en Loma Linda, de manera que una gran cantidad de medios sean requeridos para levantar nuevos edificios. Nuestros obre- ros fieles en Loma Linda no deben ser sobrecargados con tan gran grandes responsabilidades de mane- ra que estén en peligro de quedar agotados y desanimados. Estoy encargada de advertirles contra edificar extensivamente para la acomodación de los estu- diantes. No es sabio invertir en este tiempo un capital tan grande como el que se requeriría para equipar un colegio médico que probablemente calificaría médicos para que pasasen la prueba de los examina- dores médicos de diferentes Estados. No debemos inaugurar una acción ahora que nos obligue a invertir grandemente en la propiedad de Loma Linda. Ya tenemos una gran deuda en contra de la institución, y tendríamos desánimo y per- plejidad si estas deudas fuesen grandemente incrementadas. A medida que la obra progrese, nuevas me- joría pueden ser adicionadas de tiempo en tiempo, a medida que se hagan necesarias. Un ascensor debe ser luego instalado en el edificio principal. Pero existe la necesidad de una estricta economía. Que nuestros hermanos se muevan cautelosa y sabiamente, y no planifiquen más allá de lo que pueden ma- nejar sin verse sobrecargados.
  • 24. Pág. 24 En la obra de la escuela hay que mantener la simplicidad. Ningún argumento es tan poderoso que el éxito encontrado en la simplicidad. Y usted puede obtener éxito en la educación de los estudiantes como médicos-misioneros sin tener una escuela médica que pueda calificar médicos para competir con los médicos del mundo. Que se les de a los estudiantes una educación práctica. Y mientras menos dependientes sean en relación con los métodos de educación del mundo, mejor será para los estudiantes. Se deben dar ins- trucciones especiales en el arte de tratar al enfermo sin el uso de drogas venenosas, y en armonía con la luz que Dios ha dado. Los estudiantes deberían salir de la escuela sin haber sacrificado los principios de la reforma de salud. La educación que se adecua a las normas del mundo será cada vez menos valorada por aquellos que están buscando la eficiencia en llevar la obra médico-misionera en relación con la obra del triple mensaje angélico. Ellos deben ser educados desde el punto de vista de la conciencia; y a medida que ellos consciente y fielmente sigan los métodos correctos en su tratamiento del enfermo, estos métodos pasarán a ser reconocidos como preferibles a los métodos de tratamiento a los cuales muchos se han acostumbrado, los cuales demandan el uso de drogas venenosas. En este tiempo no debemos tratar de competir con las escuelas médicas del mundo. Si hacemos esto, nuestras chances de éxito serán pequeñas. No estamos ahora preparados para llevar a cabo con éxito la obra de establecer grandes instituciones médicas de enseñanza. Más aun, si seguimos los méto- dos del mundo de la práctica médica, exigiendo grandes honorarios que los médicos del mundo exigen para su sobrevivencia, nos separaremos del plan de Cristo para nuestro ministerio con el enfermo. Deben haber en nuestros hospitales (y clínicas) hombres y mujeres inteligentes que puedan ins- truir en los métodos del ministerio de Cristo. Bajo la instrucción de profesores competentes y consa- grados, la juventud puede volverse participantes de la naturaleza divina y aprender cómo escapar de la corrupción que hay en el mundo a través de la concupiscencia. Se me ha mostrado que debemos tener mucho más mujeres, muchas más señoritas enfermeras, las cuales tratarán al enfermo de una manera simple y sin el uso de drogas. Existen muchas hierbas simples que, si nuestras enfermeras aprenden su valor, podrán usarlas en lugar de las drogas y pueden ser muy efectivas. Muchas veces se me ha solicitado consejo en relación a lo que se debe hacer en casos de enfermedad o de accidentes, y yo he mencionado algunos de estos re- medios simples, y ellos han probado ser útiles... Yo escribo estas cosas para que usted sepa que el Señor no nos ha dejado sin el uso de simples remedios, los cuales, cuando son usados, no dejará al sistema en una condición de debilidad en el cual el uso de drogas tan a menudo lo deja. Necesitamos enfermeras bien entrenadas, que puedan entender cómo usar los remedios simples que la naturaleza ha provisto para la restauración de la salud y que puedan enseñarle a aquellos que son ignorantes de las leyes de la salud, a usar estos simples remedios, pero que curan efectivamente. Aquel que creó a los hombres y a las mujeres tiene un interés en aque- llos que sufren. Él ha dirigido en el establecimiento de nuestros hospitales (y clínicas) y en la construc- ción de nuestras escuelas cerca de nuestros hospitales, para que sean medios eficientes en el entrena- miento de hombres y mujeres para la obra de ministrar a la sufriente humanidad. En el tratamiento del enfermo, no se deben usar drogas venenosas. No se debe recomendar el uso de alcohol ni de tabaco en ninguna de sus formas, a menos que algún alma se haya embebido (se haya vuelto dependiente) con el gusto por estas cosas. No habrá excusa para los vendedores de licores, en aquel día donde todo hombre recibirá de acuerdo con sus obras. Aquellos que han destruido vidas, tendrán que pagar con su propia vida la penalidad. La ley de Dios es santa y justa y buena.