La minería, especialmente la producción de plata, fue económicamente dominante en la Nueva España del siglo XVIII y tuvo un nexo fundamental con el mercado mundial y el sistema económico colonial. La conformación de un sistema económico productor de plata requirió medidas institucionales de política económica por parte de la Corona española para regular la producción y exportación de plata, pero estas medidas centralizadas también tuvieron consecuencias como una estructura distributiva inequitativa y limitaciones a la circulación monetaria en Nueva España