La mitad de la población del interior de Argentina vive en las capitales de provincia, lo que refleja una fuerte concentración asociada a políticas discriminatorias. Se necesitan reglas que descentralicen recursos e inversión en infraestructura del interior para mejorar la calidad de vida allí y revertir la migración a grandes ciudades. Los datos muestran que en 11 provincias la capital concentra entre el 50-80% de la población urbana, y sólo en Entre Ríos es menor al 24%. Revertir esta situación requiere inversiones