Este documento cuenta la historia de una ranita y su mamá que visitan cuatro mundos muy distintos. En cada mundo, la ranita aprende una operación matemática diferente: suma en el mundo de dulces, resta en el mundo de las flores, multiplicación en el mundo de los planetas y división en el mundo donde todo vuela. Después de estas experiencias, la ranita estudia con más entusiasmo para no ver a su mamá triste, y aprende a realizar operaciones matemáticas con facilidad.

2. En un maravilloso planeta, en muy, muy lejano, que tenía
cuatro mundos muy, muy distintos; vivía una ranita con su
mamita.
Los mundos eran hermosos y todo aquel que los visitaba aprendía
algo muy bueno que le serviría toda la vida.
Uno permitía ver al cielo y desde donde se observara se veían
planetas de colores como dulces que se quieren comer.
Otro tenía en sus jardines maravillosas flores de todos los colores
y perfumes maravillosos.

3. Otro mundo, era verde, todos sus objetos eran verdes, múltiples
verdes, desde los más claros a los más oscuros.
Y por último, en este lugar todo volaba, rocas, autos siderales,
el agua en gotas y por líneas definidas. Todo volaba.
Un día la ranita con su mamá se fueron a visitar esos sitios
Pero se dieron cuenta que no sabían cuanto les devolvían, si
pagaban algo, si podían ahorrar o no y otras cosas que pusieron
triste a la mamá ranita.

4. Cuando la ranita se dio cuente que su mamita lloraba por eso,
Se propuso estudiar en la escuela con más entusiasmo
Y no volver a ver a su “viejita” sufrir por esta causa.
En el país que parecía de dulce le enseñaron a sumar, todo allí se
trataba de sumas. En el de las flores, aprendió a restar. En el de
los planetas comprendió la razon de la multiplicación. Se sabe las
tablas de multiplicar para cualquier dirección y sin ningún tipo de
orden. En el último, donde todo vuela, la orientaron para que

5. La división por una y dos cifras, las hiciera sin inconvenientes.
cuando estuvo en el grado 5° las manejaba muy bien, les sacaba
dos decimales y siempre las probaba para que estuvieran bien.
Ahí comprendió, como enseñanza de vida que todo lo que se
propusiera con disciplina, respeto y hábitos de estudio; lo
lograría, sin importar el esfuerzo, porque las recompensas son
muy bonitas. Mamá ranita siempre estuvo muy orgullosa de su
hijita la ranita. Colorín colorado…