La revolución industrial se ha caracterizado por la producción masiva de sintéticos, la electrónica y la automatización. Los nuevos materiales como plásticos y aluminio reemplazaron a otros en la fabricación. Los avances en propulsión a reacción impulsaron la aviación y la exploración espacial, mientras que la televisión revolucionó la comunicación. Además, la explosión demográfica, el cambio a combustibles fósiles y la contaminación por materiales no biodegradables han planteado graves desafíos.