El documento describe que todos los seres humanos tienen un gran valor intrínseco porque fueron creados a la imagen de Dios, con un propósito y pertenecemos a Él. Además, explica que debemos tener un concepto equilibrado de nuestro propio valor, ni demasiado alto ni bajo, y valorar a los demás por su corazón más que por las apariencias. Finalmente, señala que para Dios tenemos un valor infinito y que sólo a través de Su poder podremos estimarnos correctamente a nosotros mismos y a los demás