La ley prohíbe conducir con más de 500 miligramos de alcohol por litro de sangre o más de 200 miligramos si se conduce una motocicleta. El consumo de alcohol afecta los sentidos y reduce la capacidad de reacción, lo que puede causar accidentes. La policía puede detener a los conductores alcoholizados, retener sus vehículos e incluso arrestarlos.