Mi abuelo contó haber visto a La Llorona mientras trabajaba solo en su rancho. Escuchó sollozos que pensó eran para asustarlo. Más tarde, oyó gritos de una mujer diciendo "¡Ay, ay!" que le erizaron la piel. Su tierra se secaba a pesar de regarla. Una noche se escondió y vio a una mujer vestida de blanco con el cabello largo y negro que flotaba sobre la tierra y pasó por su terreno. Desde entonces, mi abuelo nunca más regresó a