8. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 7
La cultura condiciona la personalidad de un colectivo que convive
en un espacio común. La cultura es ampliar fronteras en el plano de lo
íntimo, pero que tiene consecuencias positivas directas en el exterior del
conjunto. Es por eso que las Administraciones Públicas deben poner en
valor los aspectos culturales de los pueblos, promover las manifestaciones
culturales de toda índole y acoger aquellas otras iniciativas de colectivos
o particulares que vengan a enriquecer nuestro patrimonio cultural. Y este
libro es el resultado de una de ellas, que pretende fijar para la posteridad
lo expuesto e investigado en las primeras y segundas Jornadas de Historia
de Marmolejo, con el fin de que el trabajo y la investigación realizada no
se queden en el fondo del olvido.
Sólo me queda agradecer, a quienes han hecho posible que hoy por
hoy conozcamos un poco más de nuestro pasado más reciente y que con-
forma nuestra actual personalidad y actitud como marmolejeños y mar-
molejeñas.
SALUDA
Manuel Lozano Garrido
Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Marmolejo
10. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 9
Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.
Miguel Hernández
Como decía el poeta, pedazos de vida mía que voy recogiendo, así
vamos haciendo historia con la suma de momentos y acciones propias de
la vida, y ahora las recogemos en forma de testimonios escritos. Por las
calles hemos dejado huellas de vidas que han escrito renglones sueltos
en la historia de Marmolejo y en la de su Balneario, es hora de apropiarse
de ellos, regalarles un contexto y contar la historia de forma ordenada,
veraz y contrastada. Sin duda, este libro será un elemento más para el pa-
trimonio cultural de nuestro pueblo, pues lo que se ha fijado con palabras
escritas, no habrá nada que las haga desaparecer.
Mi más sincera enhorabuena por esta iniciativa y a sus implicados e
implicadas, el agradecimiento eterno de un pueblo al que habéis hecho
más grande.
SALUDA
Rafael Valdivia Blánquez
Concejal de Cultura y Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Marmolejo
12. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 11
Cuando Francisco Javier Murillo Perales puso en mi conocimiento la
idea de poner en marcha unas jornadas de historia de nuestro munici-
pio, no dude en apoyar esta iniciativa desde la Concejalía de Cultura del
Ayuntamiento de Marmolejo a la que representaba.
Un proyecto ilusionante para dar a conocer a nuestros vecinos/as la
historia de Marmolejo como antes no se había contado, de una manera
cercana y con la participación en su desarrollo de marmolejeños que han
dado a conocer sus investigaciones sobre nuestra localidad a lo largo de
los años. Estos dos primeros años han recogido la vida de nuestro Balnea-
rio y sus aguas, recogidas ahora en esta edición escrita de las jornadas. Y
esperando que continúen por muchos años, ánimo a las diferentes admi-
nistraciones al apoyo de este tipo de iniciativas culturales e históricas de
los municipios así como a la participación de todas las personas relaciona-
das con la historia de nuestro pueblo. Un fuerte abrazo.
SALUDA
José Manuel Pérez Torres
14. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 13
“Solo se quiere aquello que se conoce y al conocerlo se valora y se defiende.”
Fernando Jiménez de Gregrorio
En esta frase se concentra el fin principal por el cual, un servidor, ini-
ció este complejo y largo “camino” que a la vez es enriquecedor y apasio-
nante. Una manera en forma de jornadas sobre historia, donde se conozca
el pasado de Marmolejo, mi pueblo. Un proyecto ilusionante y valiente
pero puedo decir que nada fácil, al que están invitados todos aquellos que
tienen interés por conocer la historia de Marmolejo. Un “camino” que se
inicia con el absoluto protagonismo de nuestro Balneario, tema escogido
para las I Jornadas de Historia, como no podía ser de otra manera. Prota-
gonismo que se trasladó al año siguiente a uno de sus grandes compañe-
ros de viaje como es el Río Guadalquivir.
Historia, ciencia que estudia las acciones en el pasado de las socieda-
des humanas. Es por ello que las Jornadas Históricas de Marmolejo tienen
como finalidad ser una herramienta y un escaparate para: acercar y dar a
conocer la historia de Marmolejo a la población en general, visualizar y
reflexionar sobre nuestro pasado para así comprender mejor el presente y
por último ser un espacio de encuentro entre las personas que muestran
su cariño por dicha ciencia. Estudio de los acontecimientos del pasado que
debemos de tener muy en cuenta en nuestro presente ya que nos ayuda
a comprenderlo, sin olvidar que nos da a conocer nuestras señas de iden-
tidad. La publicación de las conferencias es de vital importancia ya que
cualquier persona puede acceder a la información que se dieron en las
mismas por parte de los ponentes. Verdadero triunfo de todos y para to-
PRESENTACIÓN JORNADAS HISTÓRICAS
DE MARMOLEJO
Francisco Javier Murillo Perales
15. 14 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
dos que los conocimientos queden impresos en papel porque como siem-
pre he dicho el verdadero ganador, el que se beneficia con todo esto es el
pueblo de Marmolejo.
Mi agradecimiento, en primer lugar, al Ayuntamiento de Marmolejo,
personificada en la figura del Concejal de Cultura, tanto de José Manuel
Pérez Torres (por creer en mi proyecto, confiar en mí absolutamente e ini-
ciar juntos este “camino allá por el año 2014), como de Rafael Valdivia
Blánquez (por la libertad y el apoyo para continuar “haciendo camino”
dos años después), en segundo a Red Eléctrica Española por el patrocinio
de las mismas que hará posible esta publicación y en tercer lugar a toda
persona que ha destinado un segundo de su tiempo para que este pro-
yecto se llevara a cabo, a todos y cada uno ¡¡¡GRACIAS!!! Espero que dicha
iniciativa se mantenga y sea un referente cada mes de mayo en Marmolejo.
Con el más profundo deseo de que quien lea dichas páginas disfrute
de la lectura y se vaya “a la cama sabiendo un poco más sobre la Historia
de Marmolejo” finalizo esta presentación.
Un cordial saludo.
18. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 17
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
EDUARDO LEON Y LLERENA Y EL BALNEARIO
DE MARMOLEJO
Manuel Perales Solís
INTRODUCCIÓN
Creo que las Primeras Jornadas de Historia celebradas el 12 de julio
de 2014, con la más absoluta humildad y economía de medios, sir-
vieron para exhibir con creces a los amantes de nuestra historia local una
parte interesante del legado de nuestros antepasados. El tema sobre el que
trató mi exposición fue el Balneario en tiempos de León y Llerena, con un
análisis previo de la situación en que se encontraban las Aguas Minero-
Medicinales desde principios del XIX hasta la fecha en la que este político
liberal, se hiciese cargo de ellas, tras adquirir los manantiales y un amplio
entorno de protección, en 1882.
Luego centré mi atención en los aspectos biográficos del personaje
para finalizar con un apartado dedicado a la labor tenaz y continuada del
senador vitalicio para relanzar las Aguas de Marmolejo a todo el ámbito
nacional y poner su Balneario a la altura y fama de los de mayor renombre
de España. Complementé este estudio con un “Anexo de Personalidades”
del mundo de la política, de la economía, de las letras y de las ciencias,
que visitaron nuestra localidad atraídos por la fama de sus aguas y por
el compromiso de amistad con León y Llerena y su mujer Luisa Serrano.
Entre ellos, los ministros y presidentes del gobierno de la época, escritores,
artistas, hombres de ciencia, de la empresa y un sin fin de personajes de
la nobleza y burguesía del país así como de nuestro entorno provincial y
regional.
Como dije en mi exposición hay que resaltar de este personaje, na-
cido en Málaga pero jiennense de adopción, casado con la arjonera Luisa
19. Manuel Perales Solís
18 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
Serrano Serrano (sobrina del Francisco Serrano, primer duque de la Torre,
Regente del Reino en 1869, varias veces presidente del gobierno y último
presidente de la Primera República Española), su compromiso con nuestra
localidad, desde que madurara la idea de adquirir los manantiales junto al
Guadalquivir para rentabilizar, desde múltiples puntos de vista, las virtu-
des terapéuticas de nuestras aguas minero-medicinales. Contó a su favor
con su poder de influencia en las altas esferas de la gobernación del país,
de la que él mismo formaba parte, y con el largo periodo de estabilidad
política y económica propiciado por la Restauración borbónica.
Eduardo León y Llerena perteneció a esa segunda generación de li-
berales que desde su juventud habían iniciado sus pasos junto a políticos
madurados durante el siglo diecinueve al calor de las ideas liberales avan-
zadas, entre ellos su padrino y al mismo tiempo, tío político, el general
Serrano, héroe de la Revolución de 1868.
A lo largo de su carrera como diputado y miembro de la alta admi-
nistración de Estado así como senador vitalicio, León y Llerena se carac-
terizará por su carácter afable y dialogante y por su compromiso con el
progreso social de los pueblos y la defensa de los derechos básicos de las
personas, entre ellos la abolición de la pena de muerte, pero sobre todo
fue un defensor de los intereses de la circunscripción de Jaén, fomentando
y apostando, en sus años más activos políticamente, por la mejora de los
ferrocarriles y las carreteras, puntales básicos para afianzar el crecimiento
económico experimentado en la región andaluza a finales del siglo XIX.
Agradecido a su labor, la corporación municipal hacia principios del XX,
le dedicó el nombre de una calle en su recuerdo que años más tarde, la
ignorancia de algunos, volvería a denegar.
Es por ello que me ha resultado siempre incomprensible, y fuera de
lugar, la deformación en negativo que a menudo ha sufrido este marmo-
lejeño de adopción, realizada por personas desconocedoras del pasado
y/o proclives a tergiversar la historia en beneficio de extraños intereses
espúreos.
Intentaré explicar en breves palabras, desde la conclusión a que me
lleva el análisis de los datos históricos, el origen de esa mala prensa que
consiguió calar en algunos sectores de la localidad, y que a veces consigue
empañar el recuerdo de personajes que, como León y Llerena, consiguie-
ron rentabilizar con éxito unos recursos naturales hasta entonces infrau-
tilizados, pues no otra cosa podemos deducir de los magnos beneficios
sociales de su empresa corroborados por la asistencia a su entierro de nu-
20. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 19
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
merosos marmolejeños tras su muerte inesperada, el 4 de agosto de 1900,
en su domicilio familiar de la actual casa de “La Aviadora”.
La imagen de este liberal progresista se deformó, como digo, inte-
resadamente, cual consigue hacerlo la sala de espejos de feria, durante
los años que se empeñaba en sacar adelante su proyecto balneario. Estos
primeros detractores, fueron algunos miembros del Partido Conservador
marmolejeño que apuntados al carro de los intereses económicos perse-
guidos por el dueño del manantial del Moyanico aprovecharon la ocasión
para dirimir viejas rencillas políticas con él. No olvidemos que Eduardo
fue durante varios años “Jefe político” de los liberales de la provincia de
Jaén y que Marmolejo, donde gozó de gran ascendiente e influencia, fue
siempre muy fiel a las votaciones hacia los candidatos liberales, entre ellos
el extracto social de hortelanos y pequeños propietarios de la localidad
pues los obreros aún no votaban) fieles al liberalismo avanzado que él
representaba.
Por aquellos años (1883 a 1900) ya se le tachó a León y Llerena de “ca-
cique escarchado”, por su canicie temprana, al pleitear con quienes perse-
guían hacer la competencia al naciente proyecto balneario, a través de la
explotación de la fuente Moyanico que estaba dentro del perímetro prote-
gido del Balneario. León y Llerena se sintió en cierta manera traicionado
y boicoteado, pues había invertido su patrimonio personal (solicitando
incluso préstamos al Banco Hipotecario de España para reflotar la ima-
gen de las aguas), encontrándose, a cambio, con la incomprensión y una
oposición despiadada, de naturaleza claramente política, dispuesta a obs-
taculizar el progreso de aquella empresa. No obstante he constatado que
aquellas heridas se cerraron con los años, y finalmente los conservadores
acabaron entendiendo el papel clave del Balneario para el progreso de
la economía local, pero inevitablemente aquellos desencuentros dejaron
algunas sombras sobre la memoria del senador.
Varios años después, treinta y dos desde su muerte en 1900, durante
la Segunda República, volveremos a asistir a un desafortunado pleito
entre la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales y el Centro Instructivo
Obrero como consecuencia de otro manantial existente junto a la ribera
del Guadalquivir descubierto por varios obreros afiliados al Partido So-
cialista y a la UGT, que pusieron en explotación en beneficio de los agüis-
tas más pobres que acudían anualmente a las Aguas de Marmolejo. La
Sociedad de Aguas, gestionada en esos momentos por los herederos de
Luisa Serrano (sus sobrinos, los hermanos Navarro Serrano), se precipita-
21. Manuel Perales Solís
20 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
ron en reclamar la intervención de la Guardia Civil para impedir la aper-
tura de ese “balneario popular”, ubicado aguas abajo del Balneario, lo cual
dio lugar al sellado de la fuente por parte del Gobierno Civil, y a unos
desagradables incidentes que enfrentaron a los afiliados socialistas con
las fuerzas de orden llegadas desde Andújar, con la detención de varios
responsables políticos del Centro Instructivo Obrero, entre ellos Antonio
García Martínez “Maqueano”, un histórico dirigente socialista, concejal en
el Ayuntamiento Republicano. Aque-
llos hechos, en absoluto, deberíamos
de concluir fueron responsabilidad de
León y Llerena, pero de alguna manera,
y sin saber por qué motivo, se volvió
a asociar a la Sociedad de Aguas con
cierto poder omnímodo caciquil y au-
toritario que, esta vez si, se proyectó
contra la parte más débil de la pobla-
ción. Pero evidentemente, como digo,
la responsabilidad de León y Llerena
en aquellos sucesos fue nula, pues lle-
vaba ya 33 años muerto, y la Sociedad
de Aguas Minero-Medicinales sólo era
la heredera de aquella primera empresa
personal denominada “Establecimiento
de Aguas y Baños Medicinales Natura-
les de Marmolejo” que había fundado
el político liberal cincuenta años antes.
El trabajo que a continuación expongo centra su atención en la figura
de León y Llerena, tantas veces enaltecida por unos y vilipendiada por
otros, aunque finalmente debamos de concluir que la empresa en la que
se empeñó a fondo en los últimos años de su vida, reportaría a los mar-
molejeños un nivel de progreso y bienestar económico, como nunca antes
habían conocido. Por motivos de espacio he seleccionado los documentos
fotográficos que formaron parte, en su día, del “Anexo de Personalida-
des” de esta ponencia y se han abreviado las referencias biográficas, por
lo que remito a los posibles interesados/as al dominio de internet: issuu.
com/cjmarmolejo/docs/exposicion_personalidades_balneario, donde
podrán visualizar, íntegramente, los paneles gráficos diseñados acertada-
mente por Antonio Lara Perales expuestos, aquella jornada memorable,
en el vestíbulo del Teatro Español.
Foto 1: Eduardo León y Llerena
en sus años primeros años de
diputado (1869-1872) Fuente:
Diccionario biográfico de
parlamentarios andaluces.
22. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 21
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
ANTECEDENTES DE LA EXPLOTACIÓN PRIVADA: MARMOLEJO Y
SUS AGUAS MINERO-MEDICINALES ENTRE 1818 Y 1882
La explotación de las aguas minero-medicinales que fluían de unos
manantiales en la orilla izquierda del Guadalquivir había corrido por
cuenta del Ayuntamiento de Marmolejo entre 1818 y 1882, año en que, al
parecer, por deficiencias presupuestarias para afrontar una serie de refor-
mas exigidas por las autoridades provinciales en la Fuente Agria acabaron
por acelerar su venta mediante subasta a manos privadas. Desde entonces
eran adquiridas por el diputado del partido liberal, Eduardo León y Lle-
rena, con el nombre de “Establecimiento de Aguas y Baños Medicinales
Naturales de Marmolejo”.
A partir de ese momento la villa de Marmolejo conocerá su “edad de
oro” en la que su economía empezó a depender fundamentalmente de la
multitudinaria afluencia de agüistas, discurriendo por sus calles gentes
de toda condición social venidas desde los más recónditos lugares de la
geografía nacional.
Pero lo verdaderamente novedoso para esta pequeña localidad sería
la afluencia a sus fondas y hoteles de un sinfín de personalidades signifi-
cadas en las diferentes actividades humanas dispuestas a mejorar de sus
dolencias, unas veces, y a venderse socialmente, otras, aprovechando la
supuestas bondades de las aguas y la amistad con el influyente León y
Llerena, personaje de primera fila en la estructura político-administrativa
de la gobernación del país, que había rehuido siempre ser ministro, pero
con gran ascendiente y predicamento entre las élites gobernantes.
Según nos dice el doctor Juan Cruz y Vázquez en la obra “Análisis
Químico y Memoria de las Aguas Alcalinas de Marmolejo”: “El conoci-
miento de las virtudes medicinales de las aguas de Marmolejo se debe a Juan de
Dios de Ayuda, (médico titular de los cabildos de la ciudad de Guadix) quien
en 1793 las describía ya en un tratado sobre las principales fuentes de Andalucía.
Desde esa época hasta el año de 1818 no fueron conocidas oficialmente, quedando
en poder del municipio de Marmolejo que dada su precaria economía, no pudo
hacer nada para embellecer los alrededores del punto en que emergen ni levantar
un establecimiento según prescribe la ley vigente de aguas minero-medicinales, ni
hacer otras varias reformas que los adelantos de la hidrología reclaman”.
De todas formas era conocida ya la afluencia de agüistas forasteros
que desde principios de siglo acudían a las aguas como lo corrobora el he-
cho ocurrido en 1823, referido por Santiago Gallardo en su trabajo “Mar-
23. Manuel Perales Solís
22 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
molejo y su Balneario: un estudio histórico, siglos XIX y XX”. Dice así:
“La mañana del día 13 (no se precisa de que mes) el vigía de la torre avisó la
venida por el camino del Calvario de una partida de Infantería como de 100 hom-
bres y al momento se armo el vecindario y se presentó al frente de la entrada pro-
clamando a viva voz al Señor D. Fernando Séptimo por Rey absoluto, con que se
verificó se contuviesen y haciendo señales de querer entrar en conversaciones, se
permitió que se llegase a la puerta al Comandante y un asistente, ambos desarma-
dos, y llegados en estos términos, solicitó un pequeño refrigerio para su tropa que
le habilitó la generosidad de los que estaban dispuestos a perecer en defensa de los
legítimos derechos de S.M., retirándose (posteriormente) al punto que ocupaba la
partida que era perteneciente al Regimiento de América. Todos estos hechos arran-
caron lágrimas de placer llenando de admiración a la multitud de forasteros que se
hallaban en el pueblo con motivo de tomar las Aguas Minerales”. Debemos de
suponer que dicha partida recorría los pueblos de la comarca durante el
mes de abril, en apoyo al régimen constitucional de Cádiz, ante los inten-
tos de reinstauración del absolutismo por Fernando VII, en abril de 1823.
Hemos de tener presente como nos indica Luis Alonso Álvarez en su
estudio sobre el turismo termal en España que hacia finales de siglo XVIII
y comienzos del XIX existía una demanda documentada que conformaban
no sólo las élites sino también amplios grupos populares y campesinos
que buscaban durante los meses de verano recuperar su salud por medio
de los baños y la ingesta de aguas. A esas demandas pretendieron dar
satisfacción algunos emprendedores de extracción aristocrática o eclesiás-
tica y en otros casos de clase burguesa, mediante la recuperación de los an-
tiguos establecimientos romanos y árabes o realizando nuevos balnearios.
Existían no obstante como apunta el citado autor “algunos obstáculos
para que lo que era hasta entonces una práctica popular o culta se extendiese
también al resto de grupos sociales. Entre los obstáculos más destacados, figuraba
la ausencia de una regulación de la actividad que hacía que muchos centros de cu-
ración careciesen de las mínimas condiciones de higiene y bienestar. A esto se debe
de añadir la inestabilidad política de España durante el periodo con frecuentes
cambios de gobierno –entre absolutistas y liberales-, continuos golpes de Estado
entre las distintas facciones del liberalismo y una amenaza constante de los rebel-
des carlistas, esa variante del absolutismo que contribuyó en gran medida a crear
una inseguridad colectiva poco favorable a la práctica de los desplazamientos que
exigía este primitivo turismo terapéutico. Además, la carencia de infraestructuras
de transporte que los facilitasen, como vías férreas, y carreteras y servicios de
correo y telégrafos, y la indefinición de los derechos de propiedad sobre las fuentes
24. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 23
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
termales en un periodo de cambios radicales en la legislación, dificultaba en gran
medida la inversión en el sector”.
Entre 1817 y 1867 estaríamos en una larga etapa de gestión municipal
de los manantiales, en la que es preciso destacar la labor difusora de las
virtudes de las aguas que lleva a cabo, con escasos recursos, el médico
Vicente Orti y Criado en medio de una época turbulenta lastrada por las
crisis agrarias y por episodios relacionados con la guerra carlista con la
propagación de enfermedades y de epidemias como la del cólera morbo
del verano de 1834, circunstancias que evidentemente debieron de retraer
la visita de muchos agüistas.
Este cordobés nacido en Castro del Río obtenía en 1817 por oposición
la plaza de director de las Aguas Minerales de Marmolejo, siendo nom-
brado por el rey Fernando VII para tal fin. Disfrutó por ley del goce del
Fuero de Criados de la Casa Real, razón por la cual cuando fue propuesto
el 22 de febrero de 1833 para desempeñar el cargo público de Síndico Per-
sonero, alegaría estar excusado para ejercer puestos de responsabilidad
política, aunque años después le veremos ya plenamente comprometido
en la gobernación del municipio y con la causa liberal moderada encar-
nada por la reina niña Isabel II en los difíciles años de la primera guerra
carlista.
La figura de este humilde médico fue adquiriendo especial notorie-
dad entre los marmolejeños y la pequeña colonia de agüistas que venían
por estos años, empezando a compaginar su función de médico-director
con ciertas responsabilidades en el gobierno local. Así, como hemos di-
cho, en 1833 era propuesto para el cargo de Síndico Personero del Común;
en enero de 1834 integró la Junta de Sanidad Municipal, ejerciendo de
Secretario de la misma, debiendo de hacer frente a la terrible epidemia
de cólera morbo que asoló la población desde principios del verano con
un resultado de más de 200 personas fallecidas, circunstancias dramáticas
agravadas aún más por la falta total de cosechas de granos y de aceituna
que llevó el hambre y la miseria a casi toda la población. El informe del
Alcalde Bartolomé Serrano Ruiz, dirigido al Gobernador Civil, hacía men-
ción a tan tristes circunstancias: “En una población como ésta de 2000 habitan-
tes, el cólera morbo podrá atacar ocasionando la muerte a 200 personas...El ham-
bre en la misma ataca, por lo menos, a 1950 personas, cuasi todos pertenecen a la
clase de pobres, mendigos, jornaleros pobres, artesanos y propietarios en pequeño,
que todos perecen por falta de recursos para cubrir sus principales atenciones...
La cosecha de granos ha sido nula, encontrándose los ejidos donde se verifica la
25. Manuel Perales Solís
24 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
saca (del grano) tan limpios como a fines de septiembre en años abundantes. La
cosecha de aceituna pendiente es también nula. Por todos estos hechos desgracia-
dos el hambre está a la vista y causando ya sus efectos. El hambre ha de ser causa
que aumente los funestos progresos del cólera y en la proporción que aumente la
miseria han de aumentar los hechos criminales”.
En septiembre de 1834 era elegido Regidor primero y en diciembre de
1835 se le nombraba Sindico Procurador para hacerse cargo de la Benefi-
cencia Municipal. Finalmente durante los años de 1837 y 1838 le vemos
ocupar el cargo de Alcalde. Le tocó lidiar durante este periodo turbulento
de la Regencia de María Cristina de Borbón, con los envites de las parti-
das carlistas comandadas por Orejita y Peñuelas, siendo Vicente Orti una
víctima más de la violencia de estas partidas. En la madrugada del día 10
de febrero de 1838, fue secuestrado y posteriormente sometido a extorsión
teniendo que obtener su liberación con bienes de su propio pecunio. Así
narró la noticia el periódico “La Estafeta” de Madrid:
“En la madrugada del 10, las facciones de Orejita y Peñuelas con la fuerza de
400 hombres asaltaron la villa de Marmolejo, más los nacionales y paisanos que el
primer Alcalde constitucional tenía ya preparados, les prestaron la más vigorosa
resistencia. Lo débil de las fortificaciones, lo extenso del círculo del pueblo y la
copiosa lluvia facilitó a los enemigos introducirse en las calles extremas robando
y asolando cuanto encontraban, penetrando algunos grupos a lo interior hasta la
línea de defensa establecida en la plaza desde la que se les hizo un fuego vivísimo
que pudo contenerlos. El Alcalde Primero acudía a todas partes dando sus dispo-
siciones con el mayor valor; y habiendo ido a reforzar un punto que trataban de
flanquear los enemigos, tuvo la desgracia de caer prisionero. A pesar de este con-
tratiempo continuó vigorosamente la defensa, hasta que cansada la canalla, viendo
el denuedo con que se les resistía, y que les era imposible penetrar en el centro del
pueblo, se retiraron dejando tres muertos y varios heridos, y llevándose al citado
Alcalde primero, Don Vicente Orti.
Tanto en la parte de la población que ocuparon, como en los inmediatos ca-
seríos, han destruido, robado y aniquilado cuanto hallaron. Caballerías, alhajas,
ropas, dineros, nada ha escapado de su rapacidad. El Alcalde, después de mil pe-
ligros, consiguió rescatarse mediante una cantidad considerable. Se ha dispuesto
que la Milicia Nacional y las partidas de tropas se sitúen en puntos convenientes
para proteger a estos pueblos. La Milicia Nacional de Marmolejo ha cumplido su
deber defendiendo sus hogares con el mayor denuedo. Es digna de elogio la con-
ducta del Alcalde primero constitucional a cuya acertada disposición y decisión se
debe principalmente tan brillante suceso, y que sacrificando parte de su fortuna
26. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 25
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
y exponiendo su vida ha sabido acreditar su patriotismo y su amor a la causa
nacional”.
Ante tal panorama era difícil de alcanzarse el clima adecuado para
la llegada de los enfermos desde los más distantes puntos de España y
de Andalucía. Entre 1817 y 1867, Vicente Orti y Criado vivió en Marmo-
lejo, simultaneando la dirección facultativa de las Aguas Minerales con
la plaza de médico titular de la villa, escribiendo durante esos años mul-
titud de memorias y dictámenes para darlas a conocer en el ámbito de la
medicina y la ciencia. Anastasio Chinchilla, en su “Historia General de la
Medicina Española” le dedicó tres páginas a su biografía médica y en la
Bibliografía Hidrológica Médica Española se hace mención muy honorí-
fica de Vicente Orti y Criado.
En los años coincidentes con la Revolución liberal de la Gloriosa, la
monarquía constitucional deAmadeo de Saboya y la 1ª República, nos dice
Santiago Gallardo, que “asistimos a una serie de presiones por parte de las auto-
ridades provinciales sobre la Fuente Agria. La base de estas presiones debe de estar
en la necesidad de realizar una serie de reformas en las instalaciones y la puesta
en tela de juicio de la propiedad del Ayuntamiento sobre la Fuente Agria. Todo
ello dio lugar a una serie de polémicas. Efectivamente los hechos demostraron las
dificultades del Ayuntamiento y del municipio para poder realizar las infraestruc-
turas necesarias que la legislación del momento reclamaba. No olvidemos que los
manantiales estaban a orillas del rio y eran frecuentes sus inundaciones durante
las subidas del caudal en el mes de octubre consecuencia de las primeras lluvias
otoñales difícilmente regulables por la inexistencia de pantanos en la cuenta alta
del rio. A pesar de todo el Ayuntamiento intentaba por todos los medios mantener
la propiedad de la fuente y de realizar las obras necesarias para la adecuación del
lugar. Así en noviembre de 1872 se hacían los trámites para instruir expediente
de posesión sobre la Fuente Agria y el terreno que se denomina Llano del Puente”.
Poco después, en enero de 1873, se abonaba por el Ayuntamiento la
cantidad de 46 pesetas y 50 céntimos a D. Manuel Torres Riego, Escribano
de Actuaciones y Secretario del Juzgado de Primera Instancia de Andújar
por la formación del expediente de titularidad, y en febrero se abonaban a
D. Manuel Galán Gómez, Registrador de la Propiedad, la cantidad de 10
pesetas y 25 céntimos por importe de los derechos de inscripción.
La afluencia por estos años a las aguas de Marmolejo, pues el balnea-
rio aún no existía como tal, seguía siendo escasa y la mayoría de los agüis-
tas eran gentes de nivel adquisitivo medio-alto. En su “Memoria de 1865”,
27. Manuel Perales Solís
26 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
el nuevo director-médico Luis Góngora Joanicó la cifraba en 64 enfermos,
dentro de la segunda temporada que solía ser la más numerosa, corres-
pondiente a los meses de septiembre-octubre-noviembre, si bien justifi-
caba esa escasa afluencia en la epidemia de cólera morbo declarado en la
provincia de Sevilla, de donde procedían muchos de los agüistas. Real-
mente todavía estamos lejos de las cifras record alcanzadas en los años
de León y Llerena (1883-1900) y los años iniciales del siglo XX, en que el
Balneario lo visitaban por temporada hasta 4000 agüistas si incluimos las
personas que acompañaban a los enfermos.
Este director-médico luchó contra la resignación que observó en los
gobernantes locales y la desidia en que había caído la gestión municipal
de los manantiales. En la “Memoria de 1872”, manifestó su queja a la Di-
rección General de Beneficencia y Sanidad por la decadencia en la afluen-
cia de enfermos a las Aguas de Marmolejo que año tras año veían frustra-
dos sus deseos de aliviar sus dolencias a consecuencia de las crecidas del
río en los meses de octubre-noviembre.
Muchos enfermos tras venir de lugares lejanos, -nos dice el doctor-,
debían de marcharse a sus pueblos al no poder tener acceso a las aguas.
Esa circunstancia acababa minando la moral de los potenciales agüistas
desanimándoles a venir. Así ocurrió por ejemplo en el otoño de 1872, en
que de las 100 personas que tomaban las aguas en la 2ª temporada, en
torno a 80, tuvieron que marcharse tras esperar más de tres días que bajase
el caudal del río.
El doctor Góngora proponía resolver este problema ancestral para, de
una vez por todas, relanzar la afluencia al balneario y para ello planteaba
como soluciones, o bien la venta a manos privadas de las aguas, o la cesión
exclusivamente del dominio público municipal de las aguas a favor del
dominio privado “único que puede llevar a cabo las mejoras que el Ayunta-
miento no ha querido nunca realizar y que aún, con el mejor deseo, no está a su al-
cance por lo cuantioso de los desembolsos que reclama”. Se refería, lógicamente,
a las costosas obras que habrían de realizarse en el lecho del río para poner
a buen recaudo los manantiales minero-medicinales de las riadas.
Con el periodo de mayor estabilidad política y económica que supuso
la Restauración Borbónica, a partir de 1875, se iba a producir un aumento
de visitantes asociado a la finalización de acontecimientos violentos en
nuestra zona generados años atrás por las escaramuzas de las partidas
carlistas, y como no, gracias a la mayor estabilidad económica del nuevo
28. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 27
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
ciclo político y al desarrollo de las comunicaciones con la inauguración del
tramo del ferrocarril de Andalucía entre Andújar y Córdoba, con estación
en Marmolejo, allá por las postrimerías de la década de los sesenta. Así
por ejemplo, en 1877 -nos dice Santiago Gallardo- el total de enfermos au-
mentó considerablemente comparado con los años anteriores, siendo de
786, el de personas que acudieron. Metiendo los acompañantes estaría en
torno a la cifra de 2000 personas.
Pero los problemas continuaron ante la necesidad de realizar grandes
inversiones en los manantiales. Así en la Sesión Ordinaria de 3 de agosto
de 1876 el primer teniente de alcalde dice que siendo el presupuesto de la
obra a realizar de 104.880 pesetas, nadie mejor que el Sr. Alcalde sabe que
el Ayuntamiento no puede disponer de la citada cantidad ni mucho me-
nos. De esta forma vemos como se veía un claro porvenir a la Fuente Agria
pero los problemas de infraestructuras eran insalvables para el Ayunta-
miento que aunque hizo cuanto pudo en aspectos de arreglo de calles y
plazas, sin embargo no pudo acometer definitivamente la obra decisiva
que le era requerida por las autoridades gubernativas sobre los manan-
tiales.
LA ETAPA DE LEÓN Y LLERENA, 1882-1900
La venta del Balneario y más de 24 fanegas de terreno colindante,
se produjo mediante subasta pública convocada para el diez de octubre
de 1882 pero aplazada al 31, por negarse León y Llerena a hacerse cargo
de unas cargas hipotecarias que gravaban algunas de las propiedades del
perímetro de protección de los manantiales. En estos momentos León y
Llerena es subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, per-
sona de máxima confianza del jefe del gobierno Práxedes Mateo Sagasta
con quien mantiene una total sintonía. Puede decirse que forma parte del
grupo cercano en el que Sagasta se apoya y en el que también se encuentra
el ministro de Estado, Antonio Aguilar y Correa, marqués de la Vega de
Armijo. Juntos, por ejemplo, acompañaban al rey Alfonso XII en el viaje
realizado a Portugal en enero de 1882. Estamos pues en el momento en
que estaba a punto de alcanzar el cenit en su carrera política.
En agosto de 1883 se determinaba por Real Orden del día tres, un
perímetro de protección cercano a las 60 hectáreas. La venta se hizo por la
cantidad de 83.500 duros que León y Llerena se comprometía a pagar en
29. Manuel Perales Solís
28 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
diez plazos y nueve años y que desconocemos si finalmente se pagaron tal
como insinuaba el periódico “La Linterna” de Andújar, pues lamentable-
mente carecemos de las actas municipales de la década de los ochenta ya
que las corporaciones de esos años, siquiera cumplieron con el requisito
legal de redactarlas. Tampoco he tenido acceso a la documentación pri-
vada de Balneario, hoy día inexistente, o en lugar desconocido.
Para entender las claves de esta venta a manos privadas de unos ma-
nantiales que hasta entonces gestionaba el Ayuntamiento, hemos de con-
siderar la situación de la estación balnearia que año tras año languidecía
en el olvido por la falta de recursos económicos del propio Ayuntamiento
y por la escasez del caudal que proporcionaba la llamada antigua Fuente
del Padre, manantial que posteriormente fue mejorado por León y Llerena
mediante tres nuevos sondeos: Fuente Agria, San Luis y Buena Esperanza,
y embellecido su entorno original de taraes y juncias, con la edificación
de una galería y edificios anexos así como un singular jardín de más de 9
hectáreas hasta entonces inexistente.
Lo ocurrido pues a partir de 1883 fue considerado por algunos con-
temporáneos como “el milagro” del político liberal Eduardo León y Lle-
rena, auténtico creador de la marca “Aguas de Marmolejo” y de su Bal-
neario. Pero si su proyecto alcanzó unas metas exitosas es porque también
contó con el impulso de una mayoría de de marmolejeños que supieron
estar, con su buen hacer e ilusión, a la altura de las circunstancias.
La razón por la que León y Llerena recala por Marmolejo, para em-
peñarse en la labor de hacer universales unas aguas que apenas un siglo
antes, Juan de Dios Ayuda, sacaba del anonimato, pienso que hay que
buscarla en la convergencia de un conjunto de factores. Por un lado León
y Llerena ya era asiduo de las aguas hacia 1882, cuando era subsecretario
de la Presidencia del Consejo de Ministros. Es posible que para ese año ya
tuviese madurada la operación de la compra de los manantiales. Por otro
lado el tío de su mujer Luisa Serrano, el general Serrano, de quien León y
Llerena era amigo y persona de confianza política, disponía de fincas en el
entorno de Marmolejo: en Arjonilla, Escañuela y en la sierra de Montoro
(finca del Socor donde organizaba grandes monterías); la cuñada de Luisa
Serrano, Catalina Navarro Salcedo era la hermana del terrateniente local
Domingo Navarro Salcedo igualmente con diversas fincas de olivar en el
pago de Cerrada. A todo ello habría que sumar el perfecto conocimiento
de los pueblos de la circunscripción de Jaén, por la que León y Llerena
salió elegido diputado por el partido Constitucional en dos ocasiones, en
30. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 29
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
1869 y 1879 y a la que Marmolejo pertenecía. Tampoco hemos de menos-
preciar la relación de amistad que León y Llerena hubo de mantener con
los liberales marmolejeños entre los que nos encontramos a su amigo José
García del Prado Jurado, alcalde liberal del final de la centuria, y el so-
brino de éste, el joven Lorenzo Romero García del Prado, relevo de su tío
en el partido liberal marmolejeño a partir de 1899.
EDUARDO LEÓN Y LLERENA: ASPECTOS BIOGRÁFICOS
Eduardo nació en Málaga el 31 de mayo de 1839 del matrimonio en-
tre Esteban León Medina y Valentina Llerena de Reina. El matrimonio
tuvo además una hija, María del Pilar que casó con el político y diputado
liberal Juan García de Torres. A la personalidad del padre merece la pena
que prestemos un momento de atención por la influencia que tuvo en la
orientación posterior de León y Llerena. Esteban León había nacido en
Antequera en 1812, en el seno de una familia de marcada tradición libe-
ral, pero de escasos recursos. Por este motivo se acogió a la protección de
uno de los amigos de su padre, el primer conde de Peñafiel con el que se
trasladó a Madrid donde hizo una bri-
llante carrera administrativa, llegando
a ser un miembro destacado del par-
tido Unión Liberal.
Amigo personal de los gene-
rales liberales Francisco Serrano y
Leopoldo O’Donell y del marqués de
la Vega de Armijo (Antonio González
de Aguilar y Correa, 8º marqués), fue
nombrado subsecretario del Ministe-
rio de Hacienda durante el Bienio li-
beral progresista liderado por el gene-
ral Baldomero Espartero (1854-1856).
Antes, ejerció de intendente en Jaén,
Lérida y Baleares. En 1851 era nom-
brado Gobernador Civil de Córdoba y
elegido diputado por la provincia de
Córdoba y de Jaén en varias elecciones
Foto 2: Esteban León Medina
(1812-1875), padre de Eduardo
León y Llerena. Fuente: Diccionario
biográfico de parlamentarios
andaluces.
31. Manuel Perales Solís
30 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
entre 1854 a 1872. Fue además senador por la provincia de Jaén en la legis-
latura de 1872. Casado en segundas nupcias con Eloísa Fernández Rivero,
Esteban fallecía en Madrid en noviembre de 1875.
Pero volviendo a nuestro personaje, diremos que Eduardo recibió su
educación elemental entre Córdoba y Jaén, ciudades en que hubo de vivir
por motivos profesionales de su progenitor, hasta que en 1850 se trasla-
daba a Madrid para cursar la segunda enseñanza y estudiar leyes en la
Universidad Central. Obtuvo el grado de licenciado en Derecho Adminis-
trativo en la Universidad Central y el de Derecho Civil y Canónico. Parte
de su adolescencia y juventud transcurriría entre las ciudades de Lérida,
Palma de Mallorca, Jaén y Córdoba, donde su padre había desempeñado
los cargos de Gobernador Civil.
Ya en posesión del título de abogado entró como empleado en el Mi-
nisterio de Gracia y Justicia, siendo declarado cesante en agosto de 1866.
Vinculado al partido Unión Liberal no tardaría en ponerse a las órdenes
de su tío político el general Serrano, en los preparativos de la Gloriosa de
1868 estando a su lado en la batalla de Alcolea (28 de septiembre 1868) en
calidad de persona de máxima confianza. Triunfante el pronunciamiento
liberal para derrocar a Isabel II encabezado por los generales Juan Bautista
Topete, Juan Prim y Francisco Serrano, una vez nombrado el general Se-
rrano presidente provisional del gobierno, y posteriormente Regente del
Reino, Eduardo regresó a Madrid, ocupando el puesto de Secretario de su
Audiencia Territorial, y más tarde secretario general del ministerio de la
Gobernación y subsecretario de este Ministerio.
A partir de las elecciones de 1869 salía elegido diputado por la cir-
cunscripción de Jaén junto al duque de la Torre en la candidatura de signo
monárquico-democrático. En las elecciones del 2 de abril de 1872 (reinado
de Amadeo de Saboya) era elegido diputado por el distrito de Alcalá la
Real dentro de las filas del Partido Constitucional que había fundado junto
al general Serrano y Sagasta. Ya en plena restauración borbónica (reinado
de Alfonso XII) y una vez disuelto el Partido Constitucional, vuelve a ser
diputado en las filas del partido Liberal Fusionista de Sagasta (donde se
integraron parte de sus miembros) por los distritos de Jaén y Martos, hasta
el 14 de diciembre de 1883 en que fue nombrado senador vitalicio, escaño
que ocupó hasta su fallecimiento el 4 de agosto de 1900.
Desde 1882 perteneció a Izquierda Dinástica, fracción incluida en el
Partido Liberal de Sagasta, pero liderada por el duque de la Torre y en
32. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 31
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
el que también se encuentra el general López Domínguez y José Posada
Herrera. Este partido tuvo una corta vida quedando disuelto dos años
más tarde en que prácticamente todos sus miembros se integraban en el
Partido Liberal.
Curiosamente en la documentación que obra en el Congreso de los
Diputados sobre sus datos personales consta como profesión principal la
de terrateniente, presumiblemente debido al patrimonio que gestionaba
procedente del capital agrícola de su mujer Luisa Serrano, pues en la de-
claración de bienes que presenta al Senado en 1883, según la certificación
del Registro de la Propiedad de Madrid, y del Banco Hipotecario de Es-
paña, aparecían a su nombre una casa en la calle Serrano nº 35 de Madrid,
con un solar adyacente al paseo de la Castellana; una casa en el número
39 de la misma calle con un solar agregado; otra en el número 41 de esa
misma calle, con un solar agregado y otra casa en el número 37, igual-
mente con solares agregados hacia la actual avenida de La Castellana, lo
que suponía un valor añadido por las posibilidades de futuro de esta zona
del Ensanche madrileño. Fue en uno de estos domicilios donde mantuvo
en los primeros años del Balneario la sede social de la empresa.
Pasados los años del Sexenio Democrático, (1868-1874) Eduardo León
y Llerena volvió, como hemos apuntado, al primer plano de la política,
esta vez en las filas del partido liberal de Sagasta del que sería su “jefe” en
la provincia de Jaén y con el que volvería a ocupar cargos públicos. Fue,
por ejemplo, Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros en-
tre 1881 y 1882 y en el año 1883 era nombrado senador vitalicio y consejero
de Estado. También fue nombrado consejero de varias empresas públicas,
fundamentalmente las vinculadas al ferrocarril (1887) junto a primeras fi-
guras como el marqués de La Habana, (José Gutiérrez de la Concha) y Ta-
bacalera (marzo de 1894) siempre bajo gobiernos presididos por Práxedes
Mateo Sagasta.
Pero hay un momento en la vida de Eduardo, coincidente con su
nombramiento como senador vitalicio (1883) en que ralentiza su activi-
dad política para dedicarse de lleno a su proyecto balneario. Es entonces
cuando establece, junto a su esposa Luisa Serrano ( mujer natural de Ar-
jona, sobrina del general Serrano, e hija de Francisco Serrano Santaella y
de Dolores Serrano Domínguez, hermana del Duque de la Torre) su resi-
dencia habitual en Marmolejo en la actual casa de “La Aviadora” a la que
se le conoce por esos años como “La meca” y en donde abre sus puertas,
además de a una nutrida prole de sobrinos/as que acuden por Marmolejo
33. Manuel Perales Solís
32 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
en las temporadas de verano, a un sin fin de personajes de la cultura, de
la política y del mundo de la empresa. En esa misma casa fallecía Eduardo
el 4 de agosto de 1900 a consecuencia de una dolencia repentina. Curio-
samente unos días antes, el 22 de julio, había acudido a Madrid junto a
una amplia representación de los liberales de la provincia de Jaén para
homenajear a Sagasta en un acto, con banquete incluido, celebrado en los
jardines del Buen Retiro y que había sido organizado por el diputado li-
beral por la provincia de Jaén, Juan Montilla Adán. A dicho acto asistió
igualmente el futuro líder de los liberales demócratas, José Canalejas.
La crónica de los actos fúnebres publicada por el “Pueblo Católico”
del 9 de octubre de 1900, firmada por su corresponsal Santiago Gómez,
deja traslucir el reconocimiento de las élites políticas y económicas locales
a la labor desarrollada por León y Llerena así como el clima de entendi-
miento que presidió las relaciones de este liberal malagueño con las auto-
ridades de la localidad, máxime si tenemos en cuenta que el corresponsal
Santiago Gómez, era cercano al partido conservador: “Grande ha sido la
manifestación de duelo que el pueblo de Marmolejo ha dado hoy en la Casa de Dios
al celebrarse los funerales que el Ayuntamiento de esta localidad, por iniciativa de
su Presidente D. Lorenzo Romero García del Prado, ha costeado en sufragio del
alma del que fue nuestro mejor y más cariñoso amigo Sr. León y Llerena.
El templo decorado lujosamente de negro y llenos sus altares de luces, estaba
literalmente ocupado por propios y extraños y el religioso recogimiento de todos
demostraba de modo evidente que en aquellos corazones se anida el recuerdo del
que fue fiel y leal protector de este pueblo.
En el centro de la iglesia se elevaba majestuoso catafalco en donde ardían in-
finidad de hachones y partiendo del túmulo, salía un paño negro que llegaba hasta
el final del templo, y á derecha é izquierda de dicho paño ardían también multitud
de velas, formando un cuadro de luces de imponente seriedad. En el centro de este
cuadro se hallaba la corona que el Ayuntamiento de Marmolejo dedicó al Sr. León
y Llerena el día de su entierro. El oficio de difunto lo cantó el joven e ilustrado
coadjutor de esta parroquia, mi amigo del alma y de la infancia, D. Pedro Perales
Fernández, ayudado por sus compañeros señores Martínez y Solís. La misa de
requiem ha sido hábilmente interpretada por la capilla que dirige el profesor Sr. J.
Martí, distinguiéndose como siempre, el notable violinista Sr. Vizcaíno. Entre los
concurrentes se hallaban el Duque de Almodóvar del Río (José Ramón Sánchez
y Hoces, 9 duque y 12 marqués), el conde de Villaverde la Alta (Teodoro Tamariz
Martel y Fernández de Córdoba), el médico Sr. Tello, los Sres. García del Prado
(D. Antonio, D. José y D. Eduardo), Sr. García Malo de Molina, el padre político
34. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 33
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
de éste D. Leandro Romero; los individuos todos de este Ayuntamiento, acompa-
ñados del elemento oficial, infinidad de forasteros que en la actualidad se hallaban
usando estas aguas medicinales, todos los hijos de este pueblo, y el discreto perio-
dista Sr. Ciriaco Aguilar. El duelo estuvo representado por el Sr. Alcalde, Sr. Ro-
mero, sindico del Ayuntamiento, y presidía este duelo el sabio y virtuoso Ecónomo
de esta parroquia D. Luis Soria y Ávila...Para rendir un tributo más de cariño a
la virtuosa viuda de León y Llerena (Luisa Serrano Serrano), nos trasladamos á la
casa de ésta, el expresado Párroco Sr. Soria y Ávila, el Alcalde D. Lorenzo Romero
y el que escribe estos mal perjeñados renglones, recibiéndonos con la bondad, ca-
riño y cortesía que distingue á tan ilustre dama, y expresándonos con el profundo
sentimiento de su alma dolorida, el recuerdo que constantemente guardaría en su
corazón de los hijos de Marmolejo. Allí tuvimos el gusto de saludar a los distin-
guidos señores los Generales Ochando, y Muñoz Cobo, y a las encantadoras hijas
del primero de éstos, María Luisa y Anita”.
Se refería el periodista al general Federico Ochando Chumilla casado
con Paz Serrano Navarro, sobrina de Luisa Serrano, y a Diego Muñoz
Cobo y Serrano, teniente general y ministro de la Guerra en 1919, casado
con Dolores Serrano Navarro.
La noticia de la muerte de León y Llerena, el 4 de agosto, no pasó
desapercibida en el mundo de la alta política nacional debido a sus ante-
riores responsabilidades en la administración estatal y por sus relaciones
de amistad con la élite política nacional y de parentesco con la mujer del
acaudalado periodista sevillano Torcuato Luca de Tena, fundador de la
revista “Blanco y Negro” y del ABC (1903) convertido en uno de los prin-
cipales empresarios del momento en el sector de la comunicación.
Es por ello que en el “Blanco y Negro” del día 11 de agosto de 1900,
(así como en multitud de periódicos de tirada nacional) se reproducía la
siguiente semblanza del político liberal: “La familia de nuestro querido direc-
tor se halla en estos momentos bajo el peso de una gran desgracia: la muerte de D.
Eduardo León y Llerena. Don Eduardo León y Llerena ha muerto en Marmolejo
en pocas horas; solo una enfermedad rapidísima e inquebrantable podía dar en
tierra con aquella naturaleza tan espléndida y poderosa, con aquel hombre tan
generoso, para quien la caridad era el mejor oficio y el bien de los desheredados, su
más entretenida ocupación, hasta el punto que si todas las personas ricas de la pro-
vincia de Jaén hubieran hecho por el alivio de los pobres lo que el caritativo León
y Llerena no existirían pobres en aquella comarca. La muerte de León y Llerena la
llorarán no sólo su entrañable familia, sino en toda la provincia de Jaén, y singu-
larmente el pueblo de Marmolejo, su residencia habitual: La Meca, como la llama-
35. Manuel Perales Solís
34 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
ban sus amigos y correligionarios. Hombre de meridional imaginación, estudioso,
comenzó apenas terminada su carrera de Leyes a significarse en la política liberal
al lado del Duque de la Torre en un principio, y más tarde con Sagasta como Sub-
secretario del Ministerio de la Gobernación, Presidencia del Consejo de Ministros
y Consejero de Estado, siendo nombrado senador vitalicio en 1883. Actualmente
estaba retraído de la vida activa de la política en la que hubiera logrado más altos
puestos si su excesiva modestia no hubiese sido la mayor traba. Era administrador
y consejero de varias empresas importantes y estaba en posesión de la Gran Cruz
de Isabel La Católica, Mérito Militar y Orden del Cristo de Portugal. Era jefe del
Partido Liberal de la provincia de Jaén, y su política era tan amplia, tan expan-
siva, que a él acudían todos sin distinción de ideas ni matices, por estimar a León
y Llerena como legítimo y único representante de los intereses de la provincia”.
Foto 3: Nota necrológica
publicada en la revista
“Blanco y Negro” con
motivo de la muerte del
senador Eduardo León y
Llerena. Fuente: Blanco y
Negro, del 11 de agosto de
1900, número 484).
36. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 35
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
Actualmente sus restos reposan en el cementerio de Marmolejo junto
a los de su esposa Luisa Serrano, fallecida el 16 de marzo de 1902, y la
sirvienta que les acompañó en vida, en un nicho aún por significar, adqui-
rido por la Sociedad de Aguas Minero-Medicinales. En la nota necrológica
que publicó el periódico “El Imparcial” de Madrid tras el fallecimiento
de Luisa se decía: “Esta virtuosa y respetable señora, emparentada con
muy distinguidas familias, por ser sobrina del ilustre Duque de la Torre,
era en Madrid y en Marmolejo, de cuyas aguas medicinales era dueña, el
amparo de los pobres y la providencia de toda especie de desgraciados.
El domingo se verificó el entierro de doña Luisa Serrano en Marmolejo.
Acudió al acto fúnebre todo el vecindario de aquella población, rindiendo
tributo de pésame a la respetable familia de la finada”.
EL BALNEARIO EN TIEMPOS DE LEÓN Y LLERENA
Desde el primer momento León y Llerena se pone a trabajar en la
creación de unas instalaciones dignas para la clientela que está por llegar
dándole a las aguas de Marmolejo una publicidad hasta entonces nunca
vista con una operación de marketing que se apoya en los medios de
comunicación y en los diversos premios que van obteniendo las aguas
allá donde concurren en 1883 (Medalla de Oro en Amsterdam, en Boston
y Diploma de Honor en el certamen de Minería y Aguas minerales de
Madrid). Para ello despliega una gran actividad propagandística en casi
todos los periódicos y semanarios, ya sean de tirada grande, mediana o
pequeña; de ámbito local, provincial o nacional. La idea es que el nombre
de Marmolejo aparezca casi a diario hasta en los rincones más apartados
del país siendo la calidad de sus aguas minerales avaladas por distintos
profesionales médicos que resaltan en artículos propagandísticos sus ex-
celentes propiedades curativas.
Por otro lado los cambios en la fisonomía del lugar en donde se en-
cuentran los manantiales también eran publicitados en la prensa con re-
señas como ésta: “Los nuevos dueños que han tomado a su cargo las aguas de
Marmolejo llevarán a cabo, en breve plazo, grandes reformas, construyendo un
establecimiento, a corta distancia de la fuente, que guarde cierta armonía con la
grandísima importancia y nombradía de estas aguas y que contenga unas ins-
talaciones hidroterápicas de primer orden que hoy se echan de menos. Al efecto
se han empezado las obras de hermosos parques y jardines, a las que seguirán
las del balneario, que podrá competir, sin duda alguna, con los más renombra-
37. Manuel Perales Solís
36 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
dos del extranjero. Las temporadas oficiales
son del 15 de abril al 15 de junio y del 1º de
Septiembre al 31 de octubre”, pero su clima
convida a hacer una estancia de invierno en
aquella hermosa región de Andalucía, en
donde la temperatura es suave y primave-
ral”. Su mujer, Luisa Serrano, se encar-
garía igualmente de dotar a la villa de un
hospital subvencionado, mantenido con
fondos públicos de diversas administra-
ciones locales como provinciales, donde
encontraron acogida los agüistas más
pobres.
En su celo por hacer de Marmolejo
una estación balnearia de primer orden
parece estar claro que el senador vitali-
cio ejerció todo tipo de presiones para mejorar la higiene y el ornato de la
villa hasta el punto que el ministro liberal de la Gobernación, Trinitario Ruiz
Capdepón, a través del Gobierno Civil de Jaén, llegó a suspender en en 1889
de sus funciones a toda la Corporación Municipal, exceptuando al viejo al-
calde liberal y amigo personal, José García del Prado Jurado, por causas
imputables a supuestas irregularidades en la gestión económica y admi-
nistrativa y a la ausencia de medidas de policía urbana e higiene impres-
cindibles en las villas y ciudades balnearios. En ese sentido en el informe
emitido por el Ministerio de Gobernación se hacía incapié en la situación
denunciada por el médico-director del Balneario. En él se manifestaba “que
las condiciones higiénicas del pueblo no podían ser más deplorables a causa de las
aguas inmundas que tienen encenegadas las calles y de los depósitos de estiércol que
se establecen junto a las tapias de la villa”. Se trataba pues de salvar a la “gallina
de los huevos de oro” que suponía el Balneario antes de que la desidia y
la falta de medidas, truncara el futuro prometedor que pretendía alcanzar
León y Llerena con su proyecto hasta cierto punto filantrópico.
Otra cuestión con la que tropezó fue el tema del pretendido aprove-
chamiento de las aguas de la fuente Moyanico para utilidad pública por
parte de su propietario Manuel Venceslada Torralbo, el cual logró atraer
hacia su causa a varios de los conservadores marmolejeños y al exdipu-
tado republicano Juan Domingo Pinedo quien actuó de abogado defensor
de la empresa emprendida por dicho propietario andujareño. La preten-
dida utilidad pública de las aguas del Moyanico, manantial ubicado en el
Foto 4: El gaditano José Luis Burlo
Balde fue contratado por León
y Llerena para encargarse de la
administración de las Aguas Minero-
Medicinales de Marmolejo en 1883.
38. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 37
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
perímetro de protección del Balneario, fue recurrida por León y Llerena,
llegándose a prohibir el consumo de dichas aguas por parte del Gobierno
Civil de Jaén con el correspondiente sellado de la fuente. Ello provocó el
recurso de Juan Domingo Pinedo y la publicación de innumerables artí-
culos en la prensa comarcal denunciando los hechos y criticando lo que
entendían era una actitud caciquil del senador vitalicio, dando, por tanto,
lugar a un largo contencioso que duró desde 1883 hasta 1892 en que eran
finalmente declaradas de utilidad pública las aguas del Moyanico. Defi-
nitivamente un nuevo recurso interpuesto por León y Llerena, defendido
por su amigo personal, el político liberal Juan Montilla Adán, acababa
dándole la razón al propietario del Balneario con lo que se confirmaba
definitivamente la clausura de la fuente del Moyanico para uso público.
Foto 5: Fotografía realizada en la terraza de “Blanco y Negro” el 8 de julio de 1900.
En ella podemos apreciar los siguientes personajes: De pie, de izquierda a derecha,
los periodistas Luis Romea, José de Rouere, Luis Gabaldón, Torcuato Luca de Tena
(propietario de “Blanco y Negro”), José Campo Moreno, Joaquín Xauradó (dibujante
y caricaturista), Enrique Contreras y Camargo y el administrador Esteban Carrasco.
Sentados, de izquierda a derecha: Eduardo León y Llerena, Juan Ignacio Luca de Tena
(niño) con su abuela materna Pilar León y Llerena (hermana de Eduardo), Práxedes
Mateo Sagasta, Luisa Serrano Serrano (esposa de León y Llerena), Esperanza Sagasta,
y en primer término con vestido blanco, Esperanza García de Torres y León, sobrina de
León y Llerena, casada con Torcuato Luca de Tena). Fuente: ABC Foto.
39. Manuel Perales Solís
38 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
La capacidad de influencia de León y Llerena era tal que hizo que
hasta Marmolejo llegasen, año tras año, un sin fin de personalidades
desde prácticamente toda la geografía nacional del ámbito de la empresa,
de la cultura y de la ciencia pero, fundamentalmente, de la política, a los
que se agregarán un sin fin de profesionales liberales: notarios, médicos,
jueces, abogados, catedráticos, religiosos, etc. y todo un contingente, cada
vez más numeroso, de agüistas de clase pequeño-burguesa de proceden-
cia urbana y rural, dispuestos a verificar por si mismos el fenómeno de
moda en que se había convertido Marmolejo.
La fama de las aguas alcanzó cotas insospechadas. Así, en abril de
1894, el doctor de la Casa Real, participaba al primer farmacéutico de Cá-
mara y Jefe de la Real Botica, Don José de Pontes y Rosales, que Su Alteza
Real, la Infanta Isabel, debería tomar en las comidas una botella de cuarto
de litro de agua de Marmolejo, rogándole tratase de que las aguas fuesen
lo más frescas posibles, para lo cual le indicaba se entrevistase con el pro-
pietario Sr. León y Llerena, informándole además que el depósito de esa
agua se encontraba en la calle de Serrano número 35.
Dado que las aguas que se encontraban en el depósito de Madrid lle-
vaban a veces más de 25 ó 30 días embotelladas, se le encarga a Don San-
tiago Mesía, por cable telegráfico, que todos los martes tomase el agua di-
rectamente del manantial y enviase a gran velocidad con destino a la Real
Botica, veinte botellas de cuarto de litro. Con gran asombro del primer
farmacéutico real, se empieza a recibir en la Real Botica, 20 botellas diarias
por lo que se enviaba un telegrama a D. José Luis Burlo Balde, administra-
dor de las Aguas de Marmolejo, ordenándole la suspensión de envíos por
tener ya suficiente agua para el tratamiento de la Infanta.
En los años sucesivos nos consta la petición de varias remesas de bo-
tellas para el consumo de la Infanta por parte del médico de la Real Botica,
debiendo de ser de tapón automático.
Para el tratamiento de la Infanta correspondiente a 1899, D. José de
Pontes solicitaba al Sr. Burlo, 25 botellas de medio litro, y éste le enviaba
con tapón de corcho; no pareciéndole adecuado al Farmacéutico Mayor
este sistema de cierre, le escribía a Burlo rogando canjease esas botellas
por otras de cuarto de litro con cierre automático; a lo que el Administra-
dor del Balneario le indicaba que era imposible complacerle haciéndose
cargo de esas botellas, pues tenían muy difícil salida, solamente eran so-
licitadas por escasos consumidores, circunstancia por la que ni siquiera
40. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 39
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
figuraban en la tarifa de precios. Sin embargo los sucesivos pedidos de
este año fueron siempre botellas de cuarto de litro con cierre automático.
Suministros de aguas de Marmolejo se sucedieron a lo largo de los
primeros años del siglo XX, siempre para la infanta Isabel; quedando ar-
chivadas en la Real Botica las notas de solicitud, el aviso de envio y los
justificantes de los pagos realizados. La infanta Isabel de Borbón, hermana
de Alfonso XIII, visitaría Marmolejo el 22 de octubre de 1915, en un viaje
relámpago que quedó inmortalizado con una fotografía en los jardines
del Balneario, con el objetivo de paladear “in situ”, las generosas aguas
medicinales.
También entre los miembros de los gobiernos de turno se impuso
como una moda el venir a Marmolejo. La mayoría de los ministros y presi-
dentes del gobierno eran asiduos visitantes a las aguas, teniendo en la casa
de León y Llerena un sitio de encuentro y tertulia. La villa se convierte,
fundamentalmente, en lugar de reunión de la familia liberal, sobre todo
de los correligionarios del general Serrano, viejo líder del sexenio demo-
crático, ahora coaligados con los liberales sagastinos en torno al partido
de Izquierda Dinástica. Pero también fueron frecuentes las visitas de los
conservadores que eligieron a Marmolejo como espacio de consenso y diá-
logo con los liberales, sobre todo gracias a la labor de mediación de León
y Llerena y a su amistad con líderes como el propio Cánovas del Castillo,
Francisco Silvela y Romero Robledo.
El día 5 de noviembre de 1884 tenía lugar un importante acto de Iz-
quierda Dinástica, partido liderado por el Duque de la Torre y el general
López Domínguez (exministro de guerra en el gobierno presidido por José
Posada Herrera) en el que eran homenajeados ambos líderes, pero funda-
mentalmente el viejo general liberal, que ya se encontraba retirado de toda
actividad política por su mermada salud. Entre los concurrentes a este
banquete, en número de más de 250 personas, se encontraban representa-
ciones de las ocho provincias andaluzas. En representación de Jaén estu-
vieron los comités de Izquierda Dinástica de todos los pueblos de la pro-
vincia, así como el comité provincial, al frente de los cuales estaba León y
Llerena, el diputado Pedro Manuel Acuña y el ex-diputado señor Gallego
Díaz; por la de Córdoba venía el conde de Robledo, antiguo demócrata e
íntimo amigo del general Prim, y el duque de Hornachuelos, jefe del par-
tido Constitucional en dicha provincia; de Sevilla llegaron los señores Lea-
niz, Núñez de Prado, Sierra, González Nandín, etc; de Granada, Huelva,
Cádiz y Almería igualmente hubo nutridas representaciones. “Bandas de
41. Manuel Perales Solís
40 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
música, iluminaciones, bengalas, fuegos artificiales y demás demostraciones de
entusiasmo y cariño se ofrecieron al ilustre general, quien con el invicto señor
Duque de la Torre ocupaban las dos presidencias de la mesa. El acto resultó el más
solemne de cuantos registra la historia de nuestro partido, desde la restauración
a la fecha, como lo demuestran los importantísimos discursos pronunciados por
dichos señores. Cita el periodista del “Constitucional de Gerona” (diario de
tendencia Liberal) que era imposible de describir las ovaciones al duque
de la Torre. “Los vivas a este respetable jefe del partido liberal en España se
prolongaron durante mucho tiempo, y cuando se concluyó el banquete, los 250
comensales, y el pueblo de Marmolejo en masa, le acompañaron a su domicilio”.
Finalmente y para concluir mi exposición quiero apuntar que un ras-
treo por la prensa de la época del periodo comprendido entre 1882 a 1900,
me ha permitido confirmar cuales fueron algunos de los visitantes ilustres
asiduos a la villa, atraídos por la fama de sus aguas y también por el am-
biente distendido y acogedor que encontraron siempre en la casa de León
y Llerena. Entre ellos hay una clientela variopinta procedente del mundo
de la empresa, de los negocios, de la nobleza, del clero, del ejército, de la
literatura y de las artes y, cómo no, de la política. Hay que decir que estas
eran solamente las visitas que tuvieron eco en la prensa del periodo anali-
zado, porque también hubo personas, igualmente de la alta sociedad, que
pasaron por los hoteles y fondas de la villa en el más completo anonimato
y sin que haya trascendido su presencia en documentación escrita. En
cualquier caso, creo que es un buen botón de muestra de lo que empezó a
significar Marmolejo desde que León y Llerena se hizo cargo de las Aguas
Minero-Medicinales.
Muchos de los que se relacionan a continuación, siguiendo un crite-
rio cronológico, vinieron hasta aquí, en un primer momento, gracias a su
compromiso de amistad con la familia de León y Llerena pero sus testi-
monios de lo aquí vivido y experimentado actuaron finalmente de alta-
voz a cerca de las bondades de las aguas minero medicinales y acabaron
arrastrando a todo un elenco de personajes vinculados a las diferentes
oligarquías de ámbito nacional, regional y provincial que mantuvieron su
fidelidad a Marmolejo hasta bien entrado el siglo XX, cuando los here-
deros de León y Llerena y de su esposa Luisa Serrano se hicieron cargo
de la empresa convirtiéndola en 1903, en Sociedad Anónima de carácter
básicamente familiar.
42. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 41
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
ANEXO DE PERSONALIDADES QUE VISITARON MARMOLEJO
DURANTE LOS AÑOS DE LEÓN Y LLERENA.
Año de 1882:
-“El obispo de Córdoba, Fray Zeferino González y Díaz Tuñón” (n.
Villoria-Asturias, 1821-Madrid, 1894). Fue un sacerdote dominico que llegó
a cardenal, así como a Arzobispo de Sevilla y de Toledo. Unos días después
de estar en Marmolejo tomando las aguas era nombrado Arzobispo de Se-
villa. Estuvo considerado como uno de los filósofos católicos españoles más
importantes del siglo XIX. (Fuente: Diario Córdoba 8-2-1882).
-Fallece en Marmolejo cuando se encontraba tomando las aguas
Eduardo Carondelet y Donado, tercer duque de Bailén. (Fuente: “La Co-
rrespondencia de España”, nº 8796, de 22 de abril de 1882).
Año de 1883:
-En enero se difunde la noticia en varios medios de comunicación de
que la reina Isabel II podría marchar a Marmolejo para tomar las aguas
por prescripción facultativa. (Fuente: “El Guadalete”, 25-3-83).
-El exministro de ultramar Venancio González Fernández visitaba
Marmolejo a final de marzo para tomar las aguas. (Fuente: “El Guada-
lete”, 28-3-83).
-Se celebra una reunión en Marmolejo a final de abril entre los dos
exministros liberales Fernando León y Castillo, exministro de Ultramar, y
Venancio González Fernández, exministro de gobernación con gobiernos
de Sagasta, para acercar posturas con los demócratas progresistas de Cris-
tino Martos. (Fuente: “Diario Córdoba”, 24-4-83).
-Adolfo Márquez Sterling, afamado periodista cubano, fallece en
Marmolejo a donde había viajado para reponerse de una enfermedad pul-
monar. Nacido en Puerto Príncipe se graduó de abogado en España y de
regreso a la Habana fundó el quincenario “La Habana”. En 1879 comenzó
a publicar “La Discusión”, uno de los periódicos más famosos de la época.
(Fuente: “Revista de Las Antillas, periódico de los intereses económicos-
políticos-sociales de las islas de Cuba y Puerto Rico”, 8-5-1883).
-El Obispo de Málaga visita Marmolejo en junio. Se trataba de D. Ma-
nuel Gómez-Salazar y Lucio-Villegas (Arija 1824-Burgos 1893). Como
obispo de Málaga apoyó a la futura Madre Petra de San José de la Mon-
taña en su obra social, sobre todo durante el terremoto de Andalucía de
1884. (Fuente: “Diario Córdoba” de 13-6-83).
43. Manuel Perales Solís
42 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
-José Pastor y Magán, Gobernador Civil de Córdoba, viaja a Marmo-
lejo para tomar las Aguas. (Fuente: “Diario Córdoba”, 19-10-83).
Año de 1884:
-Fallece en Marmolejo, el 13 de mayo, el magistrado del Tribunal Su-
premo Juan Fernández Palma, mientras se encontraba tomando las aguas.
Se alojaba en la fonda La Española (calle Arroyo) regida por Antonio Do-
marco, a quien en la prensa se le reconocía el excelente comportamiento
observado con el magistrado. (Fuente: “La Correspondencia de España”,
20-05-1984).
-El 5 de noviembre se celebraba un banquete de los comités provincia-
les del partido Izquierda Dinástica, en homenaje al general liberal José Ló-
pez Domínguez, ministro de la Guerra en 1883 en un gobierno presidido
por Posada Herrera, y Presidente del Gobierno en 1906. Este banquete era
presidido por el general Serrano. (Fuente: “Diario Córdoba”, 31-10-1984).
Año de 1885:
-El político liberal José Luis Albareda y Sezde (Puerto de Santa María
1828-Madrid, 1897) se encuentra tomando las aguas. Fue ministro de Fo-
mento entre 1881 y 1883, y de Gobernación entre 1887-1888, con gobiernos
presididos por Sagasta. (Fuente: “El Guadalete”, 12-04-1885).
-Se encontraba enfermo en Marmolejo el Duque de la Torre, en la casa
de su sobrina Luisa Serrano. Sería la última de sus visitas pues fallecía en
Madrid el 25 de noviembre de 1885. (Fuentes: “El Guadalete” de 19-4-1885
y “La Crónica”, de 6-6-1885).
-Camilo García Polavieja, (Madrid 1838-1914) capitán general de An-
dalucía. (Fuente: “El Guadalete”, 24-06-1885). El general Polavieja era con-
servador regeneracionista, de creencias cristianas. Fue capitán general de
Cuba y de Las Filipinas. El 20 de agosto de 1890 fue nombrado goberna-
dor general de Cuba y ministro de Guerra por Francisco Silvela en marzo
de 1899, puesto al que renunció.
Año de 1886:
-El ministro de la gobernación José Luis Albareda y Sezde. (Fuente:
“El Guadalete” de 16-04-1886).
-Venancio González Fernández, ministro de Gobernación. Político
liberal, ministro de Gobernación en los gobiernos presididos por Sagasta
entre 1881-1883; 1885-1886 y 1892-1893. (Fuente:“El Áncora” de Baleares,
14-4-86).
44. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 43
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
El general marqués de San Román, presidente de la Junta Suprema
Consultiva de Guerra, se encontraba bastante restablecido en Marmo-
lejo”. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 10-11-86). Se trataba de
Eduardo Fernández San Román (1818-1887), militar que ya intervino en
la primera guerra carlista. Fue brigadier (1847), Mariscal de Campo (1853)
y teniente general en 1866. Director de la Revista Militar, subsecretario
en el Ministerio de Guerra, Director General de Infantería, etc. Emigró a
Francia al proclamarse la 1ª República, consiguiendo la rehabilitación de
sus cargos con la Restauración. En las Cortes de 1853, fue nombrado se-
nador vitalicio. En 1879 se le concedía el título de marqués de San Román.
Bibliófilo y coleccionista su familia legó a la Real Academia de la Historia
su importante biblioteca.
Año 1887:
-El general Eduardo Bermúdez Reina (Sevilla, 1831-1899). Fue un
militar y político español, artillero sevillano, ministro de la Guerra con
Sagasta entre enero a julio de 1890. Después fue senador por la provincia
de Logroño entre 1891-1893 y senador vitalicio. (Fuente: “La Correspon-
dencia de España”, 8-03-1887).
-El marqués de San Román, el general Sanz y Obregón y el brigadier
Máximo Cánovas del Castillo marchaban para Madrid después de haber
tomado las aguas de Marmolejo. Máximo era hermano de Antonio Cá-
novas del Castillo. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 1-5-1887).
Máximo nació en Málaga en 1830, fue diputado conservador por la pro-
vincia de Murcia, distrito de Cieza, en las elecciones del 20 de enero de
1876 y las del 24 de abril de 1884.
-El poeta Gaspar Núñez de Arce (Valladolid 1834-Madrid 1903) vi-
sitaba Marmolejo en el mes de mayo. (Fuente: “La Correspondencia de
España”, 22-5-1887). Además de poeta fue gobernador civil de Barcelona,
diputado por Valladolid en 1865, y ministro de Ultramar, de Interior y de
Educación con Sagasta.
-José Maestre Vera (Elda, 1849-1926). Presidente de la Diputación
Provincial de Alicante y Gobernador Civil. Pertenecía a una acomodada
familia y su tío José Amat Sempere fue Diputado en Cortes entre 1871
y 1876. Estudió en los Escolapios de Yecla y luego Derecho en Murcia,
donde se licenció en 1869. Ejerció como abogado en el Alto Vinalopó. Su
tío le cedió el control del Partido Conservador en la comarca en 1876, año
en que fue elegido diputado provincial y vicepresidente de la corpora-
ción. En la sesión del Pleno de 4 de noviembre de 1884, siendo diputado
45. Manuel Perales Solís
44 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
por el distrito de Novelda, fue nombrado mediante votación Presidente
de Diputación, cargo que ostentará hasta 1888. Su presencia casi ininte-
rrumpida en la Diputación Provincial entre 1877 y 1892 le convirtió en
el hombre fuerte en esa institución, que controló con métodos caciquiles.
Siguió en 1885 la escisión protagonizada por Romero Robledo. En 1891 se
presentó sin éxito a las Cortes por la circunscripción. Cuando el Conde de
Buñol, siguiendo a Romero Robledo, se reintegró en el partido de Cáno-
vas, Maestre fue nombrado Gobernador Civil en Jaén (1892) y después,
entre esa fecha y 1920, lo fue de otras muchas provincias: Alicante (1895),
Vizcaya, Córdoba, Tarragona (1915), Lugo, Huelva y Málaga. En 1894 era
vicepresidente del Partido Conservador en la circunscripción de Alicante
y presidente de la ejecutiva local de Elda, y en 1901 todavía era presidente
honorario de la junta alicantina del Partido Conservador afín a Romero
Robledo, facción en la que continuaba en 1903. Finalmente, se retiró de la
política activa y regresó a Elda, donde falleció. (Fuente: “El liberal de Ali-
cante”, 28-10-1887, y Pedro Díaz Marín en: “Presidentes de la Diputación
de Alicante”).
Año 1888:
-El general López Domínguez se propone pasar en Marmolejo los
días de la Semana Santa. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 15-
3-1888).
-“Hoy salen para Marmolejo los señores López Domínguez, León y
Llerena, García Torres, y Montilla Adán”. (Fuente: “La Correspondencia
de España”, 24-3-1888). Juan García Torres era el cuñado de Eduardo León
y Llerena. Nacido en Madrid fue diputado a Cortes por la provincia de
Córdoba entre 1858 a 1865, siendo más tarde también diputado por Cana-
rias en 1872 y en 1881. Estaba casado con María del Pilar León y Llerena de
cuya unión nació Esperanza García Torres León y Llerena, quien en 1890
contrajo matrimonio con el empresario sevillano, fundador del “Blanco y
Negro” y del “ABC”, Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio.
-Reunión en Marmolejo entre el general López Domínguez y Fran-
cisco Romero Robledo: “Ni los más íntimos amigos del general López Domín-
guez, como tampoco los del Sr. Romero Robledo, conocen los pormenores de la en-
trevista que dichos señores celebraron en Marmolejo” (Fuente: “El Guadalete”,
5-4-1888). Francisco Romero Robledo (Antequera, 1838-Madrid, 1906),
abogado y político fue ministro de Fomento en 1872, afiliado al partido
Constitucional liderado por Serrano y Sagasta. Luego se afilia al partido
Conservador de Cánovas y fue ministro de Gobernación entre 1874-1879,
46. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 45
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
1879 a 1881 y 1884 a 1885. Fue también ministro de Ultramar entre 1891-
1892, y de Gracia y Justicia en 1897.
-Emilio Carreño, presidente de la cámara oficial de comercio e indus-
tria de Córdoba (Fuente: “Diario Córdoba”, 29-10-1888).
-El vicealmirante Juan Bautista Antequera y Bobadilla (n. San Cris-
tóbal de la Laguna-Tenerife en 1823-Alhama de Murcia, 1890). Fue minis-
tro de Marina durante la regencia del general Serrano entre 1870-1871 y
con Cánovas del Castillo entre 1876-1877 y 1884-1885. (Fuente: “La Corres-
pondencia de España”, 5-11-1888).
-El Director General de la Guardia Civil el general Chinchilla (Fuente:
“La Correspondencia de España”, 22-11-1888). José Chinchilla y Díez de
Oñate (Marbella, 1839-Madrid, 1899). Ingresó en el ejército en 1855, como
subteniente de infantería, al año siguiente, durante los sucesos acaecidos
por la crisis de la coalición entre Espartero y O´Donell se distinguió por su
arrojo combatiendo a los sublevados. En 1857 acompañó a Cuba al general
Serrano como ayudante, tomando parte en la campaña de Santo Domingo
y alcanzando por sus méritos el grado de comandante. Se trasladó a Mé-
xico en 1862, donde intervino, bajo el mando del general Juan Prim en la
expedición a México, provocada por la suspensión de pagos del gobierno
de Benito Juárez. En la legislatura de 1887-88 es elegido senador por la
provincia de la Habana y el 11 de diciembre de 1888 fue nombrado minis-
tro de la Guerra en el gabinete presidido por Sagasta, cargo que ejerció
hasta el 21 de enero de 1890. Fue nombrado, el 25 de febrero de 1890,
Gobernador General y Capitán General de la Isla de Cuba y finalmente en
la legislatura 1893-94 es nombrado senador vitalicio. En 1898 ocupaba el
cargo de comandante en jefe del primer cuerpo de ejército de Castilla la
Nueva y Extremadura.
Año 1889:
-“Don Manuel Ibañez, jefe de una de las primeras casas de comercio
de la República Mejicana, a quien nuestro Gobierno acaba de conceder las
gran cruz de Isabel la Católica por los importantes servicios prestados a
aquella República al constituirse en ella una Junta de la cual fue presidente
para allegar recursos para los perjudicados con motivo del terremoto de
Andalucía” (Fuente: “Diario Córdoba”, 30-04-89).
-Los señores marqueses de la Casa Loring. Se trataba de Jorge Loring
y Oyarzábal (Málaga, 1822-1900), empresario, ingeniero y político liberal,
primer marqués y de su esposa Amalia Heredia Livermore (Málaga, 1830-
1902). Los acompañaban su hija Concepción Loring Heredia. La amistad
47. Manuel Perales Solís
46 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
de los Loring con León y Llerena era antigua; se remonta a la época en
que se está construyendo el ferrocarril Linares-Puente Genil, concesión
cuyo beneficiario era Jorge Loring. En diciembre de 1881, León y Llerena
presentaba ante el Parlamento un propuesta de subvención para este fe-
rrocarril cuyo primer tramo entre Espeluy-Jaén había sido inaugurado en
agosto de ese mismo año. En lo que atañe a Amalia, fue mecenas, colec-
cionista, investigadora y filántropa de las artes y de la cultura en España.
(Fuente: “Diario Córdoba”, 28-4-1889). En cuanto a Concepción Loring
Heredia (Málaga 1868-Madrid 1935), marquesa viuda de la Rambla, casó
en Málaga con Bernardo Orozco y Loring, grande España y diputado a
Cortes por Úbeda. Ella fue diputada en la Asamblea Nacional Consultiva
creada en la dictadura de Primo de Rivera, siendo la primera diputada en
España que tomó la palabra en el Congreso de los Diputados (Fuente: “La
Correspondencia de España”, 22-4-1889).
-Segundo Palazuelos, registrador de la propiedad que falleció en
Marmolejo tomando las aguas el 26 de abril de 1889 (Fuente: “El Guada-
lete”, de 25-4-1890).
-Mariano Catalina y Cobo (Cuenca, 1842-Madrid, 1913), poeta, dra-
maturgo y senador conservador (Fuente: “La Correspondencia de Es-
paña”, 24-05-1889).
-Florencio Montojo y Trillo, capitán general del departamento ma-
rítimo de Cádiz (Ferrol, 1824-Madrid, 1896), militar, marino y político, en
1879 era ascendido a contralmirante. En 1886 se le nombró capitán general
del departamento marítimo de Cádiz. Fue senador por Cáceres y ministro
de Marina en un gobierno conservador entre 1891-1892. (Fuente: “Diario
Córdoba”, de 15-10-89).
-José Ramón Hoces Losada, hijo del duque de Hornachuelos. Era el
conde viudo del Cazal por haber estado casado con María Luisa González
Carvajal y de la Puente con la que no tuvo descendencia. (Fuente: “Diario
Córdoba”, 18-10-1889).
-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Ca-
nales (1825-1895). Este título fue creado durante el gobierno provisional
(Regencia) del General Serrano (1868-1870) en recompensa por su apoyo
en el alzamiento liberal que puso fin al reinado de Isabel II y preparó el
advenimiento de Amadeo de Saboya. Fue alcalde de Córdoba en varias
épocas entre 1852 y 1865; diputado el 2 de abril de 1872 y de enero de 1876
a 1879 por el Partido Liberal. (Fuente: “Diario Córdoba”, 18-10-1889).
48. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 47
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
-El escritor y poeta cordobés Enrique Llacer y Gosálvez (Fuente:
“Diario Córdoba”, 10-11-1889)
Año 1890:
“Se encuentran en Marmolejo la distinguida señora viuda del senador
García-Torres acompañada de su hija Esperanza, quien los primeros días
del próximo Julio se unirán en eternos lazos con el opulento comerciante
sevillano señor Tena” (Fuente: “Diario Córdoba”, 26-4-1890). Se trataba
de Pilar León y Llerena, mujer culta colaboradora en la prensa bajo el
pseudónimo de Aldara, y de su hija Esperanza García Torres que estaba en
vísperas de contraer matrimonio con el fundador del ABC, Torcuato Luca
de Tena. Eduardo estaba muy unido a su única hermana y a su sobrina Es-
peranza. Cuenta Esperanza García de Torres León en sus “Memorias de
Villa Esperanza” que casi todos los años, su tío Eduardo y Luisa Serrano,
iban a pasar una temporada a esta villa de descanso veraniego, ubicada
en las cercanías del balneario de Santa Águeda en Mondragón (Guipúz-
cua), propiedad del cuñado de Eduardo, Juan García de Torres. Nos refiere
igualmente como el matrimonio León-Serrano iban siempre acompañados
(años 1884 a 1889) de las sobrinas de Luisa, las jóvenes Trinidad y Luisa
Serrano a las que el matrimonio tenían como ahijadas, y de como la fami-
lia entera (excepto Juan García de Torres que había fallecido en enero de
1889) se trasladó a París en el verano de 1889, donde León y Llerena era
operado de oído por el doctor Pfeiffer. Relata también como en el verano
de 1900 el nacimiento de su hija, “colmó la felicidad de su padrino, el
bondadoso don Eduardo León y Llerena, que privado de hijos en su vida
conyugal, vio al fin realizada la ilusión de tener una Valentina, nombre
que había llevado su madre, a la que adoraba”.
-“El rico propietario montillano Juan Mariano Algaba y Pineda”
(Fuente: “Diario Córdoba”, 6-5-1890).
-El notario sevillano y profesor de la Escuela de Comercio, Eduardo
Badía y Ortiz de Zúñiga (Fuente: “El Guadalete”, 13-9-1890).
-“El cardenal Fray Zeferino González que rigió la diócesis de Sevilla,
se encuentra en Marmolejo” (Fuente: “El Guadalete”, 22-10-1890).
Año 1891:
-Francisco Silvela y de Le Vielleuze (Madrid, 1843-1905), casado con
Amalia Loring Heredia, hija de los marqueses de la Casa Loriong, ocupó
diversos ministerios y fue presidente del gobierno entre 1899-1900 y 1902
a 1903. (Fuente: “El isleño” de Las Baleares, 6-4-1891). Colaboró junto al
49. Manuel Perales Solís
48 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
doctor Thebussem y el conde de Liniers, Santiago de Liniers y Gallo de
Alcántara, en el librito “Vida del aguanoso”, pequeña obra de poesía en
clave de humor, publicada en 1893 y escrita, al parecer por Mariano Pardo
de Figueroa (doctor Thebussem) en su cuarto de la fonda de Los Leones.
-El exministro de Hacienda entre 1888 y 1890 Venancio González Fer-
nández. (Fuente: “La Correspondencia de España”, 6-4-1891).
-Se encuentran en Marmolejo las hijas del duque del Infantado (An-
drés Avelino de Arteaga Carvajal y Téllez Girón, 16 duque), Petra (1872-
1895) y María Teresa Arteaga y Echague (1873-1907), 14 marquesa de Al-
menara ( Fuente: “Diario Córdoba”, 14-5-1891).
-Francisco Romero Robledo (Antequera 1838-Madrid 1906) fue mi-
nistro de Fomento en 1872 y de Gobernación entre 1874 a 1885; ministro
de Ultramar entre 1891-1892 y de Gracia y Justicia en 1895. (Fuente: “La
Crónica” 29-04-1891). El ministro iba acompañado en un viaje realizado a
mediados de mayo por el marqués de Nerva, Manuel Martín de Oliva y
Romero, senador y diputado conservador. (Fuente: “La Libertad”, 16-5-
1891).
-Duque de Hornachuelos, José Ramón de Hoces y González de Ca-
nales (Fuente: “Diario Córdoba”, 16-9-1891).
-Sagasta, acompaña a León y Llerena a una montería en la finca del
general Serrano, El Socor (Fuente: “Diario Córdoba”, 23-10-1891). Mateo
Práxedes Sagata (Torrecilla de Cameros, 1825-Madrid, 1903) fue presi-
dente del Gobierno de España alternativamente entre 1871 a 1902).
En “La Libertad” se daba la misma noticia: “Ha llegado a Santisteban
el jefe del partido liberal señor Sagasta (en ese momento no era presidente
del gobierno), acompañado del señor León y Llerena. En dicho pueblo
le esperaban sus hijos con los cuales permanecerá hasta el miércoles,
deteniéndose media hora en Marmolejo a instancias del señor Llerena”.
(Fuente: “La Libertad” de Salamanca, 24-10-1891).
-Antonio Cánovas del Castillo: no está confirmada su presencia aun-
que se anunció en la prensa su posible venida a Marmolejo. Ministro con
Isabel II y presidente del gobierno con Alfonso XII y María Cristina de
Habsburgo-Lorena. Fuente: “La Correspondencia de España”, 12-8-1891).
Año 1892:
-El diputado a Cortes García Alix. Antonio García Alix (Murcia,
1852-Madrid, 1911) era del partido conservador; abogado. En 1900 fue
nombrado por Francisco Silvela, ministro de Instrucción Pública y Bellas
50. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 49
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
Artes, más tarde fue ministro de Gobernación y de Hacienda. (Fuente: “La
Correspondencia de España”, 16-5-1892).
-Mariano Pardo de Figueroa “Doctor Thebussem” (Medina Sidonia,
1828-1918), escritor, cervantista, gastrónomo. Fue nombrado Cartero Ho-
norario de España en 1880 por su amor a la filatelia. Estudió Derecho en
Madrid y se doctoró en 1854. (Fuente: La Correspondencia de España 25-
5-1892). Fue un asiduo a las aguas de Marmolejo e invitado de confianza
en la casa del León y Llerena. Continuó viniendo por Marmolejo tras la
muerte de León y Llerena. Iñigo Ybarra Mencos en su obra biográfica so-
bre el doctor Thebussem, nos dice que “al llegar la primavera el doctor The-
bussem se tomaba un respiro en sus ocupaciones para descansar en Marmolejo.....
Marmolejo era, con la excusa de sus aguas medicinales, uno de los lugares elegi-
dos por la alta sociedad para su esparcimiento en el último tercio del siglo XIX;
y al llegar la primavera, el pequeño y bonito pueblo de la sierra de Jaén quedaba
desbordado de visitantes. Su estación de ferrocarril quedaba a cinco kilómetros, un
recorrido salvado por Thebussem en la tartana que le enviaban desde la Fonda de
los Leones, su alojamiento habitual....En Marmolejo formalizados los diferentes
permisos necesarios para entrar en el parque, tomar las aguas o hacerse socio del
casino, Thebussem se dedicaba a lo que quizás más le divierta del lugar: conocer
gente. Ministros, generales, banqueros, grandes propietarios o bellas señoras, van
tratándolo y entregándole tarjetas de visita que él se encargará, una vez de regreso
en Medina Sidonia, de encuadernar junto a facturas y los distintos carnés utiliza-
dos en sus vacaciones. Entre las amistades surgidas en la idílica calma del pueblo,
hay dos que, por motivos muy diferentes, influirán en él: Zorrilla (se refiere a
José Zorrilla, poeta y dramaturgo) y el marqués de Laurencin (Francisco Rafael
Uhagón y Guardamino, senador desde 1905, Secretario 3º del Senado y Presi-
dente de la Real Academia de la Historia); el primero en su vertiente literaria, el
segundo, en la social, y ambos por el extremo afecto que le profesarán el resto de
sus vidas....”.
-Sabas Marín, Inspector general de Caballería (Fuente: “Diario Cór-
doba2, 9-6-1892).
-Isabel Gutiérrez Castro, madre del duque consorte de Almodóvar
del Rio, Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro. La duquesa era Ge-
noveva de Hoces y Fernández de Córdoba (Córdoba 1852-1906) (Fuente:
“Diario Córdoba”, 21-6-1892).
-Los condes de Cárdenas (Fuente: “Diario Córdoba”, 12-11-1892)
Año 1893:
-Francisco Silvela (Fuente: “El liberal” de Menorca, 16-5-1893).
51. Manuel Perales Solís
50 JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO
-El alcalde de Almería, Sr. Bustos y el rico comerciante D. Guillermo
Verdejo (Fuente: La Crónica Meridional de Almería, 20-5-1893). Hemos
de reseñar la afluencia por estos años al Balneario de muchas familias de
clase acomodada almeriense.
-El duque de Almodóvar del Río (Fuente: “El Guadalete2, de 3-10-
1893). El duque de Almodóvar del Rio, era Juan Manuel Sánchez y Gu-
tiérrez de Castro (Jerez de la Frontera 1850-1906). Era el duque consorte
casado con Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba, VIII duquesa de
Almodóvar del Rio.
Año 1894:
-Ha regresado de Marmolejo el catedrático del Instituto Provincial y
primer teniente de alcalde Francisco Laínez Leal de Ibarra (Fuente: “La
Crónica Meridional” de Almería, 9-5-1894).
-El exministro de Fomento Santos Isasa (La Correspondencia de Es-
paña, 18-5-1894). Santos Isasa Valseca (Montoro,1822-Madrid, 1907) fue
abogado y político, ministro de Fomento entre 1890-1891 con Cánovas del
Castillo y Presidente del Tribunal Supremo entre 1895-1901.
-El padre José Antonio Ramón Lerchundi (Orio-Guipúzcua,
1836-Tánger, 1896). Fue misionero franciscano, diplomático y arabista.
“En el vapor correo Piélago sale desde Tánger el padre Lerchundi para
tomar las aguas, se dice que el sabio franciscano va a Madrid a conferen-
ciar con el Sr. Moret, ministro de Estado. (Fuente: “La Correspondencia de
España”, 23-6-1894).
-El señor Fernández de Rodas, gobernador militar de Cádiz (Fuente:
“El Guadalete”, 21-10-1894)
Año 1895:
-El marqués de Santo Domingo de Guzmán. Era Juan Maroto y Polo,
mayordomo de semana del rey Alfonso XIII. (Fuente: “Diario Córdoba”,
de 5-6-1895).
-El ganadero y agricultor Eduardo Miura. (Fuente. “Diario Córdoba”,
16-6-1895)
-El capitán general del departamento de Cádiz, el general Florencio
Montojo (Fuente: “La Correspondencia de España”, 10-9-1895).
-Juan Gutiérrez de la Cámara, gobernador militar de Granada
(Fuente: “Diario Córdoba”, 9-10-1895).
52. JORNADAS DE HISTORIA DE MARMOLEJO 51
Eduardo Leon y Llerena y el Balneario de Marmolejo
-La marquesa de Monteolivar, María del Rosario Diez de Bulnes y
Espinosa de los Monteros, IV marquesa (Fuente: “Diario Córdoba”, 19-
11-1895).
-Los condes de Cárdenas (Fuente: “Diario Córdoba”, 23-11-1895).
Año 1896:
-Francisco Silvela (Fuente: “Diario Córdoba”, 4-5-1896).
-El subsecretario de Gracia y Justicia, el diputado, Antonio García
Alix (Fuente: “La Correspondencia de España”, 3-5-1896).
Año 1897:
-El gobernador civil de Guadalajara, José Hierro y Alarcón (Fuente:
“Flores y Abejas”, 19-9-1897).
-Francisco Silvela (Fuente: “Diario del Comercio” de Tarragona, 1-05-
1897).
-El ex-alcalde de Almería y concejal liberal, Guillermo Verdejo.
(Fuente: “La Provincia”, 2-6-1897-Almería)
-El periodista Fernando Soldevilla (n. Escalona de Alberche, Toledo,
1854-Madrid, 1931) Escritor y político español. Liberal moderado, fue di-
putado y gobernador civil en distintas provincias, además de alto funcio-
nario de los ministerios de Gobernación y Trabajo. Redactor y colaborador
de varios periódicos (El Día, El Imparcial) (Fuente: 2La Correspondencia de
España, 13-9-1897).
-El general Federico Ochando Chumilla. Nacido en 1848, en Fuen-
tealbilla (Albacete), estaba casado con Paz Serrano Navarro, sobrina de
Luisa Serrano con la que tuvo a María Luisa, Matilde, María de la Paz
y Catalina. En 1896 con el rango de teniente general fue destinado a la
guerra de Cuba con el cargo de Jefe de Estado Mayor. En 1898 estaba des-
tinado en Sevilla ocupando la jefatura del segundo cuerpo de ejército de
Andalucía. Fue varias veces diputado por la provincia de Albacete desde
1879 por el partido Liberal fusionista; senador por la provincia de La Ha-
bana y senador vitalicio desde 1905 a 1922. También fue vicepresidente del
Senado entre 1902 a 1911. En septiembre de 1903, al constituirse la Socie-
dad Anónima de Aguas Minero Medicinales de Marmolejo, tras la muerte
de Luisa Serrano, fue nombrado presidente de dicha entidad. Durante va-
rios años dispuso de casa en Marmolejo en la plaza del Coso, frente al que
fue domicilio de León y Llerena, actual casa de “La Aviadora”. (Fuente: La
Correspondencia de Alicante, 6-10-1897; revista “Blanco y Negro”, del 30