La limpieza y desinfección deben realizarse de forma secuencial, limpiando primero y luego desinfectando con una solución de lejía y agua. La presencia de suciedad u otros materiales orgánicos, así como la dureza del agua, pueden afectar negativamente a la desinfección. Estas operaciones deben llevarse a cabo al final de cada jornada laboral o turno de trabajo en la industria para eliminar la suciedad y bacterias acumuladas.