Los abuelos del autor fueron pioneros del barrio Belén Las Playas en 1962, cuando estaba habitado por muy pocas familias y no contaba con servicios básicos como acueducto o electricidad. A pesar del aislamiento inicial, el barrio se fue poblando gradualmente a medida que llegaron los servicios públicos y la infraestructura como escuelas, iglesia e instalaciones recreativas.