Este documento relata una anécdota divertida entre un padre y su hijo de 3 años. Mientras el padre empacaba para un viaje de trabajo, le dio un beso a los dedos del niño como juego. Cuando regresó, el niño estaba examinando sus dedos con una expresión preocupada, preguntando qué le había pasado a su "moco" después de que su padre se lo comiera.