El olivo es un árbol perenne de clima mediterráneo que puede alcanzar los 15 metros de altura, con hojas pequeñas y verde grisáceas. Sus frutos son las olivas, que inicialmente son verdes y deben madurar a un color negro-morado para ser utilizadas. El cultivo del olivo requiere labores como la poda, fertilización, control de plagas y un espaciamiento adecuado de los árboles en zonas con poca lluvia.