El documento discute cómo los videojuegos pueden educar a través del desarrollo de habilidades cognitivas, motoras y sociales. Señala que los videojuegos ayudan a mejorar la memoria, resolución de problemas, coordinación, trabajo en equipo y más, aunque los violentos pueden fomentar actitudes negativas. También incluye ejemplos personales de cómo diferentes videojuegos han educado a lo largo de las edades.