Este poema honra a la Virgen María como la Madre de Dios y de los pobres. Describe a María como humilde y sencilla que vivió en Nazaret y acogió a los hijos pobres con amor. Pide a María que nos mire desde el cielo, nos hable al corazón y nos envuelva en su amor maternal para que podamos vivir entregados a Dios como ella.