texto argumentativo, ejemplos y ejercicios prácticos
maltrato dia del niño
1.
2. n el Día del Niño revelan que van 7.851 denuncias durante 2014.
La Defensoría del Pueblo alertó sobre un preocupante incremento de las cifras de maltrato infantil en el país, lo que deja en
evidencia una modalidad de la que poco se habla pero que supera la mitad de los casos: la negligencia.
De acuerdo con cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) citadas por la Defensoría, entre el primero de
enero y el 4 de abril de este año se reportaron 13.670 denuncias relacionadas con maltrato infantil, 7.851 de las cuales
corresponden a situaciones de negligencia.
Según el informe de la Defensoría, presentado en el marco del Día del Niño, que se celebra este sábado en el país, hubo un
crecimiento del 52 por ciento de las denuncias relacionadas con maltrato infantil, frente a las registradas en el mismo período
del 2013, cuando se presentaron 8.975 casos. (Lea también: 'No darles amor a los niños también es una forma grave de
maltrato')
Sin embargo, María Cristina Hurtado, delegada para la Defensa de la Niñez, la Juventud y las Mujeres de la Defensoría, aclara
que no es que los delitos hayan aumentado, sino que se incrementaron las denuncias a raíz de la promoción, en los últimos 15
años, de derechos.
Aunque las consecuencias directas de la negligencia no son visibles como las de la violencia física, no es un tipo de
vulneración de derechos menos grave. En el mismo periodo del 2013 fueron 7.251 las denuncias de este tipo. (Lea
además: Con 'Protectio' puede proteger a sus hijos en Internet)
Beatriz Guzmán, directora de Protección del ICBF, explica que la negligencia es cotidiana y tiene que ver con el cuidado que
requieren un niño y un adolescente para mantener su integridad, garantizar sus derechos y correcto desarrollo.
Por su parte, Hurtado enfatiza en que no se trata solo de un asunto de alimentación. “La negligencia está relacionada con la
falta de amor, afecto, protección, cuidado, acompañamiento en las tareas, cuidado durante enfermedades y acceso a servicios
básicos”.
Cuando esto no se hace –añade–, hay una situación de abandono que pone en peligro la vida y la dignidad de los niños.
Esta condición es el origen de casos de maltrato denunciados a veces por vecinos, como en los casos de niños cuyos padres
los dejan encerrados en la casa, la ocurrencia de accidentes que pueden ir desde golpes hasta muertes por manipulación de
sustancias o armas, y abusos sexuales, solo por citar los más graves.
Hurtado llama la atención sobre el hecho de que el cuidado de los niños y adolescentes es una labor de padre y madre, y no
solo de las mamás.
Los responsables
3. Según la delegada de la Defensoría del Pueblo, además de los padres, el Estado y la sociedad son
corresponsables de garantizar los derechos de los menores. Ellos deben brindarles espacios
adecuados para la formación y cuidado, articulados con programas sociales.
Además señala que no se trata de pasarles una cuenta de cobro a las familias pobres o desplazadas, sino de
que haya un aparato de Estado que soporte las necesidades de los niños de estos núcleos familiares.
“La corresponsabilidad del Estado recae en infraestructuras de bienestar. Que los padres puedan dejar a sus
hijos en lugares donde sean cuidados y se les brinde afecto”, dice.
Para la directora de Protección del ICBF, la pobreza no es una justificación e insiste en que “el Instituto hace
presencia en todo el país con programas como hogares comunitarios, asistencia a las familias y centros
zonales a los que pueden acudirdonde los padres”.
Guzmán reconoce que falta socialización de los programas de atención para que la comunidad tenga
presentes estas ayudas.
Distintos informes que analizan este fenómeno coinciden en afirmar que los principales perpetradores
de violencia contra los niños están en su propia casa o círculo cercano; ellos son los responsables del
80 por ciento de las agresiones sexuales contra los menores de edad.
“Lo lamentable es que creemos que la familia es un océano de mermelada sagrada, pero no lo es. La familia
puede ser el principal escenario de la violación de derechos humanos, porque es el escenario de lo privado,
donde muchas veces el Estado no puede entrar”, agrega Hurtado.
Castigo físico, otra forma de violencia
Al maltrato por negligencia se suman los castigos que los adultos propinan a los niños. La última Encuesta
Nacional de Demografía y Salud de Profamilia, que se realiza cada cinco años, muestra que las reprimendas
verbales (78 %), prohibirles algo (57 %), golpearlos (35 %) y darles palmadas (20 %) son las formas de
castigo más comunes de los esposos o compañeros de las mamás.
Las mamás, sin embargo, son más castigadoras. Las formas más comunes de castigar ellas son reprimendas
verbales (78 %), prohibirles algo (68 %), golpearlos (42 %) y darles palmadas (33 %).