El documento ofrece recomendaciones para mejorar dos estilos de aprendizaje: aprendizaje activo y aprendizaje reflexivo. Sugiere que para mejorar el aprendizaje activo se debe fomentar la participación en debates, proyectos de grupo y actividades prácticas, mientras que para mejorar el aprendizaje reflexivo se recomienda dedicar tiempo a la lectura, la escritura y la meditación individual.