HOMILÍA DEL DOMINGO 2º DE NAVIDAD. DIA 3 DE ENERO DEL 2016
María inmaculada, madre que cree.
1. MARÍA, MADRE INMACULADA QUE CREE.
En la fiesta de la Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, nos vamos a fijar
en Ella, que (como la fe), es regalo, don y fiat.
María, más que hacer, se deja hacer. Se vacía para que Dios la llene. Se abre
para que Dios entre en sus entrañas.
Ella, cree, confía, se pone incondicionalmente en las manos de Dios.
La fe, tanto como hacer, es dejarse hacer. Dejar que Dios nos guíe, oriente y
alimente. Dejar que Dios nos llene de su gracia, de la fuerza de su Espíritu para
que podamos hacer el bien y evitar el mal. Dejar que el Señor nos vivifique con
su Espíritu para que nos llene de su amor y de su sabiduría, y así poder ser
testigos del amor de Dios y de su bondad.
María Inmaculada, ayúdanos a no tener miedo a creer, a esperar, ni a decir “sí “
a Dios.
María Inmaculada, ayúdanos a superar las dudas de fe, a tener confianza y
fidelidad en Dios, en nosotros mismos y en los demás.
María Inmaculada, ayúdanos a reconocer nuestras pobrezas y nuestros vacíos.
Ayúdanos a mantener deseos de salvación.
María Inmaculada, ayúdanos a ser conscientes de que no estamos hechos sólo
para el trabajo, el dolor o la muerte, sino que también estamos hechos para la
santidad, para vivir en el amor y encontrar sentido a nuestra vida.
María Inmaculada, ayúdanos a entender que estamos hechos para la luz, para la
felicidad y la dicha; que estamos hechos para colaborar con los demás y dar
vida, crear ilusión y proporcionar esperanza.
María Inmaculada, ayúdanos a transcender cuanto nos ocurre y sucede para que
seamos capaces de mirar los hechos con luz nueva, de convertir la tristeza en
alegría, el silencio en palabra, lo débil en fuerte, lo sencillo en sublime, la
maldición en bendición, lo humano en divino.
María Inmaculada: sigue intercediendo por nosotros para que no perdamos la
fuerza ni la alegría del Espíritu.
Gabriel.
Madrid. 8 de Diciembre de 2012. Fiesta de la Inmaculada. Ciclo. C.