Andrés era un niño de 8 años que tenía un peluche favorito llamado Toby. Una noche escuchó ruidos en su armario y descubrió que eran de Toby, quien se escondía allí por miedo a que Andrés lo olvidara. Andrés se dio cuenta de que Toby era más que un juguete y que podía contar con él como un amigo de verdad.