Blasfemia Show es una exposición colectiva que va a recorrer cinco ciudades europeas (Barcelona, París, Londres, Milán y Dublín). A Sangre Fría Body Art formará parte de la Blasfemia Show.
A Sangre Fría Body Art participa en Blasfemia Show
1. Gadje presents
BLASFEMIA’S
BLASFEMIA'SHOW – 21.24 DE MAYO DEL 2010 – PLATO PAMPLONA BCN
Blasfemia’Show
Press release
Asgard Platós acogerá del 21 al 24 de mayo de 2010 un nuevo proyecto artístico llamado
BLASFEMIAS (Blasfemia Show), una exposición multidisciplinar integrada por artistas de todo
el mundo, que tiene por objetivo mudarse a cinco países europeos (Barcelona, Londres,
Dublín, Paris y Milán).
¿Qué es la Blasfemia? ¿Con quién y con qué podemos tratar de Blasfemia? ¿Hay límites a la
Blasfemia? ¿La Blasfemia es cultura? Cada artista expondrá su visión particular de la
Blasfemia sin ningún límite artístico y con total libertad creativa.
BLASFEMIAS abre puertas a la imaginación y a la reflexión sobre nuestra sociedad, de lo que
cabe dentro de las normas y de lo que va fuera de estas mismas.
BLASFEMIA'SHOW
21.24 de Mayo del 2010
Plato Pamplona BCN
Private View 21 de Mayo 19/03H
2. A Sangre Fría Body Art
en
BLASFEMIA’S
Presenta
Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
(Marcos 15, 34 | Mateo 27, 36)
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En la era de las revoluciones tecnológicas la modificación corporal ha
supuesto grandes retos entorno a la definición de lo humano, además de
cuestionar fuertemente la frágil línea que separa entre lo éticamente acepable y
lo moralmente aceptado.
Las sociedades modernas han sacralizado el cuerpo hasta convertirlo en
mera especulación mercantilista de la era del consumo y vertir una mirada del
cuerpo como si fuera un dios teocrático de orden tecnológico supremo.
Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me es la cristalización de
una experiencia que intenta analizar el poder mediático que ejerce el cuerpo en
las sociedades del nuevo milenio por encima de la religión. Entendiendo el
cuerpo humano como la representación de Dios hecho carne.
En el siglo VIII hubo en Europa una fuerte corriente de pensamiento para
evitar la veneración de iconos e imágenes de Dios en todos los lugares
religiosos. Fue en la época bizantina donde se enmarca la iconoclastía,
3. rechazo absoluto de la imagen como apropiación de lo simbólico. En este
contexto A Sangre Fría Body Art cuestiona el poder metafórico de Jesús –hijo
de Dios convertido en hombre- para reformular su conceptualización desde el
juego de sinergias que se establecen entre la tecnología, la religión y la
herencia cultural.
Inmersos en el pastiche de referencias transnacionales, cómplices de
una era donde impera el narcisismo como única forma posible de diálogo, el
cuerpo de Cristo es «el crimen perfecto» de lo humano, un contendedor de
significados y significantes que anticipa la idolatría del ego.
Cristo es la transfiguración de una idea revelada en el siglo XXI al
arrojarse en el espacio imaginario de la modernidad como un producto
erotizado, de consumo y de placer; un reto que transciende lo humano hasta
aproximarse a lo divino.
Las fotografías de Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me son la
constatación del «crimen perfecto» al convertir lo real en una imagen simulada
de la simbología de Cristo. De esta manera se trasnforma en un icono pop por
ser hiperreal, cristalizándose en algo obsceno y pornográfico.
Es un puro acto de desobediencia a la figura de Dios, lo humano se
antepone a lo divino y de esta manera empatiza con la verdadera naturaleza de
la transfiguración: Dios es Cristo y Cristo es Hombre, por lo tanto Hombre es
igual a Dios.
La iconografía cristiana ha puesto mucho empeño en usar al cuerpo de
Cristo como víctima representativa fundamental del pecado del Hombre. Su
cuerpo, sus estigmas, sus heridas ahondan en un pensamiento Occidental que
infunde temor a la carne para expiar a través de ella la nobleza del espíritu del
hecho religioso.
El empirismo y racionalismo han abierto una estrecha fisura por el que
penetra una doble estrategia moral; por un lado, potencian los discursos del
uso de la tecnología para mejorar el aspecto físico y calidad de vida, y por otro,
fomentan la identidad corporal como hecho indisoluble.
La blasfemia, o mejor dicho, la contradicción reside en que en la cultura
blanca y europea entiende el cuerpo como un asunto dual. « Cuando Dios creó
todas las cosas, dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza »
(Génesis 1: 26-27 | 2:7-23).
El arte contemporáneo no deja de romper o asumir esta disyuntiva.
Cuerpo humano y cuerpo cristiano, una simbología paralela. Imagen abyecta
del reflejo de una cultura narcisista que se aleja cada vez más de si misma.
Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
(Marcos 15, 34 | Mateo 27, 36)
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Fotografías & Performance: A Sangre Fría Body Art
Texto: Ángel Román