¿"Gobierno" o "gobierno"; "Estado" o "estado"; "Policía" o "policía"? ¿Lo tienes claro? Si no, Caja Alta Edición & Comunicación te lo cuenta (casi) todo acerca de las dichosas mayúsculas diacríticas

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Boletín ASPM, marzo del 2015 Caja Alta Edición & Comunicación
«El estado», «el Estado» y otras mayúsculas problemáticas
Seguro que alguna vez hemos leído palabras
que se escriben tanto con mayúscula como
con minúscula inicial. Pongamos algunos
ejemplos: Gobierno-gobierno, Estado-estado,
Iglesia-iglesia, Hacienda-hacienda, Ejército-
ejército, Policía-policía, Guardia Civil-guardia
civil, Romanticismo-romanticismo…
En casos como estos, decantarse por la
mayúscula o por la minúscula no supone una
elección irrelevante, ya que de ella depende
el significado de la palabra en cuestión. Este
tipo de mayúsculas, que no necesariamente
van al inicio de la frase, reciben el nombre
de «mayúsculas diacríticas».
¿Qué es eso de la mayúscula diacrítica?
La mayúscula diacrítica sirve para diferenciar los diversos significados de una
palabra. Así, siguiendo con los ejemplos presentados anteriormente, cuando
hablamos del gobierno, con inicial minúscula, nos referimos a la acción y efecto de
gobernar, de dirigir. Sin embargo, si lo escribimos con mayúscula, nos estaremos
refiriendo a un organismo en concreto:
«El Gobierno de Rajoy aprueba nuevas medidas».
Aquí nos referimos al presidente y a los ministros, por lo que debe escribirse con
mayúscula inicial. No obstante, en el caso de órganos de gobierno, en la medida en
que no se trata de un organismo, debemos escribirlo con minúscula.
Con el binomio Estado/estado ocurre algo parecido. Pongamos como ejemplo esta
oración:
«El Estado español coloca bonos a 13 años».
En este caso, Estado habla del 'conjunto de los órganos de gobierno de un país
soberano'. Existen otros casos en los que Estado debe ir con mayúscula aun sin
referirse a lo que acabamos de mencionar: Estado Mayor, Estado Mayor Central y
Estado Mayor General. Se trata de expresiones militares en las que la mayúscula
está establecida y que designan una colectividad que gobierna un organismo en
concreto, el Ejército (sí, también con mayúscula, ya que hablamos de una
institución; si habláramos de un conjunto de soldados, deberíamos escribir ejército.
Lo mismo sucede con Policía y policía). En este punto, nos vamos a permitir un
inciso para recordar que si hablamos del jefe del Estado Mayor, jefe deberá
escribirse con minúscula por tratarse de un cargo.
Como curiosidad, la Real Academia Española (RAE) menciona que, en el resto de
sus acepciones, estado se escribe con minúscula inicial, incluso si funciona como
sinónimo de 'división administrativa': el estado de Delaware, el estado de Oaxaca,

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etc. Siguiendo este último punto, otra expresión conocida y muy utilizada, el
llamado estado de bienestar, también se escribiría con minúscula. Ocurre algo
similar con estado de excepción, estado de sitio o estado de guerra. En este caso,
la razón es que estado se refiere a 'situación' y no a organismo o institución alguna.
Si estado se escribe con minúscula cuando remite a «división administrativa», ¿qué
sucede con comunidad autónoma? Pues que también se escribirá con minúscula: la
comunidad autónoma de Canarias, la comunidad autónoma de Andalucía, etc. Sin
embargo, si comunidad forma parte de la denominación oficial del territorio, sí se
escribe con mayúscula: Comunidad Autónoma de Madrid, Comunidad Foral de
Navarra o Comunidad Valenciana.
Cabe mencionar que las mayúsculas diacríticas se mantienen al transformar la
palabra al plural. Así, deberemos escribir Estados miembros (sí, miembros, en
minúscula, ya que no forma parte de ninguna denominación o nombre propio) o
Gobiernos autonómicos (de nuevo, autonómicos se escribe con minúscula, ya que
es un mero calificativo de Gobiernos y no forma parte del nombre propio).
Desde Caja Alta Edición & Comunicación esperamos que a través de este
artículo hayáis aprendido a emplear las mayúsculas diacríticas, algo que sin duda
es útil tanto a la hora de su administración como a la de comunicarse con la
Administración. En cualquier caso, os recordamos que, siempre que os surja
cualquier duda lingüística, la remitáis a los profesionales del lenguaje y la
comunicación.