La taxonomía de Bloom clasifica el aprendizaje en seis niveles cognitivos, desde el conocimiento más básico hasta la evaluación más compleja. Estos niveles van desde el recuerdo de información hasta la capacidad de ponderar ideas con juicios cuantitativos y cualitativos. Para planificar la enseñanza efectivamente, los docentes deben tener claro el área de aprendizaje, establecer objetivos claros, utilizar herramientas de evaluación adecuadas y determinar las actividades pertinentes.