El autor describe su caminata matutina por la montaña, donde se deja guiar por el río. Se sorprende al encontrar un árbol que crece de forma inversa, con ramas largas que cuelgan hacia abajo buscando enraizarse. Aunque intenta encontrar una explicación, como que podría ser una planta parásita llamada yedra, se da cuenta de que no es esa, pues este árbol es más frondoso. Aunque no logra comprender el fenómeno, queda satisfecho con su paseo y recuerdos de amigos.