El documento describe la experiencia de la autora durante el mes de confinamiento debido a la pandemia. Se sintió como si hubiera envejecido de repente, pero también tuvo tiempo para reflexionar sobre la vida y el mundo. Comprendió que las personas se aferraban a cosas materiales efímeras y le declaraban la guerra al mundo, aunque éste es lo único realmente eterno. El confinamiento le enseñó a valorar la calma, el aire y la naturaleza, y a crear lazos en lugar de domesticar el mundo.