Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
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1. Carrera de Educación básica
Modalidad a distancia
TEMA:
El rol del docente como investigador.
GRUPO:
ELABORADO POR:
Tania Atiencia
18-febrero-2022
Nueva Loja– Ecuador
2. EL ROL DEL DOCENTE COMO INVESTIGADOR
La calidad de la educación es un tema de debate que preocupa a muchos, sobre todo a
quienes están inmersos esta labor, es decir; a los docentes. Por eso, surgen preguntas
importantes en cuanto a sus prácticas educativas entre estas preguntas están ¿qué rol tiene
la investigación en la docencia? ¿desde qué paradigma se debe posicionar en la
investigación educativa? Y ¿qué desafíos enfrenta la investigación educativa en el contexto
actual? Estas preguntas nos ayudaran a reflexionar en cuanto al papel que juega la
investigación en la docencia.
Podemos decir que la investigación juega un papel clave en la práctica docente, ya que es a
partir de ésta en que se puede cambiar o mejorar las prácticas educativas. Como dijo
Latorre (2005), “la imagen del profesorado investigador se considera como una
herramienta de transformación de las prácticas educativas” (p. 7). Asimismo, según
Latorre (2005) la investigación del profesorado debe ser una empresa colaborativa, ya que
toda la comunidad educativa tiene el derecho y el deber de implicarse en la búsqueda de
una educación de más calidad, y en esta empresa participan tanto el profesorado como el
estudiantado.
Del mismo modo los docentes deben investigar su práctica profesional mediante la
investigación-acción, teniendo como punto de partida la práctica profesional del
profesorado, con el objetivo de mejorar la calidad de la educación y a su vez transformar la
sociedad (Latorre, 2005).
Igualmente, tomando en cuenta la cosmovisión de cada paradigma es importante situarse
con el paradigma sociocritico, ya que éste sostiene que la investigación no debe ser una
simple descripción e interpretación de la realidad, sino que debe tener un carácter
emancipativo y transformador (González, 2003). Y precisamente esto es lo que se logra con
la investigación acción, ya que según este enfoque los seres humanos son cocreadores de su
propia realidad, en la que participan a través de su experiencia, su imaginación e intuición,
sus pensamientos y acción; de esa manera constituye el resultado del significado individual
y colectivo (González, 2003).
Además, en la investigación sociocrítica se distinguen tres formas básicas: la investigación-
acción, la investigación colaborativa y la investigación participativa. Todas tienen una
visión activa del sujeto dentro de la sociedad, en la cual la participación del individuo o del
investigador es un elemento base (González, 2003).
3. En otras palabras, su participación en la praxis es clave para transformar la realidad
mediante un proceso investigativo en el que la reflexión crítica sobre el comportamiento de
esa realidad, en este caso sobre su propia practica educativa determina su
redireccionamiento, su circularidad (González, 2003).
Además, no debemos olvidar que la educación hoy en día se enfrenta a desafíos muy
grandes, ya que vivimos en un mundo cambiante donde cada vez es más importante
adaptarse a las nuevas circunstancias y cambios que demanda la educación. Como dice
Latorre (2005):
Vivimos en los inicios del tercer milenio, donde los rápidos cambios sociales y
tecnológicos exigen la construcción de nuevas imágenes tanto de la educación como
del profesorado; imágenes que conceptualizan a este último como investigador y al
alumnado como ciudadanos activos, pensantes, creativos, capaces de construir
conocimiento. (p. 10)
Como vemos hoy más que nunca como docentes debemos ser partícipes en la investigación
de nuestra propia práctica docente para de esa manera reflexionar en qué estrategias
debemos cambiar o mejorar y así adaptarnos a los cambios cada vez más rápidos que sufre
la educación donde debemos estar listos para adaptarnos y afrontar los nuevos desafíos
que se avecinan y poder brindar una educación de calidad. Del mismo modo, no debemos
olvidar que no solo nosotros sino también los estudiantes son actores o sujetos activos de
estos cambios. Como dijo Latorre (2005), vivimos en la escuela del tercer milenio donde
más que nunca se precisa de una enseñanza de calidad, pero no se logrará tal objetivo si
continúa siendo pasiva y libresca, erudita y poco crítica; (p. 10) si sigue siendo una escuela
que no motiva a aprender y menos a investigar y transformar la realidad.
Ahora más que nunca la tarea es ardua y la labor de enseñanza más que nunca debe
cambiar y transformar la realidad para formar estudiantes críticos y reflexivos capaces de
enfrentarse a un mundo cada vez más volátil y estar preparados para los desafíos que este
conlleva.