1. Miguel Hernández Aida Alvaro 1btax Art

2. VIDA Nació en el seno de una humilde familia de Orihuela, por lo que abandonó pronto los estudios para trabajar de pastor: Se traslado a Madrid, donde conoció a Pablo Neruda, quién influyó en su concepción comprometida de la poesía. En la Guerra Civil se alistó como voluntario, y participó en tareas culturales y de propaganda en los frentes. Al final de su vida se acumularon una serie de acontecimientos dramáticos que aparecen con si insistencia en su poesía: su primer hijo murió con un año; cayó prisionero en 1983 y fue condenado a muerte. Murió de tuberculosi, a los treinta y dos años, en el penal de Alicante.

3. OBRA Miguel Hernández poeta de transición. En su obra se distinguen períodos claramente diferenciados: La primera etapa refleja la admiración por Góngora, con deslumbrantes metáforas. La etapa de madurez se inicia con El rayo que no cesa, donde aparecen sus temas constantes: amor, vida y muerte. Predominan los sonetos clásicos, que obligan al poeta sintetizar y a concentrar su desbordado apasionamiento. En esa misma época escribió las odas de Vicente Aleixandre y a Pablo Neruda, que muestran la influencia surrealista y la vuelta a la poesíahumanizada y comprometida. La etapa de poesía social abarca la obra escrita durante la Guerra Civil. Miguel Hernández pretende se la voz del pueblo, de los pobre como él, por lo que decide hacerse eco de sus desdichas y cantar sus gestas épicas en Viento del pueblo y El hombre acecha. En esa época escribió también teatro de tema político. La poesía última, escrita casi toda en la cárcel, está recogida en Cancionero y romancero de ausencias. El poeta lamenta la ausencia de la mujer y el hijo, así como la falta de libertad, en poemas que recuerdan la lírica tradicional. El estilo es sencillo y concentrado, de lenguaje sugerente y de estructuras muy rítmicas. La temática amor-vida-muerte se repite obsesivamente. De esta época son la Nanas de la cebolla, dedicadas al hijo que ve crecer desde la cárcel. · Riqueza metafórica y el tono apasionado, emotivo y cálido. Combina lo popular con lo culto y su trayectoria refleja la evolución de la lírica de aquellos años, de la deshumanización al compromiso.