El documento discute el segundo principio de la Declaración Universal de Principios Éticos para Psicólogos, que es el cuidado competente del bienestar de los otros. Explica que este principio es fundamental para el caso de Andrea, quien presenta pensamientos suicidas debido a un diagnóstico de cáncer. Señala que el psicólogo debe emplear todas sus habilidades y conocimientos para reducir el riesgo que presenta Andrea a través de una terapia minuciosa y una excelente relación interpersonal.