El documento describe la herencia de violencia del conflicto armado en El Salvador, incluyendo altos niveles de delitos contra la vida en la década de 1990 y el asesinato de Monseñor Romero en 1980, que precipitó una guerra civil de 12 años que cobró más de 75,000 vidas. El conflicto terminó formalmente el 16 de enero de 1992 con la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México.