El documento analiza cómo el miedo a la delincuencia y la violencia se ha convertido en una herramienta de control social en América Latina. Se describe cómo los medios de comunicación y las autoridades retratan a los delincuentes como "enemigos públicos" y cómo se ha normalizado el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía. También se mencionan datos sobre el alto número de asesinatos sin resolver y el aumento de la delincuencia organizada e informal en varios países de la región.