Los monjes trapistas de la Abadía de San Sixto en Bélgica producen la cerveza Westvleteren, considerada la mejor del mundo. Los monjes siguen el modelo de "Ora et Labora" (Orar y Trabajar), produciendo solo 5,000 cajas de cerveza al mes para financiar sus vidas contemplativas, sin intentar satisfacer la enorme demanda mundial. Para los monjes, vender cerveza es una forma de vivir, no un negocio, y aumentar la producción no es una opción debido a su estilo de vida.