Jesús fue crucificado en el Gólgota junto a dos ladrones. Fue insultado y burlado por los que pasaban y los sumos sacerdotes. Desde el mediodía hasta las tres de la tarde hubo tinieblas. Jesús gritó "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" antes de morir y entregar su espíritu.