El documento discute la necesidad de pensamiento estratégico y liderazgo de sistemas para la gestión pública en Argentina. Señala que los problemas actuales como la pobreza y el cambio climático requieren una colaboración sin precedentes. Sin embargo, Argentina carece de una visión estratégica de largo plazo y líderes capaces de impulsar cambios sistémicos. El documento argumenta que se necesitan líderes de sistemas que puedan interpretar problemas complejos y promover acuerdos entre sectores para abordar los desafíos del
2. Centro de Estudios de Estrategia
“Pensamiento Estratégico para la Gestión Pública”
Autor: Nahuel Lovero
Abril/2017
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Peter Senge, define al Líder de Sistemas como alguien capaz de generar un
liderazgo colectivo, y toma como ejemplo a Nelson Mandela, que de incontables
maneras, llevó a cabo intervenciones destinadas a unir los fragmentos de un país
dividido, con el fin de afrontar colectivamente los desafíos comunes y construir una
nueva nación.
El autor destaca que nunca antes en la historia habíamos estado tan
necesitados de este tipo de líderes, ya que los desafíos sistémicos que ahora
afrontamos quedan fuera del alcance de las instituciones existentes y de sus
estructuras jerárquicas de autoridad.
Los problemas y desafíos de este tiempo como la pobreza, el desempleo
juvenil, el cambio climático, la escases de agua y la desigualdad; según Senge,
requieren una colaboración sin precedentes entre organizaciones, sectores y países.
Por décadas llevamos debatiendo diversos temas en la Argentina, que poco
tienen que ver con definir cuál es nuestra visión estratégica. Perdemos la oportunidad
de explotar la potencia de determinar una visión conocida, comprendida y compartida
por todos; que nos permita construir políticas de estado al largo plazo, con objetivos
claros y con resultados medibles.
En el mundo globalizado de la sociedad del conocimiento, la ausencia de
pensamiento estratégico para la gestión pública, genera un riesgo muy alto para el
país, que se materializa en la pobreza estructural, el desempleo y una inflación crónica
que impide cualquier proceso de crecimiento sustentable y sostenible.
Al problema de la carencia total de pensamiento estratégico, debemos
adicionar la falta de liderazgos capaces de generar cambios colectivos, es decir, de
liderar cambios sistémicos. Esta dificultad es propia del mundo. La ausencia de
liderazgos de fuste es notoria. Pero el conjunto de países desarrollados suplen ésta
falencia con pensamiento estratégico. Se generan consensos, acuerdos de sectores y
se fijan políticas de estado a largo plazo. En cambio, en la Argentina, sufrimos los
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resultados de un estado sin estrategia y de liderazgos carismáticos negativos. Por
consiguiente, considero pertinente expresar que nuestro problema es profundo. Sin
estrategia y sin líderes de sistemas es imposible iniciar un camino al desarrollo que nos
permita salir del atraso.
Retomando lo planteado por Senge, se puede advertir que al aparecer los
lideres de sistemas, aquellas situaciones que antes sufrían una polarización e inercia,
se vuelven más abiertas y el interés propio de las organizaciones se re contextualiza, ya
que las personas descubren que su propio éxito y el de la organización dependen de
crear bienestar dentro de los sistemas más amplios a los que pertenecen.
Los líderes del sistemas ven el sistema en su conjunto y buscan co crear futuro
promoviendo la reflexión.
Analizando otras variantes de liderazgo, podemos analizar el liderazgo
carismático y el liderazgo transformacional.
El liderazgo transformacional presenta influencia idealizada, motivación
inspiradora y estimulación intelectual. Los seguidores tienen confianza, admiración,
lealtad y respeto por el líder, y están motivados a hacer algo más de lo que se espera
inicialmente de ellos.
Por su parte, en el liderazgo carismático observamos que el exceso de confianza
y optimismo ciega al líder ante los peligros reales, que la dependencia del líder inhibe
el desarrollo de sucesores competentes y que la negación de los problemas y los
fracasos reduce las posibilidades de aprendizaje, así como también de co crear
proyectos superadores.
Para superar la complejidad de la actualidad y asumir con pensamiento
estratégico los nuevos desafíos, se necesitan líderes de sistemas, capaces de
interpretar los problemas de fondo, a los efectos de analizar la totalidad. Para
problemas complejos, se requieren soluciones complejas, que involucren acuerdos
sectoriales y regionales.
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En la gestión pública se debe incorporar la disciplina de la administración
estratégica, a los fines de construir políticas de estado que nos permitan superar la
improvisación. El camino del desarrollo económico y social se puede iniciar solo si
logramos consolidar una visión estratégica que sirva como guía, referencia y aporte
claridad en los momentos de incertidumbre.
La propuesta no busca la incorporación de tecnócratas al estado, sino que
busca la modernización y la incorporación del planeamiento estratégico como proceso
de gestión.
El liderazgo de sistemas, como emergente, se debe comenzar a debatir. Los
líderes no sólo nacen, sino que cada vez más, se preparan y se construyen.
Bibliografía
Peter Senge, Hal Hamilton y John Kania, Co Crear el Futuro: El Amanecer del Liderazgo
de Sistemas, Harvard Deusto Business Review.
Gary A. Yuki, Liderazgo en las Organizaciones, 6ta edición, Pearson, Madrid, 2008.