El poema celebra la llegada de la Navidad invitando a marineros, caminantes, soldados y a todos los que escuchan el mensaje a dejar el odio y hacer un altar en su casa para recibir la Paz de la Navidad. Durante la misa de gallo, los coros cantan extasiados ante el Niño Jesús recién nacido mientras una madre reza por su hijo ausente.