El poema habla de un niño con sueños rotos que sufre y llora desesperadamente recordando días felices. Sin embargo, la voz poética alienta al niño a no dejar de mirar y soñar, ya que del otro lado hay una sonrisa que puede cerrar las grietas y darle un mundo nuevo para explorar, ofreciéndole su mano, ojos, ánimo y corazón para superar su sufrimiento.