Los hombres en este periodo del nomadismo no practicaban la agricultura o la ganadería, sino que se alimentaban de animales y plantas silvestres que encontraban durante sus viajes. No conocían la alfarería ni el trabajo de los metales, y fabricaban sus herramientas principalmente de madera, piedra y hueso. Vivían una vida errante sin establecer reservas de alimentos ni acumular bienes, dependiendo solo de lo que podían encontrar durante sus desplazamientos.