La impresora 3D se basa en un diseño modular casero que permite obtener distintas formas de impresiones que pueden implementarse como diseños para órganos humanos. Estos diseños permitirían reconstruir órganos faltantes mediante el uso de células de la persona y la impresora 3D, creando órganos compatibles. Grupos de investigación actualmente trabajan en mejorar los diseños de impresoras 3D y órganos para reducir costos y errores de compatibilidad, con resultados prometedores hasta el momento.