El documento describe el paisaje de Tenerife como un cuadro hermoso y armonioso con variedad de verdura y rocas, más atractivo que los sitios que el autor visitó en zonas tórridas como las riberas del Orinoco, las cordilleras del Perú y los valles de México. El autor, Alejandro Humbolt, un científico alemán, quedó impresionado por la belleza natural de Tenerife.