Este documento es el prólogo de la novela "Ojitos de ángel" de Ramón Fonseca Mora. Presenta brevemente la información de contacto de la editorial y una dedicatoria. También incluye una cita bíblica sobre la humildad de los niños y una canción popular sobre la importancia de escuchar la voz de los niños.
El hombre despierta en un hospital público sin recordar nada. No puede mover sus piernas y está vendado de la cintura para abajo. Intenta comunicarse con las enfermeras, pero sólo puede articular sonidos. Teme estar en un hospital de baja calidad, y desea irse. Más tarde descubre que puede mover su brazo izquierdo, lo que lo reconforta.
Juan sufre un accidente de tráfico que le provoca una lesión medular. Al despertar en el hospital doce días después, descubre que ha quedado tetrapléjico y no puede mover su cuerpo. El médico le explica que tendrá que adaptarse a vivir en una silla de ruedas. Juan se siente desesperado ante esta nueva situación.
Este documento es un capítulo de una novela que narra la historia de Maya, una bailarina profesional que sufre un grave accidente que pone fin a su carrera. En el capítulo, Maya se prepara para una cita médica importante mientras lidia con las dudas sobre su relación con su novio Antoine y las presiones de su abuela.
Carlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docxServenRoca
Este documento es la introducción de una novela que narra la historia de una profesora que sufre un accidente en el trabajo cuando un alumno la ataca y la golpea en el vientre, lo que le causa la pérdida de su embarazo y la esterilidad. El narrador, su esposo, describe su angustia al enterarse de lo sucedido y la desesperación que sintió al verla en el hospital. Ahora, ambos regresan a casa tras el trágico suceso sin saber cómo seguir adelante.
Una mujer camina sola por un oscuro callejón cuando un hombre misterioso la detiene suavemente. A pesar de sentir miedo inicialmente, la mujer se siente atraída por el hombre y le permite explorar su cuerpo. Comparten un apasionado beso que deja a la mujer en un estado de éxtasis, pero luego el hombre revela sus colmillos y comienza a chupar su sangre, dándose cuenta la mujer de que se trata de un vampiro y que va a morir a manos del mismo.
Este documento presenta la historia de una mujer anciana que se encuentra en una residencia para ancianos, sintiéndose sola y odiándose a sí misma. Luego, tiene un sueño en el que experimenta placer y libertad antes de despertar y darse cuenta de que todavía está en la residencia. El documento también describe brevemente los recuerdos de la mujer de cuando era joven y criaba a su familia, antes de concluir con el sueño de una niña que está corriendo en el patio de la escuela.
Este documento proporciona una sinopsis de los personajes y roles involucrados en el proceso de traducción y edición de un libro. Detalla los traductores, correctores, diseñador y otros que participaron. Además, incluye un índice de los capítulos del libro y secciones de agradecimientos, créditos e información legal y de derechos de autor.
El documento narra la historia de un hombre que sufre una extraña enfermedad caracterizada por estornudos, erupciones cutáneas, fiebre y dolor que aparece y desaparece espontáneamente. Cuando cae inconsciente, los síntomas desaparecen. Los médicos intentan estudiarlo en cuarentena, pero los síntomas reaparecen violentamente. El hombre sueña con un páramo cuando cae en coma, lo que puede ser clave para entender su enfermedad.
El hombre despierta en un hospital público sin recordar nada. No puede mover sus piernas y está vendado de la cintura para abajo. Intenta comunicarse con las enfermeras, pero sólo puede articular sonidos. Teme estar en un hospital de baja calidad, y desea irse. Más tarde descubre que puede mover su brazo izquierdo, lo que lo reconforta.
Juan sufre un accidente de tráfico que le provoca una lesión medular. Al despertar en el hospital doce días después, descubre que ha quedado tetrapléjico y no puede mover su cuerpo. El médico le explica que tendrá que adaptarse a vivir en una silla de ruedas. Juan se siente desesperado ante esta nueva situación.
Este documento es un capítulo de una novela que narra la historia de Maya, una bailarina profesional que sufre un grave accidente que pone fin a su carrera. En el capítulo, Maya se prepara para una cita médica importante mientras lidia con las dudas sobre su relación con su novio Antoine y las presiones de su abuela.
Carlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docxServenRoca
Este documento es la introducción de una novela que narra la historia de una profesora que sufre un accidente en el trabajo cuando un alumno la ataca y la golpea en el vientre, lo que le causa la pérdida de su embarazo y la esterilidad. El narrador, su esposo, describe su angustia al enterarse de lo sucedido y la desesperación que sintió al verla en el hospital. Ahora, ambos regresan a casa tras el trágico suceso sin saber cómo seguir adelante.
Una mujer camina sola por un oscuro callejón cuando un hombre misterioso la detiene suavemente. A pesar de sentir miedo inicialmente, la mujer se siente atraída por el hombre y le permite explorar su cuerpo. Comparten un apasionado beso que deja a la mujer en un estado de éxtasis, pero luego el hombre revela sus colmillos y comienza a chupar su sangre, dándose cuenta la mujer de que se trata de un vampiro y que va a morir a manos del mismo.
Este documento presenta la historia de una mujer anciana que se encuentra en una residencia para ancianos, sintiéndose sola y odiándose a sí misma. Luego, tiene un sueño en el que experimenta placer y libertad antes de despertar y darse cuenta de que todavía está en la residencia. El documento también describe brevemente los recuerdos de la mujer de cuando era joven y criaba a su familia, antes de concluir con el sueño de una niña que está corriendo en el patio de la escuela.
Este documento proporciona una sinopsis de los personajes y roles involucrados en el proceso de traducción y edición de un libro. Detalla los traductores, correctores, diseñador y otros que participaron. Además, incluye un índice de los capítulos del libro y secciones de agradecimientos, créditos e información legal y de derechos de autor.
El documento narra la historia de un hombre que sufre una extraña enfermedad caracterizada por estornudos, erupciones cutáneas, fiebre y dolor que aparece y desaparece espontáneamente. Cuando cae inconsciente, los síntomas desaparecen. Los médicos intentan estudiarlo en cuarentena, pero los síntomas reaparecen violentamente. El hombre sueña con un páramo cuando cae en coma, lo que puede ser clave para entender su enfermedad.
Este documento es el inicio de una novela que narra la historia de una paciente llamada Gabriela y su psiquiatra. Describe la primera sesión de terapia donde Gabriela expresa sus pensamientos sobre el diván y el consultorio del doctor, y reflexiona sobre su tratamiento y relación con su psiquiatra. El doctor intenta guiar la sesión para analizar los sentimientos y adicciones de Gabriela.
El documento es una sinopsis del libro "The Mortal Instruments: City of Ashes" de Cassandra Clare. Resume que Juliette ahora sabe que ella podría ser la única persona capaz de detener al Restablecimiento, pero necesitará la ayuda de Warner, en quien nunca pensó que podía confiar. Mientras trabajan juntos, Juliette descubrirá que todo lo que creía saber sobre Warner, sus habilidades e incluso Adam estaba equivocado. Es la emocionante y escalofriante conclusión de la exitosa serie de libros.
Este documento narra la historia de Maya, una bailarina que sufrió una lesión y está esperando una cita con el traumatólogo para saber si podrá volver a bailar. Al principio se describe su relación con su novio Antoine y las discusiones que tienen. Luego, Maya recuerda su accidente y la larga recuperación, así como las constantes críticas de su abuela. Finalmente, Maya se dirige a su cita médica con nerviosismo y se encuentra a su abuela esperando fuera de la consulta.
Ezequiel se encuentra en un momento de crisis existencial en el que cuestiona sus decisiones de vida y siente que prefiere estar muerto que seguir así. Casi muere asfixiado por el humo de un cigarro, pero despierta en un lugar extraño donde conoce a Luca, su guardián angelical. Luca le muestra su vida pasada y le dice que está a punto de morir, aunque Ezequiel pide una segunda oportunidad. Luca accede y le da una pluma antes de elevarlo por los cielos para mostrarle que elige vivir. E
Este documento narra la historia de Emma desde que despierta en el hospital luego de un accidente automovilístico. Allí se entera por su familia que su hermanita Anny murió en el choque. Emma queda sumida en una profunda depresión y culpa, intentando suicidarse en varias ocasiones. Ninguno de sus intentos tiene éxito y su hermano la encuentra, aunque no se da cuenta de sus verdaderas intenciones. Emma siente que sin Anny ya no tiene motivos para vivir.
El doctor Moreno se reúne con la Sra. Castillo para discutir el estado mental de su hijo Álvaro. Álvaro ha estado actuando de manera extraña, viendo películas al revés y desconectado de la realidad. El doctor lee una carta escrita por Álvaro donde describe eventos de una vida pasada que no concuerdan con su edad actual. El doctor sospecha que Álvaro tomó LSD y tuvo una mala reacción, pero necesita más información para diagnosticarlo. La Sra. Castillo se altera ante la menc
Este documento presenta un resumen de un prólogo de una novela. Cuenta la historia de un chico llamado Daniel que se esconde en un armario de mantenimiento durante su quinto período. Una chica entra llorando y terminan besándose apasionadamente. Ella huye y no regresa por una semana, pero luego vuelve al armario diciendo que hoy no está triste.
Este capítulo describe cómo el hijo de la pareja, Daniel, sufre su primer ataque epiléptico severo. Esto causa gran estrés en la pareja, que lleva tiempo distanciada emocionalmente. Tras el ataque, la esposa intenta que el marido comparta sus sentimientos, pero él se niega. Más tarde se da cuenta de que necesita expresar sus emociones para beneficiar a su hijo y fortalecer su matrimonio.
Ella y Él están desayunando juntos. Ella está escuchando la radio y siguiendo las instrucciones de ejercicios y consejos que dan, en lugar de servirle el desayuno a Él. Él se muestra irritado por la demora. Ellos discuten sobre sus signos del zodiaco y sobre la apariencia de Él. Ella continúa distraída con la radio y las revistas en lugar de prestarle atención a Él.
La persona ha tenido sueños recurrentes de morir desde que era niña, despertándose justo antes del impacto fatal. Tras sufrir un accidente de coche, experimenta una muerte en sus sueños que se siente muy real, despertándose en el hospital. Más tarde, sufre más sueños de morir de formas cada vez más horribles, sin despertarse, hasta que despierta confundida sobre su identidad y situación real.
El documento describe un encuentro entre la narradora y James Maslow donde él la salva de ser atropellada por una bicicleta. Luego en privado él se muestra cariñoso pero también distante, rechazando besarla. Más tarde le envía unos libros antiguos como regalo de despedida.
Este documento narra la historia de una mujer que se tatúa un dragón en la espalda para cubrir cicatrices de quemaduras. El tatuaje es doloroso pero le ayuda a enfrentar recuerdos traumáticos del pasado. Otra persona no puede dormir desde un accidente reciente y sufre alucinaciones auditivas. Un hombre se mira al espejo y una cicatriz en la ceja le recuerda a alguien con quien ya no tiene conexión.
Este documento resume el primer capítulo de la novela "Espejismos" de Alyson Noël. Ever y Damen tienen una lección sobre manifestación psíquica que termina en una discusión sobre el pasado de Damen. Ever aún siente celos e inseguridad sobre las relaciones anteriores de Damen. Damen intenta calmarla y hacerle entender que solo necesita tiempo para acostumbrarse a su nueva vida inmortal.
El documento narra la historia de un hombre cuya vida se ve alterada por el descubrimiento de un pequeño rasguño en su pecho que comienza a sangrar y crecer de forma anormal. A medida que la herida empeora, su relación de pareja también se deteriora. Finalmente, la hemorragia se vuelve masiva y el hombre corre al ambulatorio en busca de ayuda, donde un médico le demuestra mediante un espejo que en realidad no tiene ninguna herida, a pesar de que él sigue sintiendo la sangre fluir.
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...LuisJoelCortez
El documento presenta una introducción a una antología de relatos de temática apocalíptica y zombie. Se detalla que es la primera entrega de una antología hispanoparlante más grande y que los relatos fueron escritos por diferentes autores y coordinados por Luis Joel Cortez. Se agradece a los escritores, corrector y demás involucrados por su trabajo para publicar la antología de forma gratuita.
Este documento presenta una introducción al trastorno bipolar, describiendo sus fases principales de manía y depresión, así como los síntomas característicos de cada una. También explica los episodios mixtos y los síntomas que pueden persistir entre episodios. El objetivo es brindar información sobre esta enfermedad mental y cómo reconocerla.
El documento narra la experiencia del autor en el hospital luego de sufrir un accidente cerebrovascular. Describe sentirse débil y sin poder moverse o hablar mientras escucha a su alrededor los gritos y lamentos de otros pacientes. Es trasladado a diferentes centros médicos donde recibe atención. Finalmente se somete a un estudio con resonancia magnética donde debe mantener la cabeza quieta a pesar del ruido molesto de la máquina.
Rebelde juana (- Mini Nouvelle - María Apellido-)María Apellido
Primer mini nouvelle que escribí:
Juana e Ismael son una pareja de jóvenes que parten en una aventura hacia Brasil, donde Juana quedó embarazada y ambos decidieron casarse. Al regresar a tierras uruguayas, la pareja intentará sobrellevar su matrimonio con los desafíos que éste implica. Juana, por un lado, extrañando su vida jovial de escritora extrovertida, buscará el significado de ser una mujer casada, y si es realmente lo que ella quiere ser. Ismael, por otro lado es un hombre sensible, que perdidamente enamorado de ella, convertirá el divorcio en su peor miedo. Una historia que retrata la lucha de dos enamorados que además se han convertido en padres de Lila, su pequeña, y ahora lucharan contra los prejuicios de la sociedad. Ismael, porque le atormenta la idea de ser un padre de familia divorciado, y Juana, porque lucha con la culpa de no querer su vida como madre casada.
Este documento narra la historia de Miguel Ángel, un terapeuta que está tratando a una paciente llamada Nana que padece un tumor cerebral benigno terminal. Miguel Ángel se ha enamorado de Nana a pesar de que es su paciente. Después de varias sesiones en las que han establecido una conexión emocional, Miguel Ángel descubre que él también padece cáncer en fase terminal. Debe enfrentar el desafío de contarle la verdad a Nana sobre su propia enfermedad.
Este documento es el inicio de una novela que narra la historia de una paciente llamada Gabriela y su psiquiatra. Describe la primera sesión de terapia donde Gabriela expresa sus pensamientos sobre el diván y el consultorio del doctor, y reflexiona sobre su tratamiento y relación con su psiquiatra. El doctor intenta guiar la sesión para analizar los sentimientos y adicciones de Gabriela.
El documento es una sinopsis del libro "The Mortal Instruments: City of Ashes" de Cassandra Clare. Resume que Juliette ahora sabe que ella podría ser la única persona capaz de detener al Restablecimiento, pero necesitará la ayuda de Warner, en quien nunca pensó que podía confiar. Mientras trabajan juntos, Juliette descubrirá que todo lo que creía saber sobre Warner, sus habilidades e incluso Adam estaba equivocado. Es la emocionante y escalofriante conclusión de la exitosa serie de libros.
Este documento narra la historia de Maya, una bailarina que sufrió una lesión y está esperando una cita con el traumatólogo para saber si podrá volver a bailar. Al principio se describe su relación con su novio Antoine y las discusiones que tienen. Luego, Maya recuerda su accidente y la larga recuperación, así como las constantes críticas de su abuela. Finalmente, Maya se dirige a su cita médica con nerviosismo y se encuentra a su abuela esperando fuera de la consulta.
Ezequiel se encuentra en un momento de crisis existencial en el que cuestiona sus decisiones de vida y siente que prefiere estar muerto que seguir así. Casi muere asfixiado por el humo de un cigarro, pero despierta en un lugar extraño donde conoce a Luca, su guardián angelical. Luca le muestra su vida pasada y le dice que está a punto de morir, aunque Ezequiel pide una segunda oportunidad. Luca accede y le da una pluma antes de elevarlo por los cielos para mostrarle que elige vivir. E
Este documento narra la historia de Emma desde que despierta en el hospital luego de un accidente automovilístico. Allí se entera por su familia que su hermanita Anny murió en el choque. Emma queda sumida en una profunda depresión y culpa, intentando suicidarse en varias ocasiones. Ninguno de sus intentos tiene éxito y su hermano la encuentra, aunque no se da cuenta de sus verdaderas intenciones. Emma siente que sin Anny ya no tiene motivos para vivir.
El doctor Moreno se reúne con la Sra. Castillo para discutir el estado mental de su hijo Álvaro. Álvaro ha estado actuando de manera extraña, viendo películas al revés y desconectado de la realidad. El doctor lee una carta escrita por Álvaro donde describe eventos de una vida pasada que no concuerdan con su edad actual. El doctor sospecha que Álvaro tomó LSD y tuvo una mala reacción, pero necesita más información para diagnosticarlo. La Sra. Castillo se altera ante la menc
Este documento presenta un resumen de un prólogo de una novela. Cuenta la historia de un chico llamado Daniel que se esconde en un armario de mantenimiento durante su quinto período. Una chica entra llorando y terminan besándose apasionadamente. Ella huye y no regresa por una semana, pero luego vuelve al armario diciendo que hoy no está triste.
Este capítulo describe cómo el hijo de la pareja, Daniel, sufre su primer ataque epiléptico severo. Esto causa gran estrés en la pareja, que lleva tiempo distanciada emocionalmente. Tras el ataque, la esposa intenta que el marido comparta sus sentimientos, pero él se niega. Más tarde se da cuenta de que necesita expresar sus emociones para beneficiar a su hijo y fortalecer su matrimonio.
Ella y Él están desayunando juntos. Ella está escuchando la radio y siguiendo las instrucciones de ejercicios y consejos que dan, en lugar de servirle el desayuno a Él. Él se muestra irritado por la demora. Ellos discuten sobre sus signos del zodiaco y sobre la apariencia de Él. Ella continúa distraída con la radio y las revistas en lugar de prestarle atención a Él.
La persona ha tenido sueños recurrentes de morir desde que era niña, despertándose justo antes del impacto fatal. Tras sufrir un accidente de coche, experimenta una muerte en sus sueños que se siente muy real, despertándose en el hospital. Más tarde, sufre más sueños de morir de formas cada vez más horribles, sin despertarse, hasta que despierta confundida sobre su identidad y situación real.
El documento describe un encuentro entre la narradora y James Maslow donde él la salva de ser atropellada por una bicicleta. Luego en privado él se muestra cariñoso pero también distante, rechazando besarla. Más tarde le envía unos libros antiguos como regalo de despedida.
Este documento narra la historia de una mujer que se tatúa un dragón en la espalda para cubrir cicatrices de quemaduras. El tatuaje es doloroso pero le ayuda a enfrentar recuerdos traumáticos del pasado. Otra persona no puede dormir desde un accidente reciente y sufre alucinaciones auditivas. Un hombre se mira al espejo y una cicatriz en la ceja le recuerda a alguien con quien ya no tiene conexión.
Este documento resume el primer capítulo de la novela "Espejismos" de Alyson Noël. Ever y Damen tienen una lección sobre manifestación psíquica que termina en una discusión sobre el pasado de Damen. Ever aún siente celos e inseguridad sobre las relaciones anteriores de Damen. Damen intenta calmarla y hacerle entender que solo necesita tiempo para acostumbrarse a su nueva vida inmortal.
El documento narra la historia de un hombre cuya vida se ve alterada por el descubrimiento de un pequeño rasguño en su pecho que comienza a sangrar y crecer de forma anormal. A medida que la herida empeora, su relación de pareja también se deteriora. Finalmente, la hemorragia se vuelve masiva y el hombre corre al ambulatorio en busca de ayuda, donde un médico le demuestra mediante un espejo que en realidad no tiene ninguna herida, a pesar de que él sigue sintiendo la sangre fluir.
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...LuisJoelCortez
El documento presenta una introducción a una antología de relatos de temática apocalíptica y zombie. Se detalla que es la primera entrega de una antología hispanoparlante más grande y que los relatos fueron escritos por diferentes autores y coordinados por Luis Joel Cortez. Se agradece a los escritores, corrector y demás involucrados por su trabajo para publicar la antología de forma gratuita.
Este documento presenta una introducción al trastorno bipolar, describiendo sus fases principales de manía y depresión, así como los síntomas característicos de cada una. También explica los episodios mixtos y los síntomas que pueden persistir entre episodios. El objetivo es brindar información sobre esta enfermedad mental y cómo reconocerla.
El documento narra la experiencia del autor en el hospital luego de sufrir un accidente cerebrovascular. Describe sentirse débil y sin poder moverse o hablar mientras escucha a su alrededor los gritos y lamentos de otros pacientes. Es trasladado a diferentes centros médicos donde recibe atención. Finalmente se somete a un estudio con resonancia magnética donde debe mantener la cabeza quieta a pesar del ruido molesto de la máquina.
Rebelde juana (- Mini Nouvelle - María Apellido-)María Apellido
Primer mini nouvelle que escribí:
Juana e Ismael son una pareja de jóvenes que parten en una aventura hacia Brasil, donde Juana quedó embarazada y ambos decidieron casarse. Al regresar a tierras uruguayas, la pareja intentará sobrellevar su matrimonio con los desafíos que éste implica. Juana, por un lado, extrañando su vida jovial de escritora extrovertida, buscará el significado de ser una mujer casada, y si es realmente lo que ella quiere ser. Ismael, por otro lado es un hombre sensible, que perdidamente enamorado de ella, convertirá el divorcio en su peor miedo. Una historia que retrata la lucha de dos enamorados que además se han convertido en padres de Lila, su pequeña, y ahora lucharan contra los prejuicios de la sociedad. Ismael, porque le atormenta la idea de ser un padre de familia divorciado, y Juana, porque lucha con la culpa de no querer su vida como madre casada.
Este documento narra la historia de Miguel Ángel, un terapeuta que está tratando a una paciente llamada Nana que padece un tumor cerebral benigno terminal. Miguel Ángel se ha enamorado de Nana a pesar de que es su paciente. Después de varias sesiones en las que han establecido una conexión emocional, Miguel Ángel descubre que él también padece cáncer en fase terminal. Debe enfrentar el desafío de contarle la verdad a Nana sobre su propia enfermedad.
Obra plástica de la exposición de esculturas exentas “Es-cultura. Espacio construido de reflexión”, en la que me planteo la interrelación entre escultura y cultura y el hecho de que la escultura, como yo la creo, sea un espacio construido de reflexión. Ver los documentos: vídeo de presentación, texto de catálogo, fichas técnicas y títulos en inglés, alemán y español en:
Consultar página web: http://luisjferreira.es/
El Real Convento de la Encarnación de Madrid, una joya arquitectónica y cultural fundada en 1611 por la reina Margarita de Austria, ha sido revitalizado gracias a una avanzada reconstrucción en 3D. Este convento, una maravilla del barroco madrileño, ha sido un pilar en la vida religiosa y cultural de la ciudad durante siglos. Su rica historia y su valor patrimonial han sido capturados en esta innovadora reconstrucción, diseñada para su exploración, una tecnología que combina la realidad virtual y aumentada para ofrecer una experiencia inmersiva y educativa.
La reconstrucción comenzó con una exhaustiva recopilación de datos históricos y arquitectónicos, incluyendo planos originales y fotografías de alta resolución. Estos recursos permitieron a los especialistas crear una réplica digital precisa del convento. Utilizando software de modelado avanzado, cada elemento arquitectónico y decorativo fue cuidadosamente recreado, desde los majestuosos muros exteriores hasta los intrincados detalles del interior, como los frescos y el retablo mayor.
El resultado es un modelo 3D que no solo respeta la integridad histórica y artística del convento, esto permite que un futuro los usuarios pueden explorar virtualmente el convento, navegando por sus pasillos, admirando su arte sacro y descubriendo detalles ocultos que, de otro modo, serían inaccesibles.
Esta reconstrucción no solo preserva la historia del Real Convento de la Encarnación, sino que la hace accesible a un público global, permitiendo a estudiantes, historiadores y amantes del arte experimentar la grandeza del convento desde cualquier lugar del mundo. Además, la implementación de tecnologías de realidad virtual y aumentada ofrece nuevas oportunidades para la educación y el turismo cultural, haciendo del convento un ejemplo brillante de cómo la tecnología puede ayudar a preservar y difundir el patrimonio histórico.
En resumen, la reconstrucción 3D del Real Convento de la Encarnación es un proyecto que combina el respeto por la historia con la innovación tecnológica, asegurando que este tesoro del barroco madrileño continúe inspirando y educando a futuras generaciones
4. A mis niñas lindas: Susana y Raquel
A Jorge Consuegra,
quien prefiere las historias
tiernas a las violentas
5. Que canten los niños, que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar.
Que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos está la verdad.
Canción popular
De cierto os digo, que el que no recibe
el reino de Dios como un niño,
no entrará en él.
(Lucas 18:17)
Yehoshua ben Joseph
6. 11
El viejo abre los ojos lentamente. No recuerda nada. Ni
quién es. Ni dónde está. Ni en qué día, mes y año vive.
Trata de moverse, pero algo se lo impide.
La penumbra que lo rodea se va aclarando y logra vis-
lumbrar los detalles del techo. Es blanco, con una lám-
para de focos alargados en su centro. Está apagada.
“Tic, tic, tic”, un ruido rítmico se apodera de su aten-
ción. “Debe ser un reloj”, concluye, “aunque no un ejem-
plar de mecanismo sofisticado, sino eléctrico; barato”.
Levanta un poco más sus párpados y logra divisar el
círculo redondo, de plástico azul, de un reloj de pared col-
gado encima de un agujero que parece una puerta.
Escucha de nuevo el “tic, tic, tic”. Deduce que el ruido
no procede del reloj redondo. Su origen está detrás de él.
Trata de virarse pero no puede. Al hacer el movi-
miento ve una cama a su lado. Hay una sombra sobre
ella. No logra enfocarla. El esfuerzo lo cansa y tiene que
regresar a su posición original, mirando el techo.
Cierra de nuevo los ojos. No puede reunir ningún
pensamiento en su mente salvo el sonido rítmico, “tic,
tic, tic”, detrás suyo.
7. 12 13
Pasa el tiempo. Descansa.
Se entretiene escuchando su propia respiración. Sien-
te cómo su pecho sube, baja.
Entreabre sus ojos. Todo sigue igual. El techo, la lám-
para, el ruido..., “tic, tic, tic”.
Un pensamiento lo sobresalta: “¡Mi maletín! ¿Dónde
está mi maletín?”. En él hay cosas muy importantes que
nadie puede ver. Trata de revolverse nervioso en la cama,
pero no puede. Está amarrado.
Observa hacia abajo. Hacia donde deben de estar sus
piernas. No las ve. Solo logra entrever dos cilindros blan-
cos, largos, sujetos con cables que desaparecen en lo alto.
Trata de establecer comunicación con ellas. Nada. Tra-
taconlosbrazos.Nada.Conlasmanos,pies.Nada.Loúni-
co que puede controlar son los párpados. Abrirlos, cerrar-
los, volverlos a abrir. También puede girar levemente la
cabeza, aunque no lo suficiente para descubrir de dónde
viene el ruido. “Tic, tic”.
De repente siente que empieza a emerger del estado en
que se encuentra. Comienza a recordar. Su auto. La noche.
Un destello de luz. Un ruido inmenso. El silencio. La ima-
gen de una mulata, con sus curvas inmensas repletas de
carne turbadora. Sonríe. “¡Ah! ¡Nitzia! ¡Qué mujer!”.
Mueve la cabeza de lado a lado. Su cerebro sigue sol-
tando recuerdos. Poco a poco. En dosis calculadas.
Disfruta con la imagen de Nitzia. Continúa son-
riendo. Es la única sensación externa que percibe.
De repente un aguijonazo de dolor lo penetra. Su
rostro se contrae en una mueca angustiosa. No sabe de
dónde procede aquella sensación tan horrenda. “Debe ser
de alguna parte de mi cuerpo, pero no puedo ubicarla”.
Trata de levantar una mano pero no sucede nada. La otra.
Nada. El dolor desaparece tan rápido como llegó. Mira el
techo. Nada ha cambiado. Observa la lámpara apagada.
Larga. Cubierta de una pantalla con rombos cincelados
en el plástico que la cubre.
Cierra los ojos. Espera. Se aburre. Los abre y empieza
a contar los dibujos geométricos en la lámpara del techo.
Se pierde en aquel mar inmenso de cocadas. Intenta de
nuevo contar. No tiene éxito. Va a iniciar otra vez la ope-
ración, pero desde muy adentro surge un estallido de
dolor tan agudo que, por primera vez, lo siente en todo
su cuerpo. En los brazos, piernas, abdomen. Todo su ser
se sumerge en aquel dolor lacerante, inmenso.
Su boca se abre sin control y surge un grito:
—¡Aaaahhhhh!
Él mismo se asombra por la intensidad del sonido.
Trata de controlarse, pero no puede. Hay otro preparado,
listo para despegar:
—¡¡Aaahh!!
Ruido de sillas moviéndose, de zapatos corriendo.
Se abre una puerta. Lo percibe claramente. Es fácil dis-
tinguir el sonido de una puerta cuando la abren con
violencia.
Tres manchas blancas vuelan hacia él. Lo rodean. Se
inclinan sobre su cuerpo. Alumbran uno de sus ojos con
una luz pequeña, intensa. Luego el otro.
El viejo parpadea, fija su mirada; analiza las figuras
que lo examinan. Poco a poco comienzan a delinearse
rostros; uniformes blancos.
8. 14 15
Siente cómo el dolor que anida en su interior de nuevo
se libera y salta hacia afuera. Asciende y lo invade todo.
—¡Aaaahhh! —no puede reprimirse.
Una de las figuras blancas toma lo que parece ser su
brazo, lo levanta. Siente un ligero pinchazo, parecido a
cuando de niño una de sus “novias” le dio un pellizco uti-
lizando sus uñas como herramienta.
De repente el dolor desaparece; tan rápido como llegó.
—No le dolerá más —escucha que la enfermera le
dice—. Le acabo de inyectar un analgésico que lo man-
tendrá calmado.
El hombre trata de sonreír, pero se da cuenta de que
le es difícil dibujar la expresión en su cara. De todas for-
mas no es una sonrisa verdadera la que se perfila en su
rostro, sino la que siempre utiliza para indicar que está
satisfecho, complacido. Mueve ligeramente los ojos y ve a
otras dos enfermeras que lo observan desde el final de la
cama; en el lugar donde deberían estar sus pies.
Trata de hablar. De preguntar algo. Ningún sonido
sale de su garganta. La mujer debe haber notado su inten-
ción pues dice enseguida:
—No se preocupe, señor Vargas. Todo está bien. Tuvo
usted un accidente. Estaba anestesiado. Tuvimos que ope-
rarlo,¿sabe?—Señalahaciasuspiernas—.Sequebrótodo...
Intenta hablar de nuevo. La enfermera se inclina y le
da algunos golpes en el hombro:
—No, no hable, señor Vargas. Se va a cansar y no
conviene.
Cierra los ojos. ¡Cómo odia que alguien le dé palma-
ditas! Lo encuentra denigrante; de mal gusto. Ese movi-
miento de intimidad hecho por alguien que no lo conoce
le repugna. Se contiene. “Ya habrá un momento en que le
diré a esta enfermera que vaya a darle palmaditas a otro...
Que no toque más mi cuerpo”.
Recuerda su anatomía. Los ejercicios diarios en el
gimnasio. La satisfacción de ver en el espejo una figura
de menos años de los que tiene. El goce que lo invade
cuando en la piscina del Club Deportivo se encuentra con
sus amigos y compara su cuerpo bronceado y bien cui-
dado con el de ellos. Los hay gordos, con el tejido adiposo
colgando por todos lados. Otros están flacos y sin múscu-
los, los huesos sobresaliendo por doquier. Sin embargo, él
está en la situación ideal: ni gordo, ni flaco. Los músculos
situados en donde deben estar.
—Señor Vargas, ¿me escucha?
De nuevo siente la molesta lucecita que transita sobre
sus ojos. Los abre. Enfoca a la enfermera, quien sonríe.
Nota que es gorda. De cara ovalada y mejillas colgantes.
Sus labios no están pintados y se notan pálidos. Tiene las
cejas pobladas. El cabello negro, recogido. El uniforme
limpio pero viejo, usado. “No es una enfermera de pri-
mera”, deduce. “¿Dónde estaré?”, se pregunta.
La mujer, como si le hubiera leído la mente, le informa:
—Está en el Hospital San Juan, señor Vargas. Tuvo
un accidente cerca de este lugar y lo trajeron aquí esta
madrugada.
9. 16 17
“¡El Hospital San Juan!”, repite mentalmente el acci-
dentado. “¡Pero si es un hospital público; gratuito! ¡Para
pobres! ¿Qué hago yo aquí?”.
Intenta incorporarse sin éxito. Sus esfuerzos no pa-
san desapercibidos para las enfermeras, quienes lo suje-
tan por ambos hombros.
—Cálmese, señor Vargas. Cálmese. No es tan grave.
“¡No es por lo grave que me estoy moviendo; es que
no quiero estar aquí!”, intenta decir, pero solo sonidos
incomprensibles salen de su boca.
Se concentra en el ruido monótono que surge detrás
de su cabeza. “Tic, tic, tic”. Respira profundo. Al fin se
tranquiliza. Se concentra. Intenta hablar de nuevo.
—Noooo quier...
—Tranquilo, señor Vargas —lo interrumpe la enfer-
mera de la cara redonda. Lo palmea en el hombro. ¡Cómo
odia que lo toquen!—. Todo va a ir muy bien. Está usted
en buenas manos.
“¿Cómo voy a estar en buenas manos en un hospital
de cuarta categoría? ¡Tengo que salir de aquí!”, piensa.
Intenta hablar de nuevo.
—Poorrr f...
—¡Cálmese!
Más palmaditas. Otra inyección. Sensación de placi-
dez... Cierra los ojos. Se deja llevar...
Intenta abrir los ojos. No logra ver nada. Está tan
oscuro como cuando los tenía cerrados. Ve un haz de luz
difusa a través de la ventana al lado de la puerta. Ahora
discierne más claramente las sombras al otro lado de la
pared. Las persianas están abiertas. Hay una mesa larga
y varias enfermeras sentadas a lo largo. Sus caras están
iluminadas por un resplandor que parece salir del frente.
Vuelve la cara hacia el otro lado. Otra ventana. Esta tiene
las persianas cerradas. Gira ahora su cabeza a la posi-
ción original. Se siente más libre. Más ágil. No hay dolor.
Observa hacia abajo. Hacia donde deberían estar sus pier-
nas. No están. Una mole blanca de vendas las suplanta.
“¿Habré perdido mis piernas?”, el pensamiento entra de
repente. “¡No! Están allí. Solo que cubiertas de vendas”.
Respira hondo. “Hospital público”, recuerda. Se estre-
mece. Ha escuchado historias horrendas de estos luga-
res para pobres. No hay medicamentos. Los médicos no
atienden bien. Las enfermeras no están graduadas. Falta
equipo. Ahora está en uno de ellos. Irremediablemente.
No puede partir. No tiene piernas. Trata de sentirlas, sin
éxito. Un gran vacío ha tomado el lugar de sus extremi-
dades inferiores. Intenta con los brazos. El derecho, nada.
El izquierdo, siente un movimiento. Los dedos se mue-
ven. Prueba la mano: la encuentra. Flexiona el brazo. Lo
dobla por el codo. Lo trae hasta los ojos. Mira su mano
izquierda. Pálida pero real. Mueve los dedos. Se alegra.
Le dan ganas de llorar. No lo hace por temor a que entre
una enfermera. Vuelve el brazo a su lugar. Reposa. Sonríe.
Cierra los ojos. Se duerme.
Una voz dulce lo despierta:
—Buenos días, señor Vargas. Es hora de levantarse.
Alguien lo sacude levemente. ¡Odia que lo toquen!
10. 18 19
Furioso, abre los ojos. Tiene frente a él a una enfermera
que sonríe. De un vistazo aprecia sus facciones delicadas;
sus labios finos y tersos.
—Ha dormido más de un día... —agrega la mujer—.
Es hora de que salga del mundo de los sueños.
—¿Qué me sucedió? —logra preguntar con voz tem-
blorosa.
—Tuvo un accidente, señor. Un accidente bastante
grave.
—Mi auto, ¿cómo quedó? —pregunta con voz entre-
cortada.
Recuerda su auto. Un deportivo último modelo. Doce
cilindros (hay pocos automóviles con doce cilindros). Dos
carburadores. Suficientes caballos de fuerza para hacerlo
despegar si tuviera alas. ¡Su bebé adorado!
—Destrozado. Pérdida total, tengo entendido —dice
la enfermera moviendo su cabeza de lado a lado.
El viejo cierra los ojos. Se pone triste.
—¿No va a preguntar por usted? ¿Qué le sucedió? ¿No
le interesa si mató a otros? ¿Solo su vehículo? —pregunta
la enfermera con tono de reproche.
Mira el rostro hermoso. Facciones aindiadas. Siempre
le han parecido lindas las mujeres de su país. Con sus
cabellos negros, rasgos finos, combinación de razas.
Perfectas para la cama, pero nada más. Nitzia es así.
Mezcla de negra, india y blanca. Revoltijo angustioso
que produce las mejores mujeres... o las peores. No como
su esposa. Al momento de decidir con quién casarse, no
dudó un instante que su consorte debía ser blanca. De
pelo negro, pero blanca. “Blanca de Castilla”, como decía
su abuela. No importó su insipidez, la superficialidad,
ajena a todo salvo sus amigas, sus barajas y sus sesiones
de té. Y, por supuesto, su Iglesia. Siempre su Iglesia. Para
todo su Iglesia. Cuando lo esperaba tarde en la noche
—ya no lo hace—, usaba a Dios y al diablo para asustarlo,
para tratar de retenerlo en casa. ¡Qué aburrido! Hubiera
preferido que tuviera un amante, dos... Sería más diver-
tido. Mejores discusiones. Intercambio de información.
Pero, ¿la Iglesia? ¡Uggg!
—A ver, señor Vargas. ¿Me escucha? —oye a la enfer-
mera decir con su tono dulce, aunque alto.
El viejo hace un gesto con la mano y balbucea:
—¡Basta, basta! No tiene que gritar. La escucho...
—Se nota que está bien —palmaditas—. Que se va a
recuperar —palmaditas—. Voy a buscar al doctor.
No desea más palmaditas. Ni consuelo, ni compasión.
No quiere nada. Él tampoco da nada nunca. No distri-
buye palmaditas. Sabe siempre en qué posición están sus
manos. Sin excesos descontrolados. Toda su vida ha prac-
ticado la disciplina corporal. Es tan importante... Muchas
cosas dependen de ello. Un contrato. Una conquista. No
mover un músculo de la cara es esencial en momentos
cruciales de la vida. Un gesto involuntario puede delatar-
nos. Unos ojos demasiado ansiosos pueden ser ventanas
por donde el contrario atisba nuestra alma. Hay que des-
viarlos. Cerrarlos. Apartarlos.
Mira a su alrededor. Ve una cama con sábanas revuel-
tas y un cuerpecito contorsionado yaciendo sobre ellas.
11. 20 21
Parpadea. Abre bien los ojos para captarlo todo. “¡No
estoy solo en el cuarto!”, piensa sobresaltado. Nota
los remiendos en las sábanas de la cama vecina. Están
limpias, pero zurcidas en muchas partes. Son verdes.
Observa las letras negras pintadas en dos o tres lados:
“Hospital San Juan”. “¡Hay que pintarle el nombre a las
sábanas para que no se las roben! ¡En qué lugar estoy!”.
Observa su propia cama: las mismas sábanas la cubren.
“¡Hospital de pobres! ¡Tengo que salir de aquí!”. Mira de
nuevo a su acompañante. Es pequeño. Su piel es oscura.
Tiene atado a él un tubo que asciende a una bolsa suspen-
dida sobre la cama. Pelo muy corto. Cenizo. Con parches
sin cabello a través de los que se le ve claramente el cuero
cabelludo. Las pijamas —también verdes, con el nombre
del hospital pintado de negro en varios lugares— cuel-
gan como si hubiera poca carne. Mira los pies. Pequeños.
Raquíticos. Igual que los brazos. Igual que el cuello, que
la cara, únicas partes de la piel que se ven. Está abrazado
a lo que parece un muñeco de trapo, hecho de retazos
de telas remendadas. No se mueve el cuerpo pequeño.
Parece enfermo. Muerto.
Aparta la vista disgustado. Reflexiona: “Tengo sufi-
ciente dinero para pagar el mejor hospital. Para traer
un avión-ambulancia y volar a un mejor hospital, en un
mejor país. Para comprar entero el hospital. ¿Qué se
creen? ¡No pueden retenerme! ¡Darme palmaditas y
tratar de calmarme! ¡Hospedarme en un cuarto junto
con un ser raquítico y a punto de morir! ¡Qué atrevi-
miento!”.
Regresa la enfermera. La acompaña un hombre joven
vestido con bata blanca. Se acercan. La enfermera desliza
su mano por las vendas blancas que cubren las piernas.
No siente nada. “¿Estarán mis extremidades debajo de
este vendaje? ¿Las habré perdido? ¿Estarán amputadas?
¿Es esa la razón de tantas gasas blancas?”. Un senti-
miento de pánico se apodera de él. Dura los segundos que
toma el joven en colocarse a su lado, levantarle el brazo
izquierdo, el que no tiene quebrado, apretarle la muñeca
buscándole el pulso, y decirle:
—Tiene mucha suerte, señor Vargas. Otro estaría
invitado a su propio velorio en estos momentos —ríe con
su propia ocurrencia.
El viejo no hace ningún gesto. No le encuentra la gracia
alcomentario.Miraalvisitante.“Perosiesunniño.¿Esque
no hay en este lugar alguien de peso? ¿Alguien a cargo?”.
—¿Usted es responsable de mí? —pregunta con
esfuerzo en voz lenta, baja.
—Sí, sí. Por supuesto —responde el joven, mientras
intenta medir el pulso del accidentado mirando su reloj.
—¡Pero si usted es un infante! —responde el viejo con
tono más fuerte.
El joven sonríe. No dice nada. La enfermera responde
por él.
—Es un médico interno. Está haciendo su práctica. Es
el mejor que hay por aquí —afirma con su voz dulce.
—¿Está practicando conmigo? —responde el viejo,
haciendo intentos por recuperar el brazo que el médico
tiene sujetado con firmeza.
12. 22 23
—Quieto. No se mueva, por favor —ordena el mé-
dico.
Termina de tomar el pulso. Anota algo en una libreta
que extrae del bolsillo de su bata.
—¿Quiere saber cómo se encuentra, señor Vargas?
—pregunta el doctor con tono profesional.
El viejo detiene todo pensamiento. Uno solo invade
enseguida todo su ser: puede estar al borde de la muerte.
Puede que no tenga piernas. Testículos. Pene. Existe la
posibilidad de que haya perdido más de lo que imagina.
Recuerda su automóvil. Le parece ridículo ahora su
preocupación por su auto. Es él quien importa, y puede
que esté destrozado. Murmura:
—Sí, doctor. Dígame cómo estoy...
—Tuvo un accidente muy grave. Un poco más y se
mata. El auto quedó...
—Sí, ya sé cómo quedó el auto —interrumpe el viejo—.
Ahora necesito saber cómo estoy yo.
—Sí. Claro. Usted no está muy bien, señor Vargas.
—¿Qué me pasa?
—Tiene quebrada una de las piernas en múltiples par-
tes. La otra en tres. La cadera también está fracturada en
dos lugares.
—¿Tengo mis piernas todavía?
El doctor ríe.
—¡Claro! ¡Por supuesto que las tiene! Allí están —toca
con sus nudillos las vendas. Suena hueco. “Toc, toc”.
“No son vendas. Es yeso bien duro”, deduce enseguida
el viejo.
—Además, tiene quebrado también el brazo dere-
cho —lo señala. Va a darle un golpecito, pero el viejo le
detiene la mano.
—No tiene que golpearlo —dice—. Le creo.
—Sí, sí. Por supuesto... —responde el médico, y retira
su mano.
—¿Tengo algo más, doctor?
—Sí. Un golpe serio en la cabeza y cortadas por todos
lados.
El viejo se lleva la mano sana a la cabeza y palpa un
vendaje que le cubre la mayor parte del cráneo.
—Lo trajeron aquí inconsciente. Tuvimos que tomar
una decisión rápida: o mandarlo a un hospital mejor
equipado —principalmente por su herida en la cabeza ya
que no tenemos los aparatos adecuados para contusiones
craneales—, o moverlo lo menos posible por el riesgo que
implicaban sus múltiples quebraduras. Decidimos dejarlo
aquí, y creo que no nos equivocamos. Su herida en la
cabeza no era tan grave como parecía.
—¿Cómo lo saben si no tienen los aparatos adecua-
dos? —pregunta el viejo con tono molesto.
El doctor sonríe.
—La experiencia...
—¿La experiencia? —continúa el viejo airado—. ¡Si
usted es un bebé! ¡Nada más y nada menos que un doctor
bebé!
—No, no. No se preocupe. No fui yo quien lo auxilió
anoche. Fueron los doctores de turno, quienes tienen
mucha más experiencia que yo.
13. 24 25
El viejo está furioso, pero no responde. El mismo pen-
samiento lo invade de nuevo: tiene que salir de allí. Al
costoquesea.Notienenlosaparatosadecuados.Lasenfer-
meras dan palmaditas. Los doctores son niños todavía.
—¿Cuántos días tendré que quedarme aquí?
—¿Días? —responde el doctor sonriendo—. No días.
Semanas o, quizá, meses.
—¿Meses? —el viejo abre bien los ojos y trata de
incorporarse.
La enfermera se inclina hacia adelante y ayuda al doc-
tor a mantener al viejo acostado.
—Meses si insiste en moverse demasiado, señor
Vargas. Depende de su cooperación y de cómo respon-
dan sus huesos. Está muy quebrado. No es un joven.
Demorará un tiempo.
El viejo gruñe.
—Además, ya nos visitó ayer su abogado. Lo mandó
su esposa. Le explicamos todo y estuvo de acuerdo en
que este es el mejor lugar para usted.
—¿Los visitó mi abogado? —pregunta el viejo con
asombro—. Y mi esposa, ¿no vino?
—No sabemos nada de su esposa —responde el mé-
dico—. Solo su abogado llegó hasta aquí. Firmó todos los
papeles necesarios.
—¿Por qué mandó al abogado? ¿Por qué no pudo venir
ella? —pregunta confuso.
—Eso no lo sabemos, señor Vargas.
El viejo recuerda a su esposa. Poco es lo que se ven.
De vez en cuando cenan juntos, cuando coinciden en la
casa. La conversación es superficial. “¿Cómo está el nego-
cio?; ¿cómo va la Iglesia?”. Después, el silencio. El tragar
apresurado, queriendo acabar rápido para salir de ese
mutismo embarazoso para ambos. A veces asisten jun-
tos a alguna fiesta o función social. Es lo mismo. Silencio
en el auto. Silencio entre ambos en la reunión, cada uno
conversando por su cuenta con amistades que saben más
de ellos que el uno del otro.
—¿Mi esposa aceptó que no me trasladaran al hospi-
tal de Pedernal?
—No fue su esposa quien tomó esa decisión, señor
Vargas. Fue su abogado. Le explicamos su situación y él,
sabiamente, aceptó nuestros consejos.
—¿Cómo puede haber aceptado que aquí estoy mejor
que en Pedernal? —pregunta el viejo, irritado.
—Para lo que usted sufre, aquí está igual que en el
hospital de Pedernal, señor Vargas. Tenemos el equipo y
el personal adecuado para tratar sus dolencias.
—Me acaban de confesar que no tienen la máquina
para analizar lo que tengo en la cabeza.
—A estas alturas no es necesario. No es grave su
herida en el cráneo.
—¿Cómo están tan seguros?
—Si lo fuera no estaría hablando tan tranquilo con
nosotros...
—¡Espero que tenga razón! ¡Si no, los demandaré a
todos ustedes y a su maldito hospital!
El médico borra la sonrisa que tenía en el rostro.
Todo su cuerpo se tensa. Él también es del otro lado de