Este poema describe la relación del autor con su mascota Douce a través de comparaciones con las olas y la arena. A lo largo de casi nueve años juntos, Douce ha mostrado su cariño y fidelidad sin quejas, brindando paz y sosiego como la arena. Aunque a veces se va y vuelve cuando quiere, su presencia trae un mar de sensaciones, mientras que su ausencia deja un desierto sin ternura.