La elección de Donald Trump es un síntoma de la crisis de la globalización neoliberal según el autor. Trump cuestiona el poder de las oligarquías occidentales establecidas apoyando en cierta medida el nacionalismo y el proteccionismo. Sin embargo, su política exterior sigue siendo contradictoria y no está claro si cambiará la política imperialista de Estados Unidos. La elección de Trump y el Brexit muestran el rechazo de los ciudadanos a las políticas neoliberales que sólo benefician a una pequeña élite dominante.
1. Opinión del Artículo sobre “La elección de Donald Trump”
En este artículo, el economista Samir Amin, nos concede una visión diferente de la que
estamos acostumbrados a ver y escuchar, sobre la elección de Donald Trump. Y es que
simplemente, esto constituye un síntoma evidente de lo que considera una crisis de la
globalización neoliberal.
Para entenderlo, la necesidad del neoliberalismo busca realizar el bien del país con la miseria
de su población, y se justifica a través de una democracia representativa que elige su propia
impertinencia. Por lo que según el autor, este sistema de engaños, tiende a ser un fracaso,
sino lo ha sido siempre. Casos como la elección de Trump lo justifican.
Samir Amin advierte que: “La expansión capitalista no implica ningún resultado que pueda
identificarse en términos de desarrollo. Por ejemplo, en modo alguno implica pleno empleo, o
un grado predeterminado de igualdad en la distribución de la renta”.
Actualmente, el discurso político-económico actual, sobre todo en sus formas liberales y
neoliberales, tiende a utilizar notoriamente un argumento de necesidad, es decir, sus
decisiones políticas se justifican con el simple argumento de que hay que tomar “decisiones
duras”.
Ese discurso de necesidad económica se vincula a la democracia representativa. En una
democracia representativa no se trata realmente de elegir ideas, políticas, visiones y
proyectos. Se trata más bien de elegir personas, a las cuales otorgamos “confianza”, para
elegir y decidir en nuestro lugar.
El carácter neoliberal de la globalización, es decir, el sometimiento del proceso de producción,
distribución circulación y consumo al “fundamentalismo del libre mercado”, así como la
fomentación de los valores del individualismo, se impone mediante un proceso político
dirigido por la clase dominante. La clase dominante no es ni más ni menos que las oligarquías.
Estas oligarquías quieren imponerse en todo el planeta, especialmente la triada imperialista
(E.E.U.U., Europa Occidental y Japón). Está claro que todos los países vasallos de los poderosos
respaldan esta política y que aquellos que han intentado imponerse, han sido atacados y
puestos como “los malos de la película”. Y es que para seguir teniendo el poder, EEUU se
defiende con organismos como la OTAN, que ataca a países del sur y este del planeta, donde
habitan países que a la triada le conviene controlar, para seguir teniendo el poder.
Lo que resulta impactante es que la OTAN comete crímenes contra la humanidad y esta acción
es respaldada por los países occidentales. Nadie cuestiona la Política exterior, ningún
ciudadano ve mal los crímenes contra la humanidad de los EEUU.
El discurso que vincula la participación de las misiones de la OTAN con la defensa de la
democracia se revela como una farsa cuando es confrontado con la realidad, ya que ese no es
su principal objetivo ni mucho menos. Es una estrategia para respaldar las misiones de la OTAN
y asegurar en los países del Golfo, el neoliberalismo.
2. El autor nos dice que la elección de Trump puede ser mejor en este aspecto, ya que es posible
que Trump se niegue a esto, pero es una cuestión dudosa todavía, no se sabe si a Trump le
interesa o no. La política de Donald Trump se ha centrado en debates social sobre los EEUU y
no sobre temas económicos como hemos visto en televisión, pues que sea un magnate ha
ayudado, en mi opinión, a que las masas no se preocupen por la situación económica, y lleven
los problemas al ámbito social problemático (racismo y antifeminismo) que ya tenía EEUU
anteriormente. Pues esta es una de las causas con la que consiguió hacerse con el poder.
Trump es contradictorio respecto a su política exterior, quizá se diferencie de los halcones
demócratas de reflexionar un poco más antes de realizar cualquier actuación, ya que no se
sabe si el presidente de los Estados Unidos continuará apoyando la política imperialista
adoptada por Obama y Hillary Clinton. Por consecuente, el autor pone al Brexit y a la elección
de Trump, como claros ejemplo que cuestionan el poder de las oligarquías establecido en
occidente. El Brexit realmente no fue producido por esto, pero si por otorgarle libertad al país
en su política exterior y por su clara negación a pertenecer a una Europa alemana.
Por ello, también podemos ver el auge que está teniendo la extrema derecha que dice lo que
realmente quieren escuchar los ciudadanos y por ese motivo es respaldada . Cualquier partido
de extrema derecha, quiere evitar ser cuestionado por los verdaderos aspectos que realmente
necesitan dar respuesta, y para ello, como Trump, emplean discursos racistas y xenófobos. Y
aunque parezca un sinsentido, es efectivo para conseguir el apoyo de las masas.
También recurre al nacionalismo, y la exaltación de su poder y su posición de primera potencia
mundial, y poniendo a EEUU como un país solidario y proteccionista de sus países vasallos.
Trump ha dejado entender que, las medidas proteccionistas en las que piensa, tienen
principalmente como objetivo a China. Trasladando sus fuerzas armadas desde el Oriente
Medio a Asia Oriental, designado a China como el rival a batir, pero que en mi opinión, no lo
llevara a cabo ya que se contradice con los principios del liberalismo y ha aparecido
últimamente Corea del Norte, como principal amenaza militar.
Para finalizar, el autor nos dice que algunos efectos de la implosión de la globalización
neoliberal pueden asociarse con un progreso social, más o menos débil.
Pero son la mayoría proyectos contradictorios que difícilmente consigan imponerse y
funcionar, ya que todavía carecen de un programa contundente.
El autor del artículo dice que es una oportunidad para cambiar, que se podrían llevar a cabo
unos cambios por parte de la izquierda (pero que todavía, no ha sido posible). Y en esto estoy
de acuerdo porque se ha intentado imponerse muchas veces y no se ha conseguido pero no
siempre por carencia de una alternativa que sea mejor que la actual, sino por el método
utilizado para imponerse. Y es que, pienso que ni la violencia ni los discursos propagandísticos
son efectivos, ya que la historia ha demostrado que fracasan.
Quizá las sociedades emergentes consigan instaurar proyectos soberanos populares e iniciar el
cambio hacia un modo de vida que rechazo el control político-económico de las oligarquías y
apoye una sociedad con un sistema de libre comercio que favorezca los avances sociales y deje
atrás el individualismo instaurado hoy en día.