La oración es una conversación con Dios como con un amigo íntimo en quien se confía. Al orar, se expresa a Dios lo que se siente desde el corazón y se deja que Él descubra las necesidades y ame de la misma forma que un amigo. Orar es sentirse hijo de Dios y tener la certeza de que hay alguien que escucha aunque no se vea.