Palabras en el acto de clausura de quinto de primaria

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PALABRAS EN EL ACTO DE CLAUSURA DE QUINTO DE PRIMARIA.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA SAN LUIS GONZAGA
SEDE JORGE ROBLEDO
Javier Ignacio Montoya Maya
Docente Orientador
Felicitaciones preadolescentes de quinto que hoy terminan esta etapa de la vida,
la básica primaria. Es un logro importante, fruto de su dedicación, sus luchas y la
de sus padres. Hoy en día no todos llegan a esta etapa de la vida, en algunos
países, incluso en algunas partes de Colombia, los niños no logran hacerlo. Sean
agradecidos con sus profesores y con sus padres.
Aprovecho este momento para hablarles desde el corazón.
Papá y mamá que me escuchas:
Ama a tu hijo, no lo dejes sólo en esta etapa de la vida. Que siempre tenga un
punto de referencia, una persona que esté pendiente, que este siempre cercana.
No lo dejes tomar todas las decisiones a él solo, disponer de su tiempo por sí solo,
él todavía es inmaduro y necesita de un guía en la vida. La verdadera confianza
no es permitirle que se enfrente solo contra todas las tentaciones del mundo. Un
permiso, una confianza mal dada (una noche en esa finca, un paseo incierto, una
salida dudosa) puede ser el comienzo de una vida de dolor y de problemas. Cuida
a tu hijo y a tu hija. Los muchachos solos toman miles de determinaciones,
necesitan siempre la supervisión de un adulto. Se astuto, lleva el control, sin que
el preadolescente se sienta cohibido para todo.
Es normal que él ya no sea igual que antes. Es normal que ya no quiera estar
tanto tiempo contigo; que se busque actividades distintas. Pero al mismo tiempo
es también normal que busque el cariño y el afecto como si fuera un bebé, en
algunos momentos.
No te enfrentes con rabia contra él o contra ella. Mantén el control pero no seas
inflexible o rígido. A veces las normas hay que adecuarlas, pero lo importante es
que existan esas normas. Un muchacho sin control, reacciona en contra de sí
mismo. Se autodestruye.
A él y a ella hay que hablarles, cuestionarles, plantearle tus pensamientos. No hay
que dejarlos en el silencio por el aislamiento. La comunicación no se puede dejar

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morir. Si le hablas con sinceridad y desde tu corazón él y ella te escucha, aunque
aparentemente no lo haga.
Un preadolescente necesita del apoyo de un adulto, sentir que es importante para
alguien. Pero no hagas las cosas por él, deja que él se fortalezca. No lo rescates
siempre de sus problemas, deja que él se responsabilice también de sus propios
actos. Estas a tiempo de llegar a tu hijo o hija y de orientarlo y guiarlo.
Puedo leer el corazón de los preadolescentes que están aquí sentados y que hoy
han terminado satisfactoriamente su quinto de primaria. Escuchemos lo que dice
su corazón:
Mamá, papá, hoy he culminado esta etapa de mi vida; han sido muchos momentos
que he pasado preocupado por tareas, dibujos, talleres. Ocupado por aprender
tantas cosas, por ganar los exámenes, por salir bien en todas las materias. Pero
también han sido unos años en los cuales he podido disfrutar de mi niñez, son
tantos recuerdos de mi escuela, que no podría contarlos todos en este momento.
Sólo quiero decir que han sido unos años hermosos en los cuales he vivido tantas
cosas, tantas como no te imaginas. Me he sonrojado al mirar los ojos de esa niña
que me gusta. He disfrutado de las actividades y los juegos, de las charlas con mis
amigos, también de todos mis tiempos libres, de mi inocencia y de mi alegría.
Ahora he terminado esta etapa de mi vida y con alegría quiero enfrentarme a una
nueva etapa, tengo la energía de poder hacerlo. Me comprometo a hacerlo con
optimismo, con dedicación, a colocar todo de mi parte. Quiero conservar la fuerza
de mi infancia. Pero sé que voy cambiando y debo seguir creciendo. Necesito que
tu, papá, mamá, estés a mi lado y me acompañes en este proceso de cambio. Me
des tu ejemplo para aprender a vivir. Sé que para ti no ha sido fácil que yo llegue
hasta aquí, perdónenme por hacerte preocupado, por hacerte sufrir, por aquel
momento en que te he contestado tan feo, y no he sabido controlar mi rabia, por
mi pereza y también por mis desobediencias. Gracias por tu apoyo y gracias
escuela Jorge Robledo.
Igualmente escucho en el susurro, la respuesta que desde tu corazón de padre,
madre o acudiente de este preadolescente, le estás respondiendo.
Hijo, yo he pasado por la misma etapa que tú, sé más del camino de lo que tú
crees saber. Veo las cosas de una forma más amplia, porque las he vivido, y sé a
lo que tú te vas a enfrentar.
Encontrarás en bachillerato amigos que te enseñan cosas que tú no sabes, no te
llenes de angustia, pregúntame a mí, habla con tus profesores, busca a alguien
que te pueda escuchar. No pierdas la confianza porque perderás la sonrisa. Sé

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que no te quedarás siempre niño o niña, que empezarás a sentir los cambios de tu
adolescencia; llegarán sentimientos que tú antes no comprendías, llegarán
curiosidades que antes no estaban en ti, llegarán sensaciones que para ti pueden
ser extrañas; no te encierres en ti mismo, dialógalas, no me tengas miedo, estoy
aquí para escucharte.
Sentirás también la posibilidad de ser libre, gozando de tu propia libertad. Tendrás
oportunidad de tomar opciones y decisiones personales. Hacer esta tarea o no
hacerla, estudiar para que el examen o simplemente dejarlo ver pasar y perderlo.
Andar con ese amigo o, mejor con aquel otro. Aceptar aquella invitación, o no
aceptarla.
Te encontrarás siempre en la posibilidad de ir tomando tus propias decisiones. Yo
ya no puedo estar en tu mente y en tu corazón todo el tiempo, y tú tendrás que
aprender a convivir con todas tus cosas.
Hijo, hija, en primer lugar sentirás impulsos de rabia que te invadirán el corazón y
te harán sentir furioso cuando tú menos lo esperas, cuando te mande a hacer algo
y tú no quieres, cuando piensas que algo que te digo es injusto, cuando ya no
quieres más ser niño y quieres que te traten como un joven, cuando ya las
expresiones de afecto, los abrazos, las caricias que te daba, te molestan y que
parecen anticuadas y cosas de niños. Es normal que a veces sientas impulsividad
y rabia, es normal que sientas a veces deseo de contestar feo, y de ser altanero.
Es normal, pero eso, te exige Autocontrol. No puedes dejarte de llevar por tus
impulsos, tú tienes que ser dueño de tus propios actos, tienes que empezar a
manejar tu temperamento. Como padre o madre, siento gran tristeza si me tratas
con desprecio. No me respetes sólo por miedo, respétame, porque te amo; y una
de las formas de respetarme es, si te controlas y luchas por superar los
altibajos de tu temperamento, aprendiendo a expresar lo que sientes de una
forma adecuada.
No todo es juego, empezarás a hacerte responsable de tu propio tiempo, de tus
propias ocupaciones. Eres tú el que tiene que empezar a controlar las
distracciones propias de la preadolescencia. Son muchas las cosas que te
empiezan a llamar la atención, muchos los intereses que te hacen ir de lado a
lado, y te hacen pensar en miles de cosas por hacer, pero tienes que saber que lo
primero es la responsabilidad, cumplir con tus deberes es una labor que se hace y
se logra diariamente. No dejes para después lo que puedes hacer hoy. Te lo digo
por lo que he visto con tantos niños que pareciese que no hubieran entrado a
bachillerato sino a vacaciones y luego se dan cuenta, después de un año, en sexto
grado, que la lucha de sus padres ha sido en vano, que se han engañado a sí

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mismos y que se han dejado llevar por sus miedos a la responsabilidad y al
trabajo.
Aléjate de los compañeros irresponsables, busca como amigos a quienes sean
organizados, aquellos preadolescentes felices que sepan organizar su tiempo y
sus cosas, que cumplan con su deber académico, que gocen y disfruten de las
actividades sencillas, sanas y provechosas de la vida, que sepan cerrar su mente
y su corazón a aquello que los puede dañar o perjudicar, que sean capaces de
orientarse hacia lo bueno, hacia la alegría y la felicidad. Cumplir con el deber da
felicidad, ser irresponsable da angustia y tristeza, y en el fondo, es cobardía.
En tu preadolescencia también te enfrentas a muchos cambios que están
relacionados con tus sensaciones corporales y tu sexualidad, es normal que
sienta nuevas emociones, nuevos deseos y nuevos pensamientos. Eres tú el que
debe encontrar la forma de tomar el control sobre ti mismo.
Actualmente son muchas las incitaciones que pueden descontrolarte y darte
tristeza cuando se apoderan de tu tiempo y de tu vida, el Internet, con su
Facebook, sus juegos y tantas otras cosas, buenas y malas, si no logras control
sobre esto, se apoderará de tu vida y hará que no pienses en otra cosa. De esta
forma fracasarás, no sólo en los estudios sino también en tu desarrollo. No te
encierres en ti mismo, ábrete al diálogo, al compartir, al deporte, a la amistad, al
conocimiento.
Los videojuegos, aunque ayudan a la concentración y permiten un sano
esparcimiento, muchas veces también son objeto de vicio cuando se tornan
violentos y cuando pasas muchas horas que deberías estar utilizando también
para otras labores importantes y las quemas frente a un videojuego. Eres tú el que
debe saber también poner límites.
El dinero fácil a través de actividades degenerativas del ser humano como la
prostitución, el dejarse usar o tocar por dinero o por placer, el robo, son
actividades que empiezan a tu edad y que tienes que evitar si quieres ser feliz.
Inicias una etapa de desarrollo emocional y afectivo, tal vez, más pronto que lo
esperado, sentirás el surgir del amor, no te precipites, no te dejes engañar por tus
emociones. Ten cuidado con todas tus decisiones, cada cosa llegará a su tiempo,
espera el momento, no entres en juegos antes de tiempo, no te prestes para
actividades amorosas, secretas, placenteras o sexuales, sólo te traerán fracaso.
Mantén amistades limpias y tu corazón sano. Cuida tu amor, cuida tu cuerpo y tus
sentimientos. No los eches a la basura al menor precio. Hija, muchos jóvenes y
adultos que saben tu debilidad propia de la edad y de tu sensibilidad en la
preadolescencia, quieren aprovecharse del despertar del amor que empieza en tu

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corazón y te pueden enamorar, sólo quieren tomarte entre sus manos, jugar
contigo como si fueras una muñeca barata o una figurita de papel. La confianza te
salvará. Ojalá estén tus padres cerca para escucharte. Si no confías y empiezas a
vivir lo oculto y lo secreto, estarás empezando a caer en el abismo. Hijo,
igualmente tú, cuídate, porque aunque no lo creas, también hay personas que
están interesadas en ti, que no desaprovecharán la oportunidad para hacerte el
mal. Nunca caigas en sus manos, no te prestes a su juego sucio.
Finalmente quiero decirte algo que de suma importancia. En la vida encontrarás
muchas alegrías, mucho amor. Dios te ha dotado de libertad para escoger el bien
y para hacer lo bueno. Sirviendo a los demás, siendo un buen amigo, encontrarás
también amor y amistad. Ayudando y sirviendo tus padres encontrarás en ellos un
camino a seguir. Pero en la vida también podrás encontrar preocupación y
angustia, no te refugies en la droga. La droga, puede empezar como un juego,
como una prueba inocente, como una experiencia inofensiva. Y es a tu edad que
hay que tomar decisiones. No te dejes engañar. La droga aunque parece un juego,
no lo es. Es imposible salir de ella, o mejor dicho, sólo unos pocos logran hacerlo.
No inicies un camino que te llevará a la muerte y a la cárcel del vicio. Tú eres libre,
usa bien tu libertad.
Lo que te he dicho quiero que te sirva como una ventana más ante la vida. No te
cierres a las posibilidades, pero de alegría, de trabajo, de orden, de limpieza no
dejes de lado a Dios. No olvides tus principios religiosos. Busca a Dios y el hará
de ti un triunfador en este nuevo paso de la vida.
Hijo, hija, te felicito por tus logros, muestran su fuerza y tus capacidades. Como
padre o madre, me siento feliz y satisfecho de haberte ayudado. No me lo
agradezcas sus sólo con tus besos, agradécemelo con tu obediencia y
responsabilidad. No me des sólo abrazos, dame tu confianza y ábreme siempre tu
corazón. Te quiero mucho, muchísimo y estaré siempre a tu lado.
¡Muchas gracias y Felicitaciones!