20. Cuando París fue una fiesta (irrepetible)
Obras maestras que Picasso, Modigliani o Kandinsky crearon en la capital francesa se
exhiben en el Guggenheim de Bilbao
Ante el Desnudo que pintó el
tuberculoso de origen sefardí Amedeo
Modigliani en 1917. Ha sido tantas veces
reproducido, junto a otros de la serie
entonces censurada por obscena, que la
teoría de la reproducibilidad de la obra
de arte con la que Walter Benjamin vino
a definir el tránsito del arte moderno a la
contemporaneidad se quedaría corta. Y
sin embargo, la observación del original
no deja de impresionar
Le moulin de la Galette es una obra
canónica y muy conocida, aunque no
tan popular como otros cuadros de
Pablo Picasso. Lo pintó en 1900, en
su primera visita a París, 24 años
antes de pintar otro lienzo estupendo,
pero muy diferente, Mandolina y
guitarra, que refleja el triunfo del
cubismo que él mismo alumbró, en
compañía de Georges Braque.
Influencias de la pintura de Marc
Chagall. Recién llegado al París de
principios de siglo XX, capital
mundial del arte, el judío bielorruso
plasmó entre 1911 y 1912 ese nuevo
mundo que se abría para él y para la
historia del arte en su cuadro El
soldado bebe, sin olvidarse de sus
raíces, como demuestran las figuras
oníricas en la base del óleo que
remiten a la tradición de su país
FERRAN BONO
EL PAÍS
BERTA