París resurgió a finales del siglo XV con la construcción de muchos edificios y monumentos emblemáticos como el Palacio del Louvre. La ciudad estaba organizada alrededor de 7 ejes principales que convergían en un punto central. La arquitectura de la época, especialmente el palacio de Versalles, estaba al servicio del poder del rey Luis XIV y expresaba su autoridad absoluta.